3 animales que mantienen unido a todo su ecosistema

En su origen, una clave se refiere

a la dovela en forma de cuña
en el centro de un arco de piedra.

Si uno retira la clave,
se arriesga a que todo se desmorone.

Así funcionan algunos ecosistemas,
dependiendo de una especie clave.

En biología, las especies clave

pueden tener un impacto desproporcionado
sobre su hábitat,

debido a su tamaño o cantidad.

Sus actividades diarias
afectan a todo tipo de especies,

de forma directa o indirecta.

Y si varía su cantidad,
puede provocar una cascada trófica,

donde los efectos se expanden
por el ecosistema,

a menudo de forma sorprendente.

Como el lobo gris del parque nacional
de Yellowstone en Wyoming.

Su número se redujo a cero
a principios de los años 30,

sobre todo por la caza.

Pero en 1995,
se reintrodujo al lobo en el parque

y su impacto
se ha monitoreado desde entonces.

Al parecer, ese impacto
es tremendamente importante.

Tanto su ausencia como su reintroducción

cambiaron a Yellowstone de muchas
y a menudo sorprendentes maneras:

hasta cómo fluyen los ríos.

Entre otras cosas, los lobos cazan alces,
y los alces lo saben.

Por tanto, si hay lobos en la zona,
su comportamiento cambia.

Los alces suelen ser nómadas,

manteniéndose en movimiento
y comiendo plantas.

Pero sin lobos cerca,
el alce se vuelve más atrevido

y prefiere asentarse
e ir comiendo mucho en cada sitio.

Comiendo, incluso llegaron
hasta la orilla del río,

lugar donde no osarían entretenerse
si hubiese lobos cerca.

En lugar de comer un poco
de muchas plantas distintas,

comieron tanto de una vez
que redujeron la cantidad de álamos

y de sauces de río, de los que dependen
los castores y algunas aves cantoras.

Y los castores
también son una especie clave

debido a su particular talento
como ingenieros.

Sus diques frenan el flujo de los ríos,
impidiendo las inundaciones

y ofreciendo una amplia variedad
de hábitats para todo tipo de especies.

Desde que se reintrodujo
al lobo en Yellowstone,

los sauces han crecido mejor,

las colonias de castores han aumentado
de solo una a nueve

y las aves cantoras también están en auge.

La cantidad de alces bajó al principio,
pero ahora parece estable.

La cantidad de bisontes ha aumentado,

seguramente porque compiten menos
con los alces.

Se sigue investigando para evaluar
los efectos a largo plazo del lobo,

en vista de las muchas
y sutiles interconexiones

que hay en este complejo ecosistema.

Pero como depredador principal,

está claro que la presencia, ausencia
y posterior reintroducción del lobo

ha tenido eco por todo Yellowstone.

Y la investigación de otros hábitats
del lobo ayudará a averiguar

qué es exclusivo de Yellowstone
y qué puede aplicarse a otros lugares.

El elefante también contribuye mucho
a gestionar su entorno,

desde lo que sucede en su boca
hasta lo que sale por el otro lado.

A veces se le conoce
como el "megajardinero del bosque".

Por ejemplo,
sin el elefante africano del bosque,

una única especie de acacia
tiende a predominar en el bosque africano.

Crece deprisa
y tapa la luz de las otras plantas

y los elefantes
ayudan a contrarrestar eso.

A veces derriban acacias
mientras buscan alimento,

abriendo huecos
y un túnel esencial para la luz.

Otras especies aprovechan la oportunidad

y contribuyen
a la biodiversidad del bosque.

Las ramas más pequeñas que derriban
se convierten en escondites para lagartos,

que son más variados
donde deambulan los elefantes

Cuando alcanzan hojas o fruta,
a menudo derriban unas cuantas.

Y los moradores de suelo más pequeños,
como el jabalí verrugoso

o el kudú, un tipo de antílope,
recogen esta fruta caída.

Toda esta alimentación
resulta en mucho estiércol,

cerca de una tonelada métrica semanal.

Y todas esas heces se convierten
en un miniecosistema en sí mismo,

ya que son ricas en nutrientes
que los elefantes no pueden procesar.

Allí viven hongos e insectos, como larvas
de escarabajo, grillos y arañas.

En 2009, se encontraron
tres especies de rana

viviendo felices
en excrementos de elefante asiático.

Y claro,
también es un excelente fertilizante.

Muchas especies de plantas
crecen mejor en heces de elefante

que de cualquier otro animal.

Su rango y gran variedad de movimiento

los hace especialmente buenos
en esparcir semillas a otros lugares.

Pero no hace falta
ser grande como un elefante

para ejercer una influencia gigante
en el ecosistema.

El pez loro se llama así porque tiene
piezas bucales duras, casi como un pico.

Esos labios reforzados se han adaptado
para arrancar algas del coral,

su principal fuente de alimento
del entorno cálido de arrecife.

Puede ser poco elegante, pero es crucial
para mantener al arrecife sano.

Sin el pez loro,

las microalgas pueden asfixiar el coral,
hasta el punto de exterminarlo.

Y sin coral no hay arrecifes,
lo que podría ser un gran problema

para las especies
que habitan en el arrecife.

Un importante informe
que abarca cuatro décadas

de investigación en el Caribe,

identificó al pez loro como grupo
que hay que tener controlado.

Los arrecifes de coral
lo están pasando mal.

El cambio climático, la acidificación
del océano y la contaminación

van degradando el ecosistema.

La labor que hace el pez loro
mantiene resistentes a los arrecifes

para que puedan recuperarse de golpes
como calentamientos o huracanes.

Los que más sufren son los arrecifes
donde hay pesca intensiva del pez loro,

por lo que el informe recomienda
que más países

adopten políticas para salvar al pez loro
y con suerte también salvar los arrecifes.

Así que, como todas las especies clave,

realmente mantienen
sus ecosistemas unidos.

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Y por ejemplo, algunos microbios

utilizan energía solar
para generar su propio alimento.

Luego, se los comen
los pequeños consumidores,

que luego son consumidos
por depredadores mayores.

Cada uno de ellos...