Venimos aquí por razones similares. Compartimos preocupaciones. Nos hacemos el mismo tipo de preguntas ¿Cuál es la naturaleza fundamental de la realidad? ¿Cuál es el papel de la humanidad en el cosmos? Y es por eso que siempre seguiré siendo obstinadamente optimista con que a través del debate, la razón y la racionalidad podemos avanzar de verdad, al menos, hacia el entendimiento, si no acuerdo. Dicho esto... Religión y ciencia han ido por caminos distintos a lo largo de los años. Hace 500 años este debate no se hubiera celebrado; no había límite entre lo que ahora llamamos ciencia y religión, sólo había intentos de entender el mundo. Y lo que pasó es que apareció la ciencia al desarrollar técnicas, metodologías para obtener un conocimiento fiable sobre el mundo, y el conocimiento fiable que obtuvimos era incompatible con algunos supuestos de la creencia religiosa. Lo básico que hemos aprendido haciendo ciencia durante 400 años es algo llamado 'naturalismo' — la idea de que solo hay una realidad, no planos separados entre lo natural y lo sobrenatural, que solo hay una existencia material y que somos parte del universo, de ningún modo podemos mantenernos fuera de él. Y el modo en que la ciencia llegó ahí es, básicamente, advirtiendo que los humanos no somos tan inteligentes. No somos perfectamente lógicos; como seres humanos estamos sujetos a todo tipo de sesgos y limitaciones cognitivas. Solemos caer en el pensamiento ilusorio, vemos patrones que no existen... Y en respuesta a esto, la ciencia desarrolla técnicas para dotarnos de verificadores de la realidad, para no dejarnos creer cosas que la evidencia no sustenta. Una técnica es simplemente 'escepticismo', del que habrán oído algo. A los científicos se nos enseña que debemos ser los críticos más duros con nuestras propias teorías Los científicos tratan de refutar continuamente sus ideas favoritas. Es un modo notable de hacer las cosas; un poco contra-intuitivo, pero nos permite resistir la tentación del pensamiento ilusorio. La otra técnica es el 'empirismo'. Nos dimos cuenta de que no somos tan inteligentes como para conseguir verdadero conocimiento solo con pensar sobre ello. Tenemos que ir por ahí y mirar al mundo. Y lo que hemos hecho así durante los últimos 400 años es darnos cuenta de que los humanos no estamos separados, que el mundo es una cosa, el mundo natural, y puede ser entendido. Esto es muy contra-intuitivo; no es para nada obvia esta afirmación. Cuando hablas a una persona, tiene pensamientos, sentimientos y reacciones. Cuando hablas a una persona muerta, un cadaver — odio ser morboso aquí — pero, no logras esas mismas reacciones esos pensamientos y emociones. Es muy natural, de sentido común, pensar que una persona viva posee algo que un cadáver no. Algún tipo de espíritu, de alma animatoria o fuerza de vida. Pero esta idea resulta no mantenerse ante un escrutinio más cercano. Estás hecho de átomos. Estás hecho de células que están hechas de moléculas hechas de átomos, y como físicos, sabemos como se comportan los átomos. Las leyes de la física que gobiernan a los átomos han sido completamente entendidas. Pon un átomo en ciertas circunstancias, dime cuales son, y como físico, te diré qué hará el átomo. Si crees que los átomos de tu cerebro y tu cuerpo actúan distinto en una persona viva que en una roca o cristal, lo que estas diciendo es que las leyes de la física son incorrectas. Que necesitan ser alteradas debido a la influencia de un espíritu o un alma o algo similar. Eso puede ser cierto — la ciencia no puede refutar eso — pero no hay evidencia de ello. Y logras un marco explicativo más fuerte asumiendo que solo se trata de átomos obedeciendo leyes físicas. Este tipo de razonamiento es un gran paso hácia el 'naturalismo'. Ahora por supuesto, podría seguir. Podríamos hablar sobre cosmología moderna y el origen del Universo; podríamos hablar sobre neurociencia y sobre qué es la conciencia, etc; pero no quiero hacerlo ahora mismo, quizá podamos hablar de ello más tarde... Pero, no quiero hacerlo ahora básicamente porque es un poco aburrido Y la razón por la que es aburrido se debe a que la discusión se ha terminado. Hemos llegado a una conclusión. El naturalismo ha ganado. Si vas al departamento de física de cualquier universidad y escuchas sus charlas o lees sus documentos, ve a cualquier departamento de biología o neurociencia, cualquier departamento de filosofía, personas cuyo trabajo es explicar el mundo y proponer marcos conceptuales que concuerden con lo que ven — nadie menciona a Dios. La gente cuyo trabajo es explicar lo que ocurre en el mundo, nunca recurre al reino sobrenatural; todos saben que las explicaciones naturalistas son las que funcionan. Y aún así — aquí estamos. Teniendo un debate. Porqué estamos teniendo un debate? Porque, sin duda, la religión habla a las personas por otros motivos que explicar lo que ocurre en el mundo. La mayor parte de la gente se vuelve religiosa no porque provea la mejor teoría cosmológica o biológica. Se vuelven religiosos porqué les provee de propósito y sentido a sus vidas, con un sentido de bien y mal, con una comunidad, con esperanza. Así que si quieres decir que la ciencia ha refutado la religión, necesitas que la ciencia hable sobre eso. Y sobre eso tengo buenas y malas noticias para ti. La mala noticia es que al universo no le importas en absoluto. El universo esta hecho de partículas elementales que no tienen inteligencia, no juzgan, no tienen sentido del bien y del mal. Y el miedo es, la ansiedad existencial es que, si el propósito y el sentido no me ha sido dado por el universo, entonces no puede existir. La buena noticia es que ese miedo es un error. Que existe otra opción. Que nosotros creamos propósito y sentido en el mundo. Si quieres a alguien, no es porque ese amor haya sido puesto en ti por algo externo; es porque lo has creado dentro de ti. Si te portas bien con alguien, no se debe a instrucciones recibidas, sino a la opción escogida. Este es un mundo siniestro. Uno debería verse profundamente afectado al pensar que al universo no le importa, que no le juzga. Pero también es liberador el reto de crear vidas que merezcan ser vividas. Nunca he conocido a Dios; Nunca he conocido ningún espíritu o ángel. Pero he conocido humanos, muchos de ellos gente maravillosa. Y de verdad creo que si aceptamos el universo por lo que es, si abordamos la realidad con la mente y el corazón abiertos, entonces podemos crear vidas que merezcan mucho ser vividas.