El carácter cuenta | Thomas Wright | TEDxUniversityofNevada

El profesor de Negocios Thomas Wright describe lo que es el carácter y porqué es importante. Ofrece un ejemplo personal para demostrar el enfoque tridimensional - cabeza, corazón, manos - del desarrollo del carácter.
Thomas recibió su doctorado de la Universidad de California, Berkeley. Disfruta realizando investigaciones y consultoría sobre temas como el liderazgo basado en el carácter, la optimización del desempeño de los empleados, el desarrollo de estrategias efectivas de reclutamiento y retención de empleados y la búsqueda de formas innovadoras de mejorar la salud y el bienestar de los empleados. En reconocimiento a sus logros profesionales, fue galardonado con el estatus de Fellow en la Association for Psychological Science, la American Psychological Association y la Society of Industrial and Organizational Psychology. El punto culminante de su carrera profesional fue la publicación de varios artículos con su padre, Vincent P. Wright.

Esta charla es de un evento TEDx, organizado de manera independiente a las conferencias TED. Más información en: http://ted.com/tedx

[El carácter, y no las circunstancias,
hace al hombre - Booker T. Washington]

Me encanta esta cita
de Booker T. Washington.

Nacido en la esclavitud,
nunca conoció a su padre,

Booker T. Washington

superó una gran cantidad de adversidades

en su trayecto a ser el líder
más prominente y dominante

de la comunidad afroamericana,
durante su vida.

Reconociendo que el carácter
no sólo es importante

sino que puede desarrollarse,

cuando fue presidente de la universidad,

todas las semanas, los domingos,

dedicó tiempo a sus estudiantes
del Tuskegee Institute

hablándoles sobre
los beneficios del carácter.

A mi también me interesa mucho el carácter

y hace varios años que lo investigo,

tratando de entender con exactitud
lo que es el carácter.

Hoy no tendremos una solución definitiva,

pero podemos hablar de lo que hice
con el ejército de EE. UU.

donde observé el papel
de ciertas fortalezas del carácter,

como la honestidad y la autorregulación,

y cómo se comparan y contrastan con
los rasgos y valores de la personalidad.

Para resumir,

el carácter no es
ni personalidad ni valores;

es otra cosa.

No importa cómo
lo diseccionemos y definamos,

hoy en día tenemos una crisis del carácter

Soy un académico de largo recorrido
y llevo unos 30 años en este puesto,

y, lamentablemente, con los años,
observé un aumento de fraude académico.

De hecho, en un estudio, un 88 % de los
estudiantes declaró haber hecho trampa.

Más preocupante, cuando se les preguntó
con qué frecuencia hacen trampas,

la respuesta media fue 100 veces,

o más.

Hay una epidemia

de la cual mucha gente buena no habla.

Y esto tiene muchas implicaciones,
como todos sabemos.

Pero no se trata de negatividad;
se trata de redención.

Y hay mucha esperanza,

por lo que esta charla tratará
sobre un aspecto de esta esperanza

que consiste en lo que llamamos
el "triple enfoque"

sobre el desarrollo del carácter basado
en la cabeza, el corazón y las manos.

Tengo un ejemplo real
de uno de mis estudiantes

que practicó lo que yo llamo
una "integridad retardada"

y que se autodelató después
de haber hecho trampa con éxito.

Con eso quiero decir
que no lo habían descubierto.

Pues bien, ¿por qué es importante?

Déjenme que les cuente un poco
sobre la integridad retardada.

Hace un tiempo, en primavera,

recibí un email urgente de un estudiante
diciendo que quería hablar conmigo;

que era muy importante.

Lo presioné para que me contara
de qué se trataba,

me dijo: "Hubo un problema"

con el final que acababa de dar.

Vino al día siguiente, se sentó.

Se notaba que estaba muy nervioso,
con mucha ansiedad.

Y espetó: "Hice trampa en el exámen final"

Se enderezó.

Procedió a contarme cómo hizo trampa,

y dijo: "Aceptaré el castigo que me dé."

Yo estaba a cierta distancia.

Soy, como ven, un profesor entrecano,

que enseñé a miles de estudiantes
a lo largo de los años.

Les confieso que nunca estuve
en una situación así, y me interesó.

Permítanme contarles un poco
sobre el estudiante.

Como la mayoría, empezó la facultad
apenas terminó secundaria

pero pronto abandonó los estudios,
consiguió trabajo, se casó.

El matrimonio no duró,

pero había tenido una hermosa hija
y estaba muy orgulloso de ella.

Y con esa familia en aumento se dio cuenta

que tenía que volver a estudiar,

obtener una licenciatura
y progresar en su carrera.

"¿Pero por qué hizo esto?"
es la pregunta del millón de dólares.

Eso tampoco me había pasado nunca.

No había sido ni por mis aburridas clases
ni por el material a estudiar.

Uno de los principios de la clase

involucraba que los estudiantes
consideraran y reflexionaran

sobre el significado
y el propósito de la vida

y que luego produjeran
un plan de acciones para lograrlo.

Pues bien, él me vió
como un modelo positivo a seguir,

y aún más importante,

quería ser un modelo
positivo para su hija.

De hecho, rompió a llorar

cuando dijo algo
que casi me hizo llorar a mí:

"Ya sabe, profesor,

no quiero que mi hija piense
que su padre es un tramposo."

Bueno, eso fue bastante duro.

¿Y cómo terminó todo esto?

Sacó una C en el exámen final.

Según los protocolos de la universidad
yo podría haberlo suspendido.

Pero eso no hubiera reflejado

el carácter del hombre que quiero ser.

Ya había sufrido demasiado;

había llorado en mi despacho, etc.

Así que dije: "Busquemos otra solución."

Decidimos que volvería a hacer el exámen

y la nota que sacara
sería su clasificación final.

Sin embargo, como todavía me habían
quedado unas sospechas, dije:

"No será un exámen escrito
ya que eso nos dio un problema.

Será un oral."

Se tomó su tiempo, volvió,

y me dí cuenta al haber
comenzado el interrogatorio,

que estaba muy nervioso,

y eso era comprensible
dado el trauma sufrido.

Después de todo, no era un estudiante
típico y lloró en mi despacho.

Pero le fue bastante bien y logró una C,

entre los dos acordamos que C
era el puntaje adecuado.

Pero la historia era más profunda.

De algún modo

lo profunda como para mencionarse
en una charla TED,

lo cual me alegra.

Realizamos un estudio independiente,

generando una cantidad de preguntas

que el estudiante investigó.

Hizo una tarea tan buena

que los resultados fueron publicados
en una revista de investigación de gestión

y nos ofreció varias reflexiones.

Una de ellas, que me gustaría mencionar
superficialmente, es muy importante.

¿Recuerdan que les comenté que el
88 % de los estudiantes hacen trampa?

Eso implica que queda solo un 12 % que no.

Entrevistamos a algunos de ese 12 %

y ellos se sintieron estigmatizados.

Algunos de sus colegas
se reirían de ellos,

les llamarían "cerebritos" y más cosas.

El escenario simple es -
y espero que todos estén de acuerdo -

que como sociedad,

no podemos estigmatizar a la gente
por haber obrado bien.

Eso no es lo que queremos.

Por otro lado, otra reflexión

que me llevó a entender mejor
lo del enfoque tridimensional mencionado:

la cabeza, el corazón y las manos.

Hablemos de esto unos momentos.

El enfoque de la cabeza
es el enfoque típico

de alguien como yo,
que me desarrollé como académico:

dando clase, comunicación unilateral.

En esta situación

se habla de porqué es improcedente
hacer trampa o está mal hacer trampa,

y luego se cita a Platón,
Aristóteles o Emanuel Kant.

Bueno, la frase que podemos usar
es "Piensa como digo."

Este estudiante no es como los demás,
por así decirlo, ¿verdad?

El estudiante me dijo

que esto no había influenciado
su decisión de confesar.

El enfoque del corazón,

que puede verse en el dicho:
"Uno siente como piensa",

involucra a la emoción y los sentimientos.

El estudiante pensó
que esto funcionaba mejor,

y que refleja parte de la tecnología
que emana de las ciencias sociales,

pero aun así no alcanzaba.

El enfoque más importante
fue el tercero, el de la mano:

"Uno hace lo que siente."

El estudiante dijo
que lo que le afectó mucho

fue pensar en el propósito
y significado de su vida.

Dijo, por ejemplo:

"Mi propósito es que mi hija
no piense en mí como un tramposo."

Ahí casi me hizo llorar.

Este es un enfoque que se considera
en conjunto y trata a la persona entera,

no se trata solo del intelecto,

no se trata solo
de psicología o emociones,

no se trata solo de ética,

se trata de comportamientos.

Y tenía un plan de comportamiento
que era muy importante para él.

Me consideraba un modelo positivo,
como dije.

Y, lo que es más,

él quería ser un modelo positivo
para su hija.

Entonces, ¿qué podemos sacar de esto?

Quiero que se lleven algo de aquí.

Bueno, hay muchos juegos de rol diferentes
que uso en mis clases y en otros lugares.

Uno de ellos

se llama las tres cosas positivas,
cosas buenas, en el enfoque de la mañana.

O simplemente, cada mañana.

¿Cuáles son tres cosas
por las que hay que estar agradecido?

Esta mañana, para mí:

tengo buena salud,

una mujer que me quiere,
que está en la audiencia, y mi familia,

y estoy dando esta charla TED.

Es un buen día, ¿no es así?

(Aplausos)

Sugiero que los demás, todos Uds.,
puedan incorporar el mismo enfoque,

pueden hacerlo, es fácil.

Pero no es tan fácil.

Déjenme ponerme como ejemplo a mí mismo.

Mientras predicaba esto a mis estudiantes,

el triple enfoque, la gratitud,
las tres cosas buenas,

dejé de practicarlo por un tiempo.

Siempre fuí físicamente activo,

pero con la actividad física,

sufrí varias lesiones y operaciones
causadas por el deporte.

Así que en vez de hacer lo que yo decía,

al despertarme le decía a mi mujer:

"Ay, me duele la espalda",

"Me duele el pie",

"Me duele la rodilla",

hasta que un día, en toda su sabiduría,
me miró y me dijo:

"¿Por qué no practicas
lo que predicas a tus estudiantes?

¿Qué te pasa?"

Y actuando inocentemente,

le pregunté: "Bueno, ¿qué quieres decir?"

Y ella dijo: "Dí algo positivo
cuando me veas por la mañana."

Buen consejo.

(Aplausos)

Así que a mi favor,
después de ese pequeño flash,

empecé a ser positivo.

Muy bien, para terminar
con Booker T. Washington

y la cita,

y disculpen, no les enseñé el enfoque
de la cabeza, el corazón y las manos.

Booker T. Washington tenía razón.

Nos dejó un legado.

Y los estudiantes que fueron
a uno de sus debates dominicales

sobre temas específicos

tuvieron hijos propios,

y su legado continuó más de 100 años.

Escribió un excelente libro
sobre el carácter;

los invito, si les interesa,

a que lo miren.

Lo comparto como la cuarta cosa
que me hace feliz,

Me alegra y aprecio mucho

y les agradezco su atención.

Gracias.

(Aplausos)