El maestro zen Thich Nhat Hanh responde [Hoy en día parece que mucha gente teme el silencio.] [¿Temen estar consigo mismos?] (Francés) Creo que hoy en día mucha gente tiene miedo del silencio. Ponen música o la televisión todo el día. Me pregunto si es porque tienen miedo de estar consigo mismos. (Traductora) Creo que mucha gente hoy en día que temen el silencio. Prefieren oír música o poner la TV o algo que llene el espacio. Quiere saber si es porque temen estar consigo mismos. Puede haber una sensación de vacío, de aislamiento, de pena, de inquietud en nosotros. Y cuando hay silencio, estas cosas aparecen con claridad. El vacío, la preocupación, la inquietud, la falta de amor. Te sientes vacío. No hay felicidad. No hay una sensación de realización. Muchos tienen esa sensación: un vacío interior, falta de amor, de felicidad. Sentimos que nos falta algo. Hay pena, miedo, ira en nosotros. Cuando hay silencio, todo esto aparece con claridad. Siempre están ahí. Por eso, muchos de nosotros intentan consumir para olvidar. Supón que tienes una preocupación, inquietud interior. Y no eres capaz de manejar esa sensación de soledad y agitación. Vas a abrir el frigorífico para comer algo. Pero sabes que no tienes hambre, no necesitas comer. Comes porque quieres tapar tu sensación de soledad, de inquietud. Y engordas comiendo tanto. (Risas) O pones música, enciendes la TV, tomas un diario. Eso es lo que hace la gente cuando siente un vacío en ella. Es una enfermedad colectiva de los seres humanos en esta civilización. El mercado nos da todo tipo de medios para que intentemos olvidar el sufrimiento interior, la soledad interior. Entre las cosas que nos venden para que tapemos el sufrimiento hay muchas que son tóxicas, venenos. Si las consumimos, crece la soledad, crece nuestra ira y desesperación. Porque mucho de lo que leemos en libros y revistas, mucho de lo que vemos en TV o recibimos de Internet nos ofrece más desespero, más ira. La situación se hace más grave cada día, a causa de nuestro consumo no consciente. Por eso necesitamos practicar el quinto entrenamiento sobre el consumo correcto. Hemos de aprender a generar alegría y felicidad con la práctica de la plena conciencia, la respiración, el caminar conscientes. Hemos de aprender cómo generar paz para que tengamos en nosotros algo bueno con lo que estar. Entonces, el silencio nos ayudará a degustar, disfrutar más la sensación de alegría, de felicidad que hemos generado con la práctica. Supón que me siento y presto atención a la luz del sol de afuera, los bellos árboles, la hierba, las florecillas que brotan en todas partes. ¡Cuánta belleza hay fuera! ¡Es verano! Y nuestro planeta es muy bello. Muchos no tenemos la capacidad de contactar con esas maravillas de la vida en nosotros y alrededor, porque no conocemos la práctica de la plena conciencia de traer la mente de regreso al aquí y el ahora, y tocar esos elementos nutritivos, sanadores que pueden traernos alegría y felicidad. Y no tenemos esas bellezas en nosotros. Solo tenemos cosas negativas, como ira, soledad, etc. Es posible sentarse sobre la hierba, respirar y ser feliz. Entonces puedes oír el canto de los pájaros, y la música del viento jugando en los árboles. Son muy nutritivos, sanadores. No muchos saben hacerlo. La práctica de la plena conciencia nos ayuda a nutrirnos, a sanar. Y así, cuando surge en nosotros una sensación dolorosa, si conocemos la práctica de la plena conciencia, no tenemos que salir a comprar, a consumir para olvidar. De hecho, sabemos reconocer una sensación, una emoción dolorosa. Sabemos abrazarla con ternura, comprenderla. Y podemos empezar a transformarla en algo positivo. Podemos transformar la basura en flores. Por eso debes practicar. Para poder manejar el sufrimiento colectivo de la sociedad, hemos de aprender la práctica de la plena conciencia. Queremos cuidar nuestro cuerpo, nuestras sensaciones, emociones. La práctica de la plena conciencia nos ayuda. La práctica de la plena conciencia puede ayudar a traer una sensación de alegría, una sensación de felicidad. La práctica puede ayudarnos a manejar una sensación, una emoción dolorosa. Podemos generar en nosotros amor y comprensión. Y logramos una sensación de realización. Nos hacemos fuente de alegría y felicidad para los demás, para los seres amados, porque tenemos mucho que ofrecer. Al sentarse a nuestro lado se sentirán en paz, felices, porque en nosotros está la sensación de realización, la compasión, la felicidad. Durante la práctica necesitamos silencio, porque el silencio nos ayuda a regresar a nosotros y tocar nuestra respiración, nuestro cuerpo, nuestra felicidad, nuestro sufrimiento, para poder cuidarnos en cuerpo y mente. Cuando podemos crear una sensación de felicidad y de paz, podemos ayudar a los demás a hacerlo. Podemos ofrecer energía de alegría, atención, compasión, para ayudar al otro a sufrir menos, ayudarle a generar en su interior una sensación de alegría y felicidad. Ese silencio es muy fructífero, es muy activo, elocuente. No es un silencio que oprime. Es un silencio noble. En el budismo, lo llamamos 'el silencio atronador'. Es muy elocuente. Lleno de energía. En la sala de meditación, si 900 personas saben cómo inspirar y exhalar conscientemente, cómo generar energía de plena conciencia y paz, ese silencio es muy poderoso, muy sanador, nutritivo. No te oprime. Se llama 'el silencio atronador'. En ese silencio, los niños, los adultos están felices. Si todos están enojados, ansiosos, y se sientan juntos, crean enojo, ansiedad colectivas. Ese silencio es muy negativo. Ese silencio es insoportable. Nos mata. Pero cuando sabemos sentarnos, respirar juntos, y generar energía de paz, relajación y alegría, esa energía colectiva de silencio es muy nutritiva, sanadora. Por tanto, hemos de aprender cómo generar ese silencio en la familia, en el aula, en el Congreso, en el municipio. Si eres profesor, debes saber cómo generar ese silencio en el aula. Si tienes un hogar, debes saber cómo llevar ese silencio a tu familia como alimento para ti, tus hijos y los demás. Si eres el presidente de la Asamblea Nacional, puede proponer esta práctica para generar ese silencio. Cuando estuve en la India, visité al presidente de la Asamblea Nacional. Le propuse la práctica de escuchar la campana, respirar y sonreír en el Congreso. Empiezas la sesión respirando con atención y escuchando la campana. Cada vez que la discusión se encone y nadie pueda escucharse mutuamente, puedes invitar la campana. Y todos dejaran de hablar, empezarán a escuchar a practicar la respiración consciente y a calmarse. El señor Narayanan, que era el presidente de la Asamblea Nacional de la India, estaba encantado con la idea. Intentó llevar la práctica al Congreso. 10 días más tarde, mientras guiaba un retiro en Chennai, alguien me trajo un periódico. Había un artículo que decía que el sr. Narayanan había creado un comité para ocuparse de esta práctica en el Congreso. Pidió al anterior primer ministro que presidiera ese comité, llamado 'Comité de Ética en la Asamblea Nacional". No sabemos hasta dónde llegaron en la práctica. Pero pronto se convirtió en el presidente de la India. Así que no podía estar en la Asamblea para seguir con la práctica. Si eres miembro de la Asamblea Nacional, puedes intentar convencer al portavoz de la Presidencia, del Senado para que hagan lo mismo. Esta es la práctica. De hecho, si eres profesor, si diriges un negocio, si eres un jefe de empresa, si eres un cabeza de familia, si eres un alcalde, puedes crear ese silencio donde trabajes. Te nutrirá a ti y a tus colegas. Depende del tipo de silencio que creemos. conéctate, nútrete, inspírate (Campana)