[CIVIX explica]
[Contaminación informativa]
El internet le da a todos los miembros
de la sociedad un medio para expresarse.
Pero, si todos pueden publicar en línea,
el resultado es muchísima información.
Se puede confiar en una parte de
esta información, pero no en toda.
En las redes sociales y los motores de
búsqueda, toda la información se ve igual.
Puede ser difícil distinguir cuál viene
de una fuente confiable,
como un noticiero serio
y cuál es menos confiable.
Las redes sociales facilitan la difusión
de información incorrecta,
por eso oímos mucho sobre
el problema de las noticias falsas.
Pero, ¿exactamente qué
son las noticias falsas?
Esta frase se usa para describir todo tipo
información incorrecta,
ya sean artículos
intencionalmente engañosos,
memes que pueden confundir,
titulares buscando clics,
o teorías de conspiración.
Algunas personas llaman noticias falsas
a los reportajes que no les gustan,
en un intento de
desprestigiar fuentes confiables,
pero esto solo causa más confusión.
Para comprender el problema de
la información incorrecta en línea,
es útil definirlo y categorizarlo.
La información incorrecta se puede
dividir en dos categorías:
información errónea y desinformación.
La información errónea no es verdad,
pero la persona que la comparte
cree que es cierta.
Si bien la información errónea
puede ser perjudicial,
su intención no es hacer daño,
por ejemplo, un dato erróneo
causado por una mala comprensión,
una imagen manipulada,
o una imagen real acompañada
de una historia falsa.
En cambio, la desinformación
es información intencionalmente falsa
que se ha creado y compartido
para causar daño.
Su objetivo es confundir a las
personas sobre la verdad
e influir sobre sus
pensamientos y acciones.
Por ejemplo, un rumor falso
sobre una candidata política
causa que otros duden de su honradez.
Tanto la información errónea
como la desinformación
pueden ser consideradas como
contaminación informativa.
Las historias o publicaciones no
confiables pueden ser graciosas,
interesantes, o generar emociones que nos
hace creerlas y compartirlas con otros.
Contribuimos a la contaminación informativa
al compartir contenido falso o engañoso.
Antes de creer o compartir algo,
detente y pregunta:
"¿Quién hizo esto y por qué?"
Este es el primer paso para combatir
la contaminación informativa
y convertirnos en
ciudadanos más informados.
[Hecho por CIVIX]
[con el apoyo de Canadá]
[Producido por SPACE HEART]