Mis dos mamás: los mitos de la adopción gay | Lynne Elvins | TEDxBristol

Esta charla se dio en un evento de TEDx con el formato de conferencia de TED, pero fue organizada de manera independiente por una comunidad local. Entérate de más en http://ted.com/tedx

En esta charla sugerente y muy personal, Lynne Elvins, una madre lesbiana, explora el significado de "familia" en el siglo XXI. Describe cómo todos podemos formar parte de una gran familia y proporcionar cariño, cuidado e inspiración a las siguientes generaciones, independientemente de nuestro sexo o de si compartimos el mismo ADN. También habla de los titulares de prensa y de los mitos que hay sobre la paternidad de personas del mismo sexo, las maquinaciones del proceso de adopción y las presunciones arraigadas en la sociedad sobre los roles de género.

Cuando la gente
anuncia que va a tener hijos,

la respuesta normal
que se recibe es "¡Enhorabuena!"

Cuando anuncia que va a adoptar,

la respuesta puede ser un poco diferente.

Y si son una pareja gay

y anuncian que van a adoptar niños,

la respuesta puede ser muy diferente.

Emma, mi pareja, y yo
llegamos a un punto en nuestra relación

en el que quisimos
comenzar una familia, como mucha gente.

Como somos dos mujeres,
tuvimos que buscar opciones

y, entre las opciones, quisimos
centrarnos en la adopción o la acogida.

En ese momento,
no sabíamos mucho de ninguna.

Así que quiero hablarles
sobre el viaje que emprendimos

para convertirnos
en la primera pareja abiertamente gay

a quien aceptaron para adoptar
aquí, en el Ayuntamiento de Bristol.

Eso fue hace 11 años,

y, posteriormente,
eso nos llevó hasta nuestro hijo Steven.

Así que me oirán hablar de él también.

Gracias.

(Aplausos)

Gracias.

Las opiniones
sobre la adopción gay son muy delicadas

y es una mezcla complicada,
por lo que veo, de varias cosas,

como la idea de defender
"los valores de la familia".

Hay presunciones sobre roles de género,

hay confusión
incluso sobre el proceso de adopción,

y hay cierto nivel de pánico hacia la idea

de incluir a niños
en "estilos de vida gay".

Lo que quiero hacer
es elegir unos pocos temas de esos

y explicar algunas cosas que son distintas

y algunas cosas que son idénticas

sobre tener una familia con dos mamás.

Llamamos por primera vez
al Ayuntamiento de Bristol,

hace ya 12 años.

Mandaron
a un asistente social y preguntamos:

"Adopción, acogida,
¿de qué trata cada una?"

Y dijeron: "Para empezar,
voy a hacerles una pregunta.

¿Quieren un trabajo
o quieren una familia?"

Y respondimos: "No,
sin duda queremos una familia."

Así que dijeron: "Pues les conviene
la naturaleza permanente de la adopción."

Y dijimos: "Genial,
esta primera decisión ha sido fácil.

¿Qué hacemos ahora?"

Y dijeron: "Les apuntamos a un taller.
Vayan y se enterarán más del tema.

Vuelvan a llamarnos,
les pondremos en el proceso de solicitud,

y pasarán a recibir aprobación."

Así que fue genial.
Ya estaba todo. Parecía tan sencillo.

Así que nos adelantamos

y empezamos a contar
a amigos y familia que queríamos adoptar.

Y ahí fue cuando no recibimos
la lógica respuesta de "Enhorabuena"

que habríamos esperado.

Recibimos muchas caras preocupadas
y nos hicieron muchas preguntas.

Algunos nos preguntaron:
"¿Les está permitido hacer eso?"

Algunos simplemente dijeron:
"¿Por qué? ¿Por qué quieren hacerlo?

Va a ser muy difícil."

Y un compañero de trabajo
me llevó a un lado y me dijo:

"Lynne, no debes contar
a nadie que vas a hacerlo.

Hay mucha gente horrible

que va a estar totalmente en contra

y debes tener cuidado."

Y tenía razón.

Los titulares de prensa,
incluso ahora, justamente hace un mes,

hablan sobre opiniones
de personas que opinan

que la adopción gay
es moralmente mala;

que los gays que quieren hijos
lo hacen porque quieren un "trofeo"

para imitar
el estilo de vida heterosexual;

que los gays
convertirán a sus hijos en gays.

Buena suerte con eso.

(Risas)

Y algunos incluso piensan
que dar un niño a padres gays

es una forma de maltrato.

Y una de las cosas
que quiero hacer hoy, por cierto,

es decirles que mi objetivo
no es descalificar los valores familiares.

Steven es mi hijo.

No es un accesorio para mi estilo de vida.

Y no solo no lo maltratamos,

sino que lo apoyamos para superar
sus difíciles primeros años de vida

que le llevaron,
para empezar, a los servicios sociales.

Pero volvamos a la historia.

Fuimos al taller.
Estábamos muy emocionadas.

Estábamos inquietas,
pero estábamos tan entusiasmadas

que queríamos continuar.
Estábamos en plan: "¡Yuju!".

Y, por supuesto, entramos en una sala

con gente
que ya había pasado por el larguísimo,

muy difícil y muy agotador viaje

de probar, sin éxito,
un tratamiento de fertilidad.

Esa gente estaba al final del camino,

y, para ellos, la adopción
puede ser la última opción.

No sugiero que eso afecte
a la capacidad para ser grandes padres,

pero Emma y yo
llegamos a la adopción de forma distinta.

Para nosotras, era la primera opción
y era un comienzo nuevo emocionante.

Y el estudio sobre adoptantes gays

muestra que este es un tema común:

los adoptantes gays suelen elegir
la adopción como primera opción,

a diferencia
de muchas parejas heterosexuales,

y eso significa que
nosotros llegamos al principio

con un conjunto diferente
de expectativas más positivas.

Otra cosa que nos proporcionó el taller

fue una visión muy reveladora
de los niños en los servicios sociales

que podían adoptarse entonces.

Aquí es donde hay muchas suposiciones

y malentendidos
sobre el proceso mismo de adopción.

La adopción
ha cambiado a lo largo de los años,

pero aún hay tipos de personajes y mitos,

como la huérfana Annie
o ese tipo de niños pequeños

que esperan
a que venga gente y los tome en brazos.

Sigue existiendo ese miedo

de que los trabajadores sociales
van pasando de una familia a otra

y se llevan a los niños
sin la mínima preocupación.

Todos los casos son diferentes,

pero la mayoría de niños
que pueden adoptarse

están ahí por maltrato, abandono o ambos.

Y por ese abandono o maltrato,
pueden tener dificultades de aprendizaje,

pueden tener trastornos afectivos
y pueden tener retrasos en su desarrollo.

Y esas cosas empeoran

si van dando tumbos
por los servicios sociales.

Esos niños son especiales.

Esos niños son diferentes.

Por eso el estudio sobre adoptantes gays
presenta un tema común.

Por razones muy diferentes,

los gays saben lo que es ser diferente,

y, por eso,

el estudio muestra
que llegamos a la adopción

con mucha más empatía,

y mucha más flexibilidad
a la hora de ser padres.

Así que superamos el taller.

Estábamos listas
para el proceso de solicitud.

Nos seleccionaron a una asistente social,

que era realmente fantástica,

y nos lanzó implacablemente,
con razón, cada pregunta del formulario.

Recibimos tareas para hacer,

entrevistaron a nuestros padres,
entrevistaron a nuestros amigos,

y todo era para evaluar

nuestra capacidad de proporcionar
lo que llaman "crianza terapéutica".

Había una pregunta en el formulario

que no nos llevó horas de reflexión.

Y esa pregunta era:

"¿Si tuvieran un hijo
que resultara ser gay,

cómo se sentirían?"

(Risas)

Y pudimos decir:
"Creo que no habrá problema".

(Risas)

Y la asistente social dijo:
"Sí, tampoco creo que haya problema.

Sigamos adelante."

(Risas)

Así que se puso en marcha la solicitud
y llegamos hasta el comité de aprobación.

Nos hicieron muchísimas preguntas,

pero una de ellas era:

"Los chicos necesitan un padre.

Si tuvieran un chico,
¿cómo le ayudarán como hacen los padres?"

Esa es una buena pregunta
y es una pregunta importante,

pero esta incluye
suposiciones sobre roles de género.

Así que mi respuesta tuvo dos partes.

Al principio, les dije:

"Depende a lo que se refiera
con "lo que hacen los padres".

Si se refiere a quién llevará al niño
al parque el domingo por la tarde

a jugar con un balón;

a quién arreglará una bicicleta pinchada;

a quién jugará con una compuadora,

mi respuesta es nosotras.

Nosotras haremos esas cosas.
Emma y yo hacemos esas cosas.

Las mujeres puede hacer cosas de padres."

Gracias.

(Aplausos)

Y, de la misma forma,
los hombres pueden hacer cosas de madres."

(Aplauso)

A lo largo de los años,

Emma y yo hemos montado en quad,

hemos hecho esquí acuático,
hemos ido a museos de tanques.

Hace un año, estuve
con Steven y otros mil chicos adolescentes

y un montón de hombres adultos,

de los cuales demasiados
iban disfrazados de "Thor",

en la Expo Gamer de Londres.

Esto es
una "cosa de padres" que puedo hacer

y pasé un día fantástico.

Lo que no podemos hacer
y no fingimos poder hacer

es dar
una perspectiva masculina de las cosas:

sobre afeitarse, sobre el cambio de voz,

sobre cómo es, en realidad,
comunicarse con otros hombres

cuando no hay mujeres alrededor.

Pero en estos casos

llamamos al fantástico círculo de hombres
que tenemos entre amigos y familia.

Steven tiene
abuelos adorables, tíos y primos geniales.

Traemos a los maridos de amigas
y a nuestros propios amigos,

nos aconsejan sobre qué hacer
y también pasan tiempo con Steven.

Así que conseguimos pasar
el comité de aprobación, fue un gran día.

Fue en ese momento cuando nos dijeron

que éramos la primera pareja gay
que lo había conseguido pasar.

Así que fue fantástico.

Así que seguimos
con el siguiente paso, muy emocionadas,

que es el proceso de asignación.

Llamas a los ayuntamientos de todo el país

para preguntar por los niños
que tienen en el sistema para adoptar

y ahí es donde recibimos
una avalancha de negatividad.

Recibimos muchos silencios incómodos.

Hubo mucha gente que dijo:

"Lo siento. Creemos
que un niño necesita un padre",

pero sin poder discutir
lo que realmente significaba.

Hubo mucha gente
que de verdad nos dijo:

"Creo que lo que hacen está mal".

Y esa fue la peor parte del proceso.

Fue un auténtico golpe
y no estábamos seguras

de que consiguiéramos
una asignación ni de poder pasarlo.

Pensamos que tendríamos que desistir.

Entonces recibimos una llamada

tras haber preguntado
por un chico de cinco años,

y tras muchas más reuniones
y otro comité, un comité de asignación,

nos asignaron a Steven.

Tenía casi seis años.

Ahora tiene dieciséis.

Y esa parte del proceso
fue mucho más fácil para nosotras

porque la familia de acogida de Steven
fue muy comprensiva.

Le prepararon a Steven
diciéndole que era un niño tan especial

que no iba a tener
solo una mamá, iba a tener dos.

Y eso fue increíble.

Fue increíble para nosotras,
pero fue muy positivo para Steven,

en esos momentos tan difíciles
cuando estás en plena transición.

Y estuve hablando
con esa familia este verano

y, por supuesto, dijeron: "Sí,

pero es posible que nos haya rebotado,

porque ahora tenemos
otros niños de acogida que empiezan:

"Yo también soy súper especial,
y creo que quiero dos mamás".

(Risas)

Pero Steven no solo tiene dos mamás.

Tiene una familia biológica
y estamos en contacto con ellos.

Tiene una familia de acogida
y se han convertido en grandes amigos.

Y tiene una familia adoptiva,
que no solo somos Emma y yo,

también es toda mi familia
y es toda la familia de Emma.

Así que doce años
después del primer taller, ¿cómo nos va?

Steven pasa
mucho tiempo solo en su habitación.

Pasa mucho tiempo en Facebook.

Parece que el teléfono
se le ha pegado a la mano.

Pasa muchísimo tiempo
frente al espejo del baño.

Le damos muchísima vergüenza.

No quiere que le vean
con nosotras en público.

Cree que nuestra misión es molestarle

y evitar que haga todo lo que quiere.

Así que creemos
que hemos criado a un adolescente normal.

(Risas)

Pero, siendo serios,
a Steven le va fenomenal.

A pesar de su difícil comienzo en la vida,

siempre ha sido muy listo,
siempre ha sido muy divertido.

Adora las computadoras.
Es un excelente fotógrafo.

Es muy creativo.

Estamos muy orgullosas
de todo lo que consigue,

y es un joven impresionante.

Pero lucha
para sobrellevar las consecuencias

de esos primeros años difíciles,
y siempre lo hará.

Son una parte importante de quién es,

forman su manera de verse,
forman su manera de ver su futuro,

sobre todo durante la adolescencia.

¿Y Emma y yo?
¿Cómo lo llevamos?

Solo el hecho de que tengamos más empatía,

y un poco más de flexibilidad,

no nos hace unas madres perfectas.

De la misma forma
que a otros padres, nos cuesta.

Hay días en los que nos sale estupendo

y otros días
en los que la fastidiamos por completo.

Pero queremos a Steven
y se lo decimos cada día,

a pesar de su enfado
y vergüenza, la verdad.

(Risas)

¿Hay una moraleja en la historia? Sí.

No deberíamos dar por hecho

que las familias son
un cierto número o un cierto género.

Hay familias de todas formas y tamaños.
Siempre las ha habido y siempre las habrá.

Y los adoptantes gays, los padres gays,

somos solo una pequeña parte de la mezcla.

Y está bien. De verdad.

No somos tan diferentes
y, desde luego, no tan amenazadores

como los titulares de prensa
hacen creer a la gente.

Gracias.

(Aplausos)