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[Desinformación]
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Toda la información falsa es contaminación
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Pero mientras cierta información
es como basura,
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otra se parece más a desechos tóxicos.
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Puede contaminar el ambiente en línea
y envenenar a la sociedad.
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La desinformación es información
falsa o engañosa
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que se esparce para causar daño
a propósito.
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También puede usarse para crear confusión
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sobre la posibilidad de conocer
la verdad en absoluto.
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Quienes crean y difunden desinformación
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buscan influenciar el modo de pensar
y de actuar de los demás.
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La desinformación puede ser creada
por gobiernos extranjeros,
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organizaciones nacionales,
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o grupos de personas.
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Puede ser creada para:
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desacreditar a una persona o su mensaje;
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aumentar conflictos
para empeorar divisiones sociales
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entre quienes tienen distintos
puntos de vista;
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reducir la confianza
entre instituciones democraticas
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como el gobierno y los medios,
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para hacer que los ciudadanos se vuelvan
escépticos y apáticos;
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promover teorías de conspiración falsas
que cuestionan la realidad de los hechos;
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o influenciar los resultados
de una elección.
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La desinformación puede surgir en foros
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en los que troles esparcen
información falsa acerca de personas,
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eventos y problemáticas
usando las redes sociales;
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o puede surgir en fábricas de troles,
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en las que se les paga a personas
para que inventen artículos
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que parecen noticias reales.
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Pero, ¿cómo funciona?
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Los productores de desinformación
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saben como manipular nuestras mentes
y la tecnología
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para difundir información
falsa y engañosa.
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La desinformación está diseñada
para apelar a nuestras emociones
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y que así, seamos
más propensos a aceptarla
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y compartirla con otros.
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Las historias y declaraciones falsas
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pueden contener elementos verdaderos
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para hacer que todo sea más creíble.
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Las fotos y los memes pueden ayudar
a difundir desinformación más rápido
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porque las personas son
menos críticas con las imagenes
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que con las palabras.
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Podemos convertirnos en el blanco
de la desinformación
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por lo que somos o por lo que creemos.
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Con el internet, los mensajes
llegan lejos en poco tiempo,
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especialmente si sabes cómo hacer
que el contenido se vuelva viral
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En las redes sociales,
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los algoritmos deciden
lo que ven los usuarios en sus feeds.
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Estos algoritmos muestran
contenido que es popular.
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Quienes producen desinformación, aumentan
artificialmente la popularidad de una idea
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utilizando bots,
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programas que publican, dan me gusta
y comparten automáticamente.
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Los bots pueden hacer que parezca
que mucha gente está hablando sobre algo
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cuando no es así.
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La idea es influir en una conversación
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promoviendo ciertas ideas
o criticando a otros.
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Una vez que la gente ve, comparte
e interactúa con publicaciones falsas,
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estas se volverán populares de verdad.
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La desinformación que se promueve
de esta manera
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puede llamar la atención de
organizaciones de noticias legítimas.
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Periodistas tal vez
reporten estas historias,
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difundiéndolas aún más...
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Una victoria para los troles.
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Hay muchas personas que quieren
influir en nuestra manera de pensar,
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desde políticos y publicistas,
hasta familiares y amigos.
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Es importante saber que también
hay fuerzas organizadas en línea
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que quieren engañar,
confundir o persuadirnos
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sin que sus motivos sean obvios.
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Entonces, ¿qué puedes hacer al respecto?
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Un buen primer paso es
evaluar tus emociones.
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Una historia o publicación, ¿te hace
sentir enojado o feliz al compartirla?
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Ese es un buen momento para
parar e investigar un poco.
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¿Qué reputación tiene la fuente?
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¿El contenido es verdadero o engañoso?
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¿Qué dicen otras fuentes?
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Detente y comprueba
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para que no te engañen.
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[Presentado por CIVIX]
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[Con el apoyo de Canadá]
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[Producido por Space Heart]
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