Cómo acabar con el desastre del desperdicio de comida | Rob Greenfield | TEDxTeen

Esta charla es de un evento TEDx, organizado de manera independiente a las conferencias TED. Más información en: http://ted.com/tedx

Hay millones de personas que no saben de dónde vendrá su próxima comida. Rob Greenfield es un aventurero, activista y un chico que marca la diferencia cuya misión es resolver este problema. Todos podemos ser parte de la solución... y todo empieza en la basura. Su propósito es incentivar la salud, la felicidad y la libertad en la Tierra y ha dedicado su vida a ello.

Mi nombre es Rob Greenfield
y me gusta hurgar en la basura.

Al principio

puede sonar un poco raro,
e incluso un poco asqueroso.

Pero hay un mensaje importante

en el fondo de estos contenedores.

Verán, soy un aventurero y activista

cuya misión es hacer
un cambio positivo en la Tierra.

Y suelo hacerlo de maneras
muy interesantes.

Este fue mi primer viaje
en bici por el país.

La idea era viajar por el país
en una bicicleta de bambú

y generar el menor impacto
medioambiental posible.

En 104 días de viaje,

usé solo 600 litros de agua,
creé solo un kilo de basura,

me conecté solo a 5 tomas de corriente,
no encendí ni una luz,

y aprendí a vivir una vida respetuosa
con el medio ambiente.

Hoy es un día grandioso para mí porque es
la primera vez que me baño en 1000 días.

Muchos quizá supongan que debía
apestar como un monstruo de pantano,

como este tipo.

Pero me he duchando
en aguas naturales como lagos,

ríos y cascadas, o en goteras,

como en esta boca de incendios
en Brooklyn.

La idea era meterse
en la cabeza de las personas

y hacerles pensar sobre las locuras
que hacemos a diario,

la cantidad de agua que usamos.

Ahora mismo, vivo aislado en
una casita de 13 metros cuadrados

en San Diego sin pagar facturas o deudas.

Me he dado cuenta de que
cuanto más simple, más libre eres.

El otoño pasado, fui a Brasil sin dinero

con el objetivo de viajar por Sudamérica.

Me di cuenta de que viajando sin dinero,
me fuerzo a salir de mi zona de confort

y puedo ver cómo es el mundo de verdad.

Muchos dicen que la Tierra
gira en torno al dinero

pero yo he visto otras cosas.

De vuelta a los basureros.

No solo me meto en los contenedores,
sino que como en ellos.

Esto es el plátano de un contenedor.

Este es uno de los muchísimos
que saqué de los contenedores

de Londres anoche.

¡Mmmm...!

(Risas)

¿Quién quiere?

Por ahí.

Todo empezó con ese primer
viaje en bici por el país

y este contenedor de aquí.

Estaba pasando por las montañas
de Sierra Nevada y decidí ir

a la parte de atrás de un supermercado
para ver qué encontraba.

Encontré una montaña

de lo que parecía y sabía
a comida en perfecto estado.

Desde entonces me enganché.

Ciudad tras ciudad, iba a la parte
de atrás de un supermercado

para ver qué había.

Y encontré que contenedor...

tras contenedor...

tras contenedor estaban llenos
de comida en perfecto estado.

Estaba alucinado con
lo que había encontrado.

Esto fue una recogida en Nebraska.

Y esto es lo que encontré en
un contenedor un día normal.

Era comida suficiente para
alimentar a cien familias.

Estaba comiendo como el rey de la basura
y me las arreglé para engordar 2 kilos

aunque montase en bici cada día.

Incluso cuando no estaba
en los contenedores,

estaba pensando en qué había en ellos.

No podía sacármelo de la cabeza.

Así que decidí investigar un poco.

Y averigüé que derrochamos
un montón de comida en EE.UU.

Por "montón" quiero decir comida
valorada en USD 165 000 millones al año.

Para poner esto en perspectiva,

es más que el presupuesto para
los parques nacionales en EE.UU.,

bibliotecas públicas, sanidad para
veteranos, todas las prisiones federales,

el FBI y la FDA, todo junto.

Pero aun así es solo un gran número
y la mayoría de nosotros no entiende

estos problemas con un montón de números.

Necesitamos verlo para creerlo.

Quería enseñarle a todos
lo que había encontrado

pero no podía traerme a todo
el mundo al contenedor conmigo.

Así que decidí llevárselo.

Este es el desastre
del desperdicio de comida.

Busqué en los contenedores
de todo EE.UU.

y llevaba lo que encontraba
a un parque cercano.

Normalmente solo tenía
uno o dos días para rebuscar

porque estaba recorriendo todo el país.

Esto fue lo que recogí en dos días
en Madison, Wisconsin.

Antes de llegar a cada ciudad, usaba
Facebook para encontrar a un voluntario

que me ayudase con un auto

porque no podía llevarlo
todo en la bicicleta.

Esto fue en uno o dos días
en Chicago, Illinois.

Antes de llegar a cada ciudad, llamaba
a los medios locales, las noticias,

los periódicos, para que supiesen
qué estaba haciendo,

les decía "me voy a meter en los
contenedores", y casi siempre venían.

Cuando estuve en Detroit,

me levanté el domingo por la mañana
y tenía un evento esa misma noche,

y estaba preocupado porque
iba a haber grandes medios

y aún no había empezado a recoger

y tenía el evento a las 5 en punto.

Cuando los voluntarios me recogieron,

tenía un nudo en el estómago.

Estaba preocupado.

Me preocupé por nada.

Esto lo conseguimos
en dos horas en Detroit.

En Cleveland, estuve siete horas

la noche antes del evento,

y esto fue lo que llevamos
a la Cleveland Public Square.

Hacía mucho calor ese día.

Era mediados de julio,
había muchas moscas de la fruta

y la mayoría de la comida
ya estaba estropeada.

Y esto es solo lo que
pude sacar en buen estado.

La siguiente parada era Lancaster,
Pennsylvania

y no estaba seguro de
si iba a poder sacar algo,

es un área más rural y solo
había estado en ciudades grandes.

Cuando llegué, había unas ocho
personas esperando

para arrasar los contenedores conmigo,
y teníamos dos autos.

Esto es lo que conseguimos
en una noche en Lancaster.

De 10 contenedores en total.

Pocos días después,
fui a Filadelfia, Pennsylvania,

a las 9 de la noche,

más tarde fui a los contenedores

y me quedé dormido como un tronco
a 1 de la madrugada con esto.

Esto fue en Filadelfia,

usando Google Maps
para encontrar supermercados

que estuviesen cerca y el coche de alguien
que encontrase en Facebook.

Entonces me di cuenta de
que podía ir cualquier día

a casi cualquier ciudad de EE.UU.
y recoger comida en perfecto estado

para alimentar a cientos de personas.

Lo único que me limitaba

era el tamaño del vehículo.

Esto es Nueva York.

En EE.UU. desperdiciamos más o menos
la mitad de toda la comida que producimos,

lo que significa que producimos comida

para alimentar a dos EE.UU.

mientras 50 millones de personas
no tienen seguridad alimentaria.

Y la cara de la inseguridad alimentaria
no es la pereza.

Hablamos de niños que tienen demasiada
hambre para concentrarse en clase,

ancianos encerrados en casa
rugiéndoles las tripas

y familias que tienen dos trabajos
para llegar a fin de mes.

Para mí no tiene sentido que
se desperdicie tanta comida

mientras tanta gente pasa hambre.

Mi siguiente parada
era Burlington, Vermont.

Estaba muy preocupado.

Estamos hablando de la que es,

quizá, la ciudad más respetuosa
con el medio ambiente del país.

Seguro que sus contenedores
estarían vacíos.

Esto fue lo que juntamos
un par de universitarios y yo

en mi corta visita.

Los Ángeles es la segunda ciudad
con más personas sin hogar en EE.UU.

Esta es la comida que hay
en los contenedores.

Eso fue en un día en
los contenedores de L.A.

También aprendí que
el desperdicio de comida

es el problema medioambiental
más urgente de nuestra época.

Cuando tiramos comida,
no solo se desperdicia la comida.

También desperdiciamos tierra, agua,

combustibles fósiles,
la mano de obra que la cultivó.

Desperdiciamos tanto

que es una de las principales
causas de deforestación de selvas,

disminución de peces en el océano,
y pérdida de biodiversidad.

La gran final era la ciudad bonita
de EE.UU.: San Diego.

Una ciudad donde 1 de cada 4 niños
no tiene seguridad alimentaria.

Esta es la comida que
se envía al vertedero

mientras esos niños se preguntan
de dónde vendrá su próxima comida.

Con este desastre, mi intención
no era alimentar a nadie con esta comida,

nunca regalarla.

Pero con el tiempo,
la gente venía a preguntarme:

"Oye, ¿puedo comerme esta comida?"

Y por supuesto quería responder que sí.

Pero antes de poder colocar
la demostración

la comida ya estaba menguando.

Estamos hablando de que comida recogida
de contenedores

valorada en USD 15 000
alimentaría a cientos de personas

en este desastre.

Y en cada una,

casi toda la comida acababa en una casa.

Jóvenes y viejos, ricos y pobres,

personas con varios estilos de vidas
estaban comiendo de la basura.

Para mí, esto es la prueba de que
esta comida aún estaba buena.

Esto fue momentos después de decirle
a la gente que podía llevarse la comida

en San Diego en el parque Balboa.

Entonces me di cuenta de que
lo que estaba descubriendo era

la punta del iceberg
del desperdicio de comida.

Lo que yo encontraba no era nada comparado
con lo que se desperdicia en las granjas

antes de que toquen las estanterías
de los supermercados.

Este es Tristam Stuart,
fundador de Feedback aquí, en Londres.

Ellos hacen investigaciones sobre cuánta
comida se desperdicia en las granjas.

Aquí está posando al lado
de una pila gigante de plátanos

que se van a ir a la basura en Ecuador
porque no tienen la forma adecuada,

o forma demasiado en U o muy planos,
o porque son muy grandes o muy pequeños.

Aquí hay cientos
de coliflores desperdiciadas

porque son muy grandes

o tienen un leve tinte amarillo o púrpura,

y no el blanco que están acostumbrados
a ver en el súper.

Aquí hay un camión de chirivías,

uno de los muchos que esta granja
desperdicia cada semana.

Todas se desperdician porque no tienen
la forma, el color y el tamaño correcto.

Ahora muchos se preguntarán:

"¿Por qué se tira toda esta comida?

¿Por qué no se dona?"

Yo me pregunté lo mismo.

Durante mucho tiempo,
muchos me respondían:

"Bueno, el supermercado no puede
donarla porque les denunciarían

si alguien enferma, y de hecho
hay una ley que lo impide".

Me lo decían tantas personas que
yo solo suponía que tenían razón.

Pero después supe que
en realidad están protegidos

por la Ley del Buen Samaritano
firmada por Bill Emerson en 1996.

Están libres de cualquier responsabilidad

si alguien cae enfermo con la comida
que han donado a una ONG.

La ley no está en contra,

en realidad los protege y los anima.

Pero esto es EE.UU, donde te denunciarán

aunque la ley esté de tu parte.

Pero eso era lo que todos me decían

y durante un año me lo creí.

Luego descubrí que nunca
han demandado a un supermercado,

según un estudio de la Facultad de Derecho
de la Universidad de Arkansas,

ni un supermercado, restaurante,
catering, nadie, nunca.

Y resulta que la solución
también está aquí.

Existen cientos de programas
de recogida comida en EE.UU.

Ellos mismos van hasta el supermercado
y recogen la comida.

Todo lo que tiene que hacer
el supermercado

es apartar la comida
en vez de tirarla al contenedor.

Y me volví a preguntar:
"¿Por qué no donan la comida?

¿Por qué se desperdicia tanta comida?"

Para mí hay dos razones principales:

o desconocimiento,
los supermercados no saben

que están protegidos
y ninguno ha sido denunciado,

o falta de preocupación.

La mayoría de estos supermercados
quiere ganar dinero.

Solo tiene un objetivo: el "Beneficio"

En lugar de los tres objetivos:
"Personas", "Planeta" y "Beneficio".

Las buena noticia es que
cientos de supermercados

de todo EE.UU.
están donando comida a ONGs.

De hecho, hay un gran sistema.

Sin embargo, solo es el 13 %
del excedente de comida.

Sé que no tiene que ser así.

Sé que los supermercados
pueden dejar de desperdiciar comida

y podemos alimentar
a los que lo necesitan.

¿Qué pueden hacer los supermercados?

Se resume en las tres R:
"Reducir", "Reusar" y "Reciclar".

Primero viene "Reducir".

La cuestión es, como ya he dicho,

que producimos suficiente comida
para alimentar a dos EE.UU.

Así que no vale con donarlo todo,

porque entonces esos programas
tendrían que tirar comida.

Hay demasiada.

Lo que tienen que hacer primero
es reducir el excedente.

La mejor manera de hacerlo
es bajando sus estándares estéticos.

Poner esas zanahorias retorcidas,
esas manzanas alargadas,

esas patatas gigantes en las estanterías
en lugar de tirarlas.

Con esto podemos reducir
el desperdicio de comida drásticamente.

También pueden bajar los precios
de los productos en la tienda.

Otra cosa:
"Consumir preferentemente antes de".

"Antes de", fechas de caducidad.
Hay mucho misterio a su alrededor.

Muchas personas suponen
que estas fechas las eligen

una agencia reguladora.

Estas fechas las ponen los fabricantes

y ellos miran la frescura,
no la seguridad.

Prefieren proteger la marca
que proteger a las personas.

La FDA tiene en su página web
el número de días, semanas, meses,

o incluso años tras los que
los productos siguen en buen estado.

"Consumir preferentemente antes de"
es una sugerencia

y "Antes de" no significa
"Malo después de".

Antes de "Reducir" viene "Reusar".

Para reusar pueden reponer comida
dentro de la tienda.

Por ejemplo, si hay fruta que esté un
poco pasada, se puede hacer zumo con ella.

Si hay verdura un poco pasada

pueden hacer sopa en la comida preparada.

Y luego, muy importante,
donar la comida a ONGs.

Esto se resume en llamar a un programa
de recogida de comida local,

un banco de comida, comedor social,
y organizarse.

Y creo que si se quiere se puede.

Y por último, después de "Reducir"
y "Reusar" viene "Reciclar".

Pueden alimentar animales para
hacer más comida reciclándola,

y a último recurso, usarla como abono.

Muchas personas piensan:
"Vamos a convertirla en abono".

Pero el compostaje solo recupera un 1 %,

una pequeña fracción de toda la energía

que se usó para hacer esa comida.

Una parte muy pequeña.

Haciendo estas cosas básicas,

los supermercados pueden tener
contenedores sin comida.

Mis días buscando en la basura
ya han acabado

pero estoy muy feliz

porque mi mensaje no es:
"vayan a buscar en la basura".

El mensaje es
"no tiren comida a la basura".

¿Qué pueden hacer Uds.?

No podemos culpar de todo
a los supermercados

porque al fin y al cabo
lo que están haciendo

es cumplir las exigencias
de los consumidores.

Así que está en nuestras manos,
los consumidores conscientes,

la personas conscientes
exigirle al supermercado

que haga lo más ético y lo correcto.

Algo que pueden hacer
es pedir esos productos feos.

Decirle a los supermercados que quieren
ver esas zanahorias y manzanas raras

o esos melocotones que parecen corazones.

Y luego, si las hay, compren las raras.

Otra cosa que pueden hacer

es pedir a sus supermercados
que donen, no tiren, #DonateNotDump

Pueden contactar por Twitter,
Facebook, e-mail

o hablar con el gerente.

Una conversación podía hacer

que cientos de personas puedan
comer semana tras semana.

Imaginen lo bien que sienta saber
que Uds. lo han conseguido.

Pero antes de salir y decirles a todos

lo que tienen que hacer,

es importante reflexionar y asegurarse
de que Uds. predican con el ejemplo.

Miren su cesta y asegúrense
de que no hay comida

y prediquen con el ejemplo.

Otra cosa que pueden hacer
es cultivar su propia comida.

Porque cuando la cultivas tú mismo,
la aprecias más.

Cuando recoges un tomate de la rama
o una manzana del árbol,

es más probable que te lo comas

porque no te costó solo
50 centavos o un dólar.

Lo has cultivado.

Y con eso apoyan a las granjas locales,

porque las granjas locales tienen
una conexión con su comida,

no la ven como un par
de dólares o centavos.

Quieren que las personas
se coman su comida, y no que la tiren.

Y por último pueden dársela
a los animales o hacerla abono,

y convertirla así en más comida.

Creo que estamos en el punto crítico
del fin del desperdicio de comida

y entre todos podemos resolverlo.

La emoción en mi interior
me dice que nuestra generación

va a reducir drásticamente
el desperdicio de comida y el hambre.

Acompáñenme en mi misión de reducir
el desperdicio de comida y el hambre

diciéndole a los supermercados que donen,
no tiren #DonateNotDump

(Aplausos)