La ciencia en el terreno para derrotar a las enfermedades de la pobreza | Elisa López Varela | TEDxMadrid

Esta charla es de un evento TEDx, organizado de manera independiente a las conferencias TED.

Las inequidades en salud son responsables de millones de muertes en todo el mundo. En esta charla, Elisa López Varela una investigadora de tuberculosis y VIH explica cómo la investigación y el conocimiento son unas de las herramientas más poderosas para romper el círculo vicioso de las enfermedades y la pobreza.

Ella solicita una investigación en terreno capaz de traducir grandes descubrimientos en políticas sustentables.

Si yo os dijera que acabo
de llegar de Liberia

y que tengo fiebre y que soy médico:

¿Quién de la sala bajaría
ahora mismo a darme un beso?

Me alegro mucho de ver muy pocos
suicidas en la sala.

Las buenas noticias,
para que estéis todos tranquilos,

es que no vengo de Liberia,
sino de Mozambique,

que es un país de África subsahariana

y ahí no tenemos ébola todavía.

Pero tenemos casos de tuberculosis
y de SIDA todos los días

que son contagiosos e igualmente letales.

Y para los que quizá no sepáis esto,
hay solamente 2 fuerzas en la humanidad

que han sido capaces de matar
a decenas de millones de personas

de un plumazo, han sido las guerras

y las enfermedades infecciosas.

Por esa razón cuando veo en las
portadas de los periódicos el ébola

o cuando veo en las portadas
la tuberculosis,

es una desigualdad
y una tragedia horrible,

pero es una oportunidad para
transmitir este mensaje:

las desigualdades en salud,

cuando se trata
de enfermedades infecciosas,

se cobran millones de vidas.
Al final, ¿de qué estamos hablando?

No se trata del ébola o la tuberculosis solamente, si esto pasa en Europa

sí, claramente habría muchas consecuencias,
pero no serían las mismas.

Esto es la desigualdad en salud.

Este es el lugar donde yo trabajo.

Vivo en Mozambique, Manhiça,
un lugar rural a 100 km de Maputo,

que es la capital.

Es el Centro de Investigación
en Salud de Manhiça,

un centro mozambiqueño,

dedicado a luchar contra
las enfermedades de la pobreza.

Vine aquí hace más de 2 años,

a trabajar en un proyecto
de tuberculosis infantil.

Y me quedé,
y los que somos de Manhiça

sabemos que una vez llegas ahí,
no te puedes ir.

La verdad es que hago el trabajo
que siempre he soñado hacer.

Este lugar está justo al otro lado de
la calle del Hospital Estatal de Manhiça.

Es una relación estratégica,

que le sirve mucho a los dos
y que se potencian.

Pero el hecho de que el hospital

esté al lado del Centro de Investigación
de Salud de Manhiça,

le da unas capacidades diferentes
a los demás hospitales.

Desde luego, tiene condiciones
mejores que otros hospitales.

Aún así, la realidad es que las
condiciones son bastante crudas.

Hay una verdad absoluta
y es que nazcas donde nazcas,

nazcas enfermo, nazcas sano,

el lugar de tu nacimiento
determina el resto de tu vida:

condiciona que tengas
acceso a medicamentos.

En un lugar como Manhiça,
quizás tenemos 2, 3 medicamentos

para tratar una neumonía y en España
tenemos 50 o 60 antibióticos.

Determina que tengas acceso a medios.

Cuando tenemos un niño
con ataque de asma,

los que seáis padres o lo
hayáis visto alguna vez,

se usan unas cámaras de nebulización

En Manhiça no tenemos,
utilizamos una botella de agua,

la cortamos, ponemos un esparadrapo
y lo aplicamos en la cara,

¿y sabéis qué? Funciona.

Sobre todo, determina
el acceso a la salud,

es algo que damos por supuesto
en nuestra sociedad,

casi nadie tiene problemas
de acceso a la salud.

Hay hospitales,
centros de salud, carreteras,

tenemos helicópteros para
trasladar pacientes graves.

Pero el acceso en Mozambique
es un barrera brutal.

Los pacientes tienen
que andar kilómetros

para llegar al punto
de salud más cercano,

en condiciones, como veis
en estas fotos bastante difíciles,

y al final, ¿de qué estamos hablando?

Estamos hablando solamente de pobreza.

Porque una persona cuando es pobre,
tiene más riesgo de ponerse enfermo

y una persona cuando es enfermo,
se hace más pobre.

Así de sencillo.

Las buenas noticias
es que la investigación,

es probablemente, la herramienta
más potente que tenemos

hoy en día para luchar contra
este círculo vicioso del que hablo.

Hemos visto en los últimos años,
en las últimas décadas,

unos avances en la humanidad brutales.

Hemos visto la reducción
de la mortalidad infantil.

En Mozambique se redujo
la mortalidad infantil a la mitad

en solo 10 años,
esto es una revolución.

Hemos visto un aumento
en la esperanza de vida.

Esto es lo que desarrolla
los países, los mundos.

Pero desgraciadamente en investigación

también tenemos
desigualdades muy importantes.

En el fondo, y hoy estamos
hablando de ciencia,

de avances que van a cambiar el mundo,

la realidad es que en medicina,

la mayoría de los fondos
de investigación

se dedican a enfermedades
de países ricos.

Tenemos muy poco dinero
para enfermedades

de los países pobres.

Dejadme que os hable
de mi área de investigación:

Yo me dedico a la tuberculosis,

quizá os suene
a una enfermedad del pasado.

Tiene su parte romántica,

de lo que murieron
Miguel Hernández, Kafka.

Y es verdad que hoy en día

casi nadie se muere
de tuberculosis en España.

Pero sí cada día en Mozambique.

Tres datos para que entendáis
la envergadura del problema:

un tercio de la población mundial
está infectada con tuberculosis,

en esta sala tenemos 200 personas
con tuberculosis,

yo la primera, casi seguro, pero
no me he hecho las pruebas todavía.

No todo el mundo se va poner enfermo.

El 95 % de las personas que
se mueren de tuberculosis,

se mueren en los países pobres,
en lugares como África.

¿Por qué?
Porque tienes más riesgo

cuando tienes
un sistema inmune bajo,

cuando estás infectado
con el virus del VIH,

son dos enfermedades letales
que van de la mano.

Y la tercera cifra que os quería dar,

es que cada 5 minutos,

se muere en el mundo
un niño de tuberculosis.

La tuberculosis
es un buen ejemplo

de cómo las desigualdades en la inversión,
en investigación se producen.

¿Qué necesitamos para
parar una enfermedad?

Necesitamos detectarla,
prevenirla y tratarla.

Tres herramientas básicas.
Pues bien, en tuberculosis:

prevención, hablamos de una vacuna
que es de principios de siglo

y que es solo parcialmente eficaz.

Diagnóstico: ¿en qué nos basamos?

En el microscopio, una técnica
que se llama baciloscopía

de principios de siglo
que detecta pocos casos,

sobre todo en niños,

muy poco casos se detectan
con microscopio.

Tratamiento: seguimos tratando
con los fármacos de los años 80,

son 3, 4 hasta 5 pastillas al día,
durante 6 o 9 meses o 2 años

si tienes tuberculosis resistente;
que en ocasiones implica pinchazos,

que tiene que ser supervisado
por un agente de salud

y con efectos secundarios
bastante importantes.

En el caso de la tuberculosis resistente,
muchos pacientes se quedan sordos.

No quiero dar un mensaje catastrofista
en absoluto.

porque en 20 años, con éstas medidas
hemos logrado avanzar mucho,

se han tratado
más de 55 millones de personas.

Y sobre todo, para los que
trabajamos en investigación,

por primera vez en el horizonte,

vemos nuevas vacunas, fármacos
y nuevas técnicas diagnósticas.

Hoy aquí no solamente
quiero hablaros de investigación,

de esta gran vacuna, tratamiento,
o técnica diagnóstica, que es básico.

Lo importante es conseguir esa vacuna,

que se lleve allí donde se necesite,
que se aplique,

que funcione en condiciones reales.

En el fondo, es una
investigación de terreno,

de mangas remangadas,
allí donde se necesita;

que permita traducir
una gran investigación,

en una política de salud
contextualizada,

que se haga
sostenible a largo plazo.

En el fondo se trata de pensar
en global y actuar en local.

Y la investigación en terreno,

implica un conocimiento profundo
de características antropológicas,

culturales, sociales, que no son
mediáticas, pero importantes.

Os voy a poner un ejemplo muy sencillo,
pero que ilustra bien lo que quiero decir.

En la foto veis un altímetro,
un aparato para medir a los niños pequeños

cuando no son capaces
de ponerse de pie en el suelo.

Estábamos haciendo
un ensayo clínico en el campo,

para probar un nuevo fármaco

trabajando con la comunidad.

En cuanto empezamos
a utilizar estos altímetros,

vimos una reducción masiva
en la participación en el ensayo,

y ahora que veo la foto pienso
que fuimos idiotas

de no haberlo visto en ese momento.

Yo creo que el símil
es muy claro, parece un ataúd.

En cuanto empezamos
a utilizar los altímetros,

se corrió la voz de que
probábamos un fármaco tan letal,

que íbamos midiendo la altura de los niños
para construir sus ataúdes.

No quiero ridiculizar, en absoluto,
la percepción de la comunidad,

sino todo lo contrario,
la nuestra por no habernos dado cuenta

y sobre todo la importancia
de trabajar con las comunidades

con este tipo de investigación.

Afortunadamente, en el centro
de investigación de Manhiça,

hay un equipo de ciencias sociales potente
y un comité consultivo comunitario

para comunicarnos con la comunidad

cuando surgen malentendidos.

El centro donde yo trabajo,
es una institución mozambiqueña,

somos más de 500 trabajadores, entre
conductores, cocineros, científicos,

técnicos de laboratorio, epidemiólogos,
políticos, economistas y médicos.

Son muchas personas trabajando,
en el fondo, en una misma dirección,

y yo creo que esta es la investigación
que cambia el mundo.

La investigación que está hecha
en países pobres, para países pobres.

La investigación que trata de entender
el problema y encontrar una solución,

pero hacerlo en el contexto.

La investigación que, en el fondo,
hace avanzar el mundo.

Y el mejor ejemplo que os puedo poner
es en el ámbito de la malaria,

que es una de las grandes áreas

en las que hemos trabajado
los últimos años.

Investigar una vacuna de la malaria
es muy difícil.

Para que os hagáis una idea
de la complejidad del microorganismo,

cuando hablamos de un virus,

hablamos de una bicicleta, de la gripe.

Cuando hablamos de una bacteria,

estamos hablamos de un coche,

por ejemplo la meningitis,
el meningococo.

Cuando hablamos de la malaria,
causada por un parásito,

estamos hablando de un transatlántico.

Es otro nivel de complejidad
y no hay vacunas de parásitos todavía

y esto ha sido un paso hacia delante,

Pero lo difícil no ha sido
conseguir una vacuna de la malaria,

lo difícil ha sido conseguir
una investigación que demuestre

que la vacuna de la malaria funciona,
en África, con millones de niños

con miles de niños y que funciona
en condiciones reales.

Y aunque la vacuna probablemente
no tenga los resultados de eficacia

que nos hubiera gustado,

previene el 50 % de las
malarias graves en niños,

es un paso más hacia delante
en la lucha contra la malaria.

Yo creo que está en nuestras manos,
porque la historia de la humanidad

ha estado siempre en nuestras manos,
para las cosas buenas y malas.

Podemos hacer que el siglo XXI,
no sea el siglo de las desigualdades.

Creo que como individuos y como sociedad
podemos hacer mucho,

además de ser conscientes,

de exigir a nuestros políticos
lo que les toca.

Creo que no es permisible que
hoy en día veamos una reducción

como hemos visto en los fondos
de cooperación internacional

o en la investigación y desarrollo,

pero sobre todo
que demos lo mejor

como sociedad y como individuos,
que es el conocimiento.

Gracias.

(Aplausos)