Todo el mundo en todas partes necesita a Waymond Wang

Cuando entré en el cine para ver
Todo a la vez en todas partes

esperaba ver una película sobre
multiversos, que rompe los géneros

y plagada de numerosas capas
de significado filosófico y cultural

y no me decepcionó.

Pero lo que no me esperaba era ser testigo
de una de las representaciones

más desafiantes y subversivas de la
masculinidad que haya visto en ningún género

Para poder explicar esto
tendremos que apartar la atención

de la protagonista de la película,
interpretada por la increíble Michelle Yeoh

y enfocarnos en el personaje de su marido,
interpretado por Ke Huy Quan.

Ke se hizo famoso como niño actor
en la década de los 80 por papeles

como Tapón en Indiana Jones y el templo
maldito y como Data en Los Goonies.

A pesar de ese éxito, no tuvo
muchas más oportunidades

como joven actor
asiático-americano en Hollywood,

así que acabó abandonando la actuación.

En este regreso triunfal a la gran
pantalla casi dos décadas después,

ha dado vida a un ejemplo extraordinario
de hombría empática.

Si solamente llegas a ver la primera mitad
de Todo a la vez en todas partes

la idea de que Waymond Wang sea
un avatar de la masculinidad positiva

te parecerá algo extraña.

Evelyn: A veces me pregunto cómo habría
podido sobrevivir él sin mí.

La primera vez que vemos a Waymond
en su encarnación original

nos parece dulce, casi infantil,
pero sobre todo ingenuo.

Evelyn: Le pone un gravamen a la
lavandería, ¿y sabes qué hace tu padre?

Evelyn: ¡Llevarle galletas!

Un padre torpe, tontorrón e inútil cuyo
matrimonio está al borde del fracaso.

Evelyn: ¡No más ojitos!

Es asustadizo, evita el conflicto y le parece
bien que su mujer lleve el negocio.

Waymond: ¿Hablamos luego?

Estos rasgos suelen asociarse con
una serie de arquetipos de hombres

subordinados a la familia en
los medios de Hollywood.

En sus entrevistas, el dúo de directores
Daniel Kwan y Daniel Scheinert,

conocidos colectivamente como Daniels,
dijeron que querían convertir

al personaje de "macho beta" en el héroe.

Daniel Scheiner: Necesitábamos a alguien
que fuera convincentemente dulce,

una especie de macho beta, de quien sea
fácil reírse y no hacer caso.

Así dicho no es algo tan extraño. Muchos
héroes del cine comienzan su viaje siendo

alguien que no es para nada "súper" y
que va ganando poder con el tiempo.

Mary Jane: ¡Guau!

Waymond es diferente.

Lo interesante es que los directores
pudieron convertirle en un héroe

sin tener que darle su propio arco
de personaje.

Waymond: ¿Evelyn?

Waymond: ¿Qué está pasando?

No consigue poderes nuevos ni nuevas
habilidades ni aprende a pelear.

Waymond: ¡Mantened la calma! Creo
que es hora de una charla familiar.

Todos los demás personajes
evolucionan y se transforman

a lo largo de la película como
es de esperar,

pero Waymond no cambia.

Al final de la película sigue
siendo esencialmente el mismo

que era al principio.

Y eso a un nivel fundamentalmente
narrativo no debería funcionar.

Pero los Daniels se las apañan para
convertir a Waymond y su perspectiva

empática del mundo, en el punto de anclaje
de toda la película.

Antes de explicar cómo han logrado ese
sorprendente truco narrativo, hay que

destacar que todo el concepto del macho
alfa y beta relacionado con los hombres

no es más que palabrería pseudocientífica.

Dolittle: El macho más fuerte es llamado
macho alfa.

Dolittle: El macho alfa es el líder y
quiere que todo el mundo sepa

Dolitte: que él es quien manda. Tienes
que ser él. ¡El líder de los machos!

La sola idea de que el comportamiento
animal pueda aplicarse a la complejidad

de la sociedad humana es absurda.

Sheldon: Cuando yo no pueda
abrir este tarro y tú lo abras

Sheldon: quedarás establecido
como el macho alfa.

Pero este falso mito sigue presente y
perpetuándose en la cultura popular.

Gray: ¿Quién es el alfa?

Owen: Le estás mirando, chaval.

Sheldon: No me sorprende, es algo
que acepté hace mucho tiempo

Sheldon: al tener yo el rol
de macho beta.

Así que hablemos sobre cómo solemos
usar términos como "macho beta",

pues creo que es lo que
los Daniels están tratando de

subvertir con el personaje de Waymond.

Marty: Es ese.

En ficción esperamos que este tipo
de personaje sea un pelele,

un felpudo, alguien que permite que tipos
más dominantes le pasen por encima.

Goyle: Mira por dónde vas, Longbottom.

Compañero: Tengo una pregunta

Compañero: Mi esposa dice que
soy un blandengue, ¿pero y si en realidad

lo que pasa es que soy un tipo amable?

Si tiene una esposa, el hombre suele caer
en el tropo del Marido Calzonazos

Sra. Daffy: Ahora muévete de ese sillón
y ponte a hacer las tareas de la casa.

en el que un hombre sufre por estar
sometido a su controladora esposa.

Madeline: ¿Podrías no respirar?

Este hombre subordinado y abusado
suele ser una figura cómica

tan antigua como el propio Hollywood.

Cuando se nos presenta a hombres como
Waymond, tan amables, tan vulnerables

Compañero: Ni se te ocurra.

o tan serviciales,

esto se muestra como un obstáculo a la
hora de considerarles hombres de verdad

En los medios, este patrón ha sido
especialmente común

en la representación del dócil y a menudo
desexualizado hombre asiático.

Deportista: ¿Haces karate?

Takashi: No.
Deportista: Bien.

Los personajes masculinos que se niegan
a luchar o a tomar represalias

suelen ser objeto de burla por
ser débiles, afeminados o cobardes.

Dave: ¡Haz algo! ¡Defiéndete!
¡Golpéale!

Dave: Link, pégale.
¿Adónde vas?

Leonard: Voy a afirmar mi
dominancia cara a cara.

Los personajes masculinos subordinados
solo existen en relación con el igualmente

falso mito del "macho alfa".

Waymond: ¡Vaya, qué ascensor tan rápido!

En Todo a la vez en todas partes

el Waymond original se yuxtapone con
otra versión de él mismo de otro universo.

Waymond Alfa: ¡Te dije que fueras
discreta y que te escondieras!

Waymond Alfa: Yo no soy tu
marido, no el que tú conoces.

Waymond Alfa: Soy otra versión de él
de otra versión de su vida, de otro universo.

Waymond Alfa: De aquí es de donde soy,
del Alfaverso.

Waymond Alfa se nos presenta como
alguien asertivo, dominante y agresivo.

Al principio tanto el público como Evelyn
se enamoran de este nuevo Waymond.

Waymond Alfa: Cada rechazo, cada
decepción te ha traído hasta aquí.

Sin embargo, ese Waymond Alfa no
es exactamente todo lo que afirma ser.

Es controlador, impaciente, violento
y no confía en nadie.

Pone a Evelyn en un pedestal y le dice que
es la persona más importante del multiverso,

pero la abandona cuando ella no está
a la altura de sus expectativas.

Waymond Alfa: Lo siento, Evelyn.
Tengo que irme.

Evelyn: ¿Qué?

Waymond Alfa: Tengo que encontrar a
la Evelyn adecuada y tú...

Waymond Alfa: No eres ella.

Evelyn: No, no, ¡espera!
¡Déjame intentarlo otra vez!

Evelyn: ¿Waymond Alfa?

Waymond Alfa solo utiliza a Evelyn

como todos los Alfas en su intento
de "hacer el Alfaverso grande de nuevo".

Waymond Alfa: Esta es la misión
del Alfaverso.

Waymond Alfa: Llevarnos de vuelta a
cómo debió haber sido.

Si esta fuera una película normal
con arcos de personajes normales

nuestro Waymond original se acabaría
convirtiendo en Waymond Alfa al final.

Aprendería a rebajar su sensibilidad
con una dosis insana de agresividad

para así pasar de ser el tipo dulce
e ingenuo que no mataría una mosca

a ser el tipo dominante que acabaría con
todos los guardias para proteger a su mujer.

Incluso le darían el momento catártico
de "por fin le echa un par"

en el que pide el divorcio bien alto.

Stu: ¡Porque sea lo que sea
esto no funciona para mí!

Stu: ¡Vamos!

Estas transformaciones hipermasculinas
son un supertropo de la narración.

Así es como la cultura popular
refuerza el mito

de que la forma correcta de ser un hombre
es siendo agresivo, intimidante

y sobre todo, dominando a los demás.

No es exagerado decir que
ese tipo de fantasía de poder

es la base de las historias de origen de
la mayoría de héroes masculinos que vemos.

Pero Todo a la vez en todas partes es de
todo menos una película típica.

A medida que avanza la historia,
el público experimenta una epifanía.

Evelyn: El tonto de mi marido,

Evelyn: el que seguramente
empeorará las cosas.

Nos damos cuenta de que nos equivocamos
con nuestra primera impresión de Waymond.

Deirdre: Vale, deja que se vaya.

Nos damos cuenta de esto
a la vez que Evelyn

cuando de repente ve al "tonto de su
marido" con otros ojos.

Waymond no es pasivo ni
sumiso en absoluto

sino que ha sido discretamente proactivo
durante toda la película.

Waymond: Todo va a ir bien.

Tratando de suavizar las cosas
con la auditora para salvar la lavandería.

Evelyn: Oh, mañana mejor...

Waymond: Ah, ah, gracias, gracias.
6 de la tarde. ¡Muchas gracias!

Deirdre: Gracias por las galletas.

Su matrimonio no es lo que esperaba, así
que está tomando medidas para cambiarlo.

Después de todo, el divorcio es idea suya.

Es una parte de su plan desesperado
para salvar su relación.

Waymond: Quería comenzar el año
empezando de cero.

Y hace todo esto a la vez que
expresa vulnerabilidad

y tratando de equilibrar sus necesidades
con los sentimientos de los demás.

En resumen, sabe lo que quiere y
nunca deja de intentar conseguirlo,

pero no somete a nadie para logarlo.

Waymond: Sé que os estáis peleando
porque estáis asustados y confundidos.

Waymong: Yo también estoy confundido.

La visión que tiene Waymond del mundo
se expresa pasada la mitad de la película.

Waymond: Solo sé que tenemos
que ser amables.

Sus palabras se hacen eco de las que dice
Sonmi 451 en El atlas de las nubes.

Sonmi 451: Y por cada crimen
y cada acto de bondad

Sonmi 451: damos lugar a
nuestro futuro.

Waymond: Por favor, sed amables.

Waymond: Sobre todo cuando no
sabemos lo que está pasando.

Si escuchamos la petición
de "ser amables" de Waymond

en el mundo real nos
podría parecer...

Waymond: Sed amables.

... un poco cliché o como
mínimo poco realista.

Evelyn: Es demasiado tarde, Waymond.

Así que creo necesario analizar lo que
quiere decir con "sed amables".

Para él la amabilidad no significa
hacer oídos sordos

e ignorar lo negativo ni tampoco
fingir amabilidad.

Waymond: Piénsalo, a menos que sea
una emergencia,

Waymond: siempre que intento hablar
contigo, te alejas de mí.

Waymond manifiesta bondad siendo
paciente, comunicativo y empático.

Waymond: Ay, lo siento, mi mujer confunde
sus aficiones con los negocios.

Waymond: Ha sido un error.

Y la película te presenta esos rasgos
como habilidades útiles y prácticas.

Lo que nos lleva al Waymond Empresario,

una versión del personaje de una línea
temporal alternativa

en la que él y Evelyn no se casaron. Este
Waymond defiende el mismo punto de vista

del Waymond original sin saberlo,
ya que desconoce el multiverso.

Waymond Empresario: Crees que soy
débil, ¿verdad?

Le habla directamente tanto al público
como a Evelyn

al echarnos en cara nuestras primeras
suposiciones acerca de él.

Waymond Empresario: Si decido ver
el lado positivo de todo

Waymond Empresario: no es porque
sea un ingenuo.

Waymond Empresario: Es estratégico
y necesario.

Waymond Empresario: Es como
he aprendido a sobrevivir a todo.

En realidad, no es ingenuo.

Comprende la naturaleza
opresiva del mundo,

pero elige contraatacar
a su manera...

Waymond: ¡¿Podemos dejar de pelear?!

... mediante la empatía, la alegría
y la esperanza.

Waymond Empresario: Así es como lucho.

Cabe destacar que aunque se podría
considerar al Waymond Empresario

como alguien en la cima del éxito,
no sentimos envidia por él.

Waymond Empresario: En otra vida...

Waymond Empresario: me habría
encantado...

Waymond Empresario: hacer la colada
y revisar las facturas contigo.

Más bien sentimos lástima por él
porque nunca pudo hacer la colada

y revisar las facturas con Evelyn como
esposa en un universo lejano.

Waymond es el anti-cínico,
el antídoto al nihilismo

y su visión del mundo se representa
con el motivo visual de los ojitos.

Cuando Evelyn adopta su visión
del mundo

se pega un tercer ojito en la frente.

Esto marca el instante en el que los
Daniels le dan el giro al género
de la película.

La visión del mundo de Waymond
se opone al mensaje subyacente

que encontramos en casi todo
el cine de acción,

la idea reductiva de que la violencia
resuelve todos los conflictos

sin importar las circunstancias.

Waymond: ¡Evelyn! ¡Evelyn, por favor,
no sigas!

Waymond comprende que el camino para
vencer ante un poder fuerte y opresivo

es crear una situación en la que los matones
del poderoso se nieguen a pelear contigo.

Waymond: ¿Qué estás haciendo?

Evelyn: Aprender a luchar como tú.

Como dice en el libro The Dawn of Everything
de David Graeber y David Wengrow:

"Las revoluciones raramente vencen en
combate abiento.

Cuando vencen los revolucionarios,
normalmente se debe a que aquellos

enviados a destruirles se niegan a
disparar o se van a casa".

Y esto es justo lo que sucede en
Todo a la vez en todas partes.

Evelyn utiliza su recién descubierto
poder multiversal

para entender por qué sufre cada
uno de sus oponentes

y darles así aquello que les falta.

Después de esto, uno por uno pierden
el interés en luchar contra ella.

La violencia no resuelve este conflicto.
No puede hacerlo.

Porque el enemigo es un cínico y
nihilista bagel que devora el amor,

el significado y todo lo demás.

La empatía lo resuelve todo.
Como debe ser.

Fijémonos en que, aunque él es
imprescindible en la resolución de la película,

la masculinidad de Waymond no necesita
qué se convierta en un hombre de acción.

No necesita ser el centro de atención
ni arreglar él mismo el problema.

Waymond se siente feliz con
inspirar a su esposa

y después se queda en un segundo plano
y la apoya mientras gana la batalla.

Es especialmente importante
que esta representación

de masculinidad sublime haya sido
encarnada por un hombre asiático.

Como señaló Chris Karnadi en su artículo
en Slate sobre el personaje de Waymond:

"Es una representación poco frecuente de
un hombre asiático que no solo rechaza

y deconstruye estereotipos, sino que
también es una evolución necesaria de
la representación asiática en el cine".

Al principio del vídeo dije que Waymond
no tenía un arco de personaje,

pero resulta que cuando
llegan los créditos finales

quien ha pasado por un arco de personaje
es el espectador.

Nuestra perspectiva ha cambiado
tan dramáticamente

durante la película que hemos llegado
a comprender a Waymond.

Y lo más importante: hemos adoptado
su revolucionaria visión del mundo.

Este cambio de perspectiva también
redefine las expectativas sociales

que Hollywood impone
sobre la masculinidad.

Igual que la bondad, la empatía a veces
puede parecer algo ingenuo o etéreo,

una simple palabra bonita y vacía
con poca fortaleza,

especialmente en épocas difíciles como
la que estamos viviendo.

Pero yo sostengo que lo que Waymond
propone es una empatía realizable,

una empatía para la que no tienes
que quedarte esperando.

El tipo de empatía radical

que podemos ejercer para cambiar
nuestra realidad, fundamentalmente.

Jonathan: Gracias por tu tiempo.
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