¿Sí? Pierre, una llamada desde Francia, es urgente. Después del concierto. Es acerca de su madre. ¿Sí? ¿Me reconoces? "Fond de l'etang", " Mi padre me vendrá a buscar el sábado". Pepinot. Pues claro. ¡Pepinot! ¿Cuánto tiempo ha pasado? Unos 50 años. "Fond de l'etang". Ahí estás, el bajito de la primera fila. Y tú. Y el vigilante, ¿cómo se llamaba? Clement Mathieu. Clement Mathieu. ¿Qué habrá sido de él? Ábrelo. "Fond de l'etang" -- año 1949. Este es el diario guardado por Mathieu, acerca de sus días en "Fond de l'etang". Sobre su historia, y la nuestra también. Él quería que lo tuvieras tú. Habría preferido dártelo en circunstancias más felices pero... 15 de enero de 1949. Después de unos pocos años de fracaso... estaba convencido de que lo peor ya había pasado. Iba a un internado para chicos con problemas. Al menos eso era lo que decía el anuncio. "Fond de l'etang". El colegio parecía tener el nombre apropiado para mí. Buenos días. ¿Estás sólo? ¿Qué haces aquí? Estoy esperando al sábado. ¿Por qué? Mi padre vendrá a buscarme. Pero hoy no es sábado. ¡Pepinot! Buenos días. Soy Clement Mathieu, el nuevo vigilante. ¿Es su primera vez como vigilante? Una vez enseñé en un colegio privado. -¿Qué enseñó? -Música. -Se llevará bien con el señor Rachin. El director. Acostumbra a tocar la trompeta. ¿Ah sí? Estas son sus hijas, él vive aquí. -¿Ya se ha entrevistado con él? -Aún no, hallé el trabajo por la señora Boissement. ¿Ah sí? Ese era el tío Maxence. Continuó explicando que estaba a cargo de... la seguridad, la enfermería, el almacén, y las ventanas. ¿Qué hace? Es un estudiante al que ha castigado el señor Rachin. 15 días de servicios comunitarios. Trabajo de sirviente. ¿Cómo son los chicos? ¿No se lo dijeron? No. Esta es la enfermería. Más tarde le enseñaré mi pequeño huerto. Con mucho gusto. -¿Qué habrán hecho ésta vez? -Déjeme ayudarle... ¿Es usted Clement Mathieu? El señor director. Rachin, director de éste lugar. Ah, director, lo siento. Sí, llega tarde. -No me dieron el horario de autobuses correcto. -Llegar puntual es un principio básico aquí. Muy bien. Señor director. Muy bien, señor director. Bien, sígame. Le sugiero que primero aprenda nuestras reglas. Supervisará el estudio después de las 4 de la tarde. ¡Qué sucede! ¡Responda! Tome esto. Otra trampa. El encantador carácter de nuestros alumnos. Sentémosle ahí. No veo nada. No exagere, déjeme ver. No tiene buen aspecto. -Toque la campana, llame a todo el mundo. -¿No deberíamos llamar primero al médico? ¿Sabe cuánto cuesta? Qué le dije, toque la campana. ¿Dónde está la campana? Abra la puerta y la verá. ¡Todo el mundo aquí! ¡Todo el mundo aquí! ¿Esta clase de incidente ocurre a menudo? Toque, toque la campana. ¡Todo el mundo al patio! Rápido, permanezcan en silencio. - ¡Cabeza de huevo! - ¡Silencio! -¡Cabeza de bala! -¡Silencio! Permanezcan en silencio. -¡No dije nada! -¡Silencio! Les he llamado porque el tío Maxence ha sido víctima de un ataque cobarde. De acuerdo con nuestro principio de "acción-reacción", el responsable será severamente castigado. Si el culpable no aparece en tres segundos... les encerraré a todos, 6 horas cada uno. Hasta que el culpable confiese o sea denunciado. Uno, dos, tres. ¿Nadie? Naturalmente. Venga aquí. Usted, Mathieu. ¿Yo? Venga aquí. Señor Chabert, déme el libro de registro, gracias. El señor Mathieu, el nuevo vigilante, tiene la suerte de no conocerles aún. ¡Cabeza de huevo! Silencio. Así que él decidirá imparcialmente quién será castigado primero. ¡Silencio! Elija un nombre. ¿Al azar? Si me permite un consejo... Déjele. Adelante. Boniface. Mala suerte. Chabert, traiga a Boniface. Pero, ¡yo no hice nada! ¡Cállese! -¡Es injusto! -¡Cierre la boca! Vamos. -¡No quiero ir! -¡Le azotaré si me obliga! ¡Silencio! Además, mientras no conozcamos al criminal, el recreo será cancelado... y las visitas prohibidas. Les invito a denunciarle tan rápido como sea posible. Esto solo fomenta la denuncia. Como todos los nuevos, tiene grandes ilusiones. Hablaremos dentro de una semana. Hasta entonces el señor Regent le mostrará su alojamiento. Usted le va a sustituir. Sábanas limpias. Gracias. ¿Por qué se va? 10 puntos. Tijeras. Todo esto porque confisqué los cigarrillos a Mouton. ¿A Mouton? Un chico que se llama Mouton. ¿Está todavía aquí, Mouton? Para su información, Le Querrec es el que puso la trampa en la puerta de Maxence. Le pillé hablando de ello. ¿Por qué guardó silencio? No quiero perder el autobús. Maxence le castigó por romper algunas ventanas. Una venganza. Es su estilo. Le Querrec, recuerde este nombre. Y "Morange", sí, "Morange". Habla poco, pero no le pierda de vista. Cara de ángel, pero poseído por el diablo. Acción-reacción, eso es todo lo que entienden. Me marcho. ¡Buena suerte! Gracias. Nuestra benefactora. Este es el horario de clases. Las clases eran departidas entre el director, que impartía historia y francés... y un tal señor Langlois que impartía el resto. Señor Langlois, déjeme presentarle a nuestro nuevo vigilante. Me llamo Clement Mathieu. ¿Vigilante a su edad? Sí, señor, fui profesor. Me parece perfecto. Es el más divertido del lote. Vaya a la sala de estudio que ya llega tarde. No necesito enseñarle el camino... Caballeros. No se fuma en clase, eso va incluso para usted, señor. ¡Devuélvanmelo! ¡Quietos! Devuélvamelo. ¡Buen comienzo! Felicidades, Mathieu. Siéntense. Naturalmente. Usted, siempre usted. ¿Qué ha hecho? Nada, señor director. ¿Cómo que nada? ¿No quería castigarle? Estaba preguntándole por la pizarra, y pidiendo silencio cuando ha entrado. Efectivamente necesitaba silencio. Que no tenga que volver. Ve a la esquina. Bien. Ahora que me conocen, necesitaremos enderezar algunas cosas. En este momento, uno de sus compañeros está encerrado. Por nada. Quizá no parezca muy inteligente, pero no nací ayer. Sé quien es el culpable. Le doy 15 segundos para que confiese. Estoy esperando. Mal asunto. Solo faltan 5 segundos. Demasiado tarde. Le Querrec, quién es Le Querrec. Yo , señor. Qué coincidencia. Así que es usted quien hirió al señor Maxence. No. Yo no. No le pregunto. Lo afirmo. Pero yo no lo hice. ¿A quién creerá el director, a usted o a mí? Mientras estoy fuera, me gustaría alguien serio para vigilar al resto de la clase. Si confío en mi intuición, esa persona es... el señor Morange. Silencio, silencio. ¿Quién es el señor Morange? Yo, señor. Así que usted es el de la cara de ángel. Vaya a la pizarra. Vigile a la clase mientras estoy fuera. ¡Vaya! Bonito atuendo. Sáquese más la camisa, es más apropiado. Se dice que las ovejas negras tienen autoridad sobre sus compañeras. Muéstremelo. Vamos. Con el director. Tenga piedad, señor. ¿Piedad? ¿Ha tenido piedad por el compañero que está encerrado en su lugar? ¿Y por el tío Maxence? No quise hacerle daño. Solo era una broma. ¿Una broma? Ya es suficiente, me oye, le daré una buena paliza en mi oficina. ¿Quién es? Es Leclerc, se ha escapado por tercera vez. Le enviará a la celda. Así tendrá un compañero. Vamos. No. Escuche. Quizá podamos hacer un trato. Hirió al tío Maxence muy gravemente. No le llevaré al director, pero le castigaré. A partir de ahora, durante el recreo, trabajará en la enfermería. Atenderá al tío Maxence, hasta que se recupere. ¿Está de acuerdo? No está mal, ¿eh? Creo que puedo hacerlo mejor. Muéstreme su perfil. El perfil. Una pequeña sonrisa para variar. Dése la vuelta. Ah, lo olvidé. Una pequeña mota de color. ¿Mejor? Vaya a su asiento. Bien, para conocerles mejor, escriban su nombre, edad y qué es lo que quieren hacer cuando sean mayores. Para mi sorpresa, todos los alumnos hicieron lo que les había pedido. Todos, excepto uno. ¿No escribe? ¿Cuánto tiempo lleva aquí? ¿Mucho tiempo? No lo sé. Vamos, escriba, pequeño. Un primer día agotador. No sé por qué estoy aquí. Rachin me asusta. Este lugar me asusta. Incluso los chicos me asustan. En cualquier momento pueden entrar en mi habitación aunque cierre la puerta. Mi manta. Dame una calada. Cállate. Duerme. Leí lo que los alumnos escribieron. Todos soñaban con carreras fabulosas. Dos bomberos, tres cowboys, un domador de tigres, un piloto de combate, dos espías, un general de Napoleón, un piloto de globo aerostático, tres soldados. Ningún vigilante. Es muy amable ofrecerte voluntario para cuidar de mí. Ve, doctor, el nuevo vigilante pidió un voluntario. Y él se apuntó. Espontáneamente. Para eso es necesario un milagro. Entre. Este es Mathieu, nuestro nuevo vigilante. Señor... Señor... Entonces... No está a salvo en este lugar Maxence. Si no se va de aquí, no sé que esperar. Vaya paciencia que tiene con ellos. Ha sido duro. Pero no me quejo. Los pobres chicos lo tienen peor que yo aquí. Uno de ellos murió. ¿Uno murió? Se llamaba Mouton. Saltó desde el tejado. Afortunadamente, era huérfano. Como él. Todos dijeron que no tenía remedio, pero no es verdad. Era un buen chico. Tendría que haberle conocido. El tío Maxence es amable, ¿verdad? Le Querrec, estoy hablando con usted. El tío Maxence es amable, ¿no? Sí. No le he oído. Déjele, es tímido. Tímido, como yo. ¿Sí? Necesito hablar con usted, señor director. -¿Ya quiere abandonar? -No, quiero hacer un experimento. Sobre el accidente del tío Maxence. No fue un accidente. Cierto. Me gustaría que me concediera tres cosas. ¿Cuáles? Primero, levantar el castigo colectivo. segundo, permitirme castigar al culpable. Tercero, permitirme mantener su nombre en secreto. ¿Conoce el nombre? Por supuesto, es evidente. Es un arrogante, amigo mío. Así que cree que puede encontrar al culpable. Bien. Si tiene éxito, levantaré el castigo. Pero nunca encontrará al culpable, o yo soy el rey de los imbéciles. Sé quien lo hizo, señor. ¿Ah sí?.. ¿quién es? Me permitió guardar su nombre en secreto. Bien, muy bien. Pero sus métodos me molestan. Que no encuentre ningún error en sus clases. Creo que ya les tengo bajo control. Ya hablaremos, amigo mío. No son malos dibujos. Nunca dije que fueran malos. ¿Qué hay escrito en los tuyos? Ave Maria, Soprano, por Clement Mathieu. El mío dice "Cuarteto de cuerda", por Clement Mathieu. Esto parecen partituras. ¿Cómo lo sabes? ¿Quizá sea código morse? ¿Códigos secretos? Quizá sea un espía. Sí, posiblemente un espía disfrazado de vigilante. ¡Rápido! Viene cabeza de huevo. Devuélvanmelo. ¿Qué es, señor? No es asunto suyo. ¿Algún problema, Mathieu? No, ninguno. Son partituras. ¿Para hacer qué? Un coro. En los servicios... Salid fuera coro. -Nada de esto aquí, Mathieu. -¿Nada de qué? No pretenda no saber de lo que estoy hablando. No creerá que... Cerraré los ojos por ésta vez. -Ve maldad por todas partes. -¿Aquí? Sí. "Cabeza de bala estás acabado" "Tú no haces las reglas aquí" "Tú no haces las reglas aquí" "Tú no haces las reglas aquí" "Tú no haces las reglas aquí" Eh, chicos, ¿sois gallinas o...? Se llama Corbin, ¿no? Señor, no estaba haciendo nada. Sí, estaba cantando. Señor, se lo juro. Estaba cantando, además de, desafinar. No me lleve la contraria. Vamos, empiece. Le escucho. Quizá quiera cantar en la oficina del director. Vamos: "Cabeza de bala estás acabado" "Cabeza de bala estás acabado" "Tú no haces las reglas aquí" "Tú no haces las reglas aquí" Nadie le dijo nunca que canta muy mal... ¿Es cierto que tiene música en su maletín, señor? Métase en sus propios asuntos. A propósito, al próximo que pille cogiendo mis cosas... le costará caro. Ahora, silencio. Vayan a dormir. ¡Venga, andando! A dormir. Tengo esa melodía atascada en mi cabeza. No cantan muy bien, pero cantan. Incluso reconocí unas pocas buenas voces. ¿No hay nada que hacer con éstos chicos? Yo que juré que nunca más volvería a tocar mis partituras. Nunca digas jamás. Siempre hay algo que intentar. 23 de enero, una semana después del accidente... el estado del tío Maxence se agravó. El doctor ordenó trasladarlo al hospital. ¿Va a morir? No, se va a salvar. Ese mismo día, Pepinot tuvo problemas. Señor Pepinot, es un inútil. Ultima pregunta, la última. ¿Cómo murió Marshall Ney? Estoy esperando. ¿Cazando? Cero. Escriba 100 veces para mañana: Marshall Ney fue ejecutado. Salgan. Boniface. Venga aquí. Boniface. Tenga. En recompensa por su redacción. Déselo a madam Marie y ella le dará una galleta. ¿Sabía que Marshall Ney fue fusilado? Sí, señor, como Napoleón. Fuera. Espere, señor Morange. Le vi tomar notas durante mi clase. Debo decirle que tanto interés me sorprende. Tráigame su cuaderno. Encantador. Tenga. Léalo. Y admire la ortografía. El señor Rachin come mierda. ¿Escribió "señor"? Umm, no. Señor Mathieu, acción-reacción, A la celda. Vamos. -Señores, que aproveche. -Gracias. ¿Tienes hambre Pepinot? Toma, puedes comer ahora. Pepinot es huérfano. Sus padres murieron durante la guerra. ¿Cómo murieron? No se sabe. El chico tiene en la cabeza que su padre vendrá a recogerle el sábado. Cada sábado, nadie viene. Le decimos que lo hará a la siguiente semana, y así una y otra vez. ¿No sería mejor decirle la verdad? Le dijimos unas 100 veces que sus padres estaban muertos. No nos hizo caso. Ahora, le dejamos que espere en la puerta, eso le hace feliz. Silencio. ¿Lo ve? Acción-reacción. ¿Qué quiere decir? ¿Acción? ¡Reacción! Alguien pregunta por Morange. ¿Morange? Está en la celda. No hay visitas para los castigados. Lo sabe bien, son las reglas. Dígaselo usted mismo. Buenos días, señora. Buenos días. Soy el nuevo vigilante. Soy la madre de Pierre Morange. Clement Mathieu. Sé que hoy no es día de visita, pero es el único momento que... No es eso... ¿Está castigado de nuevo? No, no, no está castigado. Pero no está aquí. ¿Cómo es eso? Le llevaron al dentista hace una hora por un dolor de muelas. Dolor de muelas. Sí, dolor de muelas. Nada serio. Volverá por la tarde. No puedo esperar. Mi turno empieza a las cinco. ¿Puedo dejarle algo? Por supuesto. Se llama Violette, Violette Morange. Madre soltera. Desesperada por la actitud de su hijo. Propenso a robar, introvertido. Expulsado de varios colegios por escaparse. Cuando Pierre fue enviado a "Fond de l'etang": ella le dijo al juez: al menos, tendrá dos comidas calientes al día. 30 de enero, comienza el experimento. "Tienen sombreros redondos, vivan los bretones" "Tienen sombreros redondos, viva Bretaña" "Tienen sombreros redondos, vivan los bretones" Soprano, a la izquierda. Leclerc. "El niño dios ha nacido, vayamos todos a cantarle" Casi afinado. Alto, de pie a la izquierda. Delaire. "Tres kilómetros a pie, es duro, es duro" "Tres kilómetros a pie, es duro para los pies" Continúela. "Cuatro kilómetros a pie, es duro, es duro" "Cuatro kilómetros a pie, es duro para los pies" Como pensaba, Bajo, a la derecha. Ricoeur. "Hay buen tabaco en mi tabaquera" "Hay buen tabaco, pero no habrá" No está permitido fumar. Alto, a la izquierda. Ilouse. "El amor es como un chico bohemio" "nunca ha conocido de leyes" Soprano, evidentemente. A la izquierda. Pepinot. No sé ninguna canción. No importa, yo te la enseñaré. De momento, te nombraré asistente del director del coro. Boniface. "¡Marshall, aquí estamos!" ¿Quién le enseñó esta canción? Mi abuelo. Un poco pasada de moda. A la izquierda. Clement. "Cojan las armas, ciudadanos. Formen batallón" A la derecha. "Los vigilantes son de la peor calaña" "fuman, beben y nunca trabajan" A la izquierda. "Cuco, cuco, cuco" "Cuco, cuco, cuco" Muy bien, alto. A ver, Corbin. Lo siento, esa nota no existe. Venga aquí. Señor Pepinot, deme la partitura. Muchas gracias. Sus manos. Póngalas así. Bien, yo te nombro atril. Señor Pepinot, la batuta. Gracias. Atención. ¡Ya lo tienen! Un, dos, tres, cuatro. "El director come pan duro" "Leclerc no es muy inteligente" Cada noche, les hago practicar un único tono que yo compongo. "Somos de Fond de l'etang" "Es algo que nos desconcierta" "Somos de Fond de l'etang" "Eso es lo que nos molesta" "Somos de Fond de l'etang" "Es algo que nos desconcierta" "Somos de Fond de l'etang" "Eso es lo que nos molesta" No está mal. Era simple, pero había captado su atención. Para continuar, necesitaba el apoyo de mi superior. ¿Qué? ¿Un coro? Sí. Pobre Mathieu, ha perdido la cabeza. ¿Un coro? Nunca cantarán una nota, o yo soy el rey de... Por favor señor. No me diga de qué. ¿Por qué? Porque ya están cantando. -¿Ah, sí? -Un poco. Entonces por qué viene a pedirme autorización si ya ha empezado. No me gustan sus métodos, ¿me oye? Señor director. Me está molestando. Tengo otros problemas que tratar. Bien. Yo también quiero divertirme. Que canten. Pero si las cosas van mal, perderá su trabajo. Gracias por sus palabras de ánimo, señor director. 8 de febrero, mientras hago el primer ensayo, Rachin se ensaña con Morange. Después de salir de la celda, le condena, por ejemplo, a un mes de servicios comunitarios. ¡Eh, criada, no olvides hacer mi cama! 15 de febrero. La visita del doctor Dervaux, psicólogo, nos trajo un pequeño regalo. Decidimos traer a este chico del centro de detención juvenil de St. Fereol. Para estudiar su capacidad de adaptación en un medio más liberal. Desgraciadamente como muchos de sus compañeros, Mondain está empezando a leer y a escribir. Pero en cualquier caso, puede hablar... más o menos normalmente. Hemos sometido su inteligencia al test de Binet-Simon. ¡Ah, el test de Binet-Simon! Sí, y también le hemos hecho el test de Rorchar. Bien. El test, como sabe, divide la inteligencia de los chicos en 7 categorías. Normal, suficiente, en el límite, con ligero, medio y severo retraso, y finalmente, imbécil. Mondain está en el límite. Por tanto no es un demente hablando apropiadamente. Pero, debo advertirle, que es un perverso desestabilizador. Sí que es malo, sí. ¿Qué significa exactamente? ¿Doctor? Propenso a la crueldad, al parasitismo y a la destrucción, y sobre todo, sobre todo... -...mentiroso. -Ahí lo tiene. Ya tenemos alguno así aquí. Excepto que aquí los chicos reciben una educación generalista. Será interesante ver como Mondain puede integrarse. Veremos que podemos hacer. Todos intentaremos satisfacer sus expectativas científicas. Señores, tomen a su cargo a este chico. ¿Puedo invitarle a comer? Será un placer. En cuanto a él, préstenle toda la atención necesaria. Acción-reacción. Nada de cigarrillos aquí. Para comenzar el experimento, debía primero afirmar mi autoridad. Parece un idiota. Será mejor que se esconda, o habrá problemas. De acuerdo. Habrá problemas. ¿Conoce alguna canción, no? Sí, pero... ¿Pero qué? No le va a gustar. Lo de siempre. Bien. Vamos. Le escucho. (canción indecente) Pare. Ya vale. Ya se lo dije. No está mal. Necesita practicar, pero tiene bastante buena voz de barítono. ¿Voz de qué? De barítono, no es un insulto. Describe a los cantantes con voz grave. Vuelva al fondo. Puta. Deje a las putas tranquilas. Al próximo que se ría le daré una torta. Cuando quiera, Mondain. Su aislamiento ha terminado. Le traigo a Pepinot, estaba en la puerta. Pepinot, hoy no es sábado. A propósito, debo decirles que en las cartas que envíen a sus padres... Yo no tengo. Sí, para los que los tienen... recuérdenles que pueden visitarles el primer y tercer jueves de cada mes. Morange, ya está distraído. ¿Qué es lo que he dicho? No sé. Dije, que puede escribir a su madre... para que le visite el primer o tercer jueves de cada mes. O ambos días, si quiere. ¿Lo ha comprendido? -Pero sólo a los que no estén castigados. -No me gusta ver a mis padres. Pero Morange puede querer ver a su madre. Quizá no sea el único. Ya ve, Morange, ahora tenemos un verdadero coro. Me trae sin cuidado. ¿Qué significa "me trae sin cuidado"? ¿Qué clase de voz tiene? Haga la escala. "Hágalo"... Vamos. ¿Quiere volver a la celda? Vamos, rápido. La grosería no es buena para usted, muchacho. No todo el mundo puede ser como Mondain. Comencemos de nuevo. ¿Dónde va? -Voy al retrete. -Mondain, espere. -Bien, Corbin -¿Puedo ir también al retrete, señor? Bien, todo el mundo fuera. En silencio, en silencio... Cantas bien, querida. ¿Quieres? ¿Te dejaron solo? Te protegeré. Espérame. Somos iguales. Mis padres son gilipollas. Tu madre es parecida. Te deja aquí para estar tranquila. No, ella tiene que trabajar. -Ah, así que me han dicho la verdad. -¿Qué? Que es una puta. ¡Entra ahí! ¡Eres hombre muerto! ¿Ah sí? Ese día, Morange faltó cuando se pasó lista a las tres. Nadie sabe dónde fue, pero volvió. Eso era lo esencial. Pero...¿por qué estás aquí? No me dejan subir arriba. ¿Qué quieres decir? ¿Por qué? Porque no tengo dinero. ¿Necesitas dinero para dormir? ¿Qué historia es esa? Mondain no me deja subir si no le doy dinero. Debemos tener cuidado. Donde estuve antes un guarda intentó abusar de mí. Así que se lo hice pagar. ¿Cómo? Con un cuchillo. ¡Le marqué bien! -¿Se lo clavaste? -¡Ya lo creo! Aquí igual. Nadie abusará de mí y quedará impune. Mathieu no es mala persona. ¿Estás de broma? A la cara te dice una cosa, y en cuanto te das la vuelta habla mal de ti. Buenas noches, señores. -¡Que aproveche! -¡Le juro que no he hecho nada, señor! Veo que tiene amigos de clase alta, Corbin. ¡Fuera! Consideraremos este banquete como nuestro secreto. Un regalo. Pero le advierto, no hable con Pepinot, no se le acerque, ni le mire, ¿está claro? Mírele una sola vez y convertiré su vida en una pesadilla. -¿Qué está haciendo aquí, Morange? -Nada, señor. -He oído voces, quizás sea la fatiga. Artículo 8 del reglamento del colegio: a los estudiantes no les está permitido estar solos en clase. Si fuera el señor Rachin, debería escribirlo 100 veces para mañana. Y además se lo contaría a su madre. Me trae sin cuidado mi madre. -¡Qué le hizo ella, dígame! -No tengo nada que decirle. ¡Espere! No he terminado. No se va a librar tan fácilmente. Todo tiene un precio aquí, pregunte a Pepinot. Su problema, Morange, es que hace cosas que son impropias de usted. Se escapa, se mete en peleas, hace novillos... Le puede parecer divertido, pero... no quiero jugar a su juego. Desde mañana, participación obligatoria en el coro. Y una clase de música, todos los días. Puede irse a dormir. Vaya. 3 de marzo. Él no se da cuenta, pero yo estoy seguro. Su voz es un milagro. La rara promesa de un don excepcional. Pueden salir en silencio. ¡en silencio! Poco a poco, al tiempo que mi coro iba progresando... domestiqué a mi nuevo estudiante. Bien, cojan sus libros de cálculo. ¿Es usted quién hace cantar a los chicos? Sí, señor ¿Tiene alguna queja? Oh, no, al contrario. Adoro la música. -A veces yo mismo canturreo. -¿Ah sí? ¡Qué tenga un buen día! Lo mismo le digo, querido colega. Libro de álgebra, página 27. Buenos días, señora. Pierre vendrá enseguida. -¿Qué sucede? -Todo está bien. ¿Cómo está su dolor de muelas? Mucho mejor. ¿Le dijo que pasé a verle? -No. -¿Por qué? Preferí no decírselo. Como ya sabe, Pierre es un chico sensible, y dotado. Sí, para hacer travesuras. No solo para eso. Debo hablarle de ello. ¿Canta? ¿Nadie le enseñó? Tiene un don. Es obvio. Debemos hacer algo. Hola. Les dejo solos. No dude en venir a verme. No le dije a su madre que estaba castigado, le dije que fue al dentista. -Me dijo que cantas bien. -Sí. El señor parece contento contigo, ¿es amable? Lo es. Te traje ropas limpias, y he hecho tu pastel de chocolate favorito. ¿Estas contento? Abril, estos chicos me inspiran. Estoy seguro de que llegará el día en que mi música se toque. Me llamo Clement Mathieu, soy músico y cada noche compongo para ellos. ¿Estuvo bien, señor? Sí, bien, estuvo muy bien. ¡Bastardo! ¡ Vamos! ¿Qué ha hecho? Ha robado mi reloj. Le pillé en mi habitación. Le llevé a ver a Rachin. "Acción-reacción". -¿A dónde le lleva? -¡A la celda! ¡15 días! -¡Espere! -¿Qué espere por qué? Es mi único barítono. ¡Mathieu! -¿Qué sucede, señor? -Encontré un dibujo en... Lo siento, señor, un balón perdido. ¡Apártese! Mathieu, Chabert, conmigo. Con el paso de las semanas, me anoté nuevas victorias. Leclerc, todavía somos buenos amigos,¿no? Por supuesto, ¿Por qué lo preguntas? -¿5 más 3? -53 -¿Estás seguro? -Claro. ¡Gracias! Quizá solo sea una ilusión, pero... parece que incluso nuestro director está cambiando. Mirad, el tío Maxence. Atención, no se muevan. Sonrían. Vamos, ¡Fuera, Mondain! Se acabó, chico. ¡Venga, venga! Chabert, he hablado con el señor Rachin... y le he dicho que el coro de Mathieu es sensacional. -Estoy cansado. -Siempre estás cansado. ¡Vamos 29! ¿Y qué ha dicho? Que me fuera al infierno. ¿Dónde está Mondain? ¿No notó su ausencia antes de ir a correr? Estaba presente al pasar lista esta mañana, señor director. fue después cuando... Bien, en ese caso, prohibiré toda salida hasta final de año. -¿Tenía mucho dinero? -Todo, unos 200.000 francos. ¿Cómo voy a pagar las provisiones ahora?, ¿cómo? Nunca debería haberle aceptado aquí. ¡Todo esto por un maldito experimento! Como usted, con su música. Debo pagar los impuestos antes de la próxima semana. Antes de eso llamaré a la policía. ¿Qué sucede? Observo que cantar les hace más inteligentes, Mathieu. Hacen grandes progresos. Señor director, los chicos no han tenido agua caliente desde hace tres semanas. El agua fría es buena para la circulación sanguínea. Salgan. A propósito, Mathieu. Termine con el coro. -Pero, señor director. -Gracias, señor Mathieu. Estación de policía, por favor. Aún no sé que va a pasar con el coro, pero para los chicos, podemos usar madera. ¡No tenemos leña! El almacén personal del señor director. Chabert, "Acción-reacción". Chabert me sorprendió. Pensaba que era como Rachin, y en realidad era un buen hombre, que creía que el deporte y la música... eran el motor de la cohesión nacional. Con su ayuda, organicé la resistencia. Nuestro coro pasó a ser clandestino. No..., siempre paran al final de la frase. Pido una vez más que separen cada nota claramente. Es tarde, trabajaremos en ello mañana. ¿No vamos a hacer la segunda parte, señor? No le enseñé el solo. Pero lo aprendí. ¿Cómo que lo aprendió? Bien, comencemos. Vamos, fuera. El 13 de marzo, a las tres de la tarde, Mondain volvió. -¿Dónde está el dinero? -No sé. -¿Quién lo robó? -No sé, yo no. ¿Qué pasa? ¿Le está pegando? Desde hace media hora. ¿Está loco? Pierde el tiempo, el chico no dirá nada. Bien, comencemos desde el principio. ¿Dónde está el dinero? ¡Hable! ¿Dónde está el dinero? ¡Suéltale! ¡Suéltale! ¡Cálmate! ¡Cálmate! El chico ha confesado, llamaré a la policía. Irá a conocer otra residencia, con otros encargados y otros barrotes. Para evitar la depresión, el asunto de Mondain se disimuló ante a los chicos. Había sido enviado de vuelta a su colegio original. Punto final. Una gallina... produce una media de... 84 huevos por año. Bien alimentada, y alojada, con la ventilación y limpieza adecuadas, producirá 150 huevos. ¿Cuántos huevos más puede obtener así... una granjera con 9 gallinas? ¿Bonito día? Es bueno tomar el sol. Ya llega el verano. Sabe, Pierre me sorprende un poco más cada día. En todo caso, yo... debo darle las gracias por lo que hace por él. Lo hago por usted también. No me interprete mal, si Pierre está bien, usted estará bien, si... -Déjeme limpiarlo. -No, estoy bien, estoy bien. -Tinta, nunca. -¡Te has pasado! ¡Idiota! ¿Qué sucede? ¿Por qué le pegan? Dímelo tú, Bebert. Porque tiró tinta sobre usted. ¿No puedes estarte callado? Me avergüenzo de ti, Pierre. ¡Espere! ¡No pasa nada! Entiéndalo, es porque usted es bonita. ¿Bonita? Entiéndame, usted no es como las madres de los otros chicos. ¿Es porque vivo sola? ¿Es eso? Yo también. -Pero usted no tiene un hijo. -No. Tengo sesenta. Cuando ellos la ven, ven a la mujer de sus sueños... quiero decir... la madre con la que todos ellos sueñan. Para Pierre no es un sueño, usted es su madre. Y como cualquier chico, no quiere compartirla. Deberíamos sacarle de este internado y enviarle a un conservatorio. Me gustaría que tuviera un trabajo de verdad. La música es una carrera de verdad. Siempre que uno tenga una sólida formación. Podría ir al Conservatorio de Lyons. Podría vigilarle para que no se distraiga, incluso allí, puede tener un mal profesor. -¿Y después? -Después, será lo que tenga que ser. Pierre es excepcional. Tiene talento y haré lo posible para que no desaparezca. - Pero necesitaré su ayuda -Lo comprendo, gracias. ¡No, no! ¿Qué pasa hoy? ¿Están dormidos? ¿Y tú, Boniface, qué postura es esa? ¿Crees que puedes cantar así? ¡Ponte derecho! Bien, comencemos por "tan dulce concierto..." ¿Y mi sólo? ¿Qué sólo? ¡Mi sólo! Ah, sí, tú sólo. No, ya no hay sólo. Tienes buena voz, pero no eres indispensable. Que cantes o no, me da igual. Podemos hacerlo sin ti. Escuchad... Bien, comencemos por... comencemos por "Oh, noche". ¡Mathieu! -Le van a dar una reprimenda... -Pensé que había ido a la ciudad. Bien niños, pueden ir a jugar. Es un pesado, ¿sabe? Señor director, le prometo que han terminado los deberes. Nuestro comité benéfico ha oído hablar de su coro. La condesa misma me ha escrito. Ella y sus amigos nos visitarán el próximo domingo. Quieren escucharlo. ¡Eso es estupendo! Quiero decir que... es bueno. Qué va a decir usted. ¿Qué van a ver, mocosos, música...? Me da trabajo extra con sus imbecilidades. Pero, señor director, admitirá que... la música no ha relajado la disciplina. Tenemos menos problemas que antes. Coincidencia. No creo en las coincidencias, señor director. Eso parece. ¿Quién aparte de usted le ha hablado del coro a la fundación? He sido yo. ¿Sabe escribir usted? -El tío Maxence pensaría que actuaba bien. -Ahórreme sus explicaciones. No me gustan sus métodos, Mathieu. Creo que hay muchas cosas que no le gustan, señor director. ¡Señor Rachin, le esperan en la sala de espera! Hablaremos más tarde. Es para usted. A veces pienso que debería haber dejado que Mondain le estrangulara. Violette me daba las gracias por lo que estaba haciendo por su hijo. Quería hablar conmigo en privado... y decirme algo importante. Cita en el Café La Plaza, el 20, a las cuatro de la tarde. Escribí una carta al Conservatorio de Lyons. Conozco al director. Contestó amablemente que... le hará una audición, y en caso de que le admitan, le ayudará a conseguir una beca. -Las cosas serán más fáciles a partir de ahora. -¿Ah sí? Después de encontrarle, yo...mi vida... ¿cómo le diría? -¿Cambió? -¡Exacto! Gracias a usted. No me puedo imaginar que... Oh, no crea, yo tampoco.... Creo que quizás estoy yendo demasiado rápido. Oh, no, confíe en mí, no hay problema. La verdad es que me ha traído suerte. ¿Suerte? He conocido a alguien. Es un ingeniero de Lyons. Le conocí en el café. Trabaja cerca de aquí en la construcción de un puente. ¿Está usted bien? Estoy bien. Es una gran oportunidad, para usted y para Pierre. No se disguste, pero tengo que irme. Sería un placer que comiésemos los tres juntos uno de estos días. ¿Se lo dirá a Pierre?, ¿le parece bien? Por qué no. Bien, adiós. adiós. Gracias por todo. Lo olvidaba, ni una palabra a Pierre de momento. Perdone, ¿puedo coger la silla? -Por supuesto. -Gracias. Condesa, yo... feliz... flores. No se lo que has dicho, pero agradezco la intención. Gracias, pequeño. Señora condesa, permítame presentarle al señor Mathieu, nuestro vigilante, que ha hecho cantar a nuestros queridos niños. Señora condesa. Mis felicitaciones, señor. Seguimos con gran interés las humanas y sensibles técnicas de enseñanza del señor Rachin. Le agradecemos su contribución a estos métodos. Por cierto, el coro... ¿fue una idea de?.. -Bueno... -Mía, señora condesa. Mía. Es un gran placer, señora condesa, ayudar a un director tan comprensivo. Bien, hágales cantar. -El señor Rachin es tan modesto, no le gustan los cumplidos. -Cierto. Entonces, ¿Qué es lo que nos van a cantar? "La Noche", de Rameau, señora condesa. Eso debe ser magnífico. Perdone, ¿quién es el chico que está de pie ahí al lado? ¿Está castigado? ¿Ese chico? Es caso aparte. ¿Me permite? En los ojos de Morange, que seguía tan bien mi ritmo, pude leer algunas cosas. Orgullo, felicidad de ser perdonado, pero también algo nuevo en él, agradecimiento. Primer día del verano. Nuestra coro cuenta con un nuevo miembro. Lo siento, perdí la línea. Ha sido culpa mía. Adelante. Sus miradas eran la muestra de su deseo de escapar, de construir cabañas a cielo abierto. Estos corderos estaban tristes. Venga, es importante. Estaba fregando las paredes de los servicios para borrar los dibujos. Me subí a una escalera y encontré esto. -Es la armónica de Corbin. -Y esto. Al menos 200.000 francos. Nadie sabe dónde estaba tu banco. No me digas que llegó allí por casualidad. ¿Sabes que Mondain fue expulsado porque le habían acusado de robarlo? No lo sabía. Es verdad, no lo sabías. Pero te lo digo ahora. ¿Quién te lo dio? ¿Qué ibas a hacer con el dinero? ¿Si se lo digo se lo dirá a alguien? A nadie. Lo juro. Quería comprar... ¿Comprar qué? Un balón. No sabemos quién robó el dinero, pero prueba que Mondain es inocente. Nunca se habría ido sin el dinero. Es evidente. Lo investigaremos dentro de dos días, cuando vuelva. Pero, no se preocupe demasiado Mathieu. Si Mondain no es culpable esta vez, lo habrá sido en otra ocasión. No se puede hacer nada por estos individuos, nada. -¿Y qué pasa con la justicia? -En sus manos está ahora. ¡Señor director, espéreme! -¡Espéreme! -¿Se marcha? Tengo que coger el coche, voy a pasar las vacaciones con mi hija. Allí hay... un piano. ¿Sabe qué va a hacer Rachin en Lyons? Creo que va a discutir la financiación con el comité del patronato. -¿No? -Sí. Pero la verdad es que su propósito principal es que le asciendan y le condecoren. ¿Cree que le saldrá bien? ¿Con lo astuto que es él? Presentará una idílica imagen del colegio, escondiendo las cosas malas que ya sabe, y acreditándose el éxito de su coro. -¿Éxito? - Sí, he oído que es muy bueno. Señor, ¿es verdad que Langlois y el director se fueron juntos? Sí, se tomaron dos semanas de vacaciones, nosotros somos los maestros ahora. ¿Entonces habrá coro hoy? No. -¿Qué haremos? -La siesta. No, tengo una idea mejor. Perdóneme, usted... -¿Su medalla? -Sí. Prácticamente asegurado señor Rachin. No sé cómo darle las gracias. Señor director, una llamada para usted... Discúlpeme, yo... El fuego comenzó en el tejado. Las llamas devoraron los dormitorios, donde los chicos fueron vistos por última vez. Sesenta chicos desaparecidos, atrapados como ratas. Para Rachin... su promoción y su medalla se habían prendido fuego delante de él. Pero de repente... Después de comer salimos por la puerta de atrás, cercana al huerto, así que Mary y los aldeanos no nos vieron, después... fuimos al bosque de Lignon. ¿Por qué fue allí? Hacíamos un juego de orientación. A los chicos les gusta. Basta decir, tío Maxence, que estoy enormemente decepcionado por su comportamiento. Señor director, asumo toda la responsabilidad de ésta escapada. Tío Maxence no dejó de intentar disuadirme. A eso llamo yo una falta de convicción. Por otro lado, se podría decir que salvamos la vida de los chicos. Si no hubieran dejado el colegio desatendido, no habría habido fuego. No sé por qué aún le escucho. Bien, tío Maxence, considerando su antigüedad, esto le costará un mes sin sueldo. En cuanto a usted, señor Mathieu, está despedido... por romper las normas del colegio. Si es por eso, despídame a mí también. Usted no decide. Gracias, señor Maxence, pero los chicos le necesitan aquí. Piense en los chicos, cosa que este señor nunca hace. Aquí tiene su paga. Tenga. Váyase inmediatamente en el autobús de las seis. -Le prohíbo que vea a ninguno de los alumnos. -¿Qué quiere decir? Tío Maxence, asegúrese de ello. Váyanse. Señor director, antes de separarnos, permítame decirle lo que pienso de usted. Lo sé, Mathieu. -Usted es incompetente y cruel. -¿Y ellos? -No eligieron estar aquí -Nadie lo hizo. Nunca quise ser educador. Y no me diga que usted soñaba con enterrarse en este lugar abandonado de Dios. Tenía otras ambiciones, y yo también. No debería descargar su fracaso sobre los chicos. ¿Cree que disfruto jugando a dirigir una prisión? Alguien debe hacerlo. Pero vaya, vaya a Paris. Vaya a llamar a la puerta del ministro. ¡Hola! Soy Mathieu, debemos usar verdaderos educadores, no farsantes. Llame, pelee, diga que tiene fe. ¡Mathieu! ¡San Mathieu! Es un músico fracasado, un vigilante, un pequeño vigilante, ¿A qué se dedica señor Mathieu? Soy vigilante, ¡vigilante, vigilante, vigilante...! Está loco. Estoy cansado, ¡váyase al infierno! Al contrario, váyase usted. Había esperado que algún chico desafiara la prohibición y saliera a despedirme, pero nada. Esa prudencia de los chicos me pareció indiferencia. Y Morange..., en fin... En el primer papel, reconocí la exquisita escritura de Boniface. El de las faltas de ortografía era, sin duda, de Pepinot. Y aquel con notas musicales, era la firma de Morange. Y ése..., y aquel. ¡Deténgalos! -Han cerrado la puerta. En ese momento, me sentía lleno de felicidad y de optimismo. Quería gritarle al mundo entero. ¿Pero quién me habría escuchado? Nadie sabe que existo. Un gran artista ve en el espejo su condición de hombre. Soy Clement Mathieu, un músico fracasado, un vigilante no mucho mejor. Soy Clement Mathieu, un músico fracasado, un vigilante no mucho mejor. ¿Y lo que sigue? Nunca volvió a escribir. Pero yo..., yo te lo contaré. Y Pepinot me lo contó. Al día siguiente, en el camino de vuelta... mi infancia me volvió a la memoria. Después de que despidieran a Mathieu, mi madre vino a por mí. Fuimos a Lyons, donde fui admitido en el conservatorio. El ingeniero quería que fuese interno de nuevo, ella se negó... y él nos dejó. Chabert, Langlois y el tío Maxence se unieron... para denunciar los abusivos métodos de Rachin. Se interrogó a los chicos y Rachin fue expulsado. Clement Mathieu continuó enseñando música hasta el final de su vida. Nunca intentó ser famoso. Todo lo que hizo, lo guardó para él. ¿Para él? No, no totalmente. ¡Señor Mathieu! Espere, por favor. ¡Señor Mathieu! ¿Qué haces aquí? ¿Podría llevarme con usted? Oh, no puedo hacer eso. Debes volver al colegio, sino te castigarán. -Por favor. -¿Viene ya? Un momento. No tengo autorización, no puedo llevarte. Vuelve. Vete. Vete. Pepinot no podía creerlo. El día que despidieron a Mathieu era sábado.