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Y cuando ves ese sufrimiento en él o ella,
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y si comprendes
el sufrimiento en él o ella,
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y ves que esa persona
es una víctima de su propio sufrimiento.
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Hasta ahora, nadie la ha ayudado
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a ocuparse del sufrimiento que
lleva adentro y a transformarlo.
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Entonces, ya no la culpas,
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ya no quieres castigarla
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porque has comprendido su sufrimiento.
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Y ahora puedes mirar a esa persona
con ojos de compasión.
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Antes, la mirabas con
ojos de enojo y odio
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y tenías la intención
de castigarla.
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Pero porque has visto y comprendido
el sufrimiento de esa persona,
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esa intención se desvanece.
