Cómo las mujeres nos guiarán a la libertad, la justicia y la paz

"Fui la primera mujer presidente de una nación africana, y creo firmemente que más países deberían de intentarlo", dice H. E. Ellen Johnson Sirleaf, ganadora del premio Nobel y antigua presidenta de Liberia. Al contar la historia de cómo las mujeres de Liberia ayudaron a reconstruir su país después de años de una guerra civil, Sirleaf argumenta por qué la igualdad de género es esencial para alcanzar la paz y la prosperidad, y nos muestra su plan para animar a una generación de mujeres preparadas a tomar puestos de liderazgo y catalizar un cambio social.

Fui la primera mujer presidente

de una nación africana.

Y creo que más países deberían intentarlo.

(Risas)

(Aplausos y vítores)

Una vez que rompemos el techo de cristal

ya no se puede volver a armar

por más que uno lo intente.

Cuando asumí la presidencia de Liberia,

en enero de 2006,

nos enfrentábamos a los grandes retos
de una nación que salía de un conflicto:

una economía colapsada,

infraestructuras destruidas,

instituciones disfuncionales,

deuda enorme,

servicios públicos inflados.

También nos enfrentábamos

a los desafíos que quedaban.

Las principales víctimas
de las guerras civiles:

mujeres y niños.

En mi primer día de mandato

estaba emocionada

y agotada.

Había sido un camino muy largo

para llegar a donde estaba.

Las mujeres habían sido
quienes más habían sufrido

en nuestro conflicto civil,

y fueron las mujeres
quienes lo resolvieron.

Nuestra historia muestra

muchas mujeres fuertes y de acción.

Una presidenta de la Asamblea General
de las Naciones Unidas,

una renombrada jueza
de tribunal de circuito,

una presidenta de
la Universidad de Liberia.

Sabía que tenía que crear

un equipo bastante fuerte

con la capacidad de abordar

los desafíos de nuestra nación.

Y quería asignar mujeres
en los puestos más altos.

Pero sabía que eso no era posible.

Así que me conformé con asignarlas
en puestos estratégicos.

Contraté a una economista
muy capaz del Banco Mundial

como ministra de Finanzas

para liderar el esfuerzo
por recuperarnos de la deuda.

Otra mujer como ministra
de Asuntos Exteriores,

para reactivar las relaciones
bilaterales y multilaterales.

La primera mujer jefa de la policía

para trabajar con los miedos
de las mujeres,

que sufrieron demasiado
durante la guerra civil.

Otra mujer como ministra de Género,

para asegurar la protección
y la participación de las mujeres.

Con el tiempo,

ministra de Justicia,

ministra de Obras Públicas,

ministra de Agricultura,

ministra de Comercio e Industria.

La participación en liderazgo

no tenía precedentes a mi administración.

Y a pesar de que sabía

que no había suficientes mujeres
con la experiencia

para formar un gabinete con solo mujeres

como quería,

me conformé con asignar varias mujeres

en posiciones ministeriales subalternas.

Como ejecutivas,

administradoras,

en gobiernos locales,

en servicios diplomáticos,

en el Poder Judicial,

en instituciones públicas.

Funcionó.

A finales de 2012,

nuestro crecimiento económico
se había incrementado en un 9 %.

Nuestra infraestructura
se reconstruía de manera muy rápida.

Nuestras instituciones
estaban volviendo a funcionar.

Nuestra deuda de USD 4900 millones

estaba cancelada en gran medida.

Teníamos buenas relaciones
con el Fondo Monetario Internacional,

con el Banco Mundial,
el Banco Africano de Desarrollo.

También teníamos buenas
relaciones laborales

con todos nuestros
países africanos hermanos

y muchas naciones del mundo.

Nuestras mujeres podían volver a
dormir tranquilamente por las noches,

sin miedo.

Nuestros niños volvían a sonreír,

como les prometí durante
mi primer discurso inaugural.

La reputación y la credibilidad

de nuestra nación,

que se había perdido
en los muchos años de conflicto,

se restauraron.

Pero el progreso no está garantizado.

Y en nuestra legislatura,
durante mi primer periodo,

las mujeres ocupaban el 14 %.

En el segundo periodo

se redujo al 8 %,

porque el ambiente
era cada vez más tóxico.

Yo recibí mi propia dosis
de crítica y toxicidad.

Nadie es perfecto.

Pero no hay nada más predecible

que una mujer fuerte

que quiere cambiar las cosas,

que se atreve a alzar la voz,

que es audaz con sus acciones.

Pero no tengo problema con la crítica.

Sé por qué tomé las decisiones que tomé

y estoy contenta con los resultados.

Pero por eso necesitamos
más mujeres líderes.

Pues siempre existirá
quien nos quiera derribar,

nos quiera separar,

porque quieren que las cosas
permanezcan como están.

A pesar de que la África subsahariana
ha tenido grandes avances

en participación y liderazgo femenino,

especialmente en la legislatura,

en el parlamento, como se le llama,

con muchas mujeres,

más del 50 % en una de nuestras naciones,

todavía más del 60 %,
las mejores del mundo,

pero sabemos que no es suficiente.

Si bien tenemos que estar agradecidas

y reconocer el progreso que hemos logrado.

sabemos que aún hay mucho más por hacer.

El trabajo tiene que enfocarse
en los vestigios persistentes

de una estructura

o algo que está en contra de las mujeres.

En muchos lugares, los partidos políticos

se basan en las costumbres,

el patriarcado,

y la misoginia

que tratan de sacar a las mujeres

de los lugares que merecen,

que las excluyen

de los puestos de liderazgo.

Muy a menudo, las mujeres se enfrentan,

a pesar de tener el mejor rendimiento

o una competencia igualitaria o mejor,

a una paga desigual.

Así que debemos seguir trabajando

para cambiar las cosas.

Debemos poder cambiar los estereotipos.

Debemos poder asegurar

que esas barreras estructurales

que no le han permitido a las mujeres

tener la igualdad que
legítimamente merecen.

También debemos trabajar con los hombres.

Porque cada vez se reconoce más

que la igualdad de género

asegurará una economía más fuerte,

una nación más desarrollada,

una nación más pacífica.

Y por ello debemos seguir trabajando.

Y por eso somos compañeros.

Voy a inaugurar un
Centro para las Mujeres y el Desarrollo

que va a reunir...

(Aplausos)

... a mujeres que ya empezaron

y que están comprometidas
a sumarse al entorno de liderazgo.

Con mujeres que han sobresalido

y avanzado en puestos de liderazgo.

Juntos, en un periodo de 10 años,

creemos firmemente

que vamos a crear esta ola de mujeres

preparadas para tomar,

con orgullo,

el liderazgo intencional e influenciar

a toda la sociedad.

Es por eso...

(Ríe)

... que a mis 81, no puedo retirarme.

(Risas y aplausos)

(Aplausos y vítores)

Las mujeres están trabajando por un cambio

en África.

Las mujeres están trabajando por un cambio

en todo el mundo.

Yo estaré con ellas

y seré una de ellas,

siempre.

(Aplausos)

Gracias por escuchar.

Salgan a cambiar el mundo.

(Aplausos y vítores)