-
Title:
El enorme y no regulado mundo de las tecnologías de vigilancia
-
Description:
¿Qué es un arma en la era digital? Desde el microscópico "polvo inteligente", dispositivos de rastreo con tecnología de localización por ADN y avanzados softwares de reconocimiento facial, la periodista Sharon Weinberger nos lleva por un espeluznante camino a través del mercado privado y no regulado de sistemas de vigilancia masivos a nivel global.
Para dominar este creciente mercado multimillonario que suele proveer a clientes con nefastas intenciones, Weinberger cree que el primer paso es que el gobierno reconozca las herramientas de vigilancia como armas poderosas y peligrosas.
-
Speaker:
Sharon Winberger
-
Hace algunos años,
un asesor estadounidense que conozco
-
me contó sobre un viaje
que realizó a Uzbekistán.
-
Su propósito era ayudar
con la venta de tecnología
-
a que el gobierno uzbeko la usara
para espiar a su propia gente.
-
Finalmente, me compartió
el material publicitario
-
que le presentó al gobierno uzbeko.
-
Un gran folleto presentaba la tecnología
que no solo interceptaría llamadas,
-
sino que también identificaría
quién llama sin importar el número que use
-
basándose únicamente
en su registro de voz
-
para después identificar
su ubicación geográfica exacta.
-
Esta persona lleva años involucrada
en el comercio de armas.
¶
-
No era un traficante de armas
trabajando en secreto al estilo Hollywood.
-
Solo una persona trabajando
con empresas occidentales
-
para ayudar a la venta
de armas en el extranjero.
-
Y no le molestaba promocionar
este tipo de tecnología.
-
Para él, solo era el siguiente paso
en el comercio de armas.
-
E incluso fue más fácil que,
digamos, venderle armas a Irak,
-
porque no requería
una licencia de exportación
-
del Departamento de Estado de EE. UU.,
como con la mayoría de las armas.
-
Resulta que casi todas
estas herramientas de vigilancia
-
no están reguladas,
-
porque al día de hoy
no se las considera armas.
-
Pero deberían serlo,
y así es como tenemos que regularlas.
-
Soy una periodista
que ha pasado dos décadas
¶
-
viendo cómo el mundo
inteligente y militarizado
-
estimula el desarrollo
de nueva ciencia y tecnología.
-
Seguí el surgimiento de las nuevas armas
para ver qué sucede
-
cuando las compañías promocionan
estas armas en el extranjero.
-
Pero, ¿qué es un arma en la era digital?
-
Sabemos que los drones armados,
los misiles y las bombas son armas,
-
pero, en realidad,
el Departamento de Estado,
-
clasifica amplias categorías
de tecnología como armas.
-
Por ejemplo, un científico en un navío
de investigación oceanográfica,
¶
-
¿quiere llevar gafas
para nadar en visión nocturna?
-
Según el Departamento de Estado,
potencialmente, sería un arma.
-
¿Por qué?
-
Porque, a pesar de que estas gafas
las usan científicos
-
y cazadores alrededor del mundo,
-
son algo que fue originalmente
diseñado para la milicia.
-
Pero las herramientas de vigilancia
que un régimen autoritario
¶
-
pueden usar para espiar a su gente,
a sus detractores y a periodistas,
-
eso no son armas,
según el gobierno de EE. UU.
-
Y sin embargo, estas herramientas
-
forman parte de una creciente y sigilosa
industria de miles de millones de dólares.
-
El génesis de este mercado de vigilancia
comenzó hace 18 años,
¶
-
en un hotel Hilton al norte de Virginia,
-
a unas cuantos km
de la Agencia Central de Inteligencia.
-
Unas cuantas personas,
hombres con trajes negros,
-
se reunieron ahí en la primavera del 2002
-
con motivo de la conferencia
con el modesto nombre de "ISS World".
-
A primera vista, esta conferencia
seguro se veía como muchos otros eventos
-
que solían realizarse
en la zona de Washington DC.
-
Pero este evento era especial.
-
ISS son las siglas en inglés
para Sistemas de Asistencia Inteligente,
-
y las personas presentes eran de compañías
que creaban tecnologías
-
para espiar conversaciones privadas.
-
En otras palabras, buscaban
personas que intervienen teléfonos.
-
Se reunieron ahí
porque menos de un año antes
¶
-
los ataques terroristas en Nueva York
y Washington del 11-S
-
motivaron al Congreso
a presionar con una legislación
-
conocida como La Ley Patriótica.
-
Esto dio al gobierno nueva potestad
-
para monitorear las comunicaciones.
-
E-mails, actividad en internet,
llamadas telefónicas
-
e, incluso, transacciones financieras.
-
Esto creó una demanda
casi instantánea de información.
-
Y como parte del verdadero
espíritu emprendedor estadounidense,
-
toda una industria emergió
para obtener esta información.
-
Pero en el año 2002,
esto todavía era algo muy reservado.
¶
-
Solo alrededor del 10 %
de la población mundial
-
estaba conectada en internet.
-
Así que la mayor parte de la información
obtenida eran simples llamadas y correos
-
de líneas fijas y de celulares.
-
Pero en los siguientes años,
-
la manera de comunicarnos
empezó a cambiar rápidamente.
-
Aparecieron Skype, Facebook,
-
y después, crucialmente, el iPhone.
-
Y en unos cuantos años,
-
miles de millones traíamos
pequeñas computadoras en el bolsillo
-
que hacen todo por nosotros,
desde monitorear nuestro ejercicio
-
hasta ayudarnos
a encontrar parejas románticas.
-
De repente, ya no se necesitaban
las capacidades avanzadas
-
de la Agencia de Seguridad Nacional
o grandes telecomunicaciones
-
para monitorear la comunicación de todos.
-
En algunos casos,
-
solo se necesitaba tener acceso
a ese dispositivo en sus bolsillos.
-
Y con ello nació
todo un nuevo tipo de industria.
-
No muchas compañías
construyen misiles o aeronaves,
¶
-
pero no se requiere de mucho capital
para crear un software
-
que intercepte el celular de alguien.
-
Los hackers de computadoras
han existido por años,
-
pero ahora sus habilidades se usan
para construir tecnologías
-
altamente solicitadas por la ley
y agencias de inteligencia.
-
Pronto, docenas,
incluso cientos de compañías
-
se involucraban en el negocio
de intervención telefónica.
-
Esa pequeña conferencia en Virginia,
-
creció y pronto se le conoció como
"The Wiretapper's Ball".
-
En los primeros años no se sabía
mucho sobre el "Wiretapper's Ball"
¶
-
porque no cualquiera
podía ir a las conferencias,
-
únicamente las compañías
y sus clientes gubernamentales.
-
Pero periodistas comenzaron a ver
y a escuchar reportes
-
de compañías involucrándose
en este mercado de espionaje.
-
Temibles empresarios recorriendo el mundo,
-
haciendo negocios,
a menudo con regímenes autoritarios.
-
Y, desde el comienzo, fue un mercado
con muy pocas regulaciones.
¶
-
Algunos países sí requieren permiso
-
para vender esta tecnología
en el extranjero,
-
pero raras veces se hace con el escrutinio
que se le hace con armas tradicionales.
-
Así que, por ejemplo, la compañía
Hacking Team, ubicada en Italia,
-
supuestamente vendió
esta tecnología a regímenes autoritarios
-
en Egipto y Kazajistán.
-
La compañía NSO Group, ubicada en Israel,
supuestamente vendió esta tecnología
-
al régimen en Arabia Saudita,
-
que ha sido acusado de acoso,
-
e incluso, en una ocasión, de asesinar
a uno de sus oponentes políticos.
-
Las armas son consideradas
cosas que matan personas.
-
Pero en la era digital,
-
lo que nos puede rastrear e identificar
son de las armas más poderosas.
-
Esto es algo que el Pentágono
y la CIA han reconocido por años,
¶
-
y han tratado de crear tecnologías
-
capaces de rastrear personas
con sospecha de terrorismo en el mundo.
-
El Pentágono invirtió
en algo llamado "polvo inteligente",
-
que son microsensores
del tamaño de partículas de polvo
-
que se pueden esparcir
en las personas sin que lo sepan,
-
y usarlo para encontrar su ubicación.
-
El Pentágono, a través de
su agencia de capital de riesgo,
-
invirtió en una compañía de productos
de belleza que salió en la revista Oprah
-
para crear un dispositivo
que pudiera recolectar ADN
-
tan solo con rozar la piel.
-
Pero sucedió algo sorprendente
en la última década.
¶
-
En muchos casos,
lo que ha logrado el mercado privado
-
ha superado lo que el Pentágono
o la CIA creían posible.
-
En el 2008,
-
el Pentágono tenía bajo la manga
una base de datos del ADN de terroristas.
-
Tenía alrededor de 80 000 muestras.
-
La compañía privada AncestryDNA
-
tiene al día de hoy muestras
de más de 15 millones de personas.
-
23andMe, la segunda base de datos
genealógica más grande,
-
tiene muestras de más de
10 millones de personas.
-
Así que ahora, quizá no necesiten
técnicas al estilo James Bond
-
para obtener ADN
-
si se lo damos voluntariamente
a compañías privadas
-
e incluso pagamos por el honor de hacerlo.
-
¿Qué podrían hacer
con una muestra del ADN de alguien?
¶
-
En EE. UU. y en China,
-
investigadores trabajan
en usar muestras de ADN
-
para crear imágenes
de los rostros de la gente.
-
Si le agregan ADN
a la tecnología de reconocimiento facial,
-
se tienen las bases de un sistema
de vigilancia muy poderoso
-
que podría usarse para localizar personas
o grupos étnicos por completo.
-
Y si creen que eso suena
un poco paranóico,
-
recuerden que el Pentágono
envió un comunicado el año pasado
-
a todos sus miembros en servicio,
-
advirtiéndoles, precisamente, de no usar
esos kits comerciales de ADN
-
en situaciones donde podrían usar
información para rastrearlos,
-
a ellos o a sus familiares.
-
Incluso con el Pentágono expresando
su preocupación sobre esta tecnología,
-
no se ha hecho casi nada
para controlar este mercado.
-
Compañías como
One American Company, Clearview AI,
¶
-
han recolectado miles de millones
de imágenes de rostros por Internet,
-
como las fotos que publican en Instagram
de Uds., sus amigos y su familia,
-
y luego venden estos servicios
de reconocimiento facial
-
al gobierno de EE. UU.
y a agencias de seguridad.
-
Incluso si piensan
que es totalmente aceptable
-
la utilización de esta tecnología
-
nada les impide vender
a individuos privados,
-
corporaciones o incluso
gobiernos extranjeros.
-
Y eso es exactamente
lo que algunas compañías hacen.
-
¿Recuerdan el "Wiretapper's Ball"
que comenzó al norte de Virginia?
¶
-
Hoy en día, se lleva a cabo
en diferentes ciudades del mudo.
-
Miles de personas asisten a conferencias
y entrenamientos de la ISS.
-
Y cada vez más compañías
vienen del Medio Oriente y China.
-
El mercado de espionaje ahora es global.
-
En las demostraciones de armas
que existen verán compañías
-
promocionando
tecnología de reconocimiento facial
-
y softwares para hackear teléfonos,
-
a un lado de los fabricantes
de armas tradicionales
-
con tanques y misiles.
-
En estas demostraciones de armas
es muy fácil caer en estados distópicos,
-
pensando en futuras
tecnologías de vigilancia
-
que seguirán nuestros movimientos.
-
Recuerdo un asesor
del Pentágono que me dijo
-
que lo que necesitaba la milicia
eran satélites espaciales
-
que pudieran rastrear personas
en cualquier lugar del mundo con su ADN.
-
Es suficiente para querer invertir
en sombreros metálicos.
-
Pero lo cierto es que no sabemos
qué tipo de tecnología traerá el futuro.
¶
-
Pero sabemos que hoy en día,
con la falta de regulaciones,
-
el mercado ya está emergiendo
-
De hecho, una compañía
acusada de vender tecnología de vigilancia
-
a regímenes autoritarios,
-
actualmente ayuda a localizar
a personas infectadas con COVID-19.
-
Y claro, la tecnología ofrece
esa tentadora promesa
-
de ayudar a controlar una pandemia
a través del rastreo de contactos.
-
Pero también le abre la puerta,
a una gran vigilancia privatizada.
-
Entonces, ¿qué hacemos
con este mercado de espionaje privado?
¶
-
Podemos escondernos,
desconectarnos de la red,
-
cerrar nuestras redes sociales,
tirar nuestros teléfonos,
-
e irnos a vivir a una cueva,
-
pero la verdad es que no sabemos
ser espías profesionales,
-
no podemos vivir con identidades falsas
o sin una identidad.
-
Incluso a los verdaderos espías
les cuesta trabajo hacerlo actualmente.
-
No importa cuántos pasaportes
tenga Jason Bourne
-
si su rostro o su ADN
están en la base de datos de alguien.
-
Si los gobiernos perdieron
el control de estas herramientas,
-
¿hay algo que podamos hacer?
-
Me han dicho que aunque EE.UU.
le prohibiera a las compañías
¶
-
vender esta tecnología en el extranjero,
-
las compañías de China
simplemente tomarían su lugar.
-
Pero regulamos el mercado de armas,
-
aunque sea de manera imperfecta.
-
De hecho, hace varios años,
hubo una propuesta multilateral
-
para hacer justamente eso,
-
requerir licencias de exportación
para softwares de vigilancia.
-
EE. UU. estaba dentro de esos países
-
que acordaron
estas regulaciones voluntarias,
-
pero en Washington, esta propuesta
simplemente no prosperó.
-
Nuestra administración prefiere
vender más armas en el extranjero
-
con pocas restricciones,
-
incluyendo a algunos de esos países
acusados de abusar de esta tecnología.
-
Creo que para seguir adelante,
tendríamos que retomar esa propuesta
¶
-
y e ir aún más allá.
-
Debemos cambiar nuestra manera de pensar
sobre la tecnología de vigilancia
-
y considerar estas herramientas
como armas.
-
Esto le permitiría al gobierno regular
y controlar su venta y exportación
-
tal y como controlan
las armas tradicionales,
-
avanzados misiles y navíos.
-
Eso significa reconocer que la tecnología
que monitorea quiénes somos,
¶
-
qué hacemos, qué decimos,
-
y en algunas ocasiones, qué pensamos,
-
es un tipo de arsenal avanzado.
-
Estas armas están siendo
demasiado poderosas,
-
disponibles al mayor postor
-
y en función de los caprichos
del mercado de espionaje.
-
Gracias.