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(Campana)
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(Campana)
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(Campana)
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Otoño 2014
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Introducción de Thay
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Templo de la Nube del Dharma.
Upper Hamlet
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27 de octubre de 2014
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Hermana Dao Nghiem,
¿estás cómoda?
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Muy cómoda, Thay.
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(Risas)
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-¿Y tú, hermana Jina?
-También, Thay.
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¿Podemos comenzar?
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Muy bien.
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Bienvenidos, queridos amigos.
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Bienvenidos, queridos colegas.
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Bienvenidos a este retiro francófono
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reservado a los docentes,
a los educadores.
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Yo también soy profesor,
y me gusta mi oficio.
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Sé que ustedes también
aman su oficio.
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Quieren construir hombres y mujeres
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jóvenes, sanos, felices,
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capaces de ser felices
y de hacer felices a los que les rodean.
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Nuestra misión no es solo
la de transmitir conocimiento,
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sino la de construir seres humanos,
una humanidad digna, bella,
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para que pueda cuidar
nuestro precioso planeta.
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He sido muy afortunado.
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Porque las personas,
sobre todo los jóvenes,
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que se han acercado a mí
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tienen el mismo ideal.
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Quieren aprender para transformarse,
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para vivir de forma feliz
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y ayudar a los demás
a vivir felices también.
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Cada vez que entro en mi clase,
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siempre hay felicidad.
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Hay una comprensión mutua
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entre alumno y profesor.
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También hay
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una especie de fraternidad
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que convierte el trabajo
de enseñar, de aprender,
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en una tarea más fácil.
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Siempre me informo
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acerca de la vida de mis estudiantes.
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Les hablo de mis dificultades,
mi esperanza, cosas así.
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Así, la comunicación siempre es posible.
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Sabemos que los niños,
los estudiantes de hoy en día,
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padecen mucho sufrimiento.
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Porque sus padres sufren.
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Los padres no pueden
comunicarse entre sí.
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No hay una comunicación fácil
entre padres e hijos.
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Hay soledad,
una especie de vacío,
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un vacío en el niño.
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Los niños intentan llenar ese vacío
con juegos electrónicos, cosas así.
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Ustedes lo saben bien.
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Los jóvenes padecen
una gran cantidad de sufrimiento.
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Eso dificulta mucho
la labor de enseñar.
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Nosotros mismos
también tenemos dificultades.
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Hemos hecho todo lo posible,
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pero el entorno, la familia,
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nuestros colegas de trabajo,
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tienen muchas dificultades.
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Por tanto, es difícil.
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Si los profesores, los colegas,
no son felices,
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¿cómo podemos
hacer a los niños felices?
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Es un gran problema.
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No tenemos bastante
paciencia, comprensión,
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frescura, compasión,
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para poder afrontar todo ello.
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Por eso,
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hay una dimensión espiritual
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necesaria para todos nosotros,
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que nos ayuda a transformarnos
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y a empezar a ayudar
a nuestros prójimos
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a transformarse.
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empezando por nuestros familiares,
nuestra pareja.
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Después,
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si tenemos éxito en esta práctica,
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nos hacemos más agradables,
sonrientes, compasivos.
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Y podremos ayudar a los colegas
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a hacer lo mismo.
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Y vamos a llevar esa práctica
a la clase.
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El primer paso es
realizar un gran retorno,
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un gran retorno a uno mismo.
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Buscamos una salida.
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Pero la salida comienza
por una entrada.
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(Risas)
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(inglés) La salida está dentro.
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¿Puedes dibujar algo,
hermano Phap Linh?
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Eso es, es el gran retorno
a uno mismo
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para poder cuidar de uno mismo,
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para poder manejar
una dificultad en uno mismo.
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Aquí tenemos
los métodos de práctica.
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Podemos practicar juntos
felizmente.
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Con la respiración consciente,
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podemos traer la mente al cuerpo
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y, primero, cuidar de nuestro cuerpo.
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Hay tensión, dolor en el cuerpo.
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Con esta práctica,
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podemos regresar al cuerpo,
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reconocer la presencia de la tensión,
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del sufrimiento en el cuerpo
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y respirar de forma tal
-
que podamos soltar ese sufrimiento.
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Una hora de práctica
ya puede cambiar muchas cosas.
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Un ejercicio propuesto por Buda:
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Inspiro,
soy consciente del cuerpo.
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Regreso a mi cuerpo,
que es una maravilla
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pero que en este momento
no tiene bastante paz.
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Si no hay paz en el cuerpo,
-
será más difícil
tener paz en la mente.
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Cuerpo y mente
siempre van juntos.
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Hay que empezar por el cuerpo.
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En la posición sentada,
caminando,
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en pie o tumbado,
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se puede muy bien practicar
para relajar el cuerpo.
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Es lo principal.
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Sentado en el autobús,
en el automóvil,
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también se puede hacer.
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Al preparar el desayuno,
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también se puede hacer.
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Al lavar los platos
también se puede hacer.
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Así que tenemos mucho tiempo
para hacerlo.
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Relajar el cuerpo
es muy importante.
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Existen ejercicios
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que nos ayudan a reconocer
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las maravillas de la vida,
las bellezas de la naturaleza,
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que están disponibles
en el momento presente.
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Es fácil.
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Si inhalas una vez,
-
si llevas la atención
completamente
-
a tu inhalación,
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puedes ya detener
todo pensamiento.
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Pensamos mucho.
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Pero nuestro pensamientos
no son productivos.
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Nos volvemos más confusos
al pensar.
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Pienso, luego
no estoy realmente presente.
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(Risas)
-
Pienso luego
me pierdo en mis pensamientos.
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Si llevas tu atención
únicamente a la inspiración,
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aunque la inhalación dure
solo 2 o 3 segundos,
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detienes el pensamiento.
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Eres libre del pasado,
del futuro, de tus proyectos.
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La inspiración puede ser agradable.
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Para un practicante,
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una inspiración
puede ser muy agradable.
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Estás vivo.
-
Estás realizando una inspiración,
es una maravilla.
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Aquel que está muerto
no puede inhalar.
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Respiro luego estoy vivo.
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Estar vivo es un milagro,
el mayor milagro del mundo.
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Con una inspiración,
te aportas placer.
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Y al hacer esa inspiración,
traes la mente al cuerpo.
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Porque en la vida diaria,
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a menudo el cuerpo
está presente
-
pero la mente está ausente.
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Atrapada por el pasado,
por el futuro,
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por tus proyectos,
por tu ira.
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Luego cuerpo y mente
no están unidos.
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Cuando se da esa situación
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no estamos realmente vivos.
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Es preciso que la mente
esté unida al cuerpo
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para que puedas estar ahí
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y vivir profundamente
este momento
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de tu vida, cada momento
de tu vida.
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Cuando mente y cuerpo
están unidos,
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estás plenamente vivo,
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presente,
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y podrás reconocer
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que todas las maravillas
de la vida están ahí.
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El sol,
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los árboles,
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los pájaros,
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el Reino de Dios
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está disponible
aquí y ahora.
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Es el reconocimiento
puro y simple
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de la belleza
de las maravillas de la vida.
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También puedes ver
que tienes mucha más suerte
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que otros.
-
La suerte de vivir feliz
aquí y ahora.
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Si tienes tiempo,
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puedes anotar sobre un papel
-
las condiciones de felicidad
que ya tienes,
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que no has de buscar en el futuro.
-
Creo que una página
no bastará.
-
Dos, tres, cuatro páginas tampoco.
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Tienes mucha suerte,
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condiciones para la felicidad.
-
La felicidad es posible
aquí y ahora.
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Esa es la enseñanza de Buda.
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Los franceses poseen esa sabiduría.
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'¿A qué esperas para ser feliz?'
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(Risas)
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Hay un ejercicio
que nos ayuda a reconocerlo.
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Las maravillas de la vida,
el Reino de Dios,
-
las condiciones para la felicidad
que están disponibles.
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Y puedes generar
una sensación de alegría,
-
una sensación de felicidad
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en cualquier momento y lugar.
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Un verdadero practicante
de la plena conciencia
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es capaz de generar
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una sensación de alegría y felicidad
en cualquier momento.
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Es el arte de la felicidad.
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Es simple, fácil,
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todos pueden hacerlo.
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Hay dos ejercicios.
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Cuando empieza a surgir
una sensación dolorosa,
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cuando empieza a surgir
una emoción dolorosa,
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podemos respirar
de forma tal,
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que podamos generar
la energía de la plena conciencia
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para poder reconocer
esa sensación, esa emoción,
-
abrazarla tiernamente
-
y tras unos minutos
puedes notar un alivio.
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Es muy importante.
-
Debemos escuchar
-
nuestro propio sufrimiento
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en el cuerpo,
-
en las sensaciones,
las emociones.
-
La otra persona
también lo tiene.
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Lleva sufrimiento dentro.
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Habla, actúa,
nos hace sufrir.
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No tiene intención
de hacernos sufrir,
-
pero no puede manejar
su sufrimiento interior.
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Nosotros, practicantes,
-
sabemos cómo manejar
un sufrimiento.
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Manejar un sufrimiento
es un arte.
-
Se habla
del arte de la felicidad,
-
pero se puede hablar
-
del arte del sufrimiento.
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Hemos de aprender a sufrir.
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Aquel que sabe
cómo sufrir
-
sufre mucho menos
que los demás.
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Créanme.
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La persona que sabe
cómo sufrir
-
sufre mucho menos
que los demás.
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Es un hecho.
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Si eres capaz
-
de ver el sufrimiento
en esa persona,
-
no sufrirás más.
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Pobre amigo,
pobre colega.
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Lleva tanto sufrimiento dentro,
-
no sabe cómo manejar
ese sufrimiento.
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Actúa así,
-
sufre y hace sufrir a los demás.
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Cuando miras así,
hay compasión en tus ojos.
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Al mirar con compasión,
ya no sufres.
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La compasión es el antídoto de la ira.
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Es muy sencillo
generar la energía de la compasión.
-
Muy sencillo.
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Reconocer el gran sufrimiento
en él, en ella.
-
Tienes compasión
hacia él, hacia ella
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y puedes sonreír,
ser amable y compasivo.
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Esa persona se sorprenderá.
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'¿Cómo puedes hacerlo?'
-
'Los demás, en una situación así,'
-
'reaccionan con ira.'
-
'Pero tú estás relajado,
sonríes.'
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'Eres compasivo.'
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Así puedes ayudar a los demás.
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Emprender el regreso
es el primer paso.
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Después,
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puedes empezar a ayudar a tu pareja,
-
a los miembros de tu familia.
-
La otra persona
da testimonio
-
de la transformación en ti.
-
Y te creerá, que si hace lo mismo,
-
también podrá
lograrlo, como tú.
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La reconciliación,
-
la restauración de la comunicación
serán posibles.
-
La palabra amorosa
-
y la escucha compasiva
-
ayudan siempre
-
a restaurar la comunicación
-
y traen la reconciliación.
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'Querido amigo,'
-
'sé que has sufrido mucho'
-
'en los últimos años.'
-
'No he podido ayudarte.'
-
'He reaccionado de forma tal'
-
'que he hecho la situación
más difícil.'
-
'Lo siento mucho.'
-
'Querido amigo,'
-
'no era mi intención
hacerte sufrir.'
-
'Es que no he visto
ni comprendido'
-
'tu enorme sufrimiento.'
-
'Ayúdame, amigo.'
-
'Ábreme tu corazón,'
-
'cuéntame tus dificultades,
tu sufrimiento.'
-
'Creo que
si comprendo tu sufrimiento,'
-
'no reaccionaré
como lo hice en el pasado.'
-
'Debes ayudarme, amigo.'
-
'Ábreme tu corazón.'
-
Es el habla amorosa.
-
Es la llave
que puede abrir la puerta
-
del corazón de una persona.
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Es muy eficaz.
-
Incluso tras
5 años de dificultades
-
te dirá lo que guarda
en su corazón.
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Ahora puedes practicar
como Avalokiteshvara,
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escuchar con compasión.
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Solo escuchar.
-
La escucha compasiva
-
tiene un solo objetivo:
-
ayudar a la otra persona
a vaciar su corazón
-
para que sufra menos.
-
Así que aunque diga
cosas incorrectas,
-
no se debe interrumpir.
-
Hay que dejar que esa persona hable.
-
Más tarde,
quizá tendrás tiempo
-
para darle alguna información
-
que le ayude a corregir
su percepción.
-
Pero no ahora.
-
Es muy eficaz.
-
Restaurar la comunicación.
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Hacer nacer
la reconciliación.
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Con la colaboración
del profesor, su pareja
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y la familia,
-
daremos otro paso.
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Podemos abordar
el entorno laboral.
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Incluyendo
a nuestros colegas
-
y a nuestros alumnos.
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Sabemos
que la mayoría de los colegas
-
llevan sufrimiento dentro.
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Si ya tenemos comprensión,
-
compasión,
-
sufrimos mucho menos
-
cuando esa persona explota.
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Hemos de pensar
en crear una sangha.
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Es decir, una comunidad,
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con los colegas de trabajo.
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Con el personal del centro.
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Pueden ser 2, 3 o 4 personas
-
con las que puedes comunicarte mejor.
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Debes hablarles primero a ellas
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sobre la situación.
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Esas personas han visto
tu transformación, sanación.
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Eres fresco, compasivo,
-
sonriente.
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Puedes hablarles
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y construir una sangha.
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Deben reunirse a menudo
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para seguir con la práctica.
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No solo como individuos,
como familia,
-
sino como comunidad.
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Construir una sangha
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es algo
absolutamente necesario.
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Podemos hacer
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una meditación caminando juntos.
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Podemos tomar juntos el té.
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Podemos hacer juntos
una sesión de relajación total.
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Y crearemos una pequeña comunidad
-
compuesta por
profesores felices.
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Los profesores felices
cambiarán el mundo.
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Con esa pequeña sangha
-
podremos cambiar
toda la comunidad del centro.
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Podemos escribir una carta.
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Decir: Somos un grupo de personas.
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Hemos hecho esto y aquello
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y hemos realizado grandes cambios
-
en nuestra vida,
en nuestro trabajo, en nuestra aula.
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Creo que si pueden unirse a nosotros,
-
será maravilloso.
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Y los colegas empezarán a disfrutar
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de esa paz, esa fraternidad,
esa relajación.
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No podemos seguir así.
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Si los profesores son infelices,
-
si no tienen armonía, paz entre ellos,
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¿cómo ayudar a que los jóvenes
sufran menos,
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a que tengan éxito en su trabajo?
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Construir una sangha
-
es algo
absolutamente necesario.
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Cada profesor debe ser
un constructor de sanghas.
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Saben que después de la Iluminación,
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lo primero que pensó Buda
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fue en construir una sangha.
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Sabía bien que sin una sangha
-
no podría tener éxito
en su carrera como un buda.
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(Risas)
-
El profesor también
sigue una carrera
-
noble, bella, respetable.
-
Sin una sangha,
-
no podemos hacer gran cosa.
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Construir sanghas
es absolutamente necesario.
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Queridos amigos,
-
tenemos un retiro,
-
cosa maravillosa.
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Tenemos la ocasión
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de practicar todo eso juntos.
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Les deseo un buen y feliz retiro.
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Gracias.
