Nací hace 35 años
en un templo budista de Kioto.
Aunque me criaron como budista
cursé la enseñanza secundaria
en institutos católicos.
(Risas)
Nacer en un templo budista
y recibir una educación católica
es algo realmente inusual.
A pesar de eso, mi familia,
parientes y amigos
siempre han velado por mí.
Cuando era universitario visité Irlanda.
Como ya saben, Irlanda
es un país profundamente católico.
Cuando me alojé en un B&B rural
expliqué mis orígenes a la dueña
que palideció al escuchar
mi historia y exclamó:
"¿Pero cómo permiten eso en tu país?
Si hicieses algo así en Irlanda,
¡no tendrían piedad contigo!"
Me dijo algo así.
Lamentablemente, como era muy joven
no pude rebatir su opinión.
Japón tiene una visión
de las religiones muy particular.
Por ejemplo, muchos japoneses celebran
el nacimiento de Cristo, la Navidad,
escuchan las campanas
de templos budistas en Noche Vieja
y visitan templos sintoístas en Año Nuevo.
Los que no son japoneses
es posible que exclamen
"¡Qué poco ortodoxos!"
Pero aquí, en Japón,
esta tolerancia religiosa
es lo normal.
Considero que esta
diferencia entre religiones
es parecida a la diferencia
entre las comidas.
Pensemos en la diferencia entre
la comida japonesa y occidental.
Si pedimos un menú occidental
nos sirven el plato principal,
que es lo más importante del menú.
En la comida japonesa no existe
el concepto de plato principal.
Si pedimos una comida tradicional
japonesa estilo kaiseki
de los entrantes
hasta el último plato de arroz
nada puede considerarse
el plato principal.
Tal y como pasa con la comida,
la visión japonesa de la religión
no se centra en una religión determinada
sino en la filosofía o ética
que todas ellas comparten.
Opino que los japoneses
dan mucha importancia a esto
y por eso su visión de la religión
no es "creer en algo"
sino "respetar algo"
o "respetar a los demás".
Ese es el estilo de la visión
japonesa de las religiones.
Por ese motivo en Japón
conviven personas de muchas
religiones diferentes
que se respetan mutuamente.
De hecho, el templo Myōshin-ji es budista
pero en muchas ocasiones
dedicamos rezos a deidades sintoístas.
Muchos templos budistas
tienen altares sintoístas dentro.
Por eso el budismo en Japón
ha adoptado una forma muy particular.
Aunque hay excepciones,
los monjes japoneses pueden casarse.
Durante el entrenamiento ascético
no comemos carne ni pescado,
solo comida budista vegetariana,
pero al finalizar el entrenamiento
no hay que seguir preceptos estrictos.
En Japón, dejar restos de comida
o desaprovechar algo
son actitudes que evitamos tener.
Si la gente de la India,
lugar de origen del budismo,
viese el budismo que se practica en Japón
quizá exclamaría: "¡Esto no es budismo!"
El budismo theravada que se practica
en la India y el sureste asiático
se basa en seguir los preceptos,
estudiar las enseñanzas y meditar.
Esos son sus objetivos principales.
Pero el budismo en Japón
da más importancia
a venerar a los antepasados
y a saber comportarse en la vida diaria.
Estas cosas son las que
considera importantes.
Si yo no quisiera llamar budismo
a este tipo de prácticas realizadas
durante más de 1500 años hasta hoy,
¿cómo debería llamarlas entonces?
Por más vueltas que le dé,
solo se me ocurre llamarlas
"budismo japonés".
El budismo de Japón, con la influencia
de China y del sintoísmo,
la antigua religión de Japón,
se ha ido refinando
hasta adoptar la forma ideal para Japón.
Por eso el budismo originario
que inició Buda
aunque difiera en la práctica
en la India, en el sureste asiático
o aquí en Japón,
la base de todo budismo
es lo enunciado por Buda,
una doctrina y filosofía maravillosas.
Opino que las diferencias entre
el budismo indio y el japonés
son bastante parecidas a lo que
ocurre con el curri.
(Risas)
Como pueden ver, en la India
se consume un curri
muy picante y especiado.
Aunque el curri también
tiene su origen en la India,
si un indio probase el curri
que comemos aquí en Japón,
un curri suave y dulce,
ese que seguramente
sea el favorito de Uds.,
nada más probarlo diría,
"¿Pero cómo va a ser esto curri?"
o algo por el estilo.
El curri al que estamos acostumbrados
¿cómo deberíamos llamarlo?
De nuevo, creo que solo se puede llamar
"curri japonés".
Aunque los ingredientes
y la preparación sean distintos,
añadir a la salsa carne, pescado
y verdura y cocinarlo todo junto
para servirlo con pan o arroz
es algo que se hace tanto
en la India como en Japón.
Estudié agronomía en la universidad
y recuerdo que hicimos un experimento
relacionado con el curri.
Les contaré cómo fue.
Preparamos dos salas distintas.
En la primera recreamos el tiempo
veraniego de Japón,
caluroso y con mucha humedad.
Preparamos una sala calurosa y húmeda.
En la otra sala recreamos
el verano de la India.
Aunque hacía muchísimo calor,
la humedad era baja.
Preparamos una sala
con un ambiente muy seco.
Entonces pusimos 30 estudiantes
en la sala japonesa
incluyendo algunos estudiantes
de intercambio extranjeros
y dentro de la sala les hicimos probar
curri indio y curri japonés.
Les pedimos que nos dijesen
qué curri les había gustado más.
De los estudiantes que estaban
en la sala japonesa,
más de 20 de un total de 30
respondieron que preferían
el curri japonés.
Días después, esos mismos 30 estudiantes
probaron los dos curris
en la sala con clima indio.
Los estudiantes que prefirieron
el curri de estilo indio
fueron más de 20 de un total de 30.
Al comer en la sala japonesa
les gustaba más el curri japonés
y al comer en la sala india
preferían el curri Indio.
Ese fue el resultado.
Así, la comida se ve
influenciada en gran medida
por el clima y el tiempo del lugar.
Lo mismo ocurre con la religión:
el tiempo, el clima,
la historia, la cultura y la tradición
son factores variados que
hacen que se vaya refinando
hasta adaptarse a un país concreto.
La visión tolerante de las religiones
a la que estamos acostumbrados en Japón
es algo que me gustaría compartir
con el resto del mundo
porque creo que les ofrecería
una idea maravillosa.
Lo creo de veras.
Hace ya algunos años
en la ciudad de Amagasaki,
en la provincia de Hyogo,
se emitió por primera vez
un programa de radio maravilloso
que marcó un antes y un después.
El programa se llamaba simplemente
"¡Son las ocho! Dioses y budas".
(Risas)
Originalmente se llamaba "¡Son las ocho!
Reunión de sintoísmo y budismo".
Dejando de lado el nombre,
explicaré de qué trataba el programa.
Se emitía todos los miércoles
a las 8 y duraba media hora.
Como quizá ya sepan, un oyente
llamaba para explicar su problema
y un sacerdote sintoísta,
un monje budista
y un pastor cristiano
buscaban juntos una solución.
De eso trataba el programa.
(Aplausos)
Muchas gracias.
Era realmente revolucionario.
Es común que la autoridad
de una determinada religión
dé respuesta a problemas concretos,
es algo dentro de lo normal.
Pero que personas de tres religiones
diferentes se uniesen
para solucionar un problema
era algo inaudito hasta la fecha.
Un programa verdaderamente revolucionario.
Los oyentes que llamaban
no obtenían una sola respuesta fija,
sino que se quedaban con la idea
de que existen muchas soluciones distintas
y eso les proporcionaba tranquilidad.
En febrero de este año
a propuesta mía, tuvo lugar
aquí en Kioto otro evento
increíble y revolucionario.
Fue este:
"Maratón por relevos
ekiden interconfesional".
La maratón por relevos o ekiden es
una competición muy popular en Japón.
De hecho, el ekiden es una maratón
que se originó hace unos 100 años
aquí, en Kioto.
Kioto es la ciudad de las religiones
y también el lugar
de nacimiento del ekiden.
Aquí se reunieron participantes
de muchas religiones del mundo
y se llevó a cabo la maratón
por relevos en la que solo
competían religiosos.
No era un enfrentamiento entre religiones,
sino que el primer corredor
era un sacerdote sintoísta,
el segundo era un monje budista,
el tercero un sacerdote católico,
el cuarto un imán musulmán, etc.
Unir religiones y que
cooperasen entre ellas
formando varios grupos
era el objetivo de este evento.
Actualmente, el entendimiento
entre religiones es muy necesario.
Aunque se celebran conferencias
y se mantienen diálogos
conversar en una sala de reuniones
a veces no comunica nada.
Pero esta maratón por relevos
se comprende nada más verla
y con la participación de todos
hay un sentimiento de pertenencia
y el mensaje llega alto y claro.
Además, como hay que correr,
son los religiosos jóvenes
los que más pueden destacar.
Esto no ha tenido lugar solo en Kioto
sino también en Europa, en Luxemburgo,
donde se ha celebrado
una maratón por relevos similar.
De hecho, la idea de crear armonía
entre religiones a través del ekiden
se está propagado por el mundo.
Por eso en este mundo tan convulso
gente de diversas religiones
pone todo su empeño
y lo dan todo para lograr que
las religiones convivan en paz.
Creo que es algo realmente importante.
Si tuviese la oportunidad
de reencontrarme con la dueña
de aquel B&B de Irlanda
que visité siendo universitario
creo que ahora podría
responder a su pregunta
con orgullo y seguridad.
Ciertamente, en todas las religiones
mostrarse fiel a su doctrina
y seguir sus preceptos
es de vital importancia.
Pero en este mundo hay algo
mucho más importante.
Aunque nuestras religiones difieran,
debemos respetarlos mutuamente
y vivir en armonía.
En Japón la gente cree
en muchas religiones distintas
pero esa diferencia no es motivo
de peleas ni conflictos
que solo ocurren muy raramente.
Si nos fijamos en el mundo
que aparece en las noticias,
podemos ver que con frecuencia
el fanatismo religioso
causa conflictos con otras religiones
e intercambios de insultos.
Opino que eso no es
lo que debería ocurrir.
La esencia de las religiones
no es creer en algo ciegamente,
En el mundo hay muchas personas
y tratarnos con gratitud,
proporcionar sensación de seguridad
y una vida plena
es el verdadero objetivo de la religión.
Por eso la esencia de las religiones,
su verdadero objetivo
es proporcionar sensación de seguridad.
Aquí en Japón
existen muchas religiones distintas
que se respetan entre sí
y conviven en armonía
proporcionando seguridad.
Pero en este mundo
hay muchas regiones distintas
diferentes culturas y tradiciones.
Por eso, opino que está bien
que no haya una única manera
de alcanzar esa seguridad.
Opino que es muy positivo
que haya diversas maneras.
Durante los dos últimos años
he visitado el Vaticano
invitado por el anterior Papa.
En abril participé en un simposio
celebrado aquí en Kioto
invitado por el Dalai Lama.
Los líderes religiosos del mundo
tienen grandes esperanzas
en la visión tolerante de las religiones
que tenemos en Japón.
Así, considero imprescindible
que desde la ciudad de Kioto,
que es considerada
la ciudad de las religiones,
transmitamos al mundo
la maravillosa visión tolerante de
las religiones que tenemos en Japón.
Si lo conseguimos, estoy convencido de que
el mundo será un lugar mejor
y mucho más especial.
Muchas gracias.
(Aplausos)