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La Universidad de California
Santa Barbara presenta
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Voces
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Douglas Adams, creador de
La Guía del Viajero Intergaláctico
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Loros, el Universo,
y Todo
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Muchas gracias, señoras y señores
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Es una experiencia interesante,
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inusual y extraña para mi
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estar en mi ciudad natal.
Que es ...
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Sobre los libros
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que Constance mencionó al
introducirme,
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La Guía del Viajero,
Dirk Gentil y otros,
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ninguno era mi favorito.
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Mi libro favorito
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es de lo que vengo a hablar esta noche.
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Es gracioso como, frecuentemente ...
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Virtualmente todos los autores
que conozco,
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su libro favorito es aquel que
se vendió menos.
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Es el pequeño de la camada,
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es aquel que tu siempre
simplemente amaste más que todos.
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Y lo que les quiero decir
es cómo sucedió esto.
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En algún momento a mediados de los 80s,
-
sonó el teléfono.
-
Y la voz dijo,
-
“Queremos que vayas a Madagascar.
-
Queremos que vayas a buscar una
extraña especie de lémur,
-
llamada aye-aye.
-
El avión sale en dos semanas,
-
nos gustaría que estés en él.”
-
Yo—asumiendo que era
el número equivocado—dije “¡sí!”
-
antes que pudieran descubrir su error.
-
Pero en realidad resultó
que habían decidido
-
“Bueno, aquí hay alguien que
no sabe nada sobre lémures,
-
nada sobre el aye-aye,
nada sobre Madagascar,
-
mandémoslo a él.”
-
Así que empecé a
investigar algo sobre esto,
-
y resulta que es muy interesante.
-
Los lémures solían ser el primate
dominante en todo el mundo
-
Son unas criaturas muy,
pero muy, gentiles y agradables.
-
Eran así como del
tamaño de un gato,
-
y se solían columpiar en los árboles
-
pasando un buen rato.
-
Y entonces, Gondwana se separó.
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Siempre suena como a un
grupo de rock de los 70s
-
desintegrándose por razones
de diferencias musicales.
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Pero como quizá recuerden
-
Gondwana era una
vasta masa continental
-
que consistía en lo que
se convertiría en
-
Sudamérica, África, la India
-
el sureste de Asia, Australasia
-
—ah, no—Australia, Australia y no
-
—y esto va a resultar
importante después—
-
no Nueva Zelanda
-
que resultó ser un trozo de tierra
-
que salió desde debajo del océano.
-
Y como decía,
-
los lémures eran el primate
dominante en el mundo
-
y cuando estas masas se separaron,
-
y Madagascar fue una de ellas,
-
Madagascar salió por ahí
-
en medio de lo que de pronto
se convirtió en el Océano Índico
-
Y se llevó consigo una muestra
representativa
-
de los animales de ese periodo,
-
lo que incluía muchos lémures.
-
Y básicamente se quedaron ahí
-
por millones y millones de años
-
en gran aislamiento.
-
Mientras, en el resto del mundo,
-
emergió una nueva criatura.
-
Llegó una nueva criatura
-
que era mucho más inteligente
que los lémures
-
—según ella—
-
mucho más competitiva,
-
mucho más agresiva,
-
e increíblemente interesada
-
en todo lo que puedes hacer con ramitas.
-
Las ramitas eran maravillosas.
-
Tanto puedes hacer con ramitas
-
puedes escarbar en la tierra
con ramitas,
-
puedes rascar la corteza
de árboles y sacar bichos,
-
y puedes golpear
a otros con ramas.
-
Si hubieran copias de la
revista “RamitaUser” en esos días,
-
estas criaturas habrían
hecho fila para comprarla.
-
Y estas criaturas
-
—que, como probablemente han adivinado,
se llaman monos—
-
porque eran más competitivos
y más agresivos,
-
y vivían en el mismo hábitat
que los lémures,
-
suplantaron exitosamente a los lémures
-
en todo el mundo
excepto por Madagascar.
-
Porque Madagascar estaba por ahí
en medio del Océano Índico
-
y no podían llegar allí.
-
No pudieron llegar allí hasta
hace unos 1500 años
-
gracias a asombrosos
avances en tecnología de ramitas
-
pudieron llegar allí en botes,
-
y eventualmente aviones.
-
Y de pronto los lémures,
que habían tenido este lugar para ellos
-
por millones y millones
y millones de años,
-
de pronto se enfrentaron
a su antiguo enemigo: el mono.
-
Así que, esto es Madagascar,
-
y resulta que el más
raro de los lémurs
-
—y cuando digo el más raro de los lémurs,
-
en este momento
a mediados de los 80s
-
se pensaba que era el más
raro de los lémures;
-
ahora hemos descubierto un lemur
aún más raro llamado lemur dorado,
-
directo al número uno
de lémures en peligro de extinción—
-
pero el aye-aye es un muy
muy peculiar animal.
-
Parece como la conglomeración
-
de muchos otros tipos de animales.
-
Por ejemplo,
tiene orejas como de zorro,
-
unos dientecitos
mordiscones como de conejo,
-
y una pluma de
avestruz como cola,
-
y tiene unos ojos muy raros,
-
de hecho tiene los ojos
de Marty Feldman.
-
Que parecen casi como
si te estuvieran mirando
-
pero allá en otra dimensión
justo sobre tu hombro izquierdo.
-
Pero también tiene esta muy
pero muy peculiar característica,
-
que su dedo medio en ambas manos
es esqueléticamente delgado y muy largo.
-
Y resulta que sólo
hay otro animal
-
en todo el mundo con esta característica.
-
Y es llamado
-
—me fascinan los zoólogos
y su vivida imaginación—
-
se llama el “pósum de dedos largos”.
-
Es una criatura que vive
en Nueva Guinea,
-
y es de hecho su cuarto dedo
el esqueléticamente delgado y alargado
-
Y esto es lo que nos dice
-
que no hay relación alguna
entre estos animales,
-
es pura convergencia evolutiva,
-
porque el factor común
entre Madagascar y el aye-aye,
-
y Nueva Guinea y
el pósum de dedos largos
-
es que en ambos hábitats
no hay pájaros carpinteros.
-
Como pueden ver, la cosa es
-
—la vida es muy muy oportunista
-
y tomará ventaja de cualquier
fuente de alimentos que encuentre.
-
Y si no hay pájaros carpinteros hurgando
bajo la corteza de los árboles por bichos,
-
entonces, en ese caso, serán los mamíferos
-
quienes crecerán el dedo esqueléticamente
delgado y largo para hurgar en el árbol,
-
y obtener esta fuente de alimento
que son los bichos bajo la corteza.
-
Entonces, el aye-aye es ésta
muy muy muy extraña criatura
-
Entonces se pensaba
que quedaban como quince de ellas.
-
Y de hecho no vivían
exactamente en Madagascar
-
sino en una pequeña isla
de bosque tropical
-
junto a la costa de Madagascar,
llamada Nosy Mangabe,
-
justo en la esquina noreste
de Madagascar
-
Y para llegar allí, lo que hay que hacer,
-
es que hay que volar en un 747
a Madagascar
-
Y luego en un terrible
cacharro de aeroplano
-
de Madagascar al puerto noreste.
-
Y de ahí hay que seguir
en una excelente serie
-
decreciente de carretas y camionetas,
-
hacia un pequeño puerto
donde debería haber un bote
-
que nos llevaría a Nosy Mangabe.
-
Así que llegamos allí,
llegamos al puerto,
-
y buscábamos por allí el bote
que nos llevaría a Nosy Mangabe,
-
y no lo podíamos ver.
-
Y le preguntábamos a la gente
-
—sabes—“¿donde está el bote”,
-
y ellos nos dirían
“¡Allí está! ¡Allí está!”
-
y no podíamos ver
a lo qué estaban apuntando
-
porque esta horrible vieja
barca oxidada nos estorbaba.
-
Bien, como habrán adivinado,
-
esta horrible vieja barca oxidada
-
nos llevaría a Nosy Mangabe.
-
Y no cumplía lo que a mi parecer
es el requisito básico de un bote,
-
y es que básicamente estaba lleno
de océano.
-
Y me parecía a mi
que el punto de un bote
-
es mantener el océano afuera.
-
Como sea, cruzamos hacia
Nosy Mangabe.
-
Y es esta pequeñita, muy muy
bonita isla tropical.
-
Y enfrentamos un problema
-
y es que, no sólo este animal
vive en los árboles
-
—nadie lo ha visto por
años y años y años—
-
vive en los árboles y
además es un animal nocturno.
-
Y la calidad de las baterías
en Madagascar era muy muy mala.
-
Así que, pasamos noche tras noche
tras noche,
-
vagando por la selva,
-
bajo lo que sólo se podría
describir como: la lluvia.
-
Quedando algo andrajosos,
-
básicamente pasamos noche
tras noche
-
enroscados bajo los impermeables,
-
mirándonos, diciendo
“para de llover”.
-
Y de vez en cuando diríamos algo como,
-
“Todo por encontrar
este maldito animal.”
-
De hecho, es maravilloso,
-
Encontramos esta choza
de una clase de cazador,
-
—no cazador—guardabosques.
-
Y era una pequeñita choza.
-
De hecho llena de vida salvaje.
-
Lo que pasaba, ves,
-
es que abrirías la puerta,
-
y escucharías estos ruidos...
-
y prenderías la luz y
todo se detendría.
-
Y verías estas pequeñas
arañas gigantes en la pared,
-
cada tendiendo en la boca
¡un bicho a medio comer!
-
Y dirían, “¿sí?”
-
Y apagarías la luz y...
-
Entonces este es nuestro refugio, sabes,
-
Nos la pasábamos genial.
-
Y eventualmente...
-
En una noche, una noche,
-
estábamos todos—como dije—
enroscados bajo los impermeables,
-
y fuimos así como que
a vagar por allí,
-
y de pronto, de pronto,
levanté la mirada a una rama
-
y a esta altura sobre mi cabeza
-
salió esta criatura.
-
La criatura salió sobre la rama,
-
me miró hacia abajo,
-
y yo la miré, y cuando me miraba
-
—obviamente no le agradó
nada lo que vio—
-
se dio la vuelta y se fue.
-
Todo duró como diez segundos.
-
Y a eso fue a lo que venimos.
-
En verdad lo había visto, lo vimos
-
—apenas logramos obtener una
fotografía del momento—
-
pero de pronto me di cuenta,
vimos un aye-aye.
-
Ahora, yo estaba
absorto por el momento,
-
por razones que no me podía
explicar de inmediato.
-
Porque un mes antes ni
había escuchado de este animal
-
y ahora estaba aquí, mirándolo,
-
pensando que algo
extraordinario había pasado.
-
Así que empecé a
pensar un poco en esto,
-
y este es el pensamiento que puder armar.
-
Viajando hasta aquí,
viajando en un 747 a Antananarivo,
-
que es la capital de Madagascar,
-
y este terrible cacharro de
aeroplano
-
que nos llevó a la esquina noreste,
-
y en la excelente serie decreciente
de carretas y camionetas,
-
y en la horrible vieja barca oxidada
que nos llevó a la selva
-
donde básicamente caminamos
en la selva noche tras noche,
-
fue como si hubiéramos
tomado un viaje de tiempo
-
—un viaje en el tiempo—
-
de regreso por la historia
de la tecnología de ramitas.
-
Y lo que este encuentro había sido,
-
lo que este encuentro había sido es:
-
Yo era un mono viendo a un lémur.
-
Y de pronto piensas,
-
en la enorme cantidad de historia
-
hasta este momento que no pensamos
-
—no nos damos cuenta—que ya tenemos.
-
Nuestras raíces en el planeta
se remontan mucho mucho tiempo atrás,
-
y normalmente no
pensamos mucho en eso.
-
Y hace falta esta confrontación
-
para darte cuenta de lo amplia
y profunda que es nuestra familia.
-
Entonces pense,
bueno esto es muy interesante.
-
Y hablé con la persona que había
sido allí como guía,
-
que era un zoólogo
que habían mandado
-
para asegurarse que yo no
me cayera de los árboles y eso.
-
Y su nombre es Mark Carwardine,
y le dije,
-
”Me encantaría si pudiéramos ...,
-
te gustaría la idea de
ir así como por el mundo
-
buscando otras especies
raras de animales en peligro,
-
quizá escribir un libro?”
-
Y el dijo,
“pues, ¡a eso es a lo que me dedico!”
-
“Así que sí, OK.”
-
Y así lo hicimos.
-
Ahora, hubo una pausa en ese momento
-
porque yo había firmado para
escribir un par de novelas.
-
Escribí “La agencia holística de
detectives de Dirk Gently”
-
y “La obscura hora del té del alma”,
-
y luego era hora de salir.
-
Y el primer lugar al que fuimos,
-
fuimos a buscar un animal particular
que es el dragón de Komodo.
-
Ahora ya sabes como
son los lagartos, ¿no?
-
Digo son así como...
-
El dragón de Komodo es
un poco más grande que eso.
-
El más grande que vimos
medía como 13 pies de largo,
-
y su cabeza llegaba como hasta aquí
-
bien pinche enorme
creo que es el término técnico.
-
Se cree que son el origen
del mito del dragón chino
-
—porque pues son enormes,
lagartos gigantes,
-
tienen escamas, devoran personas,
-
literalmente devoran personas,
-
y no lanzan fuego de verdad,
-
pero tienen el peor aliento de cualquier
criatura conocida por la humanidad.
-
Y viven en esta isla
llamada Komodo.
-
No es suficiente—resulta—
-
que la isla tenga mil quinientos
dragones devoradores de personas.
-
Resulta que el animal con mayor
peligro de extinción en la lista
-
es cualquiera que no sean los dragones.
-
De hecho—como dije—devoran personas.
-
Y no es que te coman así
de golpe,
-
no te embisten sólo así
de pronto y te tragan.
-
Más bien se acercan
-
sigilosamente
y te dan una mordidita.
-
Porque su saliva es tan virulenta
-
que no herida no va a sanar
-
y luego de un rato vas a morir.
-
Y alguno de los dragones
te comerá
-
—no importa si es el
mismo que te mordió—
-
tienen esta estrategia
-
de tener criaturas muertas
y muriendo por la isla
-
tantas como puedan,
y con eso se pueden mantener.
-
Pero resulta que no es
suficiente que la isla
-
tenga mil quinientos
dragones que devoran personas.
-
Sólo para hacerlo un
poquíto más interesante,
-
también tiene más serpientes venenosas
-
—por metro cuadrado—
-
que cualquier región equivalente
en todo el planeta.
-
Así nos aproximamos a Komodo
-
—debo decir—un poco nerviosos,
-
y con un poco de rodeos.
-
De hecho nos acercamos
dando tantos rodeos
-
que fuimos via Melbourne en Australia.
-
Y pasamos por Melbourne
-
por alguien que
queríamos ir a ver
-
un hombre llamado Dr. Struan Sutherland.
-
De hecho les quiero leer
un poco sobre él,
-
un gran experto en veneno de serpientes.
-
Me debo disculpar antes
de leer esto, de hecho,
-
por el hecho de que mi acento
australiano no es muy bueno.
-
Pero luego, que diablos,
-
ustedes son estadounidenses,
tampoco notarán la diferencia.
-
Hay un hombre en Melbourne
-
que quizá sabe más
de serpientes venenosas
-
que nadie más en la Tierra.
-
Su nombre es el Dr. Struan Sutherland,
-
y ha dedicado su vida entera
-
a estudiar el veneno.
-
“Y estoy cansado de hablar de eso”,
-
nos dijo cuando lo fuimos
a ver la mañana siguiente
-
cargados con grabadoras y libretas.
-
“No soporto esas
criaturas venenosas,
-
esas serpientes e
insectos y peces y todo eso.
-
Miserables, mordiéndolos a todos.
-
Y la gente espera que les
diga que hacer sobre eso.
-
Yo les diré que tiene que hacer.
¡No dejen que los muerdan!
-
Es la respuesta.
-
Ya he tenido suficiente
diciéndolo a todos.
-
Hidroponía, eso es interesante.
-
Les digo lo que quieran
sobre hidroponía.
-
Una cosa fascinante,
-
cultivar artificialmente en agua,
-
técnica muy interesante.
-
Necesitamos saber todo sobre eso
si vamos a ir a Marte y eso.
-
¿A donde dijeron que van a ir?”
-
“Komodo.”
-
“Pues no se dejen morder,
no puedo decir más.
-
Y no regresen corriendo porque
no van a llegar a tiempo,
-
y ya tengo aquí suficiente.
-
Miren esta oficina, llena
de animales venenosos por doquier.
-
Ven ese tanque, lleno de hormigas
coloradas. Pequeñas venenosas.
-
¿Qué vamos a hacer con ellas?
-
Como sea, tengo unos pastelitos
por si tienen hambre.
-
¿Quieren unos pastelitos?
-
No puedo recordar donde los puse.
-
Hay algo de té, pero no muy bueno.
-
Como sea, ¡siéntense por favor!
-
Así que van a Komodo.
-
Pues no se porque quieren hacer eso
-
pero supongo tendrán sus razones.
-
Hay quince diferentes tipos
de serpientes en Komodo,
-
la mitad de ellas son venenosas.
-
Las potencialmente mortales
-
son la víbora de Russell,
-
la víbora bambú y la cobra india.
-
La cobra india es la quinceava
más mortal en el mundo,
-
y las otras catorce están
aquí en Australia.
-
Por eso me cuesta tanto
encontrar tiempo
-
para mi hidroponía,
con estas víboras por todos lados.
-
Y arañas. La araña más venenosa
es la araña de Sídney,
-
como quinientas personas al
año son picadas por arañas.
-
Muchas solían morir,
-
así que desarrollé un antídoto
para que la gente me dejara de molestar.
-
Nos tomó años. Luego hicimos el kit
para detectar mordeduras de serpiente.
-
No que necesites un kit para
saber cuando te ha mordido una serpiente,
-
eso normalmente lo sabes, pero
el kit es para saber
-
que clase de serpiente, y
así darte el tratamiento adecuado.
-
¿Quieren ver un kit? Tengo un par
aquí en el refrigerador del veneno.
-
Veamos. ¡Ah! Miren,
los pastelitos también están aquí.
-
Rápido, coman mientras siguen frescos.
-
Pastelitos, yo mismo los hice.”
-
Nos dio los kits detectores
de veneno de serpientes
-
y esos pastelitos caseros
y se retiró a su escritorio,
-
desde donde sonreía alegremente
-
tras su barba rizada y corbata de moño.
-
Admiramos los kits que
eran pequeñas cajas eficientes
-
empacadas con botellitas,
una pipeta, una jeringa,
-
y unas complicadas instrucciones
-
que no querría tener que leer
por primera ves en pánico.
-
Y le preguntamos cuantas serpientes
lo habían mordido a él.
-
“Ninguna,” nos dijo.
-
“Otra área en la que me hecho un experto
-
es en dejar que otras personas
manejen los animales peligrosos.
-
No lo haría yo mismo.
No quiero ser mordido, ¿verdad?
-
¿Qué dicen las solapas de mis libros?
-
‘Pasatiempos: jardinería, con guantes;
-
pesca, con botas;
-
viajar, con cuidado.‘
-
Es la respuesta. ¿Qué más?
-
Además de las botas lleven
pantalones gruesos holgados.
-
Y preferentemente una docena
de personas frente a ustedes
-
haciendo tanto ruido como puedan.
-
Las víboras perciben las
vibraciones y se alejan.
-
Excepto si es la
víbora de la muerte
-
o también llamada víbora sorda,
-
que sólo se queda allí.
-
Pueden caminar justo sobre
ella y no pasa nada.
-
He sabido de doce personas
pasando sobre una víbora de la muerte
-
y la doceava accidentalmente
tropezó con ella y fue mordida.
-
Normalmente es seguro
ser el doceavo en la línea.
-
No comen sus pastelitos.
-
Vamos, cómanlos,
-
hay más en el refrigerador del veneno.”
-
Preguntamos, tentativamente, si podríamos
-
llevarnos un kit detector
de mordidas a Komodo.
-
“Claro que si, claro que si.
-
Lleven cuantos quieran.
-
No les servirán de nada porque
son para serpientes australianas.”
-
”¿Y luego qué hacemos si nos muerde
algo mortal?” Pregunté.
-
Me miró fijamente como si fuera idiota.
-
“¿Pues qué crees que vas a hacer?” dijo.
-
“Te mueres.
Eso significa mortal.”
-
“¿Pero qué hay de abrir la herida
y succionar el veneno?” pregunté.
-
“Al menos serías tú y no yo,” dijo.
-
“No querría tener veneno en la boca.
-
Aunque no te haría ningún daño,
-
sus toxinas tienen alto peso molecular
-
así que no penetrarán
los vasos sanguíneos en la boca
-
como lo hace el alcohol y otras drogas.
-
Y el veneno será destruido por
los ácidos de tu estómago.
-
Pero tampoco es que vaya
a ayudar de mucho.
-
Digo, no vas a poder extraer
mucho del veneno,
-
pero seguro vas a empeorar
la herida intentando.
-
Y en un lugar como Komodo significa
una herida seriamente infectada
-
además de una pierna
llena de veneno.
-
Septicemia, gangrena,
algo te va a matar.”
-
“¿Y un torniquete?” pregunté.
-
“Bien, pues si no te importa
que luego te corten la pierna.
-
Tendrías que hacerlo porque
-
si bloqueas por completo el
flujo de sangre morirá.
-
Y si encuentras a alguien
en esa parte de Indonesia
-
a quien confiarías cortar tu pierna
-
eres más valiente que yo.
-
No, te voy a decir,
lo único que puedes hacer
-
es un vendaje a presión
directo sobre la herida
-
y envolver toda la pierna firmemene,
pero no demasiado.
-
Para detener el flujo de sangre pero
no por completo o pierdes la pierna.
-
Mantén la pierna,
o lo que te hayan mordido,
-
por debajo de tu corazón y cabeza.
-
Mantente muy quieto, respira despacio
y ve inmediatamente a un doctor.
-
Si estás en Komodo eso
significa un par de días,
-
para cuando estarás muerto.
-
La única solución,
y lo digo muy en serio,
-
es que no te dejes morder.
-
No hay razón para que ocurra.
-
Todas las serpientes se
alejarán de tu camino
-
mucho antes que las veas.
-
No te tienes que preocupar
de las serpientes si tienes cuidado.
-
No, de lo que en verdad te debes
preocupar es de las criaturas marinas.”
-
“¿Qué?”
-
“Pez escorpión, piedra, serpiente marina.
-
Más venenosos que cualquier cosa
en la tierra.
-
Te pica un pez piedra y
tan sólo el dolor te mata.
-
La gente se ahoga sólo
para detener el dolor.”
-
“¿Donde está esos animales?”
-
“Ah, en el mar. Hay montones.”
-
No me acercaría si fuera tú.
-
Lleno de seres venenosos. Los odio.”
-
“¿Hay algo que le guste?”
-
“Sí”, dijo, “Hidroponía”.
-
“No”, yo dije, “¿que si hay
alguna criatura venenosa
-
a la que le tenga cariño?”
-
Miró por la ventana por un momento.
-
“Había una,” dijo, “pero me dejó.”
-
Como sea, mi favorito entre todos
los animales que fuimos a ver,
-
mi favorito era un animal
conocido como kakapo.
-
El kakapo es un tipo de loro.
-
Vive en Nueva Zelanda.
-
Es un loro no volador,
ha olvidado como volar.
-
Tristemente, también ha olvidado
que ha olvidado como volar.
-
A un kakapo seriamente preocupado
se le ha visto saltando de un árbol.
-
La opinión está dividida sobre
lo que luego ocurrió:
-
unos dicen que desarrolló una
rudimentaria habilidad de paracaidismo,
-
otros dicen que vuela
como un ladrillo.
-
Pero la cosa es
-
—puedo hablar de un kakapo
seriamente preocupado—
-
pero es poco probable encontrar
un kakapo seriamente preocupado
-
porque los kakapos no han
aprendido a preocuparse.
-
Parece algo extraordinario de decir
-
pero preocuparse es algo en
lo que somos terriblemente buenos,
-
nos viene tan natural a nosotros,
-
pensamos debe ser tan
natural como respirar.
-
Pero resulta que preocuparse
-
es sólo un hábito adquirido
igual que cualquier otro.
-
Es algo a lo que estás genéticamente
presupuesto para hacer o no.
-
Y la cosa es que el kakapo
creció en Nueva Zelanda
-
un país donde, antes de llegar
humanos, no habían depredadores.
-
Y son depredadores quienes,
al pasar generaciones,
-
te enseñan a preocuparte.
-
Y sin depredadores nunca se te
ocurrirá la necesidad de preocuparte.
-
Dije antes que Nueva Zelanda
resultó ser
-
un trozo de tierra que
salió por debajo del océano.
-
Y por esto, cuando emergió,
-
No tenía nada de vida
—quizá unos peces muertos.
-
Así que los únicos animales
que habitaron Nueva Zelanda
-
fueron los animales que
podían volar allí, es decir aves.
-
También unas cuantas
especies de murciélagos
-
que son mamíferos,
pero entienden el punto
-
Así que sólo habían aves
en Nueva Zelanda.
-
Y, en ausencia de depredadores,
-
no había nada de
que preocuparse.
-
Es muy peculiar para nosotros
tratar de entender esto
-
porque nunca hemos encontrado
un ambiente sin depredadores.
-
¿Por qué no?
-
Porque nosotros somos depredadores y,
-
entonces, si estamos en un ambiente
es un ambiente con depredadores.
-
Para los europeos que llegaron
originalmente a Nueva Zelanda,
-
... perdón, eso es algo
extraordinario que decir.
-
Por supuesto antes que ellos
llegaron los maorís
-
y antes de ellos los moriori,
los maorís se comieron a los moriori
-
y luego llegaron los europeos.
-
Pero antes de todo esto—como decía—
-
no habían depredadores en la isla, y
las aves vivían sin preocupaciones.
-
De hecho puedes ver otro ejemplo de esto
si vas a las Galápagos,
-
hay un tipo de animal,
un ave en las Islas Galápagos
-
llamado el bobo patiazul.
-
Y el bobo patiazul así se llama
—me parece—por dos razones:
-
una tiene que ver con
el color de sus patas,
-
y la otra con esta clase de
comportamiento que voy a describir.
-
Porque aparentemente te puedes
acercar a un bobo patiazul
-
—estará por ahí sentado en
la playa o en una rama—
-
y llegarías hasta allí
y podrías así como levantarlo.
-
Y lo que el bobo estará pensando
-
es que cuando termines con él
lo regresarás a su lugar.
-
Y si no has vivido
-
generación tras generación
de gente tratando de comerte,
-
es fácil llegar a esa conclusión.
-
Así que el kakapo, como decía,
-
creció en un ambiente sin
depredadores.
-
Y porque todas eran aves,
-
y porque la naturaleza es—como digo—
muy oportunista
-
y la vida fluirá a cualquier nicho
donde pueda hacer una vida,
-
—si puedo ser algo pillo y
antropomorfizar por un momento—
-
es como si algunas aves se dieran cuenta,
-
“Sabes, esta cosa de volar
es muy muy cara.
-
Requiere mucha energía,
-
comes un poco, vuelas un poco,
-
comes, vuelas,
-
porque cada que comes
algo—sabes—
-
pesas un poco más y es difícil volar,
-
así que comes, y vuelas—digo—
-
hay otras formas de vida.”
-
Y es como si algunas aves dijeran,
-
“Sabes, de hecho podríamos
tener una comida más grande,
-
¡y luego paseamos contoneando!”
-
Así gradualmente, tras
varias generaciones
-
muchas aves perdieron
su habilidad de volar,
-
tomaron la vida en la tierra.
-
El kiwi, el ave más famosa
—supongo—en Nueva Zelanda,
-
el weka, y el viejo loro de la noche
—como se le llama—el kakapo.
-
Que es un ave grande, gorda,
suave, esponjosa, y lúgubre.
-
Y porque nunca aprendió a preocuparse,
-
cuando llegó el hombre y trajo consigo
-
a fieras mortales como perros,
y gatos, y armiños,
-
y el más destructivo de los animales
-
—luego del humano—que es
Rattus rattus la rata del barco.
-
De pronto estas aves se
contoneaban por sus vidas.
-
Excepto que de hecho
no sabían cómo hacer eso
-
porque al confrontarse con
un animal depredador,
-
no sabían que hacer,
-
no conocían cual era la norma social,
-
sólo esperaban que el otro
animal haga el primer movimiento,
-
que por supuesto—usualmente—
es repentino y mortal.
-
Así de pronto de tener
una población de
-
—no sabemos exactamente cuantos—
-
probablemente no un millón,
-
pero cientos de miles de estas aves,
-
su población cayo disparada
a cerca de cuarenta.
-
Que es donde más o menos está
en este momento.
-
Y hay grupos de personas que
han dedicado sus vidas enteras
-
a tratar de salvar estos animales,
tratar de conservarlos.
-
Y uno de los problemas
que se han encontrado
-
es que está muy bien
protejerlos
-
—de depredadores—que es
muy muy muy difícil de hacer.
-
Pero el siguiente problema que tienen
-
es el ritual de apareamiento del kakapo.
-
Porque resulta que el ritual
de apareamiento del kakapo
-
es increíblemente tardado,
-
fascinantemente complicado,
-
y casi completamente ineficaz.
-
Algunos dicen que la llamada
de apareamiento del kakapo macho
-
activamente ahuyenta a la kakapo hembra
-
la clase de comportamiento
-
que de otro modo solo encontrarías
en discotecas.
-
Quienes han escuchado la llamada
de apareamiento del kakapo macho
-
te dirán, que apenas
se puede escuchar,
-
es algo como ...
Les diré lo que hacen.
-
Este animal—unas
cien noches al año—
-
realiza su ritual de apareamiento.
-
Lo que hace es buscar
un gran agrupamiento rocoso
-
mirando sobre los grandes
valles de Nueva Zelanda,
-
Porque la acústica es muy
importante para lo que va a suceder.
-
Prepara una especie de
cuenco donde se sienta.
-
Se sienta allí,
-
y expulsa todo el aire de estos
grandes sacos que tiene en su pecho.
-
Y se sienta allí
-
—esta cámara de reverberación, es
una especie de cámara de reverberación—
-
y se sienta allí noche tras
noche tras noche
-
unas cien noches al año,
-
ocho horas de noche,
-
interpretando los primeros compases
de «El Lado oscuro de la Luna».
-
Ahora, veo unos cabellos grises por aquí
así que sabrán a lo que me refiero.
-
Que como recordarán empieza
-
con este gran boom, boom, boom,
-
como un latido de corazón.
-
Y este es el sonido
que hace el kakapo.
-
Pero es tan profundo,
-
que más bien lo sientes cuando
vibra la boca de tu estómago.
-
Puedes apenas ajustar tu
oído para escucharlo.
-
Yo nunca logré escucharlo,
-
pero quienes lo hicieron dicen
que es un sonido espeluznante
-
porque más que escucharlo
como que lo sientes.
-
Y es un sonido grave.
-
Un muy muy profundo sonido grave,
-
apenas por debajo de lo perceptible.
-
Resulta que los sonidos graves
tienen dos características importantes.
-
Una es que son unas grandes
y largas ondas,
-
grandes y largas ondas que
viajan grandes distancias,
-
y llenan los grandes valles de
la isla sur de Nueva Zelanda.
-
Y eso es bueno. Es bueno.
-
Pero hay otra característica
de los sonidos graves,
-
la que podrías conocer,
-
si tienes esta clase de—ya sabes—
aparatos de sonido estéreo.
-
Donde hay dos pequeñitas que
te dan los sonidos agudos,
-
y las tienes que colocar muy
cuidadosamente en la habitación,
-
porque van a definir
la imagen estéreo.
-
Y tienes lo que se
llama un subwoofer
-
que es la caja que
va a producir los sonidos graves
-
y la puedes poner donde
quieras en la habitación.
-
La puedes poner detrás del
sofá si quieres,
-
pues la otra característica
de un sonido grave
-
—y recuerda que hablamos de
la llamada de apareamiento del kakapo—
-
¡es que no puedes saber
de donde viene!
-
Así que imagina, si quieres,
-
al kakapo macho allí sentado,
-
haciendo estos booms que,
-
si hay una hembra por ahí
—que probablemente no la hay—
-
y si le gusta el sonido del boom
—que probablemente no—
-
¡entonces no puede encontrar
a quién lo está haciendo!
-
Pero supón que lo hace,
-
supón que ella está por allí
—probablemente no—
-
que le gusta el sonido del boom
—probablemente tampoco—
-
que ella lo puede encontrar a él
—probablemente no puede—
-
ella sólo consentirá a copular
¡si el árbol Podocarpus está dando fruta!
-
Todos hemos tenido
relaciones como esa ...
-
Pero suponiendo que superen
esos obstáculos,
-
suponiendo que ella lo encuentre,
-
ella sólo pondrá un huevo
cada dos o tres años
-
que pronto será devorado
por un armiño o rata.
-
Y piensas, bien
-
—antes de tratar de
salvarlos y conservarlos—
-
¡cómo han logrado sobrevivir
por tanto tiempo!
-
Y la respuesta es terriblemente
interesante:
-
nos parece un comportamiento absurdo,
-
pero sólo porque su ambiente ha cambiado
en una forma particular y dramática
-
que nos es completamente invisible.
-
Y su comportamiento está perfectamente
ajustado al ambiente en que se derralló
-
y completamente desajustado al
ambiente en que se encuentra ahora.
-
Porque en un ambiente
donde nada te está depredando,
-
no te quieres reproducir muy rápido.
-
Y resulta que puedes graficar
esto en una computadora.
-
Si tomas una tasa
de reproducción,
-
y la habilidad de
un cierto ambiente
-
para mantener un particular
nivel de población.
-
Cuando empiezas con una
tasa de reproducción muy baja,
-
y lo graficas sobre
varias generaciones
-
verás que la población sube
y sube y sube
-
y luego como que se
estabiliza en un nivel constante.
-
Sube un poco la tasa de reproducción,
-
y sube aún un poco más,
-
y luego se estabiliza
en cierto nivel.
-
Sube la tasa de reproducción
otro poco más,
-
y sube, y se va muy alto,
-
y baja, y es muy bajo,
-
y sube, muy algo, y se mantiene
en una onda sinusoidal.
-
Sube un poco más la tasa, y
empieza a oscilar entre cuatro valores.
-
La subes más y más y más
-
y de pronto te topas con
esta condición de moda llamada caos.
-
Donde la población del animal
varía dramáticamente de un año a otro,
-
y tocará el cero en algún momento
-
por la pura matemática de la
situación.
-
Y una vez que tocas el cero,
como que ya no hay vuelta.
-
Y entonces, como la naturaleza
tiene a ser eficiente,
-
no va a gastar energías y
recursos
-
en algo de lo que no hay retorno.
-
Así que la tasa de reproducción de
un animal en un ambiente sin depredadores
-
se ajustará al nivel
apropiado de reproducción.
-
Ahora, si no hay nada tratando
de comerte—en particular—
-
esa tasa de reproducción
va a ser muy baja.
-
Y es la tasa a la que el
kakapo se solía reproducir,
-
y se continua reproduciendo
a pesar de que ahora es depredado,
-
porque no sabe otra cosa que hacer.
-
Porque nada le ha enseñado nada
diferente en el camino,
-
porque el cambio ocurrió
tan de pronto,
-
que no hay como una pendiente,
-
una pendiente gradual de
presión evolutiva,
-
que es lo que tiende a
producir el cambio.
-
Si tienes un cambio dramático
-
no hay dirección a cual ir
y lo que tienes es desastre.
-
De nuevo, si puedo antropomorfizar
por un momento,
-
lo que parece haber ocurrido
al animal
-
al alcanzar una crisis
en su población piensa,
-
“¡Wow, wow! Debo hacer, hacer,
-
lo que hago fantásticamente bien,
lo que me caracteriza,
-
¡que es que me reproduzco
muy muy despacio!”
-
Y su población decrece.
-
“Tengo que hacer eso que yo hago,
-
¡y reproducirme muy muy muy
muy despacio!”
-
Y nos parece absurdo porque vemos
una imagen más completa que ellos no ven.
-
Pero si es el tipo de comportamiento que
has evolucionado exitosamente a producir,
-
hacer cualquier otra cosa iría
contra su naturaleza kakapo,
-
sería algo “in-kakapo” que hacer.
-
Y no tiene nada que le enseñe
otra cosa de lo que ha hecho siempre,
-
sigue su estrategia exitosa,
-
y por los cambios a su alrededor,
-
ya no es una estrategia exitosa,
y el animal está en un terrible apuro.
-
Hay otro animal que fuimos a ver,
-
que tiene aún más apuros.
-
Es el Baiji,
el delfín chino del río Yangtze,
-
que es un delfín de río casi ciego.
-
Y está casi ciego,
-
porque no hay nada que ver
en el río Yangtze.
-
Miles y miles de años
de agricultura
-
en las orillas del río Yangtze
-
han depositado tanto lodo
y limo en él,
-
que el río se ha tornado
completamente turbio.
-
Una palabra de la que
no sabía su significado
-
hasta que vi el río Yangtze,
-
y básicamente
no puedes ver nada en él.
-
Así estos animales, delfines como dije,
-
gradualmente perdieron el uso de la vista.
-
Ahora—como todos sabemos—los animales
marinos tienen esta otra facultad,
-
que pueden desarrollar,
que es la del sonido.
-
Y lo que los delfines del río Yangtze
hicieron por miles de años,
-
mientras su visión se deterioraba,
-
es que sus habilidades sonares se
volvieron más y más sofisticadas,
-
más poderosas y más complejas.
-
Y es muy interesante, de hecho
lo puedes ver—si quieres—
-
el desarrollo de un feto Baiji,
-
y verás justamente
—como puedes o no saber—
-
que hay algo de verdad
en la idea
-
de que el desarrollo del feto
recapitula las etapas
-
en el desarrollo evolutivo
del animal.
-
Y verán, justo al comienzo del
desarrollo del feto,
-
tiene los ojos en su lugar
normal de delfín,
-
relativamente bajos a
ambos lados de la cabeza.
-
Y gradualmente,
conforme pasaron las generaciones,
-
sus ojos migraron a la
parte superior de la cabeza,
-
y puedes ver esto al
irse desarrollando el feto.
-
Porque gradualmente, tras generaciones,
-
la única luz venía
directamente desde arriba
-
y no había luz de ambiente,
-
y cuando esta se acaba,
los ojos gradualmente se atrofian.
-
Y, en su lugar, las habilidades
sonares toman control.
-
Estos animales desarrollaron
increíblemente sensibles
-
e increíblemente precisas
habilidades para navegarse
-
en el agua usando el sonar.
-
Y todo estaba muy bien.
-
Hasta el siglo veinte cuando
el humano inventó el motor de diesel.
-
Y de pronto se desata un infierno
bajo la superficie del Yangtze,
-
porque de pronto está lleno de ruido.
-
Y de pronto estos animales se encuentran
atrapados por algo que ellos
-
—que nadie podía haber previsto—
-
que aquello en que ahora dependían
-
ha sido completamente abrumado
-
por la contaminación del ruido
que ponemos en los océanos.
-
Así de pronto estos animales
-
que solían ser muy sofisticados
-
en su habilidad para
desplazarse,
-
están ahora chocando con cosas,
chocando contra botes,
-
contra hélices de los barcos,
-
encontrándose enredados en
las redes de pescadores,
-
porque básicamente estropeamos
la siguiente de sus facultades.
-
Y es un sentimiento muy curioso,
-
Recuerdo estar sentado en un bote
sobre el río Yangtze y mirando,
-
bueno tratando de mirar
-
—no podías ver nada porque es turbio,
y ya sabes lo que turbio significa—
-
y darse cuenta que todo este ruido
allá abajo significa ...
-
Es muy curioso pensar que
-
podría haber un delfín por
allí cerca de mi
-
—No lo sabía, pero para entonces,
esto fue hace diez años,
-
sólo quedaban unos doscientos
-
en un cuerpo de agua de unas
doscientas millas,
-
así que no tenías idea si
habría alguno cerca de ti—
-
pero es curioso porque piensas
si tú y otra persona,
-
otra criatura,
viven en el mismo mundo,
-
entonces se deberían sentir parecido.
-
Pero algo que entiendes
al ver diferentes animales
-
es que por su historia
evolutiva,
-
y por las formas en
que se han desarrollado,
-
y las formas que han desarrollado
para percibir al mundo,
-
podrán habitar el mismo mundo
-
pero un universo completamente
distinto
-
Un universo completamente
distinto porque tú creas
-
tu propio universo a partir de la
información que recibes de tus sentidos.
-
Así, te das cuenta que tú estás aquí,
y hay un delfín allí,
-
y tu te sientes a gusto, y el delfín
podría estar en una especie de infierno.
-
Pero no tiene forma de
comunicarte eso
-
porque nosotros nos pusimos a cargo,
-
y no hay forma de comunicarle
a la administración,
-
que hay un problema.
-
Así de pronto me interesé mucho en
qué se podría escuchar
-
en el río Yangtze.
-
Ahora, íbamos a grabar unos programas
de radio de la BBC estando allí,
-
así que junto con Mark Carwardine
el zoologo,
-
también venía un técnico de audio
de la BBC.
-
Así que le dije,
-
“¿Podríamos lanzar un micrófono
al Yangtze
-
para poder saber qué es
lo que se escucha dentro del río?
-
Y el dijo,
-
“Ojalá me hubieras dicho eso
antes de salir de Londres.”
-
Y dije, “¿Por qué?”
-
Y el dijo, “Pues porque habría
podido simplemente sacar
-
un micrófono a prueba de agua, sabes,
-
pero no mencionaste nada sobre
grabar bajo el agua.”
-
Y dije, “No. No lo hice.
¿Hay algo que podamos hacer sobre esto?”
-
Y el dijo, “Pues de hecho, si hay
una técnica
-
que nos enseñan en la BBC para grabar
bajo el agua en una emergencia.
-
¿Alguno de ustedes dos trae condones?”
-
Y no teníamos. No era esa clase de viaje.
-
Decidimos lo mejor sería
ir y comprar unos.
-
Y así salimos por las calles de
Shanghai tratando de comprar condones,
-
y les tengo que leer este
pequeño pasaje sobre esto.
-
La “Tienda de la Amistad” parecía un
lugar prometedor para comprar condones,
-
pero tuvimos cierta dificultad
para dar a entender esta idea.
-
Pasamos de mostrador a mostrador
en una gran tienda departamental,
-
que consistía de distintos
locales individuales,
-
puestos y mostradores,
pero nadie nos podía ayudar.
-
Empezamos con los puestos donde
parecían vender suministros médicos,
-
pero sin éxito.
-
Para cuando llegamos a los puestos
-
que vendían sujeta-libros y palillos
-
sabíamos que la cosa iba mal,
-
pero al fin encontramos una
joven asistente que hablaba inglés.
-
Le tratamos de explicar
qué es lo que queríamos,
-
pero parecía alcanzar el límite
de su vocabulario muy rápido.
-
Así, saqué mi cuaderno de notas,
y dibujé un condón cuidadosamente,
-
incluyendo el pequeño
globito en la punta.
-
Ella frunció el ceño,
pero no captó la idea.
-
Nos trajo una cuchara de madera,
-
una vela, un como cuchillo de papel y,
sorpresivamente,
-
un pequeño modelo de porcelana
de la Torre Eiffel
-
y luego al fin se postró
en postura de derrota.
-
Otras chicas del puesto
se acercaron para ayudar,
-
pero fueron también vencidas
por nuestro dibujo.
-
Al fin me armé de valor e hice
una pequeña y delicada mímica,
-
y al fin les cayó el veinte.
-
“¡Ah!” dijo la primera chica,
envuelta en gran sonrisa. “¡Si!”
-
Nos miraron todas fascinadas
al comprender la idea.
-
— “¿Sí entiendes?”, pregunté.
-
— “¡Sí! Sí, entiendo.”
-
— “¿Tienes unos?”
-
— “No,” dijo. “No tener.”
-
— “Oh.”
-
— “Pero, pero, ...”
-
— “¿Sí?”
-
— “Yo digo donde vas, ¿OK?”
-
— “Gracias, muchas gracias. Si.”
-
– “Tu vas 616 calle Nanjing. OK.
Ellos tienen.
-
Tu pregunta ‘cubre-goma’. ¿OK?”
-
— “¿Cubre-goma?”
-
— “Cubre-goma. Tu pregunta.
Ellos tienen. OK. ¡Buen día!”
-
Aguantándose una risita se
cubría la boca con la mano.
-
De nuevo dimos las gracias, profusamente,
y nos despedimos sonriendo.
-
La noticia parecía haber recorrido
rápidamente por la tienda,
-
y todos nos correspondían el saludo.
-
Parecían estar muy agradecidos
de que les preguntamos.
-
Al llegar al 616 de la calle Nanjing,
que resultó ser otra tienda
-
departamental más pequeña, y no
un burdel
-
como veníamos medio sospechando,
-
nuestra pronunciación de ‘cubre-goma’
nos defraudó
-
y produjo otra ola de
desconcertada incomprensión.
-
Esta ves fui directo a la mímica
que nos había servido tan bien,
-
y pareció funcionar a la primera.
-
La asistente de la tienda, una señora
más madura con el cabello maltratado,
-
marchó directamente a un gabinete,
-
nos trajo un paquete y lo colocó
-
triunfante en el mostrador
frente a nosotros.
-
¡Éxito!, pensamos, abrimos el paquete
-
y encontramos que contenía
una lámina de pastillas.
-
“Idea correcta,” suspiró Mark.
“Método equivocado.”
-
Pronto batallábamos de nuevo
-
mientras explicábamos a
la un poco ofendida señora
-
que eso no era precisamente
lo que buscábamos.
-
Para entonces habían unas quince
personas a nuestro alrededor,
-
algunos, yo estaba convencido,
-
nos vinieron siguiendo desde
la Tienda de la Amistad.
-
Una de las cosas que
pronto descubres en China,
-
es que estamos todos en el zoológico.
-
Si te quedas quieto por un momento,
-
la gente se acercará para quedarte viendo.
-
Lo desconcertante es que no te miran
con atención o curiosidad,
-
sólo se quedan ahí,
a veces justo frente a ti,
-
y te miran sin expresión como
un anuncio de comida para perros.
-
Al fin un joven con cara
pálida y lentes
-
se abrió paso, dijo hablaba
algo de inglés, y que si podía ayudar.
-
Le agradecimos y dijimos, sí,
queríamos comprar condones,
-
unos cubregomas, y nos encantaría
si pudiera explicar eso por nosotros.
-
Nos miró confundido,
-
tomó el paquete rechazado
sobre el mostrador
-
frente a la molesta asistente
de la tienda y dijo,
-
“No quiere cubregoma. ¡Esto mejor!”
-
“No,” dijo Mark.
-
“Definitivamente queremos cubregoma,
no pastillas.”
-
“¿Por qué cubregoma?” Pastilla mejor.”
-
“Tu le dices,” dijo Mark.
-
“Es para grabar a los delfines,” dije.
-
“De hecho no los delfines.
-
Lo que queremos grabar es el
sonido en el Yangtze que ...
-
va a ir sobre el micrófono,
sabes, y ...”
-
“Oh, dile que te quieres
follar a alguien,”
-
dijo el técnico de audio.
-
“Y no puedes esperar.”
-
Para entonces el joven se alejaba
nerviosamente de nosotros,
-
al notar de pronto que
estábamos peligrosamente dementes,
-
que debería darnos por nuestro
lado y escapar.
-
Dijo algo apurado a la
asistente de la tienda
-
y se retiró entre la multitud.
-
Ella se encogió de hombros,
retiró las pastillas,
-
abrió otro gabinete
y sacó un paquete de condones.
-
Compramos nueve, para estar seguros.
-
Un par de días después
-
estábamos parados a las
orillas del Yangtze,
-
en un día gris y lluvioso.
-
Y pusimos el micrófono en
esta pequeña cosita rosa,
-
y lo echamos al agua.
-
Y, normalmente no hago imitaciones
-
pero para ustedes voy a imitar
-
lo que es el sonido bajo
la superficie del rio Yangtze.
-
Y es algo como esto.
-
El rio Yangtze, señoras y señores.
-
Y, de pronto me di cuenta
de lo espantoso
-
que causamos a estos pobres animales,
-
que viven en un mundo con un
oído super sentivo al sonido.
-
Y por eso estos animales
están desesperadamente en peligro
-
porque luego de quitarles
una forma de vida
-
ahora les quitamos la segunda.
-
El problema es que
ahora quitaremos la tercera,
-
dije que cuando estuve
allí fue hace diez años,
-
quedaban doscientos de ellos,
-
hoy hay veinte.
-
Y por que los chinos están
construyendo estas gigantes presas
-
para contener al Yangtze
-
en uno de los lugares más bellos
y espectaculares del mundo,
-
las Tres Gargantas,
y están poniendo la presa allí
-
lo que significa que el delfín del Yangtze
definitivamente se extinguirá.
-
Y es terriblemente triste.
-
Lo peculiar de las presas
-
es que las seguimos construyendo
-
y ninguna parece hacer algún bien.
-
Bueno no del todo,
-
porque desafortunadamente hay
-
—en la historia de las presas—
-
dos que sirvieron, una es la Hoover
-
y la otra está allá en el noroeste
del Pacífico, la presa Coulee.
-
Y cada una del resto no sirve.
-
Y por alguna razón nunca nos
logramos detener ...
-
siempre pensamos construir sólo una más.
-
Creo tenemos cierta clase de
genes de castor, muy profundos ...
-
Pero lo triste es como digo que
el delfín del rio Yangtze
-
está definitivamente y sin duda
condenado a la extinción.
-
Y es muy peculiar para mi
-
estar viviendo en este momento
en una era extraordinaria,
-
un extraordinario renacimiento,
-
porque llegamos al punto en que
-
de pronto entendemos el valor
de la información,
-
como nunca antes.
-
Llamamos a esta
la era de la información.
-
Y descubrimos que la información
-
es el recurso más valioso que tenemos.
-
Y como sabrán hemos
gastado miles de millones de dólares
-
—con sobrada razón—tratando
de entender el genoma humano,
-
que es sólo una especie,
es sólo nosotros.
-
Y hemos llegado a entender
-
y comprender lo valioso que
es la información.
-
Y nunca habíamos entendido antes
-
cómo es que todo funciona junto,
-
porque antes teníamos ...
-
lo diré de esta manera.
-
En el pasado hemos hecho ciencia
-
desbaratando cosas
-
viendo cómo funcionan.
-
Y nos llevó a estos extraordinarios
descubrimientos,
-
extraordinarios niveles de
entendimiento,
-
pero el problema con desbaratar cosas
para ver cómo funcionan
-
es que aunque puedes llegar a las
partículas fundamentales,
-
los principios fundamentales,
las fuerzas fundamentales,
-
no entendemos en realidad
cómo funcionan
-
hasta verlas en movimiento.
-
Una de las cosas que surgió
-
como resultado de entender
estos principios fundamentales,
-
es que llegamos a inventar
esta cosa llamada computadora.
-
Y lo genial de la
computadora es que,
-
a diferencia de las herramientas
analíticas previas
-
—y hay un poco de ...
-
es gracioso cómo muchas
tienen que ver con el vidrio,
-
cuando primero nos topamos con vidrio,
que es una forma de arena,
-
inventamos las lentes,
y miramos al cielo,
-
y descubrimos, de eso,
la fundamental ...
-
estudiando el cielo
-
empezamos a descubrimos cosas
fundamentales sobre la gravedad,
-
y descubrimos que el universo
parece consistir
-
—terroríficamente—de casi
completamente nada.
-
Lo siguiente que hicimos con vidrio
fue ponerlo en microscopios,
-
y miramos abajo a este muy
muy sólido mundo alrededor,
-
y vimos las partículas
fundamentales, los átomos
-
—hechos de protones y neutrones
con electrones girando alrededor—
-
y descubrimos que
parecen consistir
-
espantosamente de casi
completamente nada.
-
Y que cuando sí encuentras algo
-
resulta que en realidad no está ahí,
-
no es en realidad una cosa ahí,
-
sólo la posibilidad de que
quizá pueda haber algo ahí.
-
No se siente tan real cómo esto.
-
Así lo siguiente que hicimos
con arena fue el silicio,
-
y creamos la computadora.
-
Y finalmente nos permite
poner las piezas juntas
-
y ver cómo funcionan.
-
Nos permite ver procesos
mientras funcionan,
-
y empezamos a ver cómo cosas
muy simples llevan inexorablemente
-
—iteración tras iteración—
-
a procesos enormemente complejos
que emergen y florecen.
-
Y en mi mente las cosas más
extraordinarias de nuestra era
-
—digo los que estuvimos allí
lo podrán recordar,
-
sabes, ver una persona caminar
en la luna por primera vez—
-
pero creo que lo más dramático
y extraordinario
-
que hemos visto en nuestra época
-
es poder ver, en pantallas de computadora,
-
el proceso por el que cosas
enormemente simples y primitivas,
-
procesos, instrucciones,
repetidas una y otra y otra vez,
-
muy muy rápido, e iteradas por
generaciones de instrucciones,
-
producen resultados enormemente
complejos.
-
Así de pronto empezamos a crear,
-
a partir de instrucciones
primitivas fundamentalmente simples,
-
podemos crear la forma en que
el viento se comporta en un túnel,
-
turbulencia de viento,
-
podemos ver a la luz bailar en
el ojo imaginario de un dinosaurio.
-
Lo hacemos todo con
instrucciones fundamentalmente simples.
-
Y como resultado de esto es
que finalmente
-
hemos entendido la forma en
que surgió la vida.
-
Ahora, hay un montón de cosas
que no sabemos sobre la vida.
-
Pero cualquier científico vivo te dirá,
-
que aunque hay un montón
que no entendemos,
-
ya no hay un gran misterio.
-
Ya no hay un gran misterio
-
porque hemos visto con nuestros
propios ojos
-
la forma en que simplicidad
da lugar a complejidad.
-
Cuando digo que no hay misterio
-
es como si imaginaras
-
tomar un detective del siglo XIX,
-
y ponerlo en equipo con un
detective de finales del siglo XX,
-
y darles este problema para investigar:
-
el sospechoso de un crimen
-
fue visto un día caminando
por las calles
-
en el centro de Londres,
-
y el siguiente
-
fue visto en algún lugar
-
en medio de Nuevo México.
-
Ahora el detective del siglo XIX dirá,
-
“Pues no tengo ni la más remota idea.
-
Digo, debe haber ocurrido alguna
clase de magia.”
-
Y no tendrá idea alguna
-
de como empezar a resolver
-
lo que aquí ha sucedido.
-
Para el detective del siglo XX,
-
quizá nunca pueda saber si el sujeto
-
se fue por British Airways,
o United, o American,
-
o donde rentó su coche,
o todas esas cosas,
-
quizá nunca descubra esos detalles,
-
pero no habrá ningún misterio
fundamental sobre lo que ha pasado.
-
Así para nosotros no hay
misterio fundamental sobre la vida.
-
Son todos los procesos de extraordinarias
erupciones de información.
-
Y es la información la que nos da
-
este fantásticamente rico
y complejo mundo en que vivimos.
-
Pero al mismo tiempo que
hemos descubierto esto,
-
lo estamos destruyendo a una velocidad
-
que no tiene precedente en la historia,
-
a menos que regreses al punto
en que nos golpeó un asteroide.
-
Así que hay una clase de terrible ironía
-
que en el momento en que mejor
somos capaces de entender,
-
y apreciar, el valor y
la riqueza de la vida alrededor,
-
la estamos destruyendo a la mayor
velocidad que ha sido destruida antes.
-
Y estamos perdiendo especie,
tras especie tras especie,
-
día tras día, sólo porque
-
porque lo estamos quemando
todo por combustible.
-
Y es una terrible condena de
nuestro propio entendimiento.
-
Pero, sabes, cometemos otro error,
-
de algún modo pensamos,
-
que todo está bien en
cierto modo fundamental,
-
porque todo esto estaba
“destinado a ocurrir”.
-
Ahora déjenme explicar como
llegamos a esta forma de pensar,
-
porque es exactamente
la forma de pensar
-
en que el kakapo está atrapado.
-
Porque, lo que ha sido
-
una estrategia muy exitosa para el kakapo
-
generación tras generación
-
por miles y miles de años,
-
de pronto es la equivocada,
-
y no tiene forma de saberlo
-
porque sólo hace lo que siempre
ha sido exitoso hasta entonces.
-
Y nosotros siempre hemos,
porque hacemos herramientas,
-
porque tomamos de nuestro ambiente
-
lo que necesitamos para
hacer lo que queremos
-
y siempre nos ha sido
muy exitoso ...
-
Les diré lo que ha pasado.
-
Es cómo si de hecho
-
oprimiéramos el botón de “pausa”
-
en nuestro proceso de evolución,
-
porque pusimos esta protección
a nuestro alrededor,
-
que consiste—ya sabes—
de medicina y educación y edificios,
-
y todas estas cosas que nos
protejen
-
de las presiones ambientales normales.
-
Y es nuestra habilidad de hacer
herramientas la que nos lo permite.
-
Ahora, en general, lo
que produce la especiación
-
es un pequeño grupo de animales
-
que se separa de la mayoría
-
por presión poblacional, un trastorno
geográfico o lo que sea.
-
Imagina, un pequeño grupo de pronto
se encuentra varado
-
en un ambiente un poco más frío.
-
Entonces, luego de unas
cuantas generaciones
-
los genes que favorecen
un abrigo más grueso
-
se expresarán
-
y regresas unas generaciones después,
-
y el animal tiene un abrigo grueso.
-
El humano, porque hacemos herramientas,
-
llegamos en un ambiente que es
mucho más frío,
-
y no tenemos que esperar
a ese proceso.
-
Porque vemos un animal
-
que ya tiene el abrigo más grueso
-
y decimos, ¡se lo quitamos a ese!
-
Así que hemos tomado control
de nuestro medio ambiente,
-
y eso está muy bien,
-
pero tenemos que ver más
allá de ese proceso.
-
Nos tenemos que elevar,
y tener una visión más alta
-
—y un entendimiento del efecto
que en realidad tenemos.
-
Ahora imagina—si quieres—
un humano primitivo,
-
y veamos cómo es que llega
a esta forma de pensamiento.
-
Está de pie, reconociendo su mundo
al final del día.
-
Y lo mira y piensa,
-
“Este es un mundo maravilloso
en que me encuentro.
-
Es muy bueno.
-
Digo, mira, estoy aquí,
detrás de mi las montañas,
-
y las montañas son geniales
-
porque hay cuevas en las montañas
-
donde tengo refugio,
-
ya sea del clima o de los osos
-
que a veces vienen y
me tratan de atacar.
-
Y me puedo refugiar, y eso es genial.
-
Y frente a mi está el bosque,
-
y el bosque está lleno de nueces,
y frutos y árboles,
-
y me alimentan, y son deliciosos
-
y me mantienen con vida.
-
Y por aquí atraviesa un arrollo
-
que tiene peces nadando en el,
-
y el agua es deliciosa,
yo bebo el agua,
-
y todo es fantástico.
-
Y ahí está mi primo Ug.
-
¡Y Ug ha cazado un mamut! ¡¡Bravo!!
-
¡Ug ha cazado un mamut!
-
¡Los mamuts son estupendos!
-
No hay nada mejor que un mamut,
-
porque un mamut,
-
básicamente te cubres con
la piel del mamut,
-
y te puedes comer la carne del mamut,
-
y puedes usar los huesos del mamut,
¡para cazar otros mamuts!
-
Este mundo, es un mundo
fantástico para mi.”
-
Y, parte de como tomamos
control de nuestro mundo,
-
tomamos control de nuestro ambiente,
-
es haciendo estas herramientas
que nos los permiten,
-
y nos hacemos preguntas
todo el tiempo.
-
Así esta persona se empieza
a hacer preguntas.
-
“Este mundo”, dice,
“bien, ¿quién ... hmm, quién lo hizo?”
-
Ahora, por supuesto,
porque hace cosas por si misma,
-
está buscando a alguien que
ha hecho a este mundo.
-
Se dice, “Entones, ¿quién
hizo a este mundo?
-
Bueno, pues debe ser alguien
un poco como yo.
-
Obviamente mucho mucho más grande,
-
y necesariamente invisible,
-
pero esa persona lo ha hecho.
Ahora, ¿por qué lo hizo?”
-
Siempre nos preguntamos “¿por qué?”
-
porque buscamos intención alrededor,
-
porque siempre hacemos
cosas con una intención.
-
Sabes, hervimos un huevo
para poder comerlo.
-
Así que vemos a las piedras
y vemos a los árboles,
-
y nos preguntamos cual es la intención,
-
aunque no hay ninguna intención.
-
Así nos preguntamos, que intención
tenía esta persona que hizo el mundo.
-
Y este es el punto en que piensas,
-
“Bien, pues me queda muy bien.
-
Sabes, las cuevas y los bosques,
-
y el arrollo, y los mamuts.
-
¡Lo ha de haber hecho para mi!
-
Digo, no hay otra conclusión
a la que puedas llegar.”
-
Y es un poco como un charco
que se despierta por la mañana
-
—se que normalmente no lo hacen,
-
pero permítanme, escribo
ciencia ficción.
-
Un charco se levanta una mañana y piensa,
-
“Este es un mundo muy
interesante en el que me encuentro.”
-
Me ajusta muy bien.
-
De hecho, me ajusta super bien,
-
digo, a la perfección, ¿no?
-
¡lo debieron hacer para tenerme en él!“
-
Y el Sol se levanta, mientras
continua narrando
-
la historia sobre este hueco
hecho para tenerlo a él.
-
Y el sol se levanta, y
gradualmente el charco
-
se va evaporando y evaporando,
-
y para cuando el
charco deja de existir,
-
sigue pensando,
sigue atrapado en esta idea,
-
de que el hueco estaba ahí para él.
-
Y si pensamos que el
mundo está aquí para nosotros,
-
lo seguiremos destruyendo
-
de la manera que lo seguimos destruyendo,
-
porque pensamos que no podemos dañar.
-
Hay mucha especulación
-
en una y otra dirección al momento,
-
sobre si hay vida o no
en otros planetas.
-
Carl Sagan, como saben,
-
le gustaba mucho la idea
de que debería haber.
-
Sólo los números dictan,
-
porque hay billones y
billones y billones
-
—como célebremente no dijo, de hecho—
-
de mundos allá afuera,
-
que la probablidiad
-
es que haya vida
inteligente allá afuera.
-
Pero hay otras voces al
momento que escucharás diciendo,
-
que si miras con cuidado
-
las circunstancias en la Tierra,
-
son tan extraordinariamente específicas
-
que la probabilidad de que haya
algo como esto allá afuera,
-
son de hecho muy remotas.
-
En cierto modo no importa.
-
Porque piensa en esto
-
—creo que Carl Sagan
mismo lo digo.
-
Hay dos posibilidades:
o hay vida
-
allá en otros planetas,
-
o no hay vida allá
en otros planetas.
-
¡Ambas son ideas extraordinarias!
-
Pero, hay una fuerte posibilidad
-
de que no haya allá afuera
nada remotamente parecido.
-
Y estamos tratando a este planeta,
-
esta extraordinaria, increíble, increíble
y extraordinaria pequeña bola de vida,
-
como algo a lo que podemos fastidiar
de la forma que nos plazca.
-
Y quizá no podemos.
-
Quizá la deberíamos estar quizá
cuidando un poco mejor.
-
No por el bien del mundo
-
—hablamos grandiosamente de
”salvar el mundo.”
-
No tenemos que salvar el mundo
—¡el mundo está bien!
-
El mundo ha pasado por
periodos de extinciones masivas.
-
Hace sesenta y cinco millones de años,
cuando un cometa cayó en la Tierra
-
al mismo tiempo que había grandes
erupciones volcánicas en la India,
-
que terminó con los dinosaurios,
-
y algo como el 90%
de la vida en el planta en ese entonces.
-
Regreso otros, creo que 150 millones
de años antes que eso,
-
a la frontera del Pérmico-Triásico,
otra gigante,
-
gigante, gigante extinción.
-
El mundo ha pasado por eso
muchas muchas veces antes.
-
Y lo que tiende a suceder,
-
lo que invariablemente
ocurre tras una extinción masiva,
-
es que hay un montón de
espacio disponible,
-
en las que nuevas formas de vida de
pronto emergen y florecen.
-
Justo como la extinción de los
dinosaurios hizo espacio para nosotros.
-
Sin esa extinción no estaríamos
hoy aquí.
-
El mundo está bien.
-
No tenemos que salvar el mundo
-
—el mundo es grande para
cuidarse por si mismo.
-
De lo que nos debemos preocupar,
-
es sobre si el mundo en que vivimos,
-
será o no capaz de sostenernos en él.
-
En eso tenemos que pensar.
-
Muchas gracias señoras y señores.
-
Y ahora si alguien tiene preguntas,
-
con gusto responderé a preguntas,
-
hay micrófonos aquí
al frente, les sugiero los usen.
-
Sí, hola.
-
Gracias. Maravillosa plática.
-
Dices que debemos cuidar
de no destruir el planeta.
-
Hay una sugerencia que se
ha hecho que es,
-
que destruimos el planeta
-
porque no pagamos el
verdadero costo de las cosas
-
cuando las consumimos.
-
El precio de la gasolina ha ido cayendo
-
en dólares reales y los vehículos son
más y más grandes,
-
y los Vehículos Inútiles Egoistas
-
—creo que son llamados—los VUD.
-
Sabes, como británico debo decir,
-
nos sentamos y pensamos,
-
“los estadounidenses quejándose
del precio de la gasolina,
-
han llegado casi a un cuarto
de lo que pagamos.”
-
Así que, me pregunto si lo que piensas
-
es una buena solución, si
pagáramos el verdadero costo de las coas,
-
si pagáramos diez dólares por galón
-
o lo que sea que realmente cueste
en términos de impacto al ambiente,
-
¿si eso haría una diferencia?
-
Umm. Quizá ..., yo ..., eso ...
-
Hay un problema del que estoy
muy consciente aquí.
-
Que es que, aunque hablo desde el
punto de vista de un conservacionista,
-
muy muy fuertemente, tienes que
mirar a la historia
-
de lo que nosotros y el movimiento
de conservación ha dicho
-
en los últimos diez años,
y los diez años previos,
-
y diez años antes de eso.
-
Y la mayoría de lo que hemos dicho
que teníamos que hacer,
-
o la manera de hacerlo,
ha resultado haber sido incorrecta.
-
Así, es difícil para mi pretender
-
pararme aquí y decir hay que hacer esto,
-
hay que hacer lo otro.
-
Porque quizá no es la
solución correcta.
-
Estoy terriblemente consciente de esto,
-
digo solo regresando,
-
estoy pensando en la protección
de animales en África, por ejemplo.
-
Que ocasión tras ocasión, lo hemos
hecho equivocadamente.
-
Y sí, los esfuerzos de conservación
-
de cada diez años son
tanto como de otra cosa,
-
de deshacer los problemas
de los últimos diez años.
-
Así que es una cuestión de
constante auto-educación,
-
tratar de asimilar la información,
-
tratar de ver las consecuencias
de lo que se ha hecho hasta ahora,
-
y ver que aprendemos de eso.
-
Ahora podría ser que si
multiplicamos el costo del gas
-
diez veces o lo que sea, que los
efectos que eso tendría ...
-
que tendría montones de efectos
no intencionales, que entrarían en juego.
-
Y creo que lo mejor que podemos
hacer es seguir informándonos,
-
estar tan conscientes como podamos
sobre lo que está pasando,
-
sobre el tipo de retroalimentación
de decir que ahora vamos a hacer
-
que el verdadero costo del daño que
estás causando es lo que debes pagar,
-
eso quizá puede ser una
muy buena respuesta;
-
pero también me preocupa
que no sea la respuesta.
-
Que es una forma complicada de
decir: “No se.”
-
Dos preguntas. Primero.
¿Sabes donde está tu toalla?
-
No.
-
OK.
-
Ese siempre fue mi problema.
-
Es muy gracioso lo
de la toalla porque, ...
-
Te diré de donde salió.
-
Estaba de vacaciones con unos amigos,
-
en un chalet en Corfú.
-
Y cada día que
saldríamos a la playa,
-
justo cuando íbamos
a salir a la playa
-
habría un problema,
-
¡y el problema es que Douglas
no podía encontrar su toalla!
-
¿Donde estaba mi toalla? ¿Bajo la cama?
-
¿Al final de la cama?
¿En la cama?
-
¿Estaba en el baño?
¿En el tendedero afuera?
-
¿En la lavadora ...? ¿Estaba en ...?
-
No tenía idea, día tras día,
de donde fregados estaba mi toalla.
-
Así que un día empecé a pensar
-
que debía ser sintomático de alguien
-
que es profundamente caótico.
-
Pero entonces ...
-
No se siquiera si fue a
mi a quien se le ocurrió primero,
-
o alguien que sabía esto
-
se lo ocurrió la idea de que alguien
-
que era más organizado que yo,
-
sería alguien que realmente
supiera donde está su toalla.
-
Y entonces, cuando estaba
escribiendo La Guía, lo puse ...
-
A veces pones cosas porque
sabes lo que significan.
-
Es como una marca para ti mismo
-
que en el próximo borrador
vas a poner allí algo
-
que significa para todos lo
que esto significa para ti.
-
Sabes. Y luego como que se quedó ahí,
-
y resulta que sí significa algo
también para todos.
-
¿Eso contesta tu pregunta?
-
OK. También, nos comportamos como
descendientes de monos que usan ramas
-
o descendientes de
limpiadores de teléfonos.
-
Creo que tenemos mucho de
ambos en nuestros genes, me parece.
-
Absolutamente me voy a matar si
me voy de aquí sin preguntar esto.
-
La pregunta que me ocurrió
cuando mi amigo
-
me forzó a tomar el primer libro
-
La Guía del Viajero Intergaláctico, y
leí las primeras frases
-
en el primer párrafo,
-
“¿¡Qué en esta Tierra de Dios tiene
en contra de los relojes digitales!?”
-
Bueno, tengo que admitir
que han mejorado
-
desde que escribí eso.
-
Pero si lo piensas,
-
digo los primeros relojes
digitales eran ...,
-
ves un reloj regular con manecillas
y tienes un gráfico de pastel.
-
¿Recuerdan la época cuando
nos solíamos emocionar
-
por los gráficos de pastel
que nos hacían las computadoras?
-
“¡Ohhh! ¡Gráficos de pastel!”
-
Pues al mismo tiempo que nos emocionaban
los gráficos de pastel
-
y lo que podían hacer por
nuestro entendimiento del mundo,
-
estábamos diciendo,
“Gráficas de pastel en la muñeca no.
-
Esa es tecnología anticuada.
-
No, no queremos algo a lo que sólo
echas una mirada para saber la hora.
-
Queremos algo con lo que debas
-
ir a una esquina obscura, y
poner en el piso tu portafolios,
-
y oprimir un botón para leer,
-
‘Oh, son las 11:43. ¿Eso es ..? ¿Hmm ...?
-
¿Cuanto falta para las doce el día?’ ”
-
Y eso era progreso.
-
Pero digo, lo genial de
los seres humanos,
-
—mientras nos burlamos de ello—
-
es que no sólo inventamos
cosas nuevas,
-
y que hacen las cosas mejor.
-
Incluso cosas que funcionan perfectamente
bien, no las podemos dejar en paz,
-
y es el aspecto más lindo y
encantador de los seres humanos,
-
que seguimos inventando cosas
que ya nos salieron bien una vez.
-
Digo como las llaves del baño,
es muy muy simple,
-
la abres y sale agua,
la cierras y deja de salir.
-
Y como que entendimos bien eso.
-
Eso funciona. Pero es increíble cuando,
-
sabes, el lobby de un hotel o aeropuerto,
-
y te acercas al lavabo
-
con un poco de
ansiedad, sabes.
-
“¿Qué hago? ¿Giro algo?
-
¿Oprimo algo? ¿Jalo algo?
-
¿¡Lo pateo!?
-
¿Sólo tengo que estar cerca de él?”
-
Y cuando el agua empieza a salir
-
porque me detectó cierta clase de
-
energía cerebral o lo que sea.
-
“Ahora, ¿cómo lo detengo?
¿Es mi trabajo detenerlo?
-
¿Se detendrá solo?”
-
Digo, creo que habíamos
resulto eso de la llaves.
-
Pero creo que es maravilloso
cómo es que seguimos
-
inventando aún cuando ya funciona,
-
porque es nuestra forma de escapar
máximos locales, ¿o no?
-
Creo que es todo lo que
tengo que decir. Gracias.