¿Cómo se sentirían si les dijera
que la ciencia de la nutrición
avanzó tanto
que en mi mano tengo
unas pastillas muy especiales?
Nunca tendrán que comer de nuevo.
No comerán nada,
solo necesitan tomar
una de estas pastillas
desayuno, merienda y cena
por el resto de sus vidas
y tendrán la cantidad justa de proteínas,
carbohidratos y grasas.
Les dará la cantidad de
calorías o kilojulios
que necesitan para estar
en el peso perfecto para su cuerpo.
Les dará todos los antioxidantes
y lo que llamamos fitoquímicos
que significa nutrientes
o químicos de las plantas
que nos hacen bien.
Todo en estas fabulosas pastillitas.
¿No es fabulosa la ciencia?
¿Cómo se sentirían?
(Abucheos)
"¡Buuu!" Sí. Eso esperaba.
Espero que piensen "¡Dios,
eso sería horrible!"
"¡Qué decepción!"
Espero que se les venga a la mente
algunos recuerdos.
A mí sí.
Me acuerdo de la lasaña
formidable de mi mamá
que siempre hacía
cuando nos reuníamos todos
y tenía que alimentar 20 bocas
e improvisaba esa lasaña.
Me acuerdo que mi abuela
hacía un pan de jengibre
extraordinario
que mi mamá nunca pudo imitar
a pesar de cocinar mejor.
Me acuerdo de los panqueques que
hacía la abuela de una familia amiga
siempre que, de chicos,
íbamos a su casa.
Me acuerdo cuando era adolescente
y estaba de intercambio en Francia
y comíamos bols de chocolate caliente
con pan blanco;
sí, baguettes con manteca y mermelada
y la mojábamos en el chocolate caliente.
Me acuerdo de las paellas fabulosas
que comíamos en familia
en España, durante las vacaciones.
La cuestión es que la comida es mucho más
que un conjunto de nutrientes.
Les alegrará saber que la ciencia
no está ni cerca de esto.
Menos mal,
porque la comida es más que
los nutrientes que contiene.
La comida es parte de quienes somos.
La comida es parte de nuestra cultura.
Es parte de nuestra crianza.
Es parte de cómo negociamos
e interactuamos con los otros.
Piensen, los que estén aquí
que tengan pareja,
¿qué hicieron en su primera cita?
Estoy segura de que
en algún momento fueron a cenar.
¿Qué hacemos cuando celebramos?
Además de abrir el champagne,
probablemente comamos torta
u otra comida para festejar.
¿Qué hacemos para Navidad y Año Nuevo?
¿Qué hacemos en los funerales?
La comida siempre está presente.
He viajado a lugares del mundo
bastante remotos
y es igual en cualquier lado,
estés en la ciudad más moderna
o en una aldea en el medio de África,
la gente quiere compartir comida.
Compartir comida es una
expresión de amistad,
una expresión de quiénes somos
como seres humanos.
Y esta es mi preocupación,
es que...
y soy nutricionista, le he dedicado
mi carrera a esta área;
mi preocupación es que la nutrición
está destruyendo alguna de esas cosas.
Y aquí está el problema,
porque tenemos literalmente
un gran problema.
Aquí en Australia,
y desafortunadamente
en la mayoría del mundo,
ciertamente en países desarrollados
y, alcanzándonos,
en países en desarrollo,
es normal en Australia ser gordo.
Ese no es un problema estético.
No voy a hablar de imagen corporal,
ese es otro tema.
Pero ese problema se expresa
en muchas enfermedades crónicas.
Sabemos que la diabetes está aumentando.
La diabetes tipo 2 es la enfermedad
crónica que crece más rápido en este país
y a 280 de nosotros
nos la diagnostican cada día.
Cada 12 minutos un australiano muere
por una enfermedad cardiovascular.
Damas, una de cada tres
desarrollaremos cáncer.
y caballeros, lo siento, uno de cada dos
tendrá cáncer antes de los 85.
A pesar de que mucho de eso
no se puede prevenir,
sabemos que la dieta
y el estilo de vida,
pero sobre todo la dieta, está
involucrada en estas enfermedades.
Si cambiáramos la forma de comer
reduciríamos radicalmente
esos números;
podríamos reducir radicalmente
la muerte prematura en este país
y mejorar la calidad de vida
para muchas personas.
Entonces, ¿por qué es tan
difícil de hacer?
Si alguna vez intentaron
seguir una dieta
¿no es una palabra horrible?
Odio decir que soy dietista
porque incluye la palabra "dieta".
Pero "dieta" simplemente significa
la forma de comer
y lo que comemos.
Es muy difícil cambiar
los hábitos alimenticios
y en parte se debe a cuán
arraigados están nuestros hábitos
en nuestra forma de vivir actualmente.
Los hábitos con los que fueron criados
siempre influirán radicalmente
en los hábitos alimenticios actuales
y en los hábitos de sus futuros hijos
y en los de las futuras generaciones.
Pero también creo que parte del problema
es el grado de confusión.
Participé en una encuesta reciente
donde le preguntábamos a la gente
sobre la alimentación sana,
si se sentían confundidos con eso.
El 87 % de las personas dijo que
estaba completamente confundida
sobre qué es la alimentación sana.
Eso lo origina el sensacionalismo
de alguno medios
respecto de este tema.
No me malinterpreten,
yo soy parte de los medios
y amo que la gente se apasione
por este tema,
pero algunas cosas terminan
distorsionadas y tergiversadas
y la verdad termina tergiversada
de manera exagerada.
Tomemos como ejemplo la manteca.
¿Vieron la revista Times
no hace mucho
que tenía "manteca"
en la tapa y decía:
"Hay esperanza. Los científicos
entendieron todo mal".
De repente mi Facebook y el de otros
enloquecieron diciendo:
"¡Sí! ¡Las hamburguesas y el tocino
y todo vuelven al menú!"
Eso no era lo que mostró
la investigación.
La investigación demostró que,
espera un minuto,
si reemplazamos las grasas saturadas
por carbohidratos refinados
estamos igual de mal,
posiblemente peor.
Eso es lo que demostró la investigación.
¿La investigación dijo:
"Las grasas saturadas
nos hacen bien"?
No, no lo dijo.
Cuestiona, sí, la relación entre
grasas saturadas y
enfermedades cardiovasculares
pero ese un aspecto de las
grasas saturadas en el cuerpo.
Sin duda no decía "Comer grasas
saturadas reduce su riesgo".
No, no decía eso, pero esa era
la cobertura mediática.
Ese es solo un ejemplo
que nos muestra
que en realidad estamos
creando más confusión.
Así que, hagamos un viaje por mi vida,
porque esencialmente
lo que les quiero recordar
es que empezamos a engordar
en los últimos 50 años.
No soy tan vieja
pero es solo en estas últimas décadas
que estamos empezando a tener
este grave problema.
Esto es lo que he visto que pasa.
Cuando era adolescente, mi mamá y yo
empezamos con las dietas,
me volví consciente
de mi cuerpo y pensaba:
"Tengo que adelgazar"
La delgadez es belleza
desafortunadamente, en este país,
y en Reino Unido, donde crecí.
Y pasó lo siguiente:
mi mamá y yo emprendimos
un montón de dietas.
La dieta de Cambridge,
que consistía en batidos y pastillas.
En 3 días estábamos enfermas,
entonces dijimos: "Bueno, quizá
esa no es la correcta".
Y probamos algo llamado
la dieta de Scarsdale,
que consistía en comer
una tostada de pan integral
a la mañana con una naranja,
desayuné eso durante
no sé cuántas semanas.
Hoy no podría.
Aún me cuesta comer sándwiches de atún
porque los comíamos en cada almuerzo,
una fruta, un yogur descremado, etc.
Intentamos todo,
al final nos quedamos con
la dieta baja en grasas,
por supuesto, esa era la era
de las comidas bajas en grasa.
Recuerdo comerme
una baguette francesa entera
porque no tenía grasa,
entonces pensaba
"Permiso para comer".
Y eso es exactamente lo que vemos.
Entonces, la era de lo bajo
en grasas empezó y ¿qué pasó?
La industria alimenticia
nos satisfizo esa necesidad
con un montón de comida
baja en grasas.
Desgraciadamente,
estaba llena de almidón refinado,
azúcares agregados,
aditivos y conservantes,
y montones de saborizantes
para intentar que la comida
tenga buen sabor.
Psicológicamente, todos hemos
tenido ese permiso para comer.
"Es libre de grasa, así que es
libre de calorías,
puedo comer todo lo que quiera".
Así lo interpretamos
y seguimos engordando.
Y de repente, el dedo acusador dijo:
"Esperen, estamos equivocados,
no es la grasa, ¡son los carbohidratos!
Ellos tienen la culpa.
Vuelvan a comer grasas.
Concentrémonos en los carbohidratos".
Y ahí es, más o menos,
donde estamos ahora.
Así que fui a comprar, y normalmente
esperarían que la canasta
esté llena de comida.
Acá no hay mucha comida, pero
esto es lo que come la gente.
Tenemos un montón de productos acá.
Este dice "Proteína cruda".
Estamos obsesionados con que
el problema son los carbohidratos.
Esto es proteína cruda
y en los ingredientes
dice que tiene jarabe de arroz
y proteína de arroz integral.
¿Cómo creen que las sacaron
del arroz integral?
Sin embargo, se llama barra cruda.
Tenemos "Piense magro".
Galletitas y crema.
Tenemos barras con proteína,
sin carbohidratos, sabor chocolate.
Saben lo que queremos:
comer y no engordar,
es la verdad.
Y cosas que digan:
"Coma esto y va a adelgazar".
Todas estas barras
tienen más de mil kilojulios
¿pero saben a qué le tenemos miedo?
(Risas)
Dios nos libre de comer una banana.
Son carbohidratos.
Va a ir directo a la panza.
En esa situación estamos.
Tenemos galletitas.
De verdad queremos comer
chocolate, lo azucarado,
las tortas, los bizcochos,
y tenemos estas cosas
"naturalmente buenas".
Es libre de casi todo.
¿Pero saben qué contiene?
Básicamente arroz, manteca y azúcar.
Justo es harina sin gluten.
En esta situación nos encontramos
donde la gente está muy confundida,
y la industria alimenticia no para
de darnos más y más ¿de qué?
Esa canasta, además de la banana,
está llena de comida procesada.
Yo vivo en Bondi, y fui
a un bar local de comida integral,
se llama Comida Integral,
así está en el cartel.
Sirven unos batidos verdes maravillosos
y pedí uno sin proteína en polvo.
Ella me reconoció y me dijo:
"¿Por qué no quiere
la proteína en polvo?"
"¿No es buena esta proteína en polvo?
¿Deberíamos tener una mejor?"
Yo le dije: "Porque no como
alimentos procesados,
o trato de no comer mucho de eso".
y la expresión cuando cayó
en la cuenta fue como: "Oh".
Veía que nunca había considerado
que esta proteína en polvo
era un alimento procesado.
Entonces, por qué reconocemos
que los carbohidratos procesados
son malos,
hemos reconocido que
las grasas procesadas y trans
no son buenas para nosotros,
pero ahora lo hacemos con la proteína.
Estamos explotando eso
y pensando que es la solución a todo.
Si miramos el mundo ahora
tenemos diferentes enfoques nutricionales.
Está el enfoque bajo en grasa,
que es prácticamente vegano,
del Dr. Dean Ornish
en Estados Unidos.
Él hizo muchas investigaciones,
mostró estudios increíbles
y publicó resultados increíbles.
Está el Dr. Loren Cordain,
el padre de la dieta paleo.
Seguro que alguien aquí
la probó o la oyó nombrar,
es la dieta más googleada
en este momento, la paleo.
Esa misma Kathy, que sirve
los batidos verdes,
ahora sirve pan de banana paleo,
brownis paleo, proteína en polvo paleo.
¿Dónde está el hombre paleo
para comer todo eso?
Pero no vemos lo absurdo que es, ¿no?
Están los enfoques bajos en carbohidratos,
que inició el Dr. Atkinson,
ahora incorporados por muchas personas,
y muy populares
en la industria del fitness.
Está la dieta South Beach
y la dieta de IG bajo.
Y después están las dietas
tradicionales del mundo
como la mediterránea,
que es bastante alta en grasas,
pero son grasas de cosas buenas,
como el aceite de oliva virgen,
paltas, nueces y semillas.
Hay mucha evidencia concreta
que apoya esa dieta.
Hay otra dieta muy opuesta,
pero ellos tienen
algunas de las personas
más longevas del mundo:
la dieta japonesa.
Los okinawenses tienen
más personas de 100 años
que en cualquier otro lado.
Esa dieta fue muy estudiada
para ver si podemos aprender algo,
y es muy baja en grasas.
Entonces ¿por qué la nuestra
no funciona y la de ellos sí?
Porque cuando observamos
todos eso enfoques diferentes
tienen algo en común,
y es que están basados en comida real,
en alimentos integrales.
El estado en el que estamos
en la investigación...
y necesito recordarles que
la investigación en nutrición
o la nutrición como ciencia,
es muy joven.
Recién descubrimos las vitaminas
y los minerales el siglo pasado.
Hay mucho más para aprender
y comprender,
por lo que es una ciencia
muy interesante para estudiar.
Pero hay tanto que necesitamos saber.
A pesar de la confusión aparente,
hay muchos mensajes claros
que provienen de esta ciencia.
Es decir que hay una base
que todos podemos emplear,
La parte más importante es que
se trata de comer más plantas.
Debemos comer más vegetales.
Eso es lo primero.
Otra cosa interesante acerca
de estas dietas tradicionales
que parecen tan sanas
es la actitud hacia la comida
en esos lugares.
Les voy a dar tres palabras
y quiero que piensen cuál
es la que no pertenece:
pan, pasta y manteca.
¿Cuál es la que no pertenece?
Manteca. ¿Por qué?
Porque pan y pasta son carbohidratos.
Esta pregunta es de un estudio
psicológico real
publicado hace unos años.
Hace más de una década, creo.
Y observaron las diferentes culturas,
a los estadounidenses,
a los belgas y franceses,
y a los japoneses.
Los franceses respondieron:
"Pasta es la que no pertenece,
el pan y la manteca van juntos".
Los estadounidenses respondieron
como algunos aquí:
"Pan y pasta van juntos
porque son carbohidratos".
¿Quién tiene el mayor
problema con la comida?
El estudio mostró que
los estadounidenses se preocupaban
por los alimentos que compran,
y es más probable que compren
alimentos como los de mi canasta.
No le daban mucha prioridad,
ni mucho placer a la comida,
mientras que los franceses sí.
Cuando era estudiante,
pasé un verano sirviendo
en un restaurant en París
que estaba en el área comercial
y cuando los empresarios locales
venían al restaurant
se sentaban a almorzar
con cuchillo y tenedor
conversaban y charlaban en la mesa
y después volvían al trabajo.
¿Qué pasa en Sídney?
Con suerte comes un sándwich a la pasada.
La gente come en la calle,
algo que mi madre siempre me dijo
que era de mala educación.
Todo es a las apuradas.
Rápido, rápido, rápido.
No le damos prioridad
ni respeto a la comida.
Cuando estaba en el colegio,
no soy particularmente religiosa,
pero en el colegio dábamos gracias
antes de comer.
Todos en el colegio
nos sentábamos a la mesa,
y todos dábamos las gracias,
y después podíamos empezar a comer.
Hay algo bueno en ese tipo de respeto,
porque al final del día
tenemos que reconocer que
somos muy afortunados de poder elegir
entre una dieta baja en carbohidratos,
en grasas, o la paleo.
Tenemos esa opción.
Pero los quiero dejar
diciendo que si realmente
vamos a conseguir algún cambio,
y cambiar las estadísticas terribles
en Australia,
necesito su ayuda.
Necesitamos perder la pelea
contra las dietas
Tenemos que dejar de creer
que la solución está en
pastillas, pociones, batidos
y que todo lo harán por nosotros
sin que tengamos que esforzarnos
y tenemos que volver a comer
alimentos de verdad.
Ustedes pueden elegir su dieta.
Siempre que tengan esos
alimentos integrales como base
con muchos vegetales,
elijan agregarle carne o no
u otro producto animal,
pueden personalizarla a gusto.
Y ante todo,
debemos comer con alegría.
Tenemos que disfrutar de lo que hacemos
porque si no, no lo mantendremos
en el tiempo.
Solo cuando cambian
para el largo plazo,
cambian la forma de funcionar
de los procesos mentales,
esa es la única manera de conseguir
un cambio real.
Y espero que coincidan conmigo
en que esa es una idea
que vale la pena difundir.
Gracias.
(Aplausos)