Visibilizar lo invisible: Basurama en TEDxMadrid

Basurama es un colectivo dedicado desde 2001 a la investigación, la producción y la gestión cultural. Ha centrado su área de estudio y actividad en los procesos de producción, la generación de basura que estos procesos implican y sus posibilidades creativas. En esta charla, discuten si dar visibilidad a la basura, y no solo a las cosas, sino a los espacios, lugares, y lo más importante, a la gente.

¡Hola, buenas! Bueno, a estas alturas
más o menos os habréis dado cuenta

que las jornadas de TED
están dedicadas al pro común.

Nosotros venimos a hablar de algo
que podría ser considerado

el anticomún, es decir, algo que
producimos entre todos,

nos pertenece a todos, pero
que nadie quiere: la basura.

Para empezar a hablar de basura hemos
cogido esta imagen de Miguel Brieva

donde nos dice:

"Basura es todo aquello producido
por el ser humano

con el debido paso del tiempo".

Si lo produce el ser humano

no puede ser un bosque,

no puede ser un animal,
no puede ser una piedra.

Con el debido paso del tiempo
los objetos se desgastan o bien

la función para la que fueron creados
deja de tener sentido.

En cualquiera de los casos, los objetos
no son útiles y se convierten en basura.

Actualmente, ya es tan solo
cuestión de minutos.

Yo he hecho un pequeño ejercicio

de ver cuánta basura era capaz de producir

en el rato que llevo aquí
en la conferencia.

Primero he llegado,

me han puesto una pegatina,
tengo el papel de la pegatina.

Luego he pedido un té

y entonces le he echado azúcar

y tengo pues el papel, lo que remueve,
la servilleta,

el propio vaso del té

y luego me he puesto muy nervioso

y he ido a por agua.

Como ya tenía mi vaso lleno de basura,
pues he pedido otro.

Entonces en apenas hora y media
he llegado a producir todo esto.

Y es que en los últimos 30 años
nuestro cubo de basura

ha pasado de estar lleno de residuos
de comida y objetos

gastados con el paso del tiempo,

ropa o muebles, a tener
objetos que prácticamente

han sufrido un solo uso.

Objetos cuya vida útil apenas
duraba segundos o minutos.

Por ejemplo,

aquí tenemos un nabo.

Este nabo tiene su propia piel

y a su vez un plástico

que está encima de una bandeja.

¿Cuánto de lo que nos llevamos a casa
es un producto a usar

y cuánto va a acabar directamente
en la basura?

¿Cuánto de esos 36 céntimos estamos
pagando por el producto

y cuánto estamos pagando por basura?

¿Estamos comprando basura?

Más aún, a veces nos dan
basura gratis por la calle.

Es decir, alguien te da un objeto,

¿cuánto dura en tus manos?

Pues los 30 segundos que tardas
en llegar a una papelera.

Nuestra vida está llena de
pequeños gestos de consumo

asociados a toda esta
producción de residuos

¿Qué pasa cuando ese gesto
que es individual

lo multiplicamos por la gente
que estamos aquí

o lo multiplicamos por toda la gente
que está en España?

Nos encontramos con un problema global

que nos afecta y repercute de forma local.

Estos mismos gestos domésticos
los podemos llevar a otros entornos.

Por ejemplo, cuando tú celebras
una fiesta de cumpleaños,

o la fiesta de tu hijo,
o de un amigo

sustituyes la vajilla
por vasos de plástico,

platos de plástico, cubiertos de plástico.

¿Qué pasa cuando ese gesto que es
de una comunidad reducida

lo multiplicamos por festivales
internacionales de música

o por esos vuelos de avión

donde te sirven una bandeja

donde los cubiertos y todo
lo que utilizas es de plástico.

¿Quién es responsable de todo esto
o de dónde viene toda esta basura?

Nos encontramos con que la industria
ha pasado de producir botellas de cristal

reutilizables a envases de único uso:
latas, bricks...

Nos encontramos con que hemos pasado
de materiales que duraban mucho tiempo

y que podían ser reparados

y los hemos cambiado por plástico,

que es un objeto que cuando se rompe
es muy difícil de reparar

y cuando llega al vertedero tiene
una vida de varios cientos de años.

También nos encontramos con que
en lugar de producir mobiliarios

u objetos que duran toda una vida

nos encontramos con objetos

que obsolescen al cabo de 5, 3 o 2 años.

¿Dónde van a parar todos estos objetos?

Bueno, de la misma manera
que nosotros en nuestra casa

tenemos una bolsa de basura metida
debajo del fregadero

o fuera en la terraza
para que nadie la vea,

pues la ciudad tiene su propia alfombra
debajo de la cual esconde estas cosas.

Tenemos un montón de vertederos

repartidos por la periferia,

en lo que podíamos llamar espacios basura.

El espacio basura no es solamente aquel
que almacena todos los residuos.

Espacio basura también pueden ser
aquellas infraestructuras

que han sido creadas
para un uso inexistente

o para una demanda que ya no es real.

Por ejemplo: autopistas vacías.
Por ejemplo: aeropuertos

donde no aterrizan ni despegan aviones.
Por ejemplo: urbanizaciones

sin edificios, edificios sin personas
o urbanizaciones

con edificios y personas, pero que están
rodeados de espacio inhabitables.

No solamente estamos comprando basura,

sino que nos estamos acostumbrando
a vivir en espacios basura.

Bueno, hemos hablado de objetos por
un lado, estamos hablando de espacios

por otro y ahora queríamos hablar de una
dimensión que para nosotros es mucho

más importante, las personas.

Con el tiempo se han ido simplificando
las competencias de las personas,

de manera que al final hemos reducido
la vida útil de las personas

a responder a aquellas habilidades
para las que fueron formados.

Es decir, cuando un profesional

deja de ser útil, deja de producir,

entonces lo apartamos del sistema.

Explicándonos un poquito mejor: ¿qué pasa
cuando cerramos una minería?

¿Qué pasa cuando se acaba
la época de la industria pesada?

¿Qué pasa con todos los arquitectos
o con todos esos periodistas?

Esos periodistas dejan de tener valor
cuando el sistema no los puede reabsorber

o no los puede reubicar,

lo que empieza es a responsabilizarles
de su propia situación.

Estigmatizar es el primer paso
para invisibilizar.

Porque lo que hacemos siempre es intentar
invisibilizar aquello que no nos gusta

o aquello que va en contra de
lo que estamos predicando.

No solamente pasa con profesionales,

pasa también con otras comunidades:
recolectores informales,

gente sin hogar, refugiados, etc.

Nosotros creemos que un mundo
que produce esta cantidad de residuos,

que consume suelo de forma desaforada,

que acaba invisibilizando personas,
no está bien.

Creemos que hay una manera de
sacar el potencial y

esos valores latentes
que hay detrás de todo ello.

Y que lo único que se necesita es un espacio
donde podamos visibilizarlas,

donde podamos cambiar la mirada y empezar
a ver las cosas de una manera distinta.

En más de 10 años que llevamos trabajando
empezamos de una manera similar.

Primero entendiendo qué es lo que
estaba pasando y luego proponiendo.

Empezamos primero descubriendo los
objetos, luego llegamos a los espacios

y por último nos dimos cuenta de que
lo importante eran las personas.

Entonces, si bien ahora hemos visto
imágenes de procesos de visibilización,

lo que vamos a enseñar a partir de ahora

son proyectos de propuestas

donde se investiga ese cambio de mirada.

Empezamos de nuevo: los objetos.

Bueno aquí tenemos 4 objetos que con
un simple gesto han cambiado su uso.

Teníamos objetos obsoletos
y ahora tienen una segunda vida.

Una taza del váter que
se convierte en un portafotos.

Una rueda que se transforma en un frutero.

Bolsas de basura que son un sofá

o una lámpara que se transforma
en una maceta.

Si no solamente cambiamos la mirada
y hacemos ese gesto,

sino que empezamos a
intervenir en el objeto,

podemos transformar cajas de fruta
en un puzzle de tres dimensiones.

Podemos transformar estos viejos
CDs de publicidad en una lámpara.

Podemos convertir estos tubos
de instalaciones en un sofá.

Como veis todos estos objetos
tienen la misma calidad que

cualquier objeto manufacturado
de primera mano.

Aquí tenemos esa montaña inmensa
de neumáticos, ese tsunami,

y lo hemos transformado en
mobiliario urbano.

¿Podemos llevar esta actitud,
este pensamiento,

esta forma de intervenir en
los objetos a los espacios?

Bueno, este es el caso de Santo Domingo,
la República Dominicana.

La basura que produce la ciudad
llega al río,

del río llega al mar,
del mar llega a las costas

y al final acaban metiendo en la
columna vertebral de la ciudad.

La ciudad le da la espalda a lugares que
históricamente han sido fuentes de vida.

Nosotros lo que planteamos aquí
es reutilizar el propio objeto,

el propio residuo que
ha provocado esa situación

para generar un escenario donde
puedan tener lugar

actividades locales que
reactiven ese lugar.

Teníamos dos lugares:
un malecón abandonado

y unos residuos

y a través de la interpretación de
la revalorización de esos dos objetos

conseguimos revalorizar un espacio.

Segundo caso:

este está aquí en Madrid,
está muy cerca.

Es la zona de La Latina,

donde antes había un polideportivo
ahora hay un gran agujero.

Se destruyó para construir un centro
comercial, se quedaron sin dinero

y esto es lo que tuvieron
los vecinos a cambio.

Nosotros lo que propusimos fue
una intervención que duró un mes

donde se abría un pequeño espacio,

esa piscina y se iban programando
actividades por y para los vecinos.

Al cabo de ese mes
ese espacio volvió a cerrarse

pero los vecinos reivindicaron
al ayuntamiento su uso y gestión.

Desde hace dos años
ese espacio está abierto

y tiene una de las programaciones
culturales más densas de todo Madrid.

Nuevamente, activando un espacio
durante un pequeño periodo de tiempo

se descubre el potencial que él tenía,
las oportunidades que había allí

y son aprovechadas.

Siguiente ejemplo.

Esto es en Lima, es una infraestructura.

Es el primer intento de Lima de
conseguir un transporte público,

un tren eléctrico inmenso que
atravesaba la ciudad.

Por problemas de dinero
se quedaron sin recursos

y se quedó una herida abierta

que atravesaba de un lado a
otro este espacio.

Nosotros lo que propusimos fue

revalorizar los recursos locales
para darle sentido a esta espacio.

Como veis está hecho a base
de residuos de coches,

está hecho reutilizando
ese espacio abandonado

y está diseñado y construido por
profesionales y vecinos locales.

Una de las cosas que más nos gusta
de este proyecto es,

cuando nosotros nos fuimos,

la vida que se había generado

y la forma de trabajo que se había
producido durante ese tiempo

se fue reproduciendo y nos encontramos
con que ahora en Lima

hay 4 lugares donde se han construido
campos de juego de la misma manera.

Una comunidad que pensaba que no tenía
más valor que el valor productivo,

su capacidad para hacer dinero
y llevárselo a su familia,

empieza a construir para todos los demás.

Como os hemos hablado antes,
esto es un problema global que

nos afecta de forma local.

Nosotros pensamos que las soluciones
tienen que venir desde lo local,

revalorizando lo local

para poder hacer un cambio global.

Con esto no queremos justificar
un proceso de consumo.

Lo que queremos es llamar la atención

y visibilizarlo de otra manera.

Entonces, esto que hemos visto antes

que correspondía a Santo Domingo,
Madrid y Lima

lo podemos encontrar en miles de
proyectos a lo largo de todo el mundo.

Como por ejemplo este en México DF

donde se trabajó con
trabajadores informales.

En Jordania con un campo de refugiados.

Paraguay con amas de casa.
Sao Paulo con artistas

o en El Cairo con jóvenes
arquitectos y urbanistas.

A lo que vamos es que

estos procesos son posibles

cuando conseguimos mirarnos
a nosotros mismos

y a lo que nos rodea
de una forma distinta.

Estos procesos son posibles

cuando nos damos cuenta de lo que
se está produciendo a nuestro alrededor,

esas cosas feas, pero también

nos damos cuenta de toda esa parte
magnífica e ilusionante que nos rodea

y que tenemos dentro y que normalmente

no tenemos la capacidad
o el espacio para sacar.

He empezado hablándoos

de lo que iba recopilando
a lo largo de estas jornadas.

Entonces durante este día
y los que vienen

todos vosotros tendréis en algún momento
una servilleta de papel,

una botella de plástico,
un tíquet de metro

y haréis un gesto bastante automático
que es el de tirarlo a la basura

y olvidaros de lo que ha pasado.

Nosotros creemos que ese gesto

puede servir para
reflexionar de otra manera.

¡Muchas gracias!