¡Bienvenidos todos! Me alegra verlos este fin de semana. Estamos en la serie de Cómo Dios transforma la adversidad en oportunidad. Y este fin de semana hablaremos de cuando parece que es muy tarde para vencer; que creo, para muchos cuando digo que es muy tarde para vencer tu mente se va primero a analogías deportivas; muy tarde para vencer. Pierdes por 5 anotaciones, último cuarto, pierdes por 10 carreras, parte baja de la novena entrada. Es demasiado tarde para vencer. Creo que las analogías de deportes son muy útiles muchas veces, pero a veces se quedan cortas, y esta es una de esas veces. Hay veces, cuando en verdad lo es, no harás 5 anotaciones en 2 minutos, eso no va a pasar, se acabó, mas en tu vida nunca es tarde para vencer. Mientras estés respirando, mientras respires, aún puedes por la gracia de Dios y su poder, vencer. Si no te gustan las analogías deportivas hablemos entonces de jardinería. Una planta que está muerta, está muerta, no va a revivir. Mi esposa no lo cree, ella en verdad cree que sí habrá vida nueva a una planta. Quiero enseñarles una foto de un arbusto en nuestro jardín, es uno de los arbustos que no me deja quitar, pues volverá a la vida este invierno, les digo, volverá a la vida. Llevo casado algunos años, y aprendí, solo deja el arbusto ahí, no hay necesidad de discutir al respecto. Les digo, no va a volver, pero... pero, denle tiempo para que lo descubra. Ustedes no son como esa planta, mientras que tú respires Dios aún tiene el poder para hacer por su gracia, por su fuerza, por su poder, que venzas una vez más. Y este fin de semana veremos juntos por unos minutos, la vida de Moisés. Pues su vida es un ejemplo, un ejemplo poderoso, de cómo Dios obra en nuestras vidas cuando parece muy tarde para vencer. Porque el tiempo ha pasado, pensamos que es muy tarde para vencer, es demasiado tiempo, u oportunidades que dejamos pasar, y parece que es muy tarde para vencer, yo tuve mi oportunidad, y la perdí, o por errores que cometimos, pero la vida de Moisés nos enseña que nunca es muy tarde para vencer. Ahora, por favor permítanme ser muy claro al respecto de esto. La verdad es, yo sé que hay veces en tu vida donde las cosas cambiaron, la verdad es, quizá no recuperes ese trabajo perdido, o ese dinero perdido, o esa casa perdida, o incluso ese matrimonio perdido. Quizá no lo recuperes, pero no significa que Dios no tiene para ti una victoria por sus promesas y su poder, pues tu vida no se basa en qué perdiste, tu vida se basa en el Dios que te ama. Y la vida de Moisés, es una historia llena de victorias. Desde el principio, cuando nació tiene una victoria. Quizá recuerdan la historia, los niños hebreos eran asesinados pues su población se hacía más grande que la de los egipcios. Los niños hebreos eran asesinados; ¡se supone que debió ser asesinado! Pero recuerdan, su mamá lo pone en el Nilo, y lo recogen, es adoptado en la misma casa del faraón. Una victoria a los 3 meses de edad, esa es una victoria muy temprana. Tú pensarías, “muy bien, pues su vida está resuelta, está en la casa del faraón, está viviendo en un palacio”. Pero luego, pasa esto, miren estos versículos: Le aterrorizaba pensar que faraón se iba a enterar, y faraón lo iba a ejecutar, así que se fue a una tierra extranjera. Vivió en Madián durante 40 años. ¡40 años! Parece que no hay forma para una victoria en su vida. Esa es su vida, vive en Madián. Y luego, esto pasó, Hechos capítulo 7: Éxodo, capítulos 1,2 y 3 cuentan la historia con más detalle. Dice así: Entonces Moisés, después de 40 años de pensar que nada va a cambiar, comienza su gran victoria, tuvo una experiencia de "zarza ardiente". Y yo creo que para muchos de nosotros, aunque no veas una zarza ardiente, que Dios tiene para nosotros una experiencia de zarza ardiente. A esto me refiero, apúntenlo conmigo. No lo vi venir, Dios. Es rutina. Eso fue para Moisés, apacentaba el rebaño como lo hacía cada día de su vida, nada era diferente ese día, pero pasó cuando menos lo esperaba. Moisés llevaba ahí 40 años, despertó viendo el mismo paisaje durante 14 mil 600 mañanas; ¿por qué este día habría de ser distinto? Y luego, lo sorprende esta zarza ardiente, esta invitación de Dios. ¿Qué hacía a la zarza extraordinaria? No era la zarza. Era la presencia de Dios en la zarza, eso hacía que ardiera, La presencia de Dios cambia cosas, Dios aparece y cambia cosas. Causa que esta zarza arda, y puede causar que la gente vuelva a la vida. Dios vino a traer una invitación, así que dice, la Biblia dice: Así que, cuando lo sorprende esta zarza, lo primero que Moisés escucha es su nombre, se hace personal. Y oro porque eso pase a muchos de nosotros este fin de semana, que de alguna forma lo que vemos se vuelva personal, que oigas tu nombre, que Dios tiene una invitación para ti. Dice, "Moisés, esta es tierra santa, pues voy a invitar algo a tu vida y las cosas van a cambiar". Y he estado orando, para muchos aquí, que ahí donde estás sentado ahora, esa silla se convertirá en tierra santa, pues Dios tiene algo que decirte; Dios tiene un estímulo que darte, Dios tiene una invitación para tu vida, un próximo paso para tu vida. Dios le dijo a Moisés: "quítate las sandalias, estás en tierra santa". Tú no tienes que quitarte los zapatos, de hecho, tu vecino apreciará que no lo hagas. Pero es un lugar santo, donde sea que Dios se aparece, es un lugar santo donde Dios dice: "tengo una invitación para tu vida". Pero no siempre es un lugar sencillo. Dios y Moisés tendrán una conversación respecto a esta invitación. Moisés tiene esta reunión con Dios, que le da el poder para dar el próximo paso en su vida. Dios quiere tener una reunión contigo, así como con Moisés. En esa reunión, esa promesa de victoria, Moisés tiene muchas preguntas. A veces Dios tiene para ti lista una victoria, pero no estás listo para la victoria aún. Tienes algunas preguntas, luchas, algo está pasando por dentro. En esa reunión Moisés siente emociones que muchos de nosotros sentimos. Tiene las mismas preguntas, que muchos de nosotros tenemos. Así que lo dejaremos que haga las preguntas por nosotros, y escucharemos las respuestas de Dios, pues sus respuestas nos alientan, nunca es demasiado tarde para vencer. 4 preguntas, y las 4 respuestas de Dios; la primera pregunta de Moisés es, Moisés viene y Dios dice: “tengo una invitación. "Quiero enviarte de vuelta, quiero que saques a la gente de Egipto. Quiero que hables al faraón por mí, y él va a liberar a la gente". Y la primera pregunta que Moisés hace es: ¿quién soy yo? ¿Quién soy yo para hacer algo así? No tengo lo que se requiere, Dios, digo, soy un pastor. Llevo haciendo esto 40 años; ¿quién soy yo para hacer esto? Éxodo 3, 11 y 12: Tiene un cartel de protesta al que se aferra por mucho tiempo. Moisés dice, "mírame, soy demasiado ordinario. Dios, no soy apto”. Si miras a tus aptitudes, te lo digo ahora mismo, siempre vas a ser muy alto, chaparro, obeso, flaco, perezoso, ocupado, tonto, listo, cualquier lista que quieras dar, siempre vas a ser mucho de esto o de lo otro, para ser apto para las grandes cosas que Dios quiere hacer en tu vida, ¡pues son mayores que tus aptitudes! Si se trata de ¿quién soy?, te perderás las grandes cosas que Dios quiere hacer en tu vida. A veces nos conformamos en nuestras adversidades. Así son las cosas, y decimos que así es como las cosas serán. A veces nos quedamos atorados en nuestras adversidades. Piensas que hay que quedarse así, no hay salida alguna. Si Dios toca a la puesta, tú dices: “no voy a abrir porque no soy apto”; eso es lo que Moisés pensó ese día, “¿quién soy yo?” Esa misma pregunta nos la hemos hecho muchos aquí, y Dios tiene una respuesta, Dios dice, anótalo conmigo: No se trata de quién eres, se trata de quién soy, y Yo estaré contigo. Ahora, escucha, Dios pudo levantar a Moisés en este momento. Moisés creció en la casa de faraón, es un israelita que creció en la casa de faraón, y en cierto sentido, era la persona más apta para hacer esto en todo el mundo. Dios pudo decirle, "Moisés, ¿cómo que ‘quién soy’? "Te puse en la casa de faraón, te preparé para esto, te hice apto para esto toda tu vida, eres la persona correcta para esto". Pero no lo hizo. En vez de eso, Dios dijo, "mírame, voy a estar contigo". Tu respuesta no es en quién tú eres, es en quién Dios es. Si deseas lograr la gran empresa que Dios tiene para tu vida, la respuesta no es quién tú eres, es en quién Dios es. Si estás pasando la mayor transición de tu vida, Dios estará contigo. Si estás pasando la mayor herida de tu vida, Dios estará contigo. El mayor desafío de tu vida ahora, Dios estará contigo. Dios te da una palmada en el hombro para algo que pensaste jamás ser apto, Dios estará contigo. Y mientras que Dios le dice esto a Moisés, la lección objetiva está frente a él, pues está escuchando esto de una zarza ardiente, escucha una voz de una zarza ardiente, que no se consume aunque se quema, y le dice estas cosas a él; Dios estaba presente en esa zarza, "Yo estaré contigo", y seguía ardiendo sin consumirse; No es que era una zarza especial, era la presencia de Dios en la zarza lo que hizo la diferencia. Ian Thomas solía decir: "cualquier zarza servirá". No es la zarza, es Dios en la zarza, pudo ser una zarza desalineada, pudo ser la zarza más bella, pudo ser una zarza escondida. Incluso creo que Dios pudo haber usado un arbusto así, Digo, pudo haber usado lo que sea, cualquier arbusto. Había miles de zarzas en la montaña, pero Dios se apareció en esa zarza y su presencia hizo toda la diferencia. Y le dice a Moisés, "no es tu capacidad lo que importa, es tu disponibilidad, si me dejas entrar a tu vida, mira lo que puedo hacer; si puedo hacer esto con una zarza, ¿qué puedo hacer contigo, con tu vida?" Dios es más que capaz de compensar cualquier falta de capacidad que tengas. El increíble poder que Él tiene. Hablaba con pastores esta semana, algunos pastores que vinieron, estábamos alentándolos, de otras iglesias, y les hablaba del hecho de que, mucho tiempo en mi vida enfrenté a veces un abrumador sentido de no ser adecuado. Les decía que quizá es porque crecí sin un papá, su enfermedad mental, entraba y salía de hospitales, mientras yo crecía, o quizá es mi personalidad o elecciones, no sé las razones por qué, pero sé que batallé con esto toda mi vida. Y les decía, que solía pensar que si oraba las oraciones adecuadas, y leía los versículos correctos, y hacía lo correcto, ese sentir se iría, esa debilidad se iría; descubrí al menos ahora, que no es verdad. En vez de que se vayan los sentimientos de no ser apto, tengo que reconocer que Dios estará conmigo mientras los siento, y confiar en Dios mientras paso por ellos. A medida que hablo de esto más y más, a medida que envejezco un poco más, descubro que cada vez que hablo de ello, ¿Saben qué? La mayoría de nosotros enfrentamos sentimientos de no ser aptos. ¿Saben por qué los enfrentamos? Pues no somos aptos, ¡es por eso! No somos incapaces para nuestros planes pequeños, no somos incapaces para nuestras pequeñas metas, pero cuando se trata de planes de Dios, planes y sueños del tamaño de Dios, ¡claro que no somos aptos para eso! Entonces es natural, hasta es bueno pensar y sentir de esa forma. Pablo, uno de los más grandes cristianos de todos los tiempos, que hizo más que quizá cualquier cristiano de toda generación, él decía esto sobre sí mismo, 2 Corintios 3:5, Es lo que Dios le decía a Moisés ese día: "Yo estaré contigo". Si te sientes inadecuado para algo que debes hacer en este momento. Si te sientes inadecuado o si dudas si quiere puede hacer algo a pesar de la devastación que hay en tu vida. Cuando tienes esos sentimientos tienes un par de opciones: Puedes elegir entre el control reconfortable, "estaré en paz conmigo mismo, voy a tomar control" puedes elegir eso, o bien, elegir confiar en el amor de Dios. Debes decidir entre confiar en ti mismo o confiar en Dios. "Yo estaré contigo". En lugar de intentar arreglártelas por ti solo, o de hacer lo posible por sentir que puedes vencer, Dios está diciendo que él quiere darte de su fuerza, a través de su presencia, paso a paso, hasta la victoria, eso es lo que él hace. "Yo estaré contigo" ¿pero quién soy yo? dice Moisés, Dios responde: "Yo estaré contigo" Algunas preguntas obvias aparecen frente a eso. Si Dios dice "Estaré contigo" la pregunta que sigue es: ¿Quién eres tú Dios? Si tú eres quien va a estar conmigo, Si todo depende de it ¿quién eres tú? Perdóname por dudar, Dios, Pero, quién voy a decirles que eres para hacer estas cosas poderosas. Éxodo 3:13-14 Esa palabra otra vez, ¡se la pasaba protestando! Aquí vemos la respuesta de Dios a la pregunta ¿quién eres tú? Y Moisés debió haber pensando "claro, muchas gracias" "Esa sí que es una respuesta clara, Dios. Es verdaderamente útil, 'Yo soy'" Podemos pensar que no terminó la oración, que diría "yo soy" y todavía habría más. Claro que hay más, Dios termina esa frase a través de todo el Antiguo y Nuevo Testamento y en la historia humana Cuando Dios dice "Yo soy", está diciendo: "Yo soy el que puede darte todo lo que tú necesitas" ¿Qué como sé eso? Porque a lo largo del Antiguo Testamento, Dios usa este nombre una y otra vez; este es su nombre más santo. En cualquier circunstancia en la que los encontramos, Dios añade: "Yo soy el que puede darte lo que buscas en esta circunstancia" "Yo soy el que puede darte lo que buscas en esta otra" Voy a mostrarles algunos ejemplo: Cuando ellos no tuvieron comida ni agua, Dios dijo: "YO SOY tu provisión". En hebreo es Jehová-Jireh "Yo soy tu provisión, yo proveeré". Cuando ellos enfrentaron batallas, Dios dijo: "Yo te daré lo que necesitas". "Yo soy tu victoria", Jehová-Nissi. Cuando ellos necesitaban poner fin a la batalla, Dios les dijo: "Yo soy tu paz" Jehová-Shalom Y cuando ellos no sabían que pasaría, no estaban seguros del futuro, Dios les dijo: "Yo estoy ahí" Jehová-Shammah Así que cualquiera que sea la necesidad en tu vida, Dios dice: Yo soy quien puede responder a tu necesidad. Yo soy el que va a estar ahí. Vivimos en un mundo donde se dice mucho: "ojalá" Creo que incluso nosotros lo decimos con frecuencia, "Ojalá hubiera otro resultado", "Ojalá hubiera tomado otra decisión". "Ojalá no hubiera ido por ese camino", "Ojalá ellos no lo hubieran hecho". "Ojalá no hubieran dicho eso", "Ojalá pasara algo distinto". "Ojalá... y ojalá..." Cuando nosotros decimos "ojalá" Dios dice "Yo soy" En medio de lo que desearíamos que pasara Dios dice: "yo sigo ahí". "Incluso si las cosas no resultan como habías pensado, "Yo sigo ahí, en medio de todo, para cubrir tu necesidad" Así que lo que Dios dice aquí es: "¿quieres saber quién soy? "Yo soy quien puede cubrir tu necesidad". "Yo soy tu pastor". "Yo soy tu salvador". "Yo soy tu galardón". "Yo soy el Dios que tú necesitas". Entonces Moisés responde: "Está bien, debo pensarlo por un momento, "te doy la razón sobre ese 'yo soy', pero tengo otra pregunta." Aquí viene la tercera pregunta, y dice: "Dios... se quién eres, sé quien soy... pero mi tercera pregunta es: ¿Qué es lo van a hacer ellos? Tú y yo ya estamos bien, ¿Pero qué pasará con la gente en Israel? No me gusta dar problemas, pero tengo un mal presentimiento. Moisés comenzó a imaginarse la siguiente conversación: "Voy a ir con el pueblo y decir: 'estaba un día hablando con una zarza' Y ahí los voy a perder.... ¡no va a funcionar, Dios!" Una zarza ardiendo, que no se quema, "Yo soy". Que ni entiende eso, cuando tenga que decirselos, Créeme Dios esto no va a funcionar, y por cierto, ya lo intenté antes. Yo traté de ser su salvador, y ellos me rechazaron, ellos me echaron del pueblo, y no confiaron en mí. Creo que cometes un error, ¿qué van a pensar?. No va a funcionar. Éxodo 4:1-2 (ya estamos en otro capítulo, porque esta... conversación entre Dios y Moisés se extiende dos capítulos más.) Antes de que volvamos a esta vara de pastor, veamos, ¿De qué cosas te alejan los demás? "Ellos" casi impidieron que Moisés volviera a liberar a su pueblo. ¿De qué cosas te están alejando "ellos"? ¿Qué situaciones, o gente que ni siquiera conoces aún te impiden llegar a lo que Dios tiene para tu vida? ¿Y si ellos me rechazan? ¿Y si me ignoran? ¿Qué pasará si me miran con desprecio? Y decidimos no arriesgarnos. Algunas veces "ellos" pueden ser personas que se han ido, un amigo que se ha mudado lejos, pero cuya voz sigue sonando en tu cabeza. Un padre que ha muerto, pero tú tienes grabado lo que diría sobre esa decisión que vas a tomar. Eso controla tus acciones... ¿Qué hiciste al sentirte paralizado por el miedo a lo que ellos pensarían? O por saber cómo responderían. Moisés se sentía así. Pero recuerda, no estás solo Muchas veces pensamos, "hay algo malo en mí, y nadie más es así" Moisés debió haber enfrentado este mismo temor. Y lo pone delante de Dios diciendo: "Dios tengo miedo de lo que ellos harán" ¿Cómo puedes mover tus ojos de ellos, para ponerlos en Dios? Sabemos qué es lo que debemos hacer, ¿pero cómo lo lograremos? Bueno, la respuesta de Dios a Moisés fue... véanlo conmigo: ¿Qué tienes en la mano? Deja de verlos a ellos, y empieza a ver qué es lo que tienes en tus manos, Es interesante que no le dijo, "mírame a mí" o "yo estoy contigo". En este caso le dijo: "cuando tengas miedo de ellos, "observa qué es lo que tienes en la mano" Dios usó las cosas familiares que eran muy cercanas a Moisés, para hacerse cargo de sus temores imaginarios. Moisés se miró la mano, y sostenía una vara de pastor. Así que veamos qué pasó después, texto en la pantalla. Si viste la película, ya te sabías esta parte... La respuesta a la pregunta sobre "ellos" ¿qué va a pasar con ellos? Es que tomas lo que tienes a la mano, para ponerlo en manos de Dios. Tomas cualquier cosa que tengas en tus manos, y lo pones en las manos de Dios, y en sus manos, una vara puede volverse una serpiente en sus manos una falla, puede convertirse en el foco... del propósito nuevo de Dios para tu vida. O unn problema puede convertirse en la promesa... de crecimiento personal. En las manos de Dios una decepción puede volverse un sueño nuevo para ti. En las manos de Dios tu herida más grande, puede volverse tu mas grande ministerio. En las manos de Dios una cruel cruz se volvió un lugar de perdón. Y una tumba, se convierte en un lugar de resurrección. ¡Ese es el poder de Dios! Para trabajar en nuestra vida cuando sentimos que no hay esperanza. Y tú y yo seremos liberados al entender que no podemos darle a Dios lo que no tenemos. No podemos darle a Dios lo de alguien más, ¡eso es de ellos! Lo único que puedo darle a Dios es lo que tengo en mis manos, por más pequeño o grande que parezca, eso es todo lo que tengo para dar, Moisés solo tenía una vara de pastor. Era su herramienta de trabajo, su vara de pastor. Entonces Dios dice, "yo puedo usar incluso esto" "Si tú lo pones en mis manos" Dios no está buscando lo extraordinario. Él busca gente ordinaria que se se entregan él. Dios ya es extraordinario, no va a impresionarse contigo y decir: "¡Vaya! Eres genial, eres la persona que estaba buscando. "¡Había estado esperando por tí toda la eternidad! ¡Pues no!" Lo que él le agrada, y le produce una gran alegría, es cuando tomo lo que para mí a veces es nada, para ponerlo en sus manos, y luego mirar lo que él hace con eso. Él se lleva la gratitud y la gloria, porque es su poder. Entonces, ¿qué tienes a la mano? Suena como al comercial ¿verdad? Pero esta es una pregunta más profunda. ¿Qué tienes en tu mano? ¿Qué hay?... Algo aparece en sus mentes justo ahora. No tengo que decirlo, Dios es quien lo trae a sus mentes. Dáselo a él, dáselo a él. Una habilidad, una herida, una decisión para el futuro, ¡dáselo a Él! Entrégalo y observa lo que él hará con eso. Yo no sé qué es lo que él pueda hacer, pero sí sé que séra algo más grande de lo que tú, yo u otro pueda hacer. ¿Qué hay en tu mano? Debes dárselo a él. Esa es su respuesta a la pregunta sobre el temor a otros. Pero Moisés aún no termina. Acaba de ver este milagro, pero él todavía no termina, de hecho, tiene una pregunta más, y es grande, la reservó para el final. Pregunta final, número 4. Y es un gran tema, algo que estuvo en su cabeza todo este tiempo. Dios le dijo, quiero que vayas a hablar con Faraón por mí, pero él tenía una razón por la cual ese plan no iba a funcionar, y todo este tiempo, Moisés guardó esta carta para el final. Éxodo 4:10-11 Notan cómo culpa a Dios como diciendo: "me hablaste pero yo no he mejorado, "así que es tu culpa Dios, solo quería que supieras," Puedo imaginarme a Dios sonriendo al decir esto, "Moisés, ¿crees que no lo sabía? "Yo hice tu boca y la de todo mundo, entiendo esto". Moisés dijo: "no tengo facilidad de palabra" Y pensó "toma esto Dios, es algo que obviamente se te olvidó, y que me descarta por completo para hacer este trabajo". Moisés se sentía discapacitado. Todo tipo de discapacidades: físicas, por el pasado, por mi educación por mi familia, mi edad, mi salud, mis emociones, mente, o circunstancias. Hay muchas maneras de sentirse discapacitado. En cuanto empiezas a señalarte y decir: "No puedo hacer eso porque…" la discapacidad empieza a controlar tu vida. Pero Dios tiene una respuesta para cuando nos sentimos así. Escríbela. Dios dice a Moisés: Dios, no puedo hacerlo. No sé hablar. Moisés, yo hice tu boca. Tengo el control. Si hice tu boca, puedo hablar por ella. Yo tengo el control, no tu incapacidad no tu pasado, no tu desilusión. Yo tengo el control. Dios está en la discapacidad, la que sea y se interesa profundamente por ella. Puede ser una discapacidad muy obvia que todo mundo nota. Puede ser una discapacidad oculta que solo tú conoces. Pero Dios sabe, y se interesa profundamente en ella. Quiere que sepas cuánto le interesa. Pero también que estés consciente del poder que él tiene para trabajar en tu vida aun en medio de esa discapacidad. A veces con su poder elimina la discapacidad. Pero con mayor frecuencia su poder trabaja en medio de nuestra discapacidad. Dios está consciente de tu discapacidad; te quiere consciente de su poder. Dios está consciente de tus defectos, y te quiere consciente de su gran poder en medio de lo que estés enfrentando. Le recuerda a Moisés que lo entiende, pero también le dice: "Tengo el control". Luego le dice: "Ahora ve a hablar con el faraón. Yo te diré qué decir". En esta última generación, hay dos personas que Dios ha usado para hablar con quienes enfrentan alguna discapacidad: Joni Eareckson Tada y Nick Vujicic. Ambos enfrentan severas discapacidades. Joni, cuando era joven se tiró un clavado en agua poco profunda, y quedó cuadripléjica. Se ha enfrentado a eso toda su vida. Nick nació sin brazos ni piernas. Y hablan a multitudes sobre lo bueno que Dios hace en medio de la discapacidad. Si piensas que es muy tarde para ti, hazte un favor y lee la biografía de Joni. Dice: "Me pregunto cuántos meses de depresión me habría ahorrado "de haber estado de acuerdo con Dios desde el principio. "Pasé muchos días en mi silla de ruedas matando el tiempo frente a la televisión "con apatía y lástima por mí misma. "La terquedad alarga las transacciones entre Dios y nosotros. "Es sorprendente que Dios siga trabajando en la vida de las personas obstinadas. "No acepta un no por respuesta. "Ese hecho arroja luz sobre otro aun más sorprendente. "Si Dios se inclina desde el cielo para usarnos aunque opongamos resistencia "entonces debe tener algo extraordinario en mente. "Piénsalo: vales la pena el esfuerzo". Y Nick dice cosas como: "Nunca vivas acorde a lo que te falta. Y si no puedes conseguir un milagro, sé un milagro". Así que cuando Dios dice: "Esto es lo que quiero hacer en tu vida" ¿qué discapacidad ha impedido que des el siguiente paso desde tu pasado, desde lo que te han dicho o hecho desde el problema de salud que enfrentas, y que vas a enfrentar hasta que mueras? El día que Dios y Moisés discuten esto Dios le dice a Moisés: "Tu discapacidad no tiene el control. "Es real, pero no tiene el control. Yo tengo el control. "Tu pasado no tiene el control. Yo tengo el control". Así que Moisés tomó la decisión de dar el primer paso. No se convierte en el gran líder ese día, solo da un paso hacia Egipto. Y debido a eso, su vida cambia. ¿Qué habría pasado si hubiera dicho "no"? Si Moisés hubiera dicho que no, no habría visto dividido el Mar Rojo. Si Moisés hubiera dicho "no" no habría visto la columna de fuego ni la nube que guió al pueblo de Israel. No habría visto el maná caer del cielo. No habría recibido 10 mandamientos en la cima de la montaña. No habría guiado al pueblo a la tierra prometida. Se habría perdido todo eso, pero no lo sabía en ese momento. Lo único que sabía era que debía dar un paso hacia Egipto un paso hacia lo que Dios tenía para él en su vida. Así que la pregunta obvia es: ¿cuál es tu siguiente paso? No hacia Egipto, aunque sí podría ser para uno o dos de ustedes, ¿quién sabe? Vas a Egipto la semana próxima y piensas: "Oh, qué mensaje tan raro". ¿Cual es tu siguiente paso hacia el propósito de Dios en tu vida? Mi gran pregunta es: ¿qué dio a Moisés la fuerza para dar ese paso y continuar? El fin de la historia está en Hebreos, que cuenta la historia de fe de Moisés y algunas razones por las que pudo hacerlo. Siguiente par de versículos en sus notas, Hebreos 11:26 Encierren la palabra "recompensa". Vio más allá de Egipto y todo lo demás hacia la eterna recompensa de Dios. Eso le dio la fuerza, no ver sus circunstancias. Y el siguiente versículo, Hebreos 11:27 Solo quien ve al Invisible puede hacer lo imposible. Él vio al Dios invisible, y le sucedieron estas cosas imposibles. Vio al que nadie puede ver, ves a Dios, ves la recompensa y a dónde te lleva Dios. Respecto a las victorias que Dios quiere obrar en nuestra vida algunos nos atoramos en el problema. Quedamos atorados en nuestro pequeño mundo. Es todo lo que hay para nosotros, y sentimos que nunca escaparemos. ¿Cómo escapas de tu pequeño mundo? Viendo que Dios es más grande. Algunos quedamos atrapados en nuestro propio gran mundo. Mucha gente depende de nosotros. Estamos ocupados todo el día, pero por dentro estamos atorados pues sabemos que no nacimos para eso, nuestra vida tiene otro propósito. Y aunque estemos ocupados, estamos vacíos atrapados en nuestro gran mundo. Y sabemos que hay más que 90 años en este planeta. Hay más en la vida, que los afanes del momento. Moisés experimentó ambos mundos. 40 años estuvo atorado en un gran mundo, en el palacio. No era suficiente. Luego va a vivir a Madián por 40 años. Atorado en un mundo pequeño como pastor. Descubrió que Dios puede aparecerse en ambos y mostrar que es más grande. La famosa cita de D. L. Moody sobre Moisés es: Moisés pasó 40 años pensando que era importante. Luego pasó 40 años en un desierto, pensando que era un don nadie. Y pasó sus últimos 40 años viendo lo que Dios puede hacer con un don nadie. Si te sientes importante, Dios tiene grandes planes para ti. Mejores de lo que puedas imaginar. Si te sientes un don nadie. Dios tiene grandes planes para ti. Le encanta convertir personas insignificantes en importantes. Es lo que hizo en la vida de Moisés, y tiene una victoria para tu vida. Todo empezó cuando Moisés vio la zarza ardiendo y oyó su nombre: "Moisés". ¿Estás oyendo a Dios decir tu nombre ahora? En tu mente, en tu corazón, diciendo tu nombre. La gentil y poderosa forma en que dice nuestro nombre. El mismo Dios que llamó a Moisés, sigue encontrándonos y llamándonos hoy. Sigue encontrándose con gente insegura, como Moisés estaba ese día para revelar su propósito, soltar su poder mediante su amor y su gracia. Tengo un último versículo. Porque el problema de algunos pueden no ser sus circunstancias. La verdadera razón por la que sienten que no hay esperanza para el futuro está entre ustedes y Dios. Sienten que han perdido la oportunidad de conocerle por cosas que han hecho, que han dicho, oportunidades que han tenido. O ha pasado mucho tiempo. No habían asistido a la iglesia en años. Creen que nunca van a regresar, y piensan: "Es muy tarde para mí. "Cuando era joven, tenía pensamientos espirituales "pero es muy tarde para tener una conexión con Dios". Y estoy aquí para decirte, no con base en mi opinión sino en lo que Dios dice en su palabra: dice que no es demasiado tarde. La Biblia dice en el libro de Joel, 2:12, Y con eso en mente, vamos a orar. Si te identificaste con el tema de hoy sientes que es muy tarde para relacionarte con Dios quizá algo en ese versículo destrabó una esperanza en tu vida. Te invito a actuar con base en esa esperanza. Cuando sientas esperanza, actúa rápido. Nunca sabes cuándo volverás a tenerla. Di: "Dios, gracias por decirme que no es demasiado tarde. "Gracias por decirme que puedo confiar en ti, y así es. Hay muchas razones para no orar, pero oro de todos modos. Confío en que me perdones, en que me des nueva vida. Confió en ti aunque tenga muchas dudas, porque en el fondo sé que me amas. Luego, todos juntos, los invito a orar juntos. Solo digan: "Dios, tienes mi atención. "Así como la zarza con Moisés, tú tienes mi atención hoy. "Por eso vine a la iglesia hoy, porque tienes mi atención. "Quiero escuchar tus respuestas a Moisés, y afirmarlas en mi mente y corazón "porque sé que son para mí también. Así que gracias, porque estarás conmigo. "Gracias ser el gran Yo Soy. "Estás deseoso de llenar mis necesidades. "Gracias, porque puedes usarme así como soy. "Gracias porque sin importar qué enfrente puedo confiar que tú tienes el control. "Confío en ti en esas cosas. En el nombre de Jesús, confió en ti. "Amén".