¿Es mi hijo muy joven para aprender sobre homosexualidad? | Tim Ramsey | TEDxOxford

¿Es un niño demasiado joven para aprender sobre la comunidad LGBT? La respuesta es: Nunca se es demasiado joven. En esta divertida charla, Tim Ramsey señala que solo cuando los padres exploren sobre las identidades LGBT con sus hijos desde el nacimiento, se podrá resolver la crisis existente contra la gente LGBT.

Tim Ramsey, fundador de la asociación sin fines de lucro y ganadora de premios "Just Like Us", creció creyendo que ser gay era lo peor que podía ser. Después aceptarlo y hablar sobre ello, Tim creó "Just Like Us" para cambiar las vidas de otros estudiantes LGBT ayudando a jóvenes a desafiar el prejuicio y premiar la igualdad LGBT en la escuela y el trabajo. Como fundador de "School Diversity Week", la celebración nacional de la igualdad LGBT en materia educativa, Tim ha involucrado a más de 650 000 estudiantes y profesores para asegurar que cada personas pueda ser uno mismo y de lo mejor de sí en la escuela.

Esta charla es de un evento TEDx, organizado de manera independiente a las conferencias TED. Más información en: http://ted.com/tedx

Cuando le mostré la primera diapositiva
de esta presentación a mi papá,

no me juzguen, pero sí, a mis 28 años,

sufro esa situación emocional
de vivir todavía con mis padres,

él me preguntó:

"¿De verdad te sentiste así?"

Lo poco que él había leído
describía lo avergonzado que me sentía

cuando me di cuenta de que era gay.

Sentía que estaba mal.
Sentía que era anormal.

A mi madre y a él les costaba creerlo
porque hasta donde ellos sabían,

yo no iba por ese camino.
Yo era heterosexual.

No me malinterpreten,

hay muchas cosas por las que me alegro
que no supieran lo que pasaba.

Como cuando un amigo
trajo una revista porno, y yo también

tomé una foto y la escondí
detrás de mi celular,

cuando podías quitarle la parte de atrás,

y esperando que si la veía lo suficiente
me volvería heterosexual.

Me alegra que no se enteraran de eso.

Pero, como no habían pensado
que hubiera cualquier otra opción,

además de ser heterosexual,

no se prepararon,
como muchos otros padres,

para ese 10 % de probabilidad
de que no lo fuera.

Así que, hasta entonces,

tenía planeado hablar
del trabajo que realiza Just Like Us,

una organización benéfica que fundé,

que prepara a jóvenes LGBT para ir
a escuelas como alguien a quien admirar.

Se presentan y comparten
su historia de crecimiento

para apoyar a cualquier niño LGBT,
o que no sabe que lo es,

y para hacer aliados
a los estudiantes heterosexuales.

Pero la pregunta de mi padre, me hizo ver

que en realidad,
quería hablar sobre los padres

y su papel en este asunto.

De muchas formas, esta es una historia
de una ambición fallida.

Se trata del desafío de crear puentes

con personas que no quieren
saber nada sobre los asuntos LGBT,

con personas que creen
que no necesitan saber,

porque los asuntos LGBT
nunca les han afectado,

y con personas que creen que deberían

pero simplemente no saben qué hacer.

Ahora, no quiero que parezca
que trabajar con escuelas es sencillo.

No lo es.

Algunas escuelas siguen pensando
que está prohibido hablar de asuntos LGBT.

Otras, creen que no hay
ningún niño LGBT en su escuela.

Y otras están, digamos, "en camino".

Cuando una encargada del alumnado
en un internado de niñas me dijo,

"No tenemos ningún problema
con la gente gay,

pero no estamos listas
para aceptar lesbianas."

Le dije, "¡Ya las tienen!"

(Risas)

Evidentemente, los padres opinan
sobre si trabajamos o no con una escuela,

pero su influencia abarca mucho más

y se extiende a antes de que el niño
empiece a ir a la escuela.

Ya sea con su desarrollo cognitivo,
la comida que crecen amando u odiando,

su sentido de autoestima...

Los padres son coautores
de la vida de sus hijos.

Ellos definen cómo se sentirá
consigo mismo ese niño al crecer.

Y, excepto por los niños que nacen
en comunidades étnicas minoritarias

o en comunidades religiosas,

la mayoría de los niños LGBT
no nacen en su comunidad minoritaria.

Están solos.

Son el primer miembro de esa comunidad,

a la que después tienen que encontrar
y construir una para ellos mismos.

No tienen padres
que compartan la misma historia,

que superaran los mismos desafíos,

enfrentaran la misma opresión...

Nacieron como una isla.

Y mientras el contexto social, cultural,
político y racial lo hacen más difícil,

creo que los padres arriesgan algo
al no darse cuenta del poder que tienen

para ayudar a que sus hijos
se den cuenta o no, de quien son,

positivamente,

o con un gran sentido de vergüenza.

Básicamente,

queremos llegar a un punto
en el que un padre no diga,

"¿Mi hijo es muy joven
para aprender de asuntos LGBT?",

sino que se pregunte
por qué no aprenden sobre ello.

Y no solo en la escuela, también en casa.

Y se trata de mucho más
que de educación sexual.

Pero, ¿por qué es tan difícil
crear este puente?

Bueno, seamos honestos,
ser LGBT implica cargar con un gran peso.

Por la mayor parte de la historia,
se ha considerado un pecado,

en contra de la ley,

hasta cierto punto,
una amenaza para la sociedad.

Y sé que de muchas maneras
se ha cambiado la actitud,

pero solo hay que ver el periódico

para ver el odio y la desconfianza
hacia las personas transgénero.

Hasta que tuve 13, era ilegal
hablar de asuntos LGBT en las escuelas.

La última ley que prohibía
la homosexualidad en la marina mercante

no fue revocada hasta el 2017.

Así que hasta hace poco,

quienes no eran LGBT nos satanizaban
como víctimas del enojo moral.

¿Eso qué significa?

Significa que 4 de cada 10 personas

aún creen que la relaciones
entre personas del mismo sexo están mal.

En el peor de los casos, lo vemos en
el aumento de crímenes contra gente LGBT,

pero también se manifiesta
de maneras más simples.

Antes de navidad, fui al cine
a ver Bohemian Rhapsody,

una gran película,

y sucedieron un par de cosas.

Como a un tercio de la película,

una mujer detrás de mí
susurró sorprendida a su amiga,

"Espera... ¿Freddie Mercury es gay?"

Yo pensé, "¿Cómo es que no sabías?"

(Risas)

Y como 20 minutos después,
mientras superaba eso,

el que estaba a mi lado,
quien muy alegremente,

pero muy irritantemente,

cantaba todas las canciones...

Cuando Freddie y su manager se besaron
hizo expresiones de asco.

Y la sombra de ese "otro constitutivo"

es lo que corrompe nuestra forma de pensar
sobre los asuntos LGBT con niños.

Esa puede ser la idea

de que un niño es muy joven
para aprender sobre asuntos LGBT,

como si al cumplir 16 despertaras
con un baño de brillante homosexualidad

y pensaras, "Sí. Sí, reina. Soy gay."

No es así.

Eso sería mucho más fácil.

O está la idea, que muchos padres tienen,

de que ser LGBT hará más difícil
la vida de sus hijos,

que no podrán hacer
lo que un niño heterosexual podría.

Y creo que esto se fortalece

con la forma en que nuestra comunidad
puede ser aislada.

Suelen imaginarnos geográficamente
distanciados en una aldea gay,

o socialmente separados en un bar gay,

o tecnológicamente apartados
con una app como Grindr.

Y no me refiero a que esos espacios
no sean importantes,

porque sí que lo son.

Pero creo que lo que puede provocar,
en la mente de las personas,

es perpetuar la idea
de que si eres heterosexual,

ser LGBT es algo que sucede
muy aparte de ti,

y por lo tanto, aparte de tus hijos.

Pero ese no es el caso.

Eso es lo que los padres deben entender.

Para mostrárselos, quiero que
imaginen una escuela con 1000 niños.

Imaginen que esta escuela es
el equivalente a la población

del Reino Unido
en materia de orientación sexual.

Si ese fuera el caso, de esos 1000 niños,

999 crecerán en un hogar heterosexual.

Prácticamente todos.

Pero, la cuestión es que mientras
la mayoría cree en un hogar heterosexual,

entre 70 y 100 de esos niños serán LGBT.

Y ese número, podría llegar hasta el 49 %,

como se ha visto en encuestas
de gente entre 16 y 25 años.

Cada vez más personas se identifican
como "otro" en lugar de "heterosexual".

Así que, tenemos un problema.

Tenemos una discrepancia
entre la orientación sexual de los padres

y la orientación sexual de los niños.

Y si no le prestamos atención
desde el nacimiento,

existe el peligro de crear
más sufrimiento y dolor para los jóvenes.

Tal vez, "desde el nacimiento"
suena un poco absurdo,

pero me hizo pensar en la edad que tenía

cuando me di cuenta
que debía ser heterosexual al crecer.

Y me pregunté si tal vez,
cuando tenía 4 años,

y era un niño que tocaba la balalaica,

escuchaba las historias
que mi mamá me contaba

y me imaginaba como el apuesto príncipe
que rescataba a la damisela.

O si como, bueno,

la persona más sospechosa
o miserable en Disneyland,

me escabullía en las mañanas para ver
el video de James Bond para el que ahorré

y me imaginaba matando a los malos

y seduciendo a la bella mujer al final.

Tal vez, ahí fue cuando supe
que debía ser heterosexual.

O tal vez fue cuando tenía 11,

cuando empecé la secundaria.

Y estaba preocupado.

Me preocupaba que la gente pensara
que no era heterosexual,

porque mientras se esperaba
que jugara rugby como buen hombre,

yo tocaba la flauta, el cual,
al parecer, es un instrumento gay.

Y aún peor, el flautín,
que es un diminuto instrumento gay.

(Risas)

Pero, la cuestión es
que estas historias heterosexuales,

estos ejemplos y héroes heterosexuales,

ideas heterosexuales
de masculinidad y feminismo...

Cuando todos te dicen
una versión de una identidad,

no se necesita ser molestado
para pensar que eres inferior.

La historia lo hace por ti.

Y de muchas formas,

el camino que tuve que tomar
para conocerme y amarme

fue similar al camino
que llevaba hasta entonces,

aprendiendo que debía ser heterosexual.

Pero la diferencia era
que debía escribir esta nueva historia

sobre la que ya había aprendido al crecer.

Que ser homosexual estaba mal.

Que ser heterosexual era la única opción.

Y ese proceso de reescribir y corregir
puede ser muy largo y doloroso.

Y esa es otra cosa
que los padres deben entender.

Estamos hablando de mucho más
que cotilleos y acoso.

Sabemos que los jóvenes LGBT

son cuatro veces más propensos
al suicidio que los heterosexuales.

Que 1 de cada 2 se autolesiona.

Que 6 de cada 10 dicen
que afecta su productividad en la escuela.

También sabemos que es un periodo
en extremo vulnerable para los jóvenes.

El tiempo promedio que pasa
entre cuando te das cuenta de ser LGBT

y cuando le dices a alguien
por primera vez

es de 3 años y medio.

Son 3 años y medio

en los que un niño, por su cuenta,
trata de entender quién es.

Y ese es un camino que nadie
debería de recorrer solo.

Cuando vemos que los jóvenes LGBT

son desproporcionalmente propensos
a sufrir de baja autoestima

y no logran darse cuenta
de su potencial...

¿Cómo me siento al ver algo así

O al leer correos de padres
que se quejan de nuestro trabajo?

Me molesta.

Me siento muy molesto,

y me dan ganas de decirles,

"¿Tu hijo ha sido muy joven
para aprender sobre heterosexualidad?"

"¿Alguna vez fueron muy jóvenes
para ver a papá y mamá de la mano?"

"¿Fueron muy jóvenes para ver
la historia de Aladdín y Jasmine?"

Porque lo que hacemos ahora,

al equivocarnos en enseñarle a jóvenes
sobre asuntos LGBT y heterosexuales,

no está funcionando.

Pero también me frustra,

porque hay muchos libros muy buenos,
como "Prince Henry" de Olly Pikes,

"I am Jazz" de Jazz Jennings,

películas como "Yo soy Simón"

que le hablan de estos temas
a la gente joven

de una manera totalmente positiva.

Tal vez parezca que pido demasiado
para el 10 % de la población.

Pero, ¿qué mensaje damos a la gente joven

si les decimos que la desigualdad
de género es cosa de todos,

que el racismo es cosa de todos,

y no les decimos que de igual forma que

la homofobia, la bifobia y la transfobia
también son cosa de todos.

Nos arriesgamos a que sea como
solo hablarle de racismo a gente de color,

o de desigualdad de género a mujeres.

No funciona así, y lo sabemos.

Per los padres pueden moldear
la forma en que los jóvenes se descubran,

y eso es algo que podemos cambiar.

Quiero finalizar preguntándoles algo.

Quisiera que alcen la mano

si alguien de su familia
es LGBT o si son LGBT.

Y que dejen la mano alzada

si creen que para ellos
fue más difícil crecer

que para sus hermanos
o compañeros heterosexuales.

Y para todos los que tienen hijos jóvenes

o que planean tener hijos,

quisiera que alcen la mano
si después de lo que escucharon hoy

sinceramente preferirían
que su hijo fuera LGBT.

¿Por qué lo preferirían así,
si su vida sería más difícil?

La cuestión es, que no tiene porqué serlo.

Nosotros, como padres y futuros padres,
tenemos esta gran influencia

sobre cómo crecerán nuestros jóvenes.

Sí, la mayoría de la gente LGBT
no nace en su comunidad minoritaria,

pero eso no quiere decir
que tengan que estar solos.

Está en nuestras manos
asegurarnos de que ningún niño

crezca con una expectativa no expresada
de que son heterosexuales,

o pensando, inconscientemente,
que la heterosexualidad es superior.

Está en nuestras manos, como padres,
asegurarnos de que cada niño

crezca sabiendo que su orientación sexual
e identidad de género

es que algo que sus padres creen posible,

lo apoyan completamente

y lo celebran con orgullo.

Podemos hacerlo.

Muchas gracias.