¡Hola a todos!
Crecí en el sudeste de Tasmania,
y si me permiten un momento de nostalgia,
les mostraré de dónde vengo
para que puedan entender mejor
hacia dónde vamos.
Durante mis primeros años de vida,
[mi familia y yo] vivimos en una carpa
en el extremo de un valle muy fértil
al costado de un río.
Más tarde, mi hermano y yo
montamos nuestra propia carpa.
Ordeñábamos vacas,
trabajábamos la tierra,
cultivábamos frutas y vegetales
que nos servían para vivir.
Talábamos nuestros propios árboles
y cortábamos madera
para construir la casa en la que crecí.
Era una vida de autoabastecimiento
que yo, en ese tiempo,
creía sustentable.
Muchos años después, en Londres,
donde era profesor,
la jefa de mi departamento
dio una clase
y llevó este libro, "The Rabbits"
[los conejos], para ilustrar su discurso.
Les voy a leer unas páginas del libro.
Es una historia sobre
la colonización de Australia
donde los colonizados son
los animales nativos
y los colonizadores son los conejos
una especie invasiva y dañina
responsable de la mayor parte
de la destrucción de la
naturaleza australiana.
El libro dice así:
"Al principio, no sabíamos qué pensar.
Se parecían un poco a nosotros.
No eran muchos.
Algunos eran amables.
No vivían en los árboles
como nosotros.
Construyeron sus propias casas.
No entendíamos qué decían.
Se comieron nuestro pasto.
Derribaron nuestros árboles
y ahuyentaron a nuestros amigos".
Y la historia continúa:
"Conejos, conejos, conejos.
Millones y millones de conejos.
En cada lugar que mires hay conejos".
Y al final dice:
"¿Quién nos salvará de los conejos?"
Mientras escuchaba esta clase
comencé a pensar que yo
probablemente era un conejo
y mi hermano también.
Y me di cuenta de que no quería
seguir siendo un conejo.
Se me ocurrió que sería mejor
ser un camaleón,
capaz de cambiar y adaptarse
y mezclarse con el ambiente
en vez de conquistarlo.
Como diseñadores podemos ejercer la profesión
en cualquier lugar de este mundo interconectado.
Nos movemos de un pueblo, ciudad,
país o continente a otro fácilmente
y usamos un idioma global común.
Pero si fuéramos diseñadores camaleónicos
adaptaríamos ese idioma
a cada nuevo ambiente
en el que trabajásemos.
Este es el proyecto
que estamos llevando a cabo
en Dar es Salaam, Tanzania,
una serie de pequeños pabellones
dispuestos alrededor de
los árboles del lugar.
Los techos rígidos tienen una ventilación
que atrapa la brisa del mar
y permite que el calor escape
y la lluvia monzónica no se acumule.
Una gran parte de Dar es Salaam ha sido construida
sobre antiguos arrecifes de coral
de los cuales se extrae material
que se agrega a la cal.
Estamos debatiendo si vamos
a usar parte del coral
en las paredes de esta construcción.
A 500 metros de este lugar
hay una mina de corales;
la mayoría de los compuestos
se trituran de forma manual
y se usan para hacer
calizas y otros compuestos
para materiales de construcción.
Al norte de Dar es Salaam,
hay una fábrica de cemento
que se ve a la distancia
y algunos de los compuestos
se transportan a esa fábrica
en la que se los usa para producir
cemento Portland de alta calidad,
principalmente para exportación.
Se rumorea que Roald Dahl
se sentó una vez debajo del árbol
que vemos a la derecha
y fijó su mirada en esta fábrica de cemento
que se levanta a lo lejos,
como hice yo cuando tomé la fotografía,
y fue esta misma fábrica
la que lo inspiró para crear
"Charlie y la fábrica de chocolates",
un ícono de decadencia y exceso.
Es una pena contar que esta es una casa
construida recientemente en Dar es Salaam
a base de cemento importado de baja calidad,
tejas importadas y otros materiales
de construcción también importados.
Prácticamente no tiene relación alguna
con el lugar en el que fue construida
y no hay nada que indique que esta casa
se encuentra en Dar es Salaam.
Creemos que podemos hacer un trabajo
mucho mejor que ése.
En nuestro estudio de arquitectura
hemos estado trabajando
en África Oriental durante
los últimos 3 años,
y hemos tenido la suerte
de tener clientes
que nos alientan a respetar
las tradiciones y valores locales
y a dejar que en cada lugar
nazca una experiencia diferente.
La naturaleza es la fuente de inspiración
de nuestro trabajo.
Para el techo que ven aquí a la derecha
nos inspiramos en esta increíble
acumulación de nubes
que vi una mañana
formada por el sol matutino
que evapora el rocío
que cae en el valle durante la noche.
El techo tiene una estructura espiralada
que se eleva hacia un tragaluz
desde el que se proyecta luz
hacia el centro
de una terraza al aire libre techada.
En armonía con la naturaleza,
se podó esta bunganvilla
que vemos a las derecha
para lograr una estructura más simple
y crear un espacio de sombra
donde poder sentarse a trabajar
o pasar el tiempo durante el día.
En la construcción de la derecha
esto se usó como modelo.
Construimos un grueso techo aislante,
con postes de madera, que permite
que el espacio techado se use libremente
y corra aire entre la pared y el techo.
Montamos un simple alero
sobre el que hicimos crecer
una trepadora de maracuyá
para que, en el desayuno,
pueda haber maracuyás frescos
en la ensalada de frutas.
También hay objetos
construidos por el hombre
que nos sirven de inspiración.
Esta es una casa en un
barrio bajo de Kampala,
la ciudad capital de Uganda.
Se construyó a partir de unos
tanques de petróleo viejos,
tanques de combustible y capós.
Este tipo de construcción es
una inspiración para nosotros
porque nace de la necesidad.
La construcción de la derecha
es un pequeño pabellón
que construimos
revestido de materiales reciclados.
Esta pequeña obra es una choza
al borde de una plantación de algodón
que linda con el lugar donde trabajamos.
Fue un prototipo perfecto para nosotros
al edificar unidades de alojamiento.
El grueso techo aislante sirve de protección
contra el sol ecuatoriano
y las lluvias estacionales,
y hay un espacio abierto techado
desde donde se puede observar
y cuidar la plantación de algodón.
Nuestra construcción
tiene el mismo objetivo.
Un grueso techo aislante,
espacios exteriores techados,
un espacio en la parte de atrás
que desvía las lluvias estacionales
y aberturas hacia vistas mágicas.
Usamos 2 tipos de madera
en esas construcciones.
En la esquina superior izquierda
verán un eucaliptus, una especie
australiana invasiva,
como yo,
y en la esquina superior derecha,
madera satinada de África Oriental.
Ambos tipos de madera
se consiguen en la región
así que usamos estas maderas para
todas las partes de la construcción:
la estructura, los marcos,
la carpintería y todo lo demás.
No desperdiciamos ni una parte
de estos árboles.
Usamos las ramas que quedaron
de la madera satinada
para las barandillas de los decks
de la construcción,
mientras que los restos de madera
de los postes de eucaliptus
que usamos para los marcos
se cortaron en pedazos más pequeños
y se usaron para revestir
la parte inferior del
techo sobre la galería.
El camino que vemos a la derecha,
típico de los pueblos y barrios bajos
de Uganda para resguardarse del lodo
durante la época de lluvias,
fue la inspiración.
Nuestros proyectos se desarrollaron
lejos de las ciudades,
principalmente en parques nacionales,
y muchas veces el transporte
resultaba poco fiable,
como los servicios básicos
de agua y electricidad,
por lo que intentamos hacer
todo de forma manual.
Aquí pueden ver algunas de las herramientas
con las que tuvimos que trabajar:
un viejo cinturón de seguridad de auto
que usamos como cinturón porta herramientas,
un rastrillo hecho de madera vieja
y tornillos oxidados,
y una sierra de mano que improvisamos
a partir de una barra de metal doblada.
Los materiales también eran de la región.
Todo lo que hallamos allí,
desde paja y metal reciclado
hasta ladrillos de barro artesanales,
todo era único, ninguna pieza
era idéntica a la otra,
cada uno tenía su textura,
color y calidad.
Y más importante aún es la gente
con la que trabajamos.
Convocamos mano de obra
de las zonas aledañas
y adaptamos nuestras técnicas de diseño
y construcción a las destrezas
de los trabajadores.
Encontramos albañiles,
carpinteros y artesanos,
y conversamos con ellos para entender
qué podían hacer y cómo
y así reflejarlo en nuestros diseños;
también les enseñamos técnicas nuevas
para que la transferencia de
conocimiento fuera recíproca.
Aprendíamos tanto como enseñábamos.
También aprovechamos los grupos
comunitarios de la región.
A la derecha vemos un nido de pinzón.
Este lugar se encuentra al borde
de un parque nacional de Uganda
que alberga el mayor número
de especies de aves de toda África.
Le pedimos a un grupo
de mujeres de la localidad
que hicieran 200 versiones
de este nido.
Luego creamos una estructura de luces
a partir de esos nidos.
Pueden ver el nido original
a la izquierda,
nuestros nidos que
cuelgan en el medio,
y de noche, las luces que brillan
junto con las estrellas.
Teníamos un paisaje maravilloso
con el que trabajar
y no queríamos alterarlo.
De hecho, hubiera sido mejor
no hacer nada en absoluto.
Así que intentamos integrar
las construcciones al paisaje.
Buscamos las líneas del horizonte,
las usamos para atravesar
nuestra construcción
y erigimos cada capa
con ladrillos que adquirimos en la región,
y desarrollamos un tipo de estrato
a través de la construcción.
Y lo plasmamos también
dentro de la construcción
para borrar la distinción entre
el interior y el exterior.
Esta es una de mis yuxtaposiciones
favoritas en Uganda.
Es un viejo volcán
"cubierto de tapicería",
un colchón de parches
de tierra fértil.
Cada parche tiene
su propia textura y color.
En primer plano, verán cómo brillan
los techos de chapa ondulada
un símbolo de progreso
en uno de los materiales
de construcción más comunes.
Notamos que en los alrededores de este proyecto
había muchas casas y escuelas
y edificios que tenían
techos de chapa corrugada que
ya habían superado su vida útil.
Tenían goteras. Ya no servían.
La gente no tenía dinero
para remplazarlos.
Así que colaboramos con
una entidad benéfica local
para iniciar un programa que llamamos
"Rusty Roof Exchange" [intercambio de techos oxidados]
e instalamos techos nuevos
para quienes lo necesitaban
y nos llevamos sus techos viejos.
Los vecinos creyeron que estábamos locos.
Pero queríamos llevar adelante este proyecto
y ver si podíamos darle una nueva vida
[a los materiales], reusarlos.
Así que los cortamos en tiras finas
y las entrelazamos para formar
pantallas para lámparas,
y cortamos otros pedazos más pequeños
para revestir partes de la construcción.
De hecho, los usamos
para cubrir los techos
y creamos así nuestro
propio tapiz de parches.
Lo siento, esta imagen
se ve un poco oscura,
pero realmente hay un colchón
de parches de chapa corrugada
sobre estas construcciones
separado de una capa inferior
por donde corre aire
y que a su vez protege la membrana
aislante que hay debajo,
lo que le dará una vida más larga.
Queríamos que nuestras obras
se perdieran en el paisaje,
como lo muestra esta imagen,
y que no haya contrastes.
Los techos que montamos tienen vida.
Durante el día cambian
de color, textura y diseño.
Evolucionan constantemente.
Para finalizar,
creemos en una arquitectura
que nace en cada lugar
tanto en el mundo desarrollado
como en desarrollo,
y para ello necesitamos obtener
materiales regionales,
usar las técnicas de construcción
que la región proporciona,
y, siempre que sea posible,
reciclar y reusar,
ser ingeniosos,
y, lo más importante, estar abiertos
a descubrir belleza en lugares inesperados.
Muchas gracias.