Esta historia es del mundo obsesionado con cosas. Es la historia de un sistema en crisis. Estamos arruinando el planeta. Estamos arruinando uno al otro. Ni nos estamos divertiendo. La cosa positiva es que cuando entendemos el sistema, queremos ver muchas oportunidades para cambiar problemas por soluciones. Un problema con intentar usar menos cosas es que a veces sentimos que son realmente necesarias. Qué tal si vives en Cleveland, por ejemplo y quieres un vaso de agua? Vas a arriesgar y servirte del grifo? O debes buscar una botella de agua que viene de selvas vírgenes de...Fiji? La marca Fiji Creyó que la respuesta era obvia. Entonces hicieron una campaña completa. Resultó ser uno de las peores jugadas en la historia de publicidad. Es que, a Cleveland no le gustó ser el hazmerreír de Fiji. Hicieron pruebas, y ¿adivina qué? Mostraron que un vaso de agua Fiji es de menor calidad, pierde en pruebas de sabor contra agua del grifo, y cuesta miles de veces más. Esta historia es típica para pruebas de agua embotellada y agua del grifo. ¿Es más limpia? A veces sí, a veces no. De muchas formas, el agua embotellada es menos regulada que agua del grifo. ¿Es más sabrosa? En pruebas en todo el pais, la gente escoge agua de grifo en vez de agua embotellada. Los envasadores de agua dicen que están cumpliendo con demanda. Pero ¿Quién exigiría un producto menos sostenible, de peor sabor, y más caro tomando en cuenta que es casi gratis en tu propia cocina? Agua embotellada cuesta casi 2000 veces más que agua del grifo. Te imaginas pagando 2000 veces el precio de cualquiera otra cosa? ¿Qué tal un sándwich de $10,000? Pero la gente gasta en más de medio billón de botellas de agua por semana. Las botellas pueden rodear el globo más de cinco veces. ¿Cómo llegamos a eso? Todo vuelve a la forma de nuestra economía de materiales y uno de sus impulsadores claves, conocido como demanda fabricada. Para que compañías sigan creciendo, tienen que vender más y más cosas. En los 1970, grandes fabricantes de soda se preocuparon cuando sus proyecciones dejaron de crecer. Una persona solo puede tomar tanta soda. Además no tardaría la gente en darse cuenta que la soda no es saludable, y volver a suspiro, tomar agua del grifo. Bueno, las compañías encontraron su próxima idea en un producto que la mayoria se tomo a risa como algo pasajero. "El agua es gratis", decían en ese tiempo, "¿qué nos venderán después, el aire?" Entonces ¿qué hacer para que la gente compre el producto? Sencillo. Se fabrica demanda. Y ¿cómo se hace? Pues, imagina que estás a cargo del envasador de agua. Como la gente no busca cambiar su dinero bien merecido para tu producto no-necesario, les haces sentir asustados e inseguros sin el producto. Eso es lo que hizo la industria de agua embotellada. Una de sus primeras estrategias fue asustar a la gente con el agua de grifo con propaganda como la de Fiji en Cleveland "Cuando terminamos," dijo un ejecutivo de agua, "el agua del grifo será solo para duchas y para lavar platos." Entonces, escondes la realidad de tu producto tras imagenes de pura fantasia. Alguna ves has notado que el agua embotellada nos seduce con fotos de ríos en montañas y naturaleza?