La suciedad, la revolución feminista silenciosa | Rasheeda Page-Muir | TEDxEastEnd

Esta charla es de un evento TEDx, organizado de manera independiente a las conferencias TED. Más información en: http://ted.com/tedx

El pensamiento feminista moderno se ha centrado a menudo en la liberación de la mujer. Pero ¿qué hay de emancipar a los hombres del dominio patriarcal? ¿Puede que el rap esté allanando el camino para dicha revolución?

Rasheeda Melesse Page-Muir está apasionada y locamente enamorada de su comunidad en Greenwich, al sudeste de Londres, donde nació, creció y vive. La complejidad y diversidad de su entorno han influido considerablemente en sus opiniones políticas. Rasheeda fundó RevolYOUtion, una plataforma de debate para gente joven, para entablar diálogos sociales y políticas. Escribe regularmente, recita poesía y le apasiona hablar en público y destruir la injusticia social. ¡En el fondo quiere cambiar el mundo!

Hay muchos hombres en mi vida
a los que admiro.

Tengo dos abuelos
de la generación Windrush

que llegaron a este país en los años 40

y ahora con 80
se han jubilado cómodamente.

Tengo un padre: gracioso,
inteligente y lleno de sabiduría.

Y a veces, cuando estoy
ante estos hombres,

siento como si estuviera
ante la excelencia.

Pero a veces, cuando los miro
demasiado a los ojos,

veo ojos llenos de dolor y remordimiento.

Veo los ojos de hombres

que no han terminado de romper
los ciclos de abuso

que vieron a sus padres cometer.

Veo hombres asegurando

que serían radicalmente diferentes
a los hombres que les precedieron,

pero a veces, solo a veces,

se dan cuenta de que personifican
aquello que una vez despreciaron,

y los rompe.

Veo ojos que lo dicen todo,

pero bocas que nunca expresarían
el dolor que sienten.

Hablo de los hombres en mi vida,

pero, realmente, mi vida
está dominada por mujeres.

Vengo de un grupo

de mujeres fuertes, valientes,
apasionadas y compasivas:

dos abuelas inmigrantes caribeñas que
trabajaron sin descanso por los suyos

pese a las continuas adversidades;

una madre: el epítome de
la fuerza y la resistencia;

cinco hermanas: los sueños
de nuestras abuelas;

tías y primas cuya sabiduría sigue
siendo la banda sonora de mi vida;

y una sobrina, Disney Channel,
obsesionada con los emojis

(Risas)

pero con el corazón de todo
a lo que yo podría aspirar a ser.

Pero hace tres años,
pasó algo muy extraño.

En un hospital del sur de Londres,
sobre las doce y cuarto de la noche,

por primera vez en mucho tiempo,
un niño pequeño entró en nuestras vidas.

¿Qué íbamos a hacer con un niño?

Era todo muy nuevo para nosotras,
pero tendríamos que arreglárnoslas,

como siempre.

Y recuerdo cuando nació,
y recuerdo quedarme paralizada,

sobre todo por sus ojos.

Porque cuando le miré a los ojos
no los vi llenos de dolor y remordimiento.

Vi ojos que eran inocentes

y que contenían
una tendencia desmesurada a la grandeza.

Vi ojos que podían romper ciclos

y redefinir lo que era la masculinidad
para una nueva generación de hombres;

ojos que ya no tenían que ser silenciados;

ojos que podían llorar...
y creedme, ¡llorarían ahora!

Pero ¿cómo lo harían unos años más tarde?

Feminismo: nos dicen que consiste en
deshacernos de nuestra cultura sexista

para liberar a las mujeres.

Así que mi sobrino
no entra mucho en esa conversación.

Pero si viéramos el feminismo
como medio para liberar nuestra cultura

de la mentalidad patriarcal y del dominio,

entonces la conversación cambiaría.

(Aplausos) (Vítores)

Gracias.

Los discursos que rodean al feminismo
se suelen centrar solo

en por qué las mujeres lo necesitan.

Nos centrábamos en individuos,
la batalla de hombres contra mujeres

en lugar de en un sistema
patriarcal polifacético

que también daña a nuestros
hermanos, padres y amigos.

Por supuesto, las mujeres
nos enfrentamos al sexismo

de una manera muy tangible, diariamente,

así que es normal que estemos
al frente de movimientos feministas

y sus intentos de acabar con el sexismo.

Afrontamos desigualdad en el trabajo,

nos discriminan en las políticas públicas,

y puede ser elegido un presidente
en el llamado mundo libre

que propugna el odio y la violencia
contra nosotras.

Es fundamental que el feminismo
transforme y empodere a las mujeres.

Pero para mí, las realidades
del patriarcado nos afectan a todos,

y el pensamiento revolucionario feminista
es el entendimiento

de que estar comprometida con el feminismo
significa que está comprometida

a deshacerse de nuestra cultura
de pensamiento patriarcal

que daña tanto a hombres como a mujeres.

Porque desde una edad temprana,

a los niños se les enseña que
deben representar la masculinidad

de una manera hegemónica

o su probabilidad
de sobrevivir socialmente es escasa.

Se les enseña que deben ser duros,

y por lo tanto, cuando se sienten débiles,
deben aparentar fortaleza;

cuando se sienten ineptos,
deben aparentar seguridad;

y cuando se sienten sensibles,
deben siempre aparentar enfado.

En 2014, cuando Emma Watson se convirtió
en el bastión del feminismo moderno,

asegurando que HeForShe era el modo
en el que adoptar un nuevo feminismo,

me parece que el objetivo no captó bien

la totalidad de la situación
a la que nos enfrentamos ahora.

La campaña argumentaba

que hombres y niños
deberían ser alentados a actuar

contra desigualdades
a las que se enfrentan mujeres y niñas

para ser agentes del cambio feminista.

En otras palabras,
los hombres deberían ser aliados.

Pero ¿cómo podemos pedirles
que sean aliados

cuando también
son víctimas del mismo sistema?

¿Cómo podemos pedirles que sean aliados

en un mundo en el que es 20 veces
más probable que sean encarcelados

porque se les enseña a ser violentos;

cuatro veces más probable que se suiciden
porque se les enseña a guardar silencio;

y con menos probabilidades de pedir ayuda,
tanto física como mentalmente,

porque se les enseña a ser fuertes?

Mucha de la representación
de la masculinidad

radica en que los hombres
no pueden expresar cómo se sienten

de la misma forma que las mujeres.

Por eso, cuando hablo de feminismo radical
y revolucionario,

hablo de feminismo que
comprende la importancia

de deshacerse de la cultura patriarcal
de los hombres, por los hombres.

Un feminismo que comprende
la importancia de tener espacios

no permitidos por la cultura patriarcal
donde los hombres puedan dialogar,

donde puedan hablar sobre sus problemas,
sus relaciones interpersonales,

y su crecimiento personal

para que se puedan romper
esos ciclos de dolor y arrepentimiento.

A las doce y cuarto,

cuando mi precioso sobrino
llegó al mundo,

me pregunté

"¿cómo va un niño negro del sur de Londres
a entablar una conversación

que le aliente a pensar
críticamente sobre la masculinidad,

que le inspire a cuestionarse
nociones preexistentes

de lo que significa ser un hombre,

y llegar a entender completamente
quién es como individuo

explorando un exceso de sus emociones?"

El feminismo, nos han contado,
es así, así y así.

Pero ¿y si te dijera
que el feminismo radical y revolucionario

está teniendo lugar ahora mismo,

y que se parece más a esto, esto y esto?

En 2016, [Tis, Donae'O] y Cadet
sacaron una canción que considero

uno de los proyectos feministas
más radicales y revolucionarios del año,

"Letters to Krept".

La canción describe
la relación entre él y su primo,

otro rapero famoso, Krept.

En la canción, describe
su relación deteriorada con su primo,

y analiza cómo la constante
comparación con su primo

le ha causado mucho dolor.

Expresa públicamente problemas que
ha tenido en de su relación familiar

y describe mecanismos para curarse.

Termina la canción diciéndole
a su primo que le quiere,

e invierte el discurso de lo que
las relaciones entre hombres, de color,

se supone que son.

Cadet anula la noción de que
la suciedad es hipermasculina

de más de una manera,

y muestra cómo el rap se puede usar
para anular un discurso

en la cultura popular de la música.

Si eso no era lo bastante legendario,
su primo respondió con otra canción,

contando su versión de la historia.

Para mí, los dos raperos indican

lo que curar un discurso patriarcal
en la plaza pública puede parecer.

El rap, una cultura que desde fuera
se ha considerado hipermasculina,

ha aportado un espacio donde dos hombres
pueden entablar un dialogo curativo.

Y esta canción no es la única;

es cierto que el rap proporciona
una vía de escape,

cualquiera que sea.

El pensamiento feminista
siempre ha entendido

la importancia de las vías de escape.

Las feministas negras en los 60,
desviándose del feminismo convencional,

se preocuparon cada vez más
de crear historias

que expresaran sus vidas y sus realidades.

Y es cierto que en dicha generación

vimos algunas de las mejores
creaciones literarias de una generación.

De personas como Maya Angelou,
a bell hooks y Toni Morrison,

el rap continúa ese legado.

Es un género musical

que expresa las complejidades y realidades
de la vida urbana moderna.

Ha proporcionado
una vía de escape de emoción

y un medio eficaz para que hombres
se involucren en asuntos

que afectan sus vidas y a sus comunidades.

Y sí, es cierto que hay rap

que personifica lo que
no deberíamos considerar

una representación de ideas feministas.

Aun así, es peligroso
observar estas realidades

dentro de un vacío cultural.

Si el rap es patriarcal,

es porque refleja un mundo

que es igual, si no más,
de patriarcal, capitalista y misógino,

y no porque estos sean conceptos
creados por esta cultura.

El rap es una cultura, y es diversa,

y habla muchas lenguas distintas,

y demasiado a menudo solo nos
han hablado de una de esas lenguas.

El argumento de que el rap
representa todos estos males

está mal informado, es corto de miras

y una historia que hemos oído demasiado.

Pero ¿y si le diéramos la vuelta?

¿Y si viéramos el rap de forma diferente?

Si lo viéramos como un modelo

en el que los hombres
han podido tratar sus emociones

de un modo vulnerable y frágil.

Hombres a los que se les dice
que sus emociones no valen

encuentran un lugar donde se les da valor.

Y en una sociedad
en la que cada vez más hombres

particularmente hombres negros,

sufren problemas de salud mental

como resultado
de esta falta de comunicación,

esta forma de diálogo debería ser
celebrada como revolucionaria

y no mala y retrógrada.

bell hooks dijo la famosa frase

de "la esencia de la política feminista
es el compromiso de poner fin

al dominio patriarcal sobre hombres
y mujeres, niños y niñas".

Y es aquí donde veremos libertad.

Nuestra felicidad, nuestra existencia

están basadas en la plenitud
en la que podemos vivir,

y si los hombres pudieran vivir
esa plenitud,

libres del dominio patriarcal
sobre sus vidas,

nuestras realidades cambiarían,

podríamos ver una revolución cultural.

Por mucho tiempo el feminismo convencional
ha criticado un género musical

que puede ser lo más cercano
al feminismo radical que hayamos visto.

Porque el feminismo quiere curar
la destrucción patriarcal,

y el rap ha proporcionado
y sigue proporcionando

una manera de lidiar con
parte de esa destrucción.

El rap y el feminismo
pueden ser mejores amigos,

solo necesitan mirarse con nuevos ojos.

Porque vivimos en un mundo

donde los corazones se paran
y los ojos se cierran

cada día

por las realidades del patriarcado.

Pero necesitamos vivir en un mundo
donde los ojos vivan, curen y transformen,

porque los hombres necesitan el feminismo,

y mi sobrino y niños de todo el mundo

necesitan ojos que brillen con esperanza,

para que ellos, sus hijos y sus nietos
puedan vivir vidas más plenas.

Gracias.

(Aplausos)