Las buenas noticias del SPM | Robyn Stein DeLuca | TEDxSBU

Esta charla es de un evento de TEDx, organizado de manera independiente de las conferencias TED.

Todos saben que la mayoría de las mujeres enloquecen un poco justo antes de su periodo, que sus hormonas reproductivas hacen fluctuar mucho sus emociones. Excepto que hay muy poco consenso sobre el síndrome premenstrual. La psicóloga Robyn Stein Luca dice que en la ciencia no hay acuerdo sobre la definición, causa, tratamiento o incluso existencia del SPM. Explora lo que sabemos y lo que no al respecto, y del porqué el popular mito ha persistido.

¿Cuántos de Uds. han oído del
Síndrome premenstrual (SPM)?

Todos, ¿cierto?

Todos saben que las mujeres
enloquecen un poquito

justo antes de que llegue el periodo,

de que el ciclo menstrual las arroje
a una inevitable montaña rusa hormonal

de irracionalidad e irritabilidad.

Hay una suposición general
de que las fluctuaciones

en las hormonas de reproducción
ocasionan emociones extremas

y que la gran mayoría
de las mujeres se ven afectadas.

Pues vengo a decirles
que la evidencia científica dice

que ninguna de esas
suposiciones son ciertas.

Les tengo buenas noticias sobre el SPM.

Pero primero veamos
el arraigo de la idea de SPM

en la cultura estadounidense.

Si examinan artículos
de periódicos o revistas

existe la amplia suposición
de que todas padecemos de SPM

En un artículo en la revista Redbook
titulado, "Tú: libre del SPM",

se le dice a los lectores que entre el 80
y el 90% de mujeres padecen SPM.

La revista L.A. Muscle
advierte a sus lectores

que del 40 al 50% de las mujeres
padecen del SPM,

y que juega un gran rol en la salud
física y mental de la mujer;

hace unos años, incluso
el Wall Street Journal

publicó un artículo sobre el calcio
como tratamiento para el SPM,

preguntando a las lectoras,

"¿Te conviertes en bruja cada mes?".

Con todos estos artículos se pensaría
que hay un montón de investigación

que verifica la extendida
naturaleza del SPM.

Pero después de cinco
décadas de investigación

no hay un consenso robusto
de la definición, la causa,

el tratamiento o siquiera
la existencia del SPM.

En la definición más común de psicólogos

el SPM presenta conducta negativa,
síntomas físicos y cognitivos

del momento de la ovulación
a la menstruación.

Pero aquí está lo intricado.

Más de 150 síntomas diferentes
se usan para diagnosticar el SPM

y he aquí unos cuantos.

Debo hacer una aclaración.

No digo que las mujeres no tengan
algunos de estos síntomas,

lo que digo es que tener
algunos de estos síntomas

no implica un trastorno mental;

y cuando los psicólogos
sugieren un trastorno,

la definición es tan vaga,

que la etiqueta con el tiempo
no tiene significado.

Con una lista tan amplia de síntomas,

yo, tú y el chico de la tercera fila

podrían tener el SPM,

incluso mi perro. (Risas)

Algunos investigadores dicen
que se deben tener 5 síntomas,

otros dicen que tres.

Otros dicen que los síntomas
solo son significativos

si la molestia es grande;

pero otros dicen que incluso
importan síntomas menores.

Por muchos años,
como no hubo un estandarización

en la definición del SPM,

cuando los psicólogos intentaron
reportar las tasas de prevalencia,

sus estimaciones variaban del 5%

al 97% de las mujeres,

tal que ninguna y todas
al mismo tiempo tenían el SPM.

En general, las deficiencias
en los métodos

de investigación del SPM
son considerables.

Primero, muchos estudios
piden a las mujeres

que reporten sus síntomas en retrospectiva

mirando el pasado y
confiando en la memoria,

lo que se sabe infla el reporte del SPM

comparado con el llamado
reporte prospectivo,

que implica mantener
una bitácora diaria de síntomas

por al menos dos meses seguidos.

Muchos estudios
se enfocan exclusivamente

en mujeres de clase media, blancas,

lo que dificulta aplicar
los resultados a todas las mujeres.

Sabemos que hay un fuerte componente
cultural en la creencia del SPM

porque es casi inexistente
fuera de las naciones occidentales.

Tercero, muchos estudios
carecen de grupos de control.

Si queremos entender
las características específicas

de las mujeres que tienen el SPM,

necesitamos compararlas
con quienes no la padecen.

Por último, se usan muchos
tipos diferentes de cuestionarios

para diagnosticar el SPM,
enfocados en diversos síntomas,

duración y severidad.

Para que la investigación de
cualquier condición sea confiable,

los científicos deben acordar
las características específicas

que constituyen esa condición,

para así estar hablando de lo mismo,

y con el SPM ese no es el caso.

Sin embargo, en 1994,

el Manual Estadístico y Diagnóstico
de Trastornos Mentales

conocido como DSM, afortunadamente.

--es el manual para
los profesionales de salud mental--

redefinió al SPM como TDPM.

Trastorno Difórico Premenstrual.

La disforia se refiere a la sensación
de agitación o incomodidad

Según las nuevos lineamientos del DSM,

en la mayoría de los ciclos
menstruales del último año

al menos 5 de los 11 posibles síntomas

deben aparecer en la semana anterior
al inicio de la menstruación;

los síntomas se deben aliviar
una vez iniciada la menstruación

y los síntomas deben desaparecer
una semana después del fin del periodo.

Uno de estos síntomas debe
estar en esta lista de cuatro:

cambios de humor marcados,
irritabilidad, ansiedad o depresión.

Los otros síntomas pueden
venir de la primera diapositiva

o de la segunda

inclusive síntomas
como sentirse fuera de control

o cambios en el sueño o el apetito.

El DSM también requiere
ahora que los síntomas

estén asociados con angustia
clínicamente significativa,

--algún tipo de perturbación en el trabajo,

en la escuela o las relaciones sociales--

y que los síntomas y su gravedad
estén documentados

en una bitácora diaria en
al menos dos ciclos seguidos.

Por último, el DSM también requiere
que la perturbación emocional

sea más que la exacerbación
de un trastorno existente.

Científicamente hablando,
esto es una mejoría.

Ahora tenemos un número
limitado de síntomas

y se requiere un alto impacto
en la funcionalidad,

el reporte y cronología de
los síntomas deben ser muy específicos.

Usando este criterio

y observando los estudios más recientes,

vemos que en promedio

del 3 a 8% de las mujeres sufren de TDPM.

No todas las mujeres ni la mayoría,

ni siquiera muchas de ellas:

del 3 al 8%

Para las demás, variables como eventos
estresantes u ocasiones felices,

incluso los días de la semana,

son predictores más efectivos
del ánimo que el periodo del mes,

y esta es la información
que la comunidad científica

ha tenido desde los 90.

En 2002, mis colegas y
yo publicamos un artículo

que describe la investigación
del SPM y el PMDD

y varios artículos similares
han aparecido en revistas de psicología.

La pregunta es, ¿por qué esta información
no ha llegado al público?

¿Por qué persisten los mitos?

Ciertamente el embate de mensajes
que reciben las mujeres de libros,

TV, películas, Internet,
de que todas padecemos SPM

tiene una gran influencia en
convencerlas de que es verdad.

La investigación nos dice que entre
más cree una mujer que tendrá SPM

más probable es que reporte
erróneamente que lo tiene.

Qué quiero decir con "erróneamente".

Podrían preguntarle, "¿Tienes SPM?"

y ella contestará que sí,

pero cuando ven su diario

de síntomas psicológicos de dos meses,

no hay correlación entre sus síntomas

y el momento del mes.

Otra razón de la persistencia
del mito del SPM

tiene que ver con los estrechos
límites del rol femenino.

Psicólogas feministas como Joan Chrisler

sugieren que tomar la etiqueta de SPM

permite a las mujeres expresar emociones

que de otra forma serían
impropias de una dama.

La casi definición universal
de una buena mujer

es aquella que es feliz, cariñosa,
que cuida de los demás

y siente mucha satisfacción de ese rol.

Entonces el SPM es un permiso
para enojarse, quejarse

sin perder el título de buena mujer.

Sabemos que las variables
en el ambiente de una mujer

tienen más probabilidad de
irritarla que sus hormonas,

pero cuando atribuye
el enojo a las hormonas,

es absuelta de crítica.

"Ah, ella no es así,
está fuera de control".

Y aunque esto es útil, invalida
las emociones de la mujer.

Cuando la gente responde
al enojo de una mujer

con el pensamiento de
"Ah, está en sus días",

su capacidad para que la tomen
en serio está severamente limitada.

¿Quién más se beneficia
del mito del SPM?

Les puedo decir que el tratamiento del SPM

se ha convertido en una industria
próspera y lucrativa.

Amazon.com actualmente ofrece
1900 libros sobre tratamientos de SPM.

Una búsqueda rápida en Google
arroja un cuerno de abundancia

de clínicas, talleres y seminarios.

Fuentes reputadas en Internet
de información médica

como WebMD o la Clínica Mayo enlistan
el SPM como un trastorno conocido.

No es un trastorno conocido,
pero lo enlistan.

al igual que las medicinas que los
médicos han recetado para tratarlo.

como antidepresivos y hormonas.

Es de notar que ambos sitios
dicen que la eficacia de la medicina

en el tratamiento del SPM
varía de mujer a mujer.

Bueno, eso no tiene sentido.

Si tienen un trastorno claro
con una causa clara,

como se supone que es el SPM,

entonces el tratamiento debería
mejorar a muchas mujeres.

Lo que no ha sido el caso
con estos tratamientos,

y las regulaciones de la FDA dicen
que un fármaco se considera efectivo

cuando una población considerable

ve mejorías clínicamente significativas.

Lo que no se tiene en
estos llamados tratamientos.

Pero la ganancia financiera
de perpetuar el mito

de que el SPM es un trastorno mental común

y de que es tratable, es sustancial.

Cuando se recetan antidepresivos
u hormonas a mujeres,

el protocolo médico requiere
dar seguimiento cada tres meses,

y esto son muchas visitas médicas.

Las farmacéuticas obtienen
ganancias incalculables

cuando convencen a las mujeres
de tomar medicinas recetadas

durante toda su vida fértil.

Medicinas de venta libre como Midol

incluso afirman que tratan síntomas
del SPM como tensión e irritabilidad

cuando sólo contienen
un laxante, un analgésico y cafeína.

No discutiré sobre los poderes
mágicos de la cafeína,

pero no creo que bajar
la tensión sea uno de ellos.

Desde el 2002, Midol ha comercializado
un Teen Midol para adolescentes

dirigido a jovencitas convenciéndolas

de que al tener SPM
se convierten en monstruos,

pero esperen, hay algo que pueden hacer:

tomen Midol y volverán a ser humanas.

En 2013, Midol obtuvo
48 millones de dólares en ventas.

Mientras que perpetuar el mito del
SPM ha sido lucrativo para algunos,

ha traído serias consecuencias
adversas para las mujeres.

Primero contribuye a la medicación

de la salud reproductiva de la mujer.

El campo médico tiene una larga historia
de definir los procesos

reproductivos femeninos como
enfermedades que requieren tratamiento

a un enorme costo
que incluye demasiadas cesáreas,

histerectomías y tratamientos
hormonales recetados

que han perjudicado más
que mejorado la salud de la mujer.

Segundo, el mito del SPM también
contribuye al estereotipo

de la mujer como irracional
y demasiado emocional.

Cuando el ciclo menstrual se describe
como una montaña rusa hormonal

que convierte a las mujeres
en bestias salvajes

es fácil cuestionar la competencia
de todas las mujeres.

Las mujeres han hecho enormes
avances en la fuerza de trabajo,

pero todavía son pocas las
que llegan a los puestos más altos

en el gobierno o los negocios.

Y cuando pensamos en
un buen director o senador,

alguien con racionalidad,
firmeza, competencia,

en nuestra mente y cultura

eso suena más a un hombre
que a una mujer,

y el mito del SPM ha contribuido en eso.

Los psicólogos saben que
el humor de hombres y mujeres

son más similares que diferentes.

Un estudio que siguió a hombres
y mujeres por 4 a 6 meses

encontró que el número de
cambios de humor que experimentaron

y la severidad de los mismos
no fueron diferentes.

Por último, el mito del SPM
evita que las mujeres se enfrenten

con las causas reales de
sus molestias emocionales.

Causas individuales como la calidad de
sus relaciones o condiciones de trabajo,

o causas sociales como
racismo, sexismo o pobreza

afectan fuertemente el humor cotidiano.

Barrer las emociones
debajo de la alfombra del SPM

evita que las mujeres entiendan
las fuentes de sus emociones negativas

y también quita la oportunidad
de actuar para cambiarlas.

Así las buenas noticias del SPM

son que aunque algunas mujeres
tienen síntomas por el ciclo menstrual,

la gran mayoría no tiene
trastornos mentales.

Van al trabajo o la escuela,
cuidan de sus familias

y funcionan con normalidad.

Sabemos que las emociones
de hombres y mujeres

son más similares que diferentes.

Abandonen el viejo mito del SPM
de mujeres como brujas

y aceptemos la realidad

de una funcionalidad
altamente emocional y profesional

que la gran mayoría de
las mujeres vive a diario.

Gracias.

(Aplausos)