-
No quiero ser colega con cancér.
-
Yo lo único que intento
es ayudarle.
-
¡Dejadme en paz todos!
-
¿Es eso lo que quieres, quedarte solo?
-
Hay gente que esta aquí para ayudarte.
-
Quieren saber que te esta pasando.
-
Tengo cáncer, chicos.
-
No crees que pueda ser buen padre, ¿o qué?
-
Eres egoísta, racista, homófobo
-
y tratas todo el mundo
como si fuera basura.
-
Yo la conozco más
y tiene su lado sensible.
-
Yo cuidaba a Daría
del día que nació.
-
Que de verdad,
que yo puedo ser un tío legal,
-
solo me tienes que dejar demostrártelo,
-
y ya está.
-
Tú ganas.
Puedes ser su padre, idiota.
-
Ven aquí, yo sabía
-
que eras una tía
de puta madre.
-
Papá, ¿te acuerdas de mi amigo?
-
¡Ah, sí!
-
Oye, que me voy un momentito
al baño antes de irme.
-
No sé qué perra le ha dado
con acompañado al colegio
-
Olimpia
-
He dejado a mi mujer
-
quiero que seas la única.
-
Yo no creo que estemos bien juntos.
-
¿Me estás dejando? ¿Hay otro?
-
Estoy muy orgullosa de ti.
-
Porque el beso que me diste.
-
Eso fue por el subidón, ¿sabes?
-
Pero lo tengo claro.
-
El y yo, ya nada.
-
Ya te dije
-
no soy persona de relaciones
-
y empiezo sentirme atrapada.
-
Hemos decidido tener una relación abierta.
-
¿Qué quieres que pase esta noche Irene?
-
¿De verdad a ti no te importa
-
que Irene cene con otras personas?
-
No ha pasado nada
-
no he podido.
-
Hagamos lo juntos.
-
¿De verdad harías eso por mí?
-
Tenemos que elegir ya
el menú de boda.
-
Es que ahora me pillas muy ocupado.
-
¿Por qué no lo eliges tú?
-
Yo ya me rindo, si ni siquiera yendo a
-
tu restaurante ha conseguido que reaccione
-
O sea, que eso que yo era un buen cocinero
-
y que confíabas en mi
-
era para darle celos a Martín.
-
A veces me haces dudar
si he elegido bien.
-
Si realmente quieres casarte con él
-
no le digas nada.
-
Martín, esto es serio
-
y espero que tomes medidas.
-
El artículo no te deja en buena posición,
sobre todo a ti.
-
Quiero una rectificación.
Y la quiero mañana mismo en mi mesa.
-
No pienso esconder mi artículo
ni a chantarme
-
estoy orgulloso de mi trabajo.
-
Adolfo está fuera de control
-
te nombramos director para que
pusieras orden el colegio.
-
Si no eres capaz de hacerlo,
de quien tendremos que prescindir es de ti.
-
Sabemos que soy tu inspiración
-
te encanta que pose para ti.
-
Son los folletos de tu exposición.
-
No podemos poner ningún cuadro
por la cancelación.
-
Tienes la galería llena de folletos
-
no lo voy a decir a nadie
-
pero con la condición que
voy a la exposición.
-
Te felicito.
-
Tus cuadros son muy buenos.
-
Muchas gracias.
-
¿Se puede saber qué coño haces aquí?
Lárgate.
-
¿Tratas tan mal a todas sus musas
o sólo a mí?
-
Porque me estoy cansando
de tus desprecios.
-
Perdona.
-
Pero tienes que irte,
-
podría meterme en un lío y no querrás eso.
-
Ya sabes lo que quiero,
-
y estoy segura de que tú también.
-
Solo hay que ver el cuadro.
-
Te tienes que ir, por favor
-
y que no se entere mi padre.
-
Por favor.
-
Tranquilo, me voy.
-
No te preocupes no voy a decir nada.
-
Si me tratas bien, claro.
-
Muy bonito, me dejo la piel en montarte
la exposición
-
y me tengo que enterar por la prensa.
-
Perdóname, papá.
-
Pensaba contártelo, pero no todavía.
-
Si te sirve de consuelo,
no lo he dicho a nadie, ni a mamá
-
ni a nadie del colegio.
-
Pues no me sirve de consuelo.
-
¿Tu a qué tienes miedo?
-
No lo sé, papá.
-
Esta colección es muy personal para mi.
-
Pero ahora no es el momento de hablarlo.
-
Te pido, no se lo digas a nadie,
-
ni a mamá.
-
Serán cosas de artista.
-
Bueno, por lo menos, hazme una visita
guiada como Dios manda.
-
Empecemos por éste.
-
Tomás está en la ducha, ¿verdad?
-
Tienes que ayudarme a elegir.
-
Hombre, ¿esté de ahí no es un poco zorrón?
-
Pero no sé, no conozco
los gustos de Tomás.
-
Si no tiene que gustarle a él.
-
Es que esta noche hemos decidido
ir a un club "Swipers" de ésos.
-
¿"Swipers"?
-
Swinger.
Un club de intercambio de parejas.
-
Pero, ¿Tomás y tú?
-
¿Él no estaba en contra de pareja abierta?
Sí, pero hemos hablado
-
y como me quiere, va a intentarlo.
-
Eso sí, lo que hagamos, será todo juntos.
-
¡Qué romántico! Cuernos consentidos.
-
La verdad, no sé como puedes
hacer algo así.
-
Ya, es que tú eres más
de cuernos sin consentir, ¿no?
-
¿Qué?
-
Si lo dices por lo de Berto,
sólo fue un beso.
-
Vale, ya te dije que fue un error.
-
Además, que yo me quiero casar con Martín
-
y lo tengo tan claro que, mira.
-
Estoy empezando a hacer
la lista de invitados.
-
O sea, ¿no vas a hablar con él?
-
Pero si me lo dijiste tú
-
no le digas nada a Martín si no quieres
mandar tu boda a tomar por saco.
-
No me refería hablar con Martín,
me refería hablar con Berto.
-
Martín puede enterarse por Berto.
-
En el amor y en la guerra, ya sabes.
-
No.
-
Eso no va a pasar,
conozco a Berto y no es de esos.
-
La lleva siempre en la cartera.
-
Mira.
-
Todavía es una habichuelita,
-
pero para mí es la habichuela más bonita
-
y si te fijas, tiene mi perfil griego,
totalmente. ¿A que sí?
-
¡Qué bonita!
-
¿Podemos hablar un momento? A solas.
-
Bueno, luego te veo, guapa.
-
Cuéntame.
-
¿Tú de qué vas?
-
No quiero que uses la ecografía
de mi hijo para ligar. ¿Te enteras?
-
¿Qué?
-
¿Para eso quieres ser el padre,
para aprovecharte?
-
Cuando nazca, ¿qué vas a hacer?
-
Pedir con él en los semáforos
para pagarte el chocolate? ¿O qué?
-
¿Tú qué has desayunado hoy?
-
Dame la mochila.
Te debe que pesar un mogollón.
-
Puedo yo solita, no te necesito.
-
Bueno, mira, yo no tengo ganas de bronca.
-
Y suporgo que esto será porque
tienes las hormonas del revés.
-
Asi que cuando te tranquilices, me hablas.
¿Vale?
-
Es lo que tiene el lado oscuro, que atrae.
-
¿Pero qué dices, Fer?
-
No sé, dímelo tú.
-
A ver, ¿qué te ha molestado más,
-
que usara la ecografía de tu hijo
o que estuviera ligando con otra?
-
Olimpia tiene el sarampión
y va a estar como mínimo una semana
-
sin poder dar clases.
-
Así que le he pedido a Tomás
que la sustituya y ha aceptado.
-
Así que problema resuelto.
-
¿Y esto era eso tan urgente
que querías decirme?
-
Hay problemas, ¿no?
-
Me temo que sí.
-
Bueno, ya sabes que la situación
económica está peor que nunca.
-
Vaya los accionistas han decidido
recortar gastos de una manera drástica.
-
Al grano, Martín.
-
¿Estás hablando de despidos?
-
Estoy hablando de un reajuste de plantilla
pensando en el futuro del colegio.
-
Además del tema económico,
los accionistas
-
creen que hay que rejuvenecer el claustro.
-
Y bueno, sí, va a haber una baja.
-
Ya te entiendo
-
esto es una represalia
por lo del articúlo, ¿verdad?
-
Y como da la casualidad
de que soy el más viejo
-
pues
-
al que se va a sacrificar va a ser a mí.
-
Te equivocas.
-
Yo no tengo nada que ver con esto.
-
Si, es cierto que tú eres uno de los cadidatos,
pero no el único.
-
Hay otro profesor, considerado veterano.
-
Clara.
-
¿Qué?
-
Si, para que veas que esto
no es nada personal
-
voy a dejar que seas tú
en calidad de jefe de estudios
-
quien tome la decisión.
-
¿Me estás pidiendo que decida
entre Clara y yo?
-
Eres... Esto no va a quedar así.
-
¡Chicos, más brío!
-
El que tiene resaca soy yo, no vosotros.
-
¿Estás bien?
-
No.
-
Es un calambre, nada más.
-
Por eso siempre os digo
que hay que estirar.
-
Tranqui, que no es nada.
-
Pero no seas animal.
-
Dejame intentarlo, que tengo buenas manos.
-
No, no, deja, deja.
-
Que yo soy un experto en calambres
y para esto hay que saber.
-
Vale, vamos a ver
-
¿Ahí no?
Sí.
-
¡Joder!
-
Una gran diferencia. Gracias
-
Buen trabajo Julio.
-
- Sigue hasta que se le pase, ¿vale?
- Vale.
-
El resto, a seguir corriendo.
-
¡Venga!
-
( ) ¡Yo también tengo calabres!
( ) ¡Venga!
-
Oye Julio que...
-
Que muchas gracias.
-
Nada, hombre.
-
¿Entonces, ya estás bien?
-
De puta madre.
-
Pero...
-
... lo noto aquí
un poquito cogido todavía.
-
- Si no te importa
- No.
-
Buenos días Blanca.
-
Mira cariño, te presento al Padre Montero.
-
Hola.
-
Encantada.
-
¿Y a qué se debe el honor?
-
Bueno, como decid que no me implico
en los preparativos de la boda
-
En fin, el caso es que
el Padre Montero a cedido
-
a darnos el cursillo prematrimonial
aquí en el colegio.
-
¿A qué es fantástico?
-
¡Sí, fantástico!
-
Está claro que si vamos a casarnos
-
habrá que hacer el curso, ¿no?
-
Bueno, pues. Esta tarde empezamos.
-
¿Qué os parece si nos tomamos un café
y así vamos rompiendo el hielo?
-
Si, me parece una buena idea.
-
¿Un café?
Pues, tendrá que esperar porque...
-
estoy liadísima.
-
Lo siento.
-
Mejor después.
-
¿Vale?
-
Paula
-
¿Te ha pasado alguna vez
-
que te has dado cuenta de repente
que te gusta alguien
-
que nunca te habías imaginado?
-
¿Qué? ¡No!
-
No, no, no.
¿Por qué lo dices?
-
Porque a mí sí.
-
No me jodas.
-
¿Por el masaje que te ha hecho?
-
Pues mira de manos que
tiene aquel amigo, ¿no?
-
No, que no, que no es por eso.
-
Bueno, también.
-
Tú ya sabes que desde verano
-
Julio ya me estaba
removiendo las hormonas.
-
Sin que yo hubiese hecho algo para que-
-
Pero sois muy diferentes, ¿no?
-
¿Diferentes?
-
A lo mejor, pero no, que no es por eso.
-
Es por Tino.
-
Ya.
-
Que no sé si está preparado
para verme con otro
-
y tampoco quiero hacerle daño.
-
Lo que pasa es que yo quiero
vivir mi vida, ser yo misma.
-
Y bueno.
-
Bueno, hablar de lo que
necesita mi cuerpo.
-
Que como no se lo dé pronto
-
se me va a empezar
a declarar en huelga.
-
Ya. En eso del cuerpo
te entiendo perfectamente.
-
Yo lo tengo a régimen desde que
-
me tocó El Gordo de la Primitiva.
-
Y además, tu último polvo
fue con Gorca
-
¡Que fuerte!
-
¡Ay, mejor déjalo, eh!
-
Y entonces, ¿qué vas a hacer con Julio?
-
No sé.
-
Es una tontería.
-
Últimamente estamos giripollas contigo
-
¿Qué pasa? No, ¿no te mola?
-
Sí.
-
Es perfecta para carnaval.
-
Ya.
-
Es horrible, ¿verdad?
-
Es que para estas cosas
no tengo mucha mano
-
Lo que importa es el detalle.
-
Y sobre todo, que tú estés bien.
-
¿Vale?
-
Tranquila.