Misterios de la lengua vernácula:
El cero,
un número que indica una
ausencia de unidades.
Para entender la génesis
de la palabra cero,
debemos empezar por los
orígenes mismos de contar.
La primera evidencia
arqueológica conocida de contar
se remonta a unos 37 000 años
y no es más que una serie de cuñas en hueso.
No fue sino hasta alrededor del 2500 a.C.
que empezó a gestarse en la Mesopotamia
el primer sistema numérico escrito,
que usaba las unidades 1, 10 y 60.
Avancemos otros 3 milenios
hasta la India del siglo VII,
donde los matemáticos usaron el punto
para distinguir entre los números
como 25, 205, y 250.
Usado tanto como marcador de posición y número,
este punto omnipotente finalmente se transformó
en el símbolo que conocemos hoy.
La palabra "cero" proviene del árabe "safira",
cuya traducción literal es "vacío".
Pasó al italiano como "zafiro",
y llegó al inglés en el siglo XVII como "zero".
Un segundo descendiente de la raíz árabe
fue adoptado por el inglés
del francés antiguo
como "cipher" [cifra].
Compartiendo el significado
original de "vacío" con "cero",
"cifra" luego pasó a describir un código,
ya que los primeros códigos a menudo
usaban sustituciones complicadas
entre letras y números.
A partir de este origen
compartido de vacío,
"cero" sigue denotando al número
que representa la nada.