Tenía tan solo 9 años
cuando mi abuelo me contó por primera vez
los horrores que había visto 6 años antes
cuando 39 personas murieron
en una estampida humana
en nuestro pueblo, Nasik, en India.
Fue en la kumbhamela de Nasik de 2003,
una de las reuniones religiosas
más grandes del mundo.
Cada 12 años, más de 30 millones
de hindúes devotos
llegan a nuestra ciudad,
construida para solo
1,5 millones de personas,
y se quedan unos 45 días.
Su objetivo principal
es purgar los pecados
bañándose en el río Godavari.
Y es muy fácil que ocurran estampidas
porque una multitud de alta densidad
se mueve a un ritmo lento.
Aparte de Nasik, este evento ocurre
en otros tres lugares de India,
con variable frecuencia,
y entre 2001 y 2014,
se perdieron más de 2400 vidas
en estampidas durante estos eventos.
Lo que más me entristecía
era ver a gente a mi alrededor
que se resignaba al destino de la ciudad
al presenciar las aparentemente
inevitables muertes de decenas de personas
en cada kumbhamela.
Yo busqué la forma de cambiarlo.
y pensé, ¿por qué no trato
de encontrar una solución?
Porque yo sabía que estaba mal.
Habiendo aprendido a codificar
desde joven y siendo un inventor,
consideré una loca idea...
(Risas)
[Los inventores siempre encuentran cómo]
Yo consideré la loca idea
de construir un sistema
que ayudaría a regular el flujo de gente
para usarlo en la próxima
kumbhamela de 2015,
para que ocurran menos estampidas
y, con suerte, menos muertes.
Parecía una misión imposible,
un sueño demasiado grande,
especialmente para un chico de 15 años,
y, sin embargo, ese sueño se convirtió
en una realidad en 2015,
cuando no solo logramos
reducir las estampidas y su intensidad,
sino en la que marcamos al 2015
por haber sido la primer kumbhamela
de Nasik sin ninguna estampida.
(Aplausos)
Fue la primera vez
en la historia documentada
que no ocurrieron víctimas en este evento.
¿Cómo lo hicimos?
Todo empezó cuando me uní
a un taller de innovación
del laboratorio MIT Media Lab en 2014
llamado el Kumbhathon
que buscaba resolver desafíos
a gran escala de la kumbhamela.
Descubrimos que para resolver
el problema de la estampida,
teníamos que saber solo tres cosas:
la cantidad de gente, el lugar,
y la tasa de flujo de gente por minuto.
Empezamos a buscar tecnologías
que nos ayudaran con estas tres cosas.
¿Es posible distribuir fichas de
radiofrecuencia para identificar gente?
Calculamos que sería
muy caro e impráctico
distribuir 30 millones de etiquetas.
¿Se pueden usar las cámaras de CCTV
para procesar las imágenes?
También muy caro en esa escala,
junto a la desventaja de no ser portátil
y de ser inútil bajo la lluvia,
algo muy común en una kumbhamela.
¿Podemos usar los datos de
la torre de telefonía móvil?
Parece ser la perfecta solución,
y lo más gracioso
es que la mayoría de la gente
no lleva móviles
en eventos como kumbhamela.
Además, los datos no habrían sido
lo suficientemente precisos para nosotros.
Queríamos algo que funcionara
en tiempo real,
que fuera barato, durable y hermético,
y que los datos pudieran extraerse
para ser procesados con facilidad.
Así fue que constuimos a Ashioto,
que significa "huellas" en japonés,
ya que consta de una estera portátil
que tiene sensores de presión
que puede contar la cantidad
de gente que la atraviesa,
y envía los datos por Internet
al avanzado software
de análisis de datos que creamos.
Los posibles errores,
como el conteo excesivo o pasos de más,
fueron superados con nuestros inventos.
La anchura óptima de la estera
fue calculada como de 45 cm,
una vez que probamos distintas variantes
y observamos el paso promedio
de cada persona.
Sino, la gente hubiera podido
pasar el sensor por alto.
Empezamos con una prueba de concepto
construida en tres días,
hecha de cartón y papel de aluminio.
(Risas)
Funcionó, de veras.
Construimos otro con paneles de aluminio
y placas piezoeléctricas,
que son placas que generan un pequeño
pulso eléctrico bajo presión.
Lo probamos en 30 sitios públicos pilotos,
en restaurantes muy ajetreados,
en centros comerciales, templos, etc.
para ver como reaccionaba la gente.
Y la gente nos dejó hacer estas pruebas
porque estaban muy ilusionadas al ver
tratar de resolver los problemas locales.
Yo tenía 15 años y la gente
de mi equipo unos veintitantos.
Cuando los sensores eran de colores,
les daban miedo
y nos preguntaban cosas como:
"¿Me electrocutaré si piso esto?"
(Risas)
O, si era muy obvio que había
un sensor electrónico en el suelo,
saltaban por encima.
(Risas)
Por eso decidimos diseñar
una tapa para el sensor
para que la gente no se preocupara
por lo que había en el suelo.
Así que después de experimentar un poco
decidimos usar un sensor industrial,
usado como un gatillo de seguridad
en áreas peligrosas
como el sensor,
y una lona de goma negra de neopreno
de tapa.
Ahora, otro beneficio añadido
de usar goma negra
era que el polvo naturalmente
se acumula sobre la superficie,
eventualmente camuflándolo
con el suelo.
También teníamos que asegurarnos de
que el sensor superara 12 milímetros.
Sino la gente podía tropezarse,
que en sí mismo causaría estampidas.
(Risas)
No queremos que pase eso.
(Risas)
Así que pudimos diseñar un sensor
que solo tenía 10 milímetros de grosor.
Ahora los datos son enviados
al servidor en tiempo real,
y se traza un mapa de las temperaturas,
teniendo en cuenta los dispositivos
activos en la tierra.
Las autoridades podrían ser alertadas
si la multitud se ralentizaba
o si la densidad de las multitudes
llegaba a un umbral inaceptable.
Instalamos cinco de estas alfombras
en la kumbhamela de Nasik de 2015,
y contó a más de medio millón de personas
en 18 horas,
garantizando la disponibilidad
de los datos en tiempo real
en varios puestos de control,
asegurando un flujo seguro de gente.
Así que este sistema, eventualmente,
con otras innovaciones,
es lo que ayudó a prevenir
las estampidas en ese festival.
El código usado por Ashioto
durante la kumbhamela
pronto estará a disposición del público,
libre para ser usado por todos.
Me alegraría si alguien usara este código
para hacer más seguras
muchas más reuniones.
El tener este éxito en la kumbhamela
me ha inspirado para ayudar a otros
que también pueden sufrir de estampidas.
El diseño del sistema lo hace adaptable
para casi todo tipo de evento
que involucre una reunión
organizada de gente.
Y mi nuevo sueño es mejorar,
adaptar y desplegar el sistema
en todo el mundo para evitar la pérdida
de personas y asegurar su flujo seguro,
porque cada alma humana es preciosa,
ya sea en un concierto o partido,
la kumbhamela de Allahabad,
el Hajj en La Meca,
la procesión chiita a Karbala
o en la Ciudad del Vaticano.
Entonces, ¿qué piensan todos,
podemos hacerlo?
Público: ¡Sí!
Gracias.
(Vítores)
(Aplausos)