¿Sí?
Pierre, una llamada
desde Francia, es urgente.
Después del concierto.
Es acerca de su madre.
¿Sí?
¿Me reconoces?
"Fond de l'etang", " Mi padre
me vendrá a buscar el sábado".
Pepinot.
Pues claro.
¡Pepinot! ¿Cuánto
tiempo ha pasado?
Unos 50 años.
"Fond de l'etang".
Ahí estás, el bajito
de la primera fila.
Y tú.
Y el vigilante,
¿cómo se llamaba?
Clement Mathieu.
Clement Mathieu.
¿Qué habrá sido de él?
Ábrelo.
"Fond de l'etang" -- año 1949.
Este es el diario guardado por Mathieu,
acerca de sus días en "Fond de l'etang".
Sobre su historia,
y la nuestra también.
Él quería que
lo tuvieras tú.
Habría preferido dártelo en
circunstancias más felices pero...
15 de enero de 1949.
Después de unos
pocos años de fracaso...
estaba convencido de que
lo peor ya había pasado.
Iba a un internado para
chicos con problemas.
Al menos eso era lo
que decía el anuncio.
"Fond de l'etang".
El colegio parecía tener
el nombre apropiado para mí.
Buenos días.
¿Estás sólo?
¿Qué haces aquí?
Estoy esperando
al sábado.
¿Por qué?
Mi padre vendrá
a buscarme.
Pero hoy no es sábado.
¡Pepinot!
Buenos días. Soy Clement
Mathieu, el nuevo vigilante.
¿Es su primera
vez como vigilante?
Una vez enseñé en
un colegio privado.
-¿Qué enseñó?
-Música.
-Se llevará bien
con el señor Rachin.
El director. Acostumbra
a tocar la trompeta.
¿Ah sí?
Estas son sus
hijas, él vive aquí.
-¿Ya se ha entrevistado con él?
-Aún no, hallé el trabajo por la señora Boissement.
¿Ah sí?
Ese era el tío Maxence.
Continuó explicando
que estaba a cargo de...
la seguridad, la enfermería,
el almacén, y las ventanas.
¿Qué hace?
Es un estudiante al que ha
castigado el señor Rachin.
15 días de servicios comunitarios.
Trabajo de sirviente.
¿Cómo son los chicos?
¿No se lo dijeron?
No.
Esta es la enfermería. Más tarde
le enseñaré mi pequeño huerto.
Con mucho gusto.
-¿Qué habrán hecho ésta vez?
-Déjeme ayudarle...
¿Es usted
Clement Mathieu?
El señor director.
Rachin, director
de éste lugar.
Ah, director, lo siento.
Sí, llega tarde.
-No me dieron el horario de autobuses correcto.
-Llegar puntual es un principio básico aquí.
Muy bien.
Señor director.
Muy bien,
señor director.
Bien, sígame.
Le sugiero que primero aprenda nuestras reglas.
Supervisará el estudio después de las 4 de la tarde.
¡Qué sucede! ¡Responda!
Tome esto.
Otra trampa. El encantador
carácter de nuestros alumnos.
Sentémosle ahí.
No veo nada.
No exagere, déjeme ver.
No tiene buen aspecto.
-Toque la campana, llame a todo el mundo.
-¿No deberíamos llamar primero al médico?
¿Sabe cuánto cuesta? Qué
le dije, toque la campana.
¿Dónde está la campana?
Abra la puerta y la verá.
¡Todo el mundo aquí!
¡Todo el mundo aquí!
¿Esta clase de incidente
ocurre a menudo?
Toque, toque la campana.
¡Todo el mundo al patio!
Rápido, permanezcan
en silencio.
- ¡Cabeza de huevo!
- ¡Silencio!
-¡Cabeza de bala!
-¡Silencio!
Permanezcan en silencio.
-¡No dije nada!
-¡Silencio!
Les he llamado porque el tío Maxence
ha sido víctima de un ataque cobarde.
De acuerdo con nuestro principio de "acción-reacción",
el responsable será severamente castigado.
Si el culpable no
aparece en tres segundos...
les encerraré a todos,
6 horas cada uno.
Hasta que el culpable
confiese o sea denunciado.
Uno, dos, tres.
¿Nadie? Naturalmente.
Venga aquí.
Usted, Mathieu.
¿Yo?
Venga aquí.
Señor Chabert, déme el
libro de registro, gracias.
El señor Mathieu, el nuevo vigilante,
tiene la suerte de no conocerles aún.
¡Cabeza de huevo!
Silencio.
Así que él decidirá imparcialmente
quién será castigado primero.
¡Silencio!
Elija un nombre.
¿Al azar?
Si me permite
un consejo...
Déjele. Adelante.
Boniface.
Mala suerte. Chabert,
traiga a Boniface.
Pero, ¡yo no hice nada!
¡Cállese!
-¡Es injusto!
-¡Cierre la boca! Vamos.
-¡No quiero ir!
-¡Le azotaré si me obliga!
¡Silencio!
Además, mientras no conozcamos al
criminal, el recreo será cancelado...
y las visitas prohibidas.
Les invito a denunciarle
tan rápido como sea posible.
Esto solo fomenta
la denuncia.
Como todos los nuevos, tiene grandes
ilusiones. Hablaremos dentro de una semana.
Hasta entonces el señor Regent le mostrará
su alojamiento. Usted le va a sustituir.
Sábanas limpias.
Gracias.
¿Por qué se va?
10 puntos.
Tijeras.
Todo esto porque confisqué
los cigarrillos a Mouton.
¿A Mouton?
Un chico que
se llama Mouton.
¿Está todavía
aquí, Mouton?
Para su información, Le Querrec es el que
puso la trampa en la puerta de Maxence.
Le pillé
hablando de ello.
¿Por qué guardó silencio?
No quiero perder
el autobús.
Maxence le castigó por
romper algunas ventanas.
Una venganza.
Es su estilo.
Le Querrec,
recuerde este nombre.
Y "Morange",
sí, "Morange".
Habla poco, pero no
le pierda de vista.
Cara de ángel, pero
poseído por el diablo.
Acción-reacción, eso es
todo lo que entienden.
Me marcho. ¡Buena suerte!
Gracias.
Nuestra benefactora.
Este es el
horario de clases.
Las clases eran departidas entre el
director, que impartía historia y francés...
y un tal señor Langlois
que impartía el resto.
Señor Langlois, déjeme presentarle
a nuestro nuevo vigilante.
Me llamo Clement Mathieu.
¿Vigilante a su edad?
Sí, señor, fui profesor.
Me parece perfecto.
Es el más
divertido del lote.
Vaya a la sala de estudio
que ya llega tarde.
No necesito
enseñarle el camino...
Caballeros.
No se fuma en clase, eso va
incluso para usted, señor.
¡Devuélvanmelo! ¡Quietos!
Devuélvamelo.
¡Buen comienzo!
Felicidades, Mathieu.
Siéntense.
Naturalmente.
Usted, siempre usted.
¿Qué ha hecho?
Nada, señor director.
¿Cómo que nada?
¿No quería castigarle?
Estaba preguntándole por la pizarra,
y pidiendo silencio cuando ha entrado.
Efectivamente necesitaba
silencio. Que no tenga que volver.
Ve a la esquina.
Bien. Ahora que me conocen,
necesitaremos enderezar algunas cosas.
En este momento, uno de sus
compañeros está encerrado.
Por nada.
Quizá no parezca muy
inteligente, pero no nací ayer.
Sé quien es el culpable.
Le doy 15 segundos
para que confiese.
Estoy esperando.
Mal asunto. Solo
faltan 5 segundos.
Demasiado tarde.
Le Querrec, quién
es Le Querrec.
Yo , señor.
Qué coincidencia.
Así que es usted quien
hirió al señor Maxence.
No. Yo no.
No le pregunto.
Lo afirmo.
Pero yo no lo hice.
¿A quién creerá el
director, a usted o a mí?
Mientras estoy fuera, me gustaría alguien
serio para vigilar al resto de la clase.
Si confío en mi intuición,
esa persona es...
el señor Morange.
Silencio, silencio.
¿Quién es el señor Morange?
Yo, señor.
Así que usted es el
de la cara de ángel.
Vaya a la pizarra. Vigile a
la clase mientras estoy fuera.
¡Vaya!
Bonito atuendo.
Sáquese más la camisa,
es más apropiado.
Se dice que las ovejas negras tienen
autoridad sobre sus compañeras. Muéstremelo.
Vamos. Con el director.
Tenga piedad, señor.
¿Piedad?
¿Ha tenido piedad por el compañero
que está encerrado en su lugar?
¿Y por el tío Maxence?
No quise hacerle daño.
Solo era una broma.
¿Una broma?
Ya es suficiente, me oye, le daré
una buena paliza en mi oficina.
¿Quién es?
Es Leclerc, se ha
escapado por tercera vez.
Le enviará a la celda.
Así tendrá un
compañero. Vamos.
No.
Escuche. Quizá
podamos hacer un trato.
Hirió al tío Maxence
muy gravemente.
No le llevaré al director,
pero le castigaré.
A partir de ahora, durante el
recreo, trabajará en la enfermería.
Atenderá al tío Maxence,
hasta que se recupere.
¿Está de acuerdo?
No está mal, ¿eh?
Creo que puedo hacerlo
mejor. Muéstreme su perfil.
El perfil.
Una pequeña
sonrisa para variar.
Dése la vuelta.
Ah, lo olvidé.
Una pequeña
mota de color.
¿Mejor? Vaya
a su asiento.
Bien, para
conocerles mejor,
escriban su nombre, edad y qué es lo
que quieren hacer cuando sean mayores.
Para mi sorpresa,
todos los alumnos hicieron
lo que les había pedido.
Todos, excepto uno.
¿No escribe?
¿Cuánto tiempo
lleva aquí?
¿Mucho tiempo?
No lo sé.
Vamos, escriba, pequeño.
Un primer día agotador.
No sé por qué estoy aquí.
Rachin me asusta.
Este lugar me asusta.
Incluso los
chicos me asustan.
En cualquier momento pueden entrar en
mi habitación aunque cierre la puerta.
Mi manta.
Dame una calada.
Cállate. Duerme.
Leí lo que los
alumnos escribieron.
Todos soñaban con
carreras fabulosas.
Dos bomberos, tres cowboys, un domador
de tigres, un piloto de combate,
dos espías, un
general de Napoleón,
un piloto de globo aerostático,
tres soldados. Ningún vigilante.
Es muy amable ofrecerte
voluntario para cuidar de mí.
Ve, doctor, el nuevo
vigilante pidió un voluntario.
Y él se apuntó.
Espontáneamente.
Para eso es
necesario un milagro.
Entre.
Este es Mathieu,
nuestro nuevo vigilante.
Señor... Señor...
Entonces...
No está a salvo en este lugar Maxence.
Si no se va de aquí, no sé que esperar.
Vaya paciencia
que tiene con ellos.
Ha sido duro.
Pero no me quejo. Los pobres
chicos lo tienen peor que yo aquí.
Uno de ellos murió.
¿Uno murió?
Se llamaba Mouton.
Saltó desde el tejado.
Afortunadamente,
era huérfano.
Como él. Todos dijeron que no
tenía remedio, pero no es verdad.
Era un buen chico. Tendría
que haberle conocido.
El tío Maxence es
amable, ¿verdad?
Le Querrec, estoy
hablando con usted.
El tío Maxence
es amable, ¿no?
Sí.
No le he oído.
Déjele, es tímido.
Tímido, como yo.
¿Sí?
Necesito hablar con
usted, señor director.
-¿Ya quiere abandonar?
-No, quiero hacer un experimento.
Sobre el accidente
del tío Maxence.
No fue un accidente.
Cierto. Me gustaría que
me concediera tres cosas.
¿Cuáles?
Primero, levantar
el castigo colectivo.
segundo, permitirme
castigar al culpable.
Tercero, permitirme mantener
su nombre en secreto.
¿Conoce el nombre?
Por supuesto,
es evidente.
Es un arrogante,
amigo mío.
Así que cree que puede
encontrar al culpable.
Bien. Si tiene éxito,
levantaré el castigo.
Pero nunca encontrará al culpable,
o yo soy el rey de los imbéciles.
Sé quien lo hizo, señor.
¿Ah sí?.. ¿quién es?
Me permitió guardar
su nombre en secreto.
Bien, muy bien.
Pero sus métodos
me molestan.
Que no encuentre ningún
error en sus clases.
Creo que ya les
tengo bajo control.
Ya hablaremos, amigo mío.
No son malos dibujos.
Nunca dije que
fueran malos.
¿Qué hay escrito
en los tuyos?
Ave Maria, Soprano,
por Clement Mathieu.
El mío dice "Cuarteto de
cuerda", por Clement Mathieu.
Esto parecen partituras.
¿Cómo lo sabes?
¿Quizá sea código morse?
¿Códigos secretos?
Quizá sea un espía.
Sí, posiblemente un espía
disfrazado de vigilante.
¡Rápido! Viene
cabeza de huevo.
Devuélvanmelo.
¿Qué es, señor?
No es asunto suyo.
¿Algún problema, Mathieu?
No, ninguno.
Son partituras.
¿Para hacer qué?
Un coro.
En los servicios...
Salid fuera coro.
-Nada de esto aquí, Mathieu.
-¿Nada de qué?
No pretenda no saber de
lo que estoy hablando.
No creerá que...
Cerraré los ojos
por ésta vez.
-Ve maldad por todas partes.
-¿Aquí? Sí.
"Cabeza de bala
estás acabado"
"Tú no haces
las reglas aquí"
"Tú no haces
las reglas aquí"
"Tú no haces
las reglas aquí"
"Tú no haces
las reglas aquí"
Eh, chicos, ¿sois
gallinas o...?
Se llama Corbin, ¿no?
Señor, no estaba
haciendo nada.
Sí, estaba cantando.
Señor, se lo juro.
Estaba cantando,
además de, desafinar.
No me lleve la contraria.
Vamos, empiece.
Le escucho.
Quizá quiera cantar en
la oficina del director.
Vamos: "Cabeza de
bala estás acabado"
"Cabeza de bala
estás acabado"
"Tú no haces
las reglas aquí"
"Tú no haces
las reglas aquí"
Nadie le dijo nunca
que canta muy mal...
¿Es cierto que tiene
música en su maletín, señor?
Métase en sus
propios asuntos.
A propósito,
al próximo que pille cogiendo
mis cosas... le costará caro.
Ahora, silencio. Vayan a
dormir. ¡Venga, andando!
A dormir.
Tengo esa melodía
atascada en mi cabeza.
No cantan muy
bien, pero cantan.
Incluso reconocí unas
pocas buenas voces.
¿No hay nada que
hacer con éstos chicos?
Yo que juré que nunca más
volvería a tocar mis partituras.
Nunca digas jamás.
Siempre hay algo
que intentar.
23 de enero, una semana
después del accidente...
el estado del tío
Maxence se agravó.
El doctor ordenó
trasladarlo al hospital.
¿Va a morir?
No, se va a salvar.
Ese mismo día,
Pepinot tuvo problemas.
Señor Pepinot,
es un inútil.
Ultima pregunta,
la última.
¿Cómo murió Marshall Ney?
Estoy esperando.
¿Cazando?
Cero.
Escriba 100 veces para mañana:
Marshall Ney fue ejecutado.
Salgan.
Boniface.
Venga aquí.
Boniface.
Tenga. En recompensa
por su redacción.
Déselo a madam Marie y
ella le dará una galleta.
¿Sabía que Marshall
Ney fue fusilado?
Sí, señor, como Napoleón.
Fuera.
Espere, señor Morange.
Le vi tomar notas
durante mi clase.
Debo decirle que tanto
interés me sorprende.
Tráigame su cuaderno.
Encantador.
Tenga. Léalo. Y
admire la ortografía.
El señor Rachin
come mierda.
¿Escribió "señor"?
Umm, no.
Señor Mathieu,
acción-reacción, A la celda.
Vamos.
-Señores, que aproveche.
-Gracias.
¿Tienes hambre Pepinot?
Toma, puedes comer ahora.
Pepinot es huérfano.
Sus padres murieron
durante la guerra.
¿Cómo murieron?
No se sabe.
El chico tiene en la cabeza que su
padre vendrá a recogerle el sábado.
Cada sábado, nadie viene.
Le decimos que lo hará a la siguiente
semana, y así una y otra vez.
¿No sería mejor
decirle la verdad?
Le dijimos unas 100 veces que sus
padres estaban muertos. No nos hizo caso.
Ahora, le dejamos que espere
en la puerta, eso le hace feliz.
Silencio.
¿Lo ve? Acción-reacción.
¿Qué quiere decir?
¿Acción? ¡Reacción!
Alguien pregunta
por Morange.
¿Morange? Está
en la celda.
No hay visitas para los castigados.
Lo sabe bien, son las reglas.
Dígaselo usted mismo.
Buenos días, señora.
Buenos días.
Soy el nuevo vigilante.
Soy la madre de
Pierre Morange.
Clement Mathieu.
Sé que hoy no es día de visita,
pero es el único momento que...
No es eso...
¿Está castigado de nuevo?
No, no, no
está castigado.
Pero no está aquí.
¿Cómo es eso?
Le llevaron al dentista hace
una hora por un dolor de muelas.
Dolor de muelas.
Sí, dolor de
muelas. Nada serio.
Volverá por la tarde.
No puedo esperar. Mi
turno empieza a las cinco.
¿Puedo dejarle algo?
Por supuesto.
Se llama Violette,
Violette Morange.
Madre soltera. Desesperada
por la actitud de su hijo.
Propenso a robar, introvertido. Expulsado
de varios colegios por escaparse.
Cuando Pierre fue enviado
a "Fond de l'etang":
ella le dijo al juez: al menos,
tendrá dos comidas calientes al día.
30 de enero, comienza
el experimento.
"Tienen sombreros redondos,
vivan los bretones"
"Tienen sombreros
redondos, viva Bretaña"
"Tienen sombreros redondos,
vivan los bretones"
Soprano, a la izquierda.
Leclerc.
"El niño dios ha nacido,
vayamos todos a cantarle"
Casi afinado. Alto,
de pie a la izquierda.
Delaire.
"Tres kilómetros a
pie, es duro, es duro"
"Tres kilómetros a pie,
es duro para los pies"
Continúela.
"Cuatro kilómetros a
pie, es duro, es duro"
"Cuatro kilómetros a pie,
es duro para los pies"
Como pensaba,
Bajo, a la derecha.
Ricoeur.
"Hay buen tabaco
en mi tabaquera"
"Hay buen tabaco,
pero no habrá"
No está permitido fumar.
Alto, a la izquierda.
Ilouse.
"El amor es como
un chico bohemio"
"nunca ha
conocido de leyes"
Soprano, evidentemente.
A la izquierda.
Pepinot.
No sé ninguna canción.
No importa, yo
te la enseñaré.
De momento, te nombraré
asistente del director del coro.
Boniface.
"¡Marshall,
aquí estamos!"
¿Quién le enseñó
esta canción?
Mi abuelo.
Un poco pasada de
moda. A la izquierda.
Clement.
"Cojan las armas,
ciudadanos. Formen batallón"
A la derecha.
"Los vigilantes son de la peor
calaña" "fuman, beben y nunca trabajan"
A la izquierda.
"Cuco, cuco, cuco"
"Cuco, cuco, cuco"
Muy bien, alto.
A ver, Corbin.
Lo siento, esa nota
no existe. Venga aquí.
Señor Pepinot,
deme la partitura.
Muchas gracias.
Sus manos.
Póngalas así.
Bien, yo te nombro atril.
Señor Pepinot, la
batuta. Gracias.
Atención.
¡Ya lo tienen!
Un, dos, tres, cuatro.
"El director
come pan duro"
"Leclerc no es
muy inteligente"
Cada noche, les hago practicar
un único tono que yo compongo.
"Somos de Fond de l'etang"
"Es algo que nos desconcierta"
"Somos de Fond de l'etang"
"Eso es lo que nos molesta"
"Somos de Fond de l'etang"
"Es algo que nos desconcierta"
"Somos de Fond de l'etang"
"Eso es lo que nos molesta"
No está mal.
Era simple, pero había
captado su atención.
Para continuar, necesitaba
el apoyo de mi superior.
¿Qué?
¿Un coro?
Sí.
Pobre Mathieu, ha
perdido la cabeza.
¿Un coro? Nunca cantarán una
nota, o yo soy el rey de...
Por favor señor.
No me diga de qué.
¿Por qué?
Porque ya están cantando.
-¿Ah, sí?
-Un poco.
Entonces por qué viene a pedirme
autorización si ya ha empezado.
No me gustan sus
métodos, ¿me oye?
Señor director.
Me está molestando.
Tengo otros
problemas que tratar.
Bien. Yo también quiero
divertirme. Que canten.
Pero si las cosas van
mal, perderá su trabajo.
Gracias por sus palabras
de ánimo, señor director.
8 de febrero, mientras hago el primer
ensayo, Rachin se ensaña con Morange.
Después de salir de la celda, le condena, por
ejemplo, a un mes de servicios comunitarios.
¡Eh, criada, no
olvides hacer mi cama!
15 de febrero.
La visita del doctor
Dervaux, psicólogo,
nos trajo un
pequeño regalo.
Decidimos traer a este chico del centro
de detención juvenil de St. Fereol.
Para estudiar su capacidad de
adaptación en un medio más liberal.
Desgraciadamente como muchos de sus compañeros,
Mondain está empezando a leer y a escribir.
Pero en cualquier
caso, puede hablar...
más o menos normalmente.
Hemos sometido su inteligencia
al test de Binet-Simon.
¡Ah, el test
de Binet-Simon!
Sí, y también le hemos
hecho el test de Rorchar.
Bien.
El test, como sabe, divide la
inteligencia de los chicos en 7 categorías.
Normal, suficiente, en el límite,
con ligero, medio y severo retraso,
y finalmente, imbécil.
Mondain está
en el límite.
Por tanto no es un demente hablando
apropiadamente. Pero, debo advertirle,
que es un perverso
desestabilizador.
Sí que es malo, sí.
¿Qué significa
exactamente?
¿Doctor?
Propenso a la crueldad, al parasitismo y a
la destrucción, y sobre todo, sobre todo...
-...mentiroso.
-Ahí lo tiene.
Ya tenemos
alguno así aquí.
Excepto que aquí los chicos
reciben una educación generalista.
Será interesante ver como
Mondain puede integrarse.
Veremos que
podemos hacer.
Todos intentaremos satisfacer
sus expectativas científicas.
Señores, tomen a su
cargo a este chico.
¿Puedo invitarle a
comer? Será un placer.
En cuanto a él, préstenle
toda la atención necesaria.
Acción-reacción.
Nada de cigarrillos aquí.
Para comenzar el experimento,
debía primero afirmar mi autoridad.
Parece un idiota.
Será mejor que se
esconda, o habrá problemas.
De acuerdo.
Habrá problemas.
¿Conoce alguna
canción, no?
Sí, pero...
¿Pero qué?
No le va a gustar.
Lo de siempre. Bien.
Vamos.
Le escucho.
(canción indecente)
Pare.
Ya vale.
Ya se lo dije.
No está mal. Necesita practicar, pero
tiene bastante buena voz de barítono.
¿Voz de qué?
De barítono, no es un insulto.
Describe a los cantantes con voz grave.
Vuelva al fondo.
Puta.
Deje a las
putas tranquilas.
Al próximo que se
ría le daré una torta.
Cuando quiera, Mondain.
Su aislamiento
ha terminado.
Le traigo a Pepinot,
estaba en la puerta.
Pepinot, hoy
no es sábado.
A propósito, debo decirles que en
las cartas que envíen a sus padres...
Yo no tengo.
Sí, para los
que los tienen...
recuérdenles que pueden visitarles
el primer y tercer jueves de cada mes.
Morange, ya está distraído.
¿Qué es lo que he dicho?
No sé.
Dije, que puede
escribir a su madre...
para que le visite el primer
o tercer jueves de cada mes.
O ambos días, si quiere.
¿Lo ha comprendido?
-Pero sólo a los que no estén castigados.
-No me gusta ver a mis padres.
Pero Morange puede
querer ver a su madre.
Quizá no sea el único.
Ya ve, Morange, ahora
tenemos un verdadero coro.
Me trae sin cuidado.
¿Qué significa "me
trae sin cuidado"?
¿Qué clase de voz
tiene? Haga la escala.
"Hágalo"... Vamos.
¿Quiere volver a la
celda? Vamos, rápido.
La grosería no es buena
para usted, muchacho.
No todo el mundo
puede ser como Mondain.
Comencemos de nuevo.
¿Dónde va?
-Voy al retrete.
-Mondain, espere.
-Bien, Corbin
-¿Puedo ir también al retrete, señor?
Bien, todo el
mundo fuera.
En silencio,
en silencio...
Cantas bien, querida.
¿Quieres?
¿Te dejaron solo?
Te protegeré.
Espérame. Somos iguales.
Mis padres
son gilipollas.
Tu madre es parecida.
Te deja aquí para
estar tranquila.
No, ella tiene
que trabajar.
-Ah, así que me han dicho la verdad.
-¿Qué?
Que es una puta.
¡Entra ahí!
¡Eres hombre muerto!
¿Ah sí?
Ese día, Morange faltó cuando
se pasó lista a las tres.
Nadie sabe dónde
fue, pero volvió.
Eso era lo esencial.
Pero...¿por
qué estás aquí?
No me dejan subir arriba.
¿Qué quieres decir?
¿Por qué?
Porque no tengo dinero.
¿Necesitas dinero para
dormir? ¿Qué historia es esa?
Mondain no me deja subir
si no le doy dinero.
Debemos tener cuidado.
Donde estuve antes un
guarda intentó abusar de mí.
Así que se lo hice pagar.
¿Cómo?
Con un cuchillo.
¡Le marqué bien!
-¿Se lo clavaste?
-¡Ya lo creo!
Aquí igual. Nadie abusará
de mí y quedará impune.
Mathieu no es
mala persona.
¿Estás de broma? A la
cara te dice una cosa,
y en cuanto te das la
vuelta habla mal de ti.
Buenas noches, señores.
-¡Que aproveche!
-¡Le juro que no he hecho nada, señor!
Veo que tiene amigos
de clase alta, Corbin.
¡Fuera!
Consideraremos este banquete
como nuestro secreto.
Un regalo.
Pero le advierto,
no hable con Pepinot,
no se le acerque,
ni le mire, ¿está claro?
Mírele una sola vez y convertiré
su vida en una pesadilla.
-¿Qué está haciendo aquí, Morange?
-Nada, señor.
-He oído voces,
quizás sea la fatiga.
Artículo 8 del reglamento del colegio: a los
estudiantes no les está permitido estar solos en clase.
Si fuera el señor Rachin, debería
escribirlo 100 veces para mañana.
Y además se lo
contaría a su madre.
Me trae sin
cuidado mi madre.
-¡Qué le hizo ella, dígame!
-No tengo nada que decirle.
¡Espere! No he terminado. No
se va a librar tan fácilmente.
Todo tiene un precio
aquí, pregunte a Pepinot.
Su problema, Morange, es que hace
cosas que son impropias de usted.
Se escapa, se mete en
peleas, hace novillos...
Le puede parecer
divertido, pero...
no quiero jugar a su juego. Desde mañana,
participación obligatoria en el coro.
Y una clase de
música, todos los días.
Puede irse a dormir.
Vaya.
3 de marzo.
Él no se da cuenta,
pero yo estoy seguro.
Su voz es un milagro.
La rara promesa de
un don excepcional.
Pueden salir en silencio.
¡en silencio!
Poco a poco, al tiempo que
mi coro iba progresando...
domestiqué a mi
nuevo estudiante.
Bien, cojan sus
libros de cálculo.
¿Es usted quién hace
cantar a los chicos?
Sí, señor ¿Tiene
alguna queja?
Oh, no, al contrario.
Adoro la música.
-A veces yo mismo canturreo.
-¿Ah sí?
¡Qué tenga un buen día!
Lo mismo le digo,
querido colega.
Libro de álgebra,
página 27.
Buenos días, señora.
Pierre vendrá enseguida.
-¿Qué sucede?
-Todo está bien.
¿Cómo está su
dolor de muelas?
Mucho mejor.
¿Le dijo que
pasé a verle?
-No.
-¿Por qué?
Preferí no decírselo.
Como ya sabe, Pierre es un
chico sensible, y dotado.
Sí, para hacer
travesuras.
No solo para eso.
Debo hablarle de ello.
¿Canta? ¿Nadie le enseñó?
Tiene un don. Es obvio.
Debemos hacer algo.
Hola.
Les dejo solos.
No dude en venir a verme.
No le dije a su madre que estaba
castigado, le dije que fue al dentista.
-Me dijo que cantas bien.
-Sí.
El señor parece contento
contigo, ¿es amable?
Lo es.
Te traje ropas limpias, y he hecho
tu pastel de chocolate favorito.
¿Estas contento?
Abril, estos
chicos me inspiran.
Estoy seguro de que llegará el
día en que mi música se toque.
Me llamo Clement Mathieu, soy músico
y cada noche compongo para ellos.
¿Estuvo bien, señor?
Sí, bien,
estuvo muy bien.
¡Bastardo! ¡ Vamos!
¿Qué ha hecho?
Ha robado mi reloj. Le
pillé en mi habitación.
Le llevé a ver a Rachin.
"Acción-reacción".
-¿A dónde le lleva?
-¡A la celda! ¡15 días!
-¡Espere!
-¿Qué espere por qué?
Es mi único barítono.
¡Mathieu!
-¿Qué sucede, señor?
-Encontré un dibujo en...
Lo siento, señor,
un balón perdido.
¡Apártese!
Mathieu, Chabert,
conmigo.
Con el paso de las semanas,
me anoté nuevas victorias.
Leclerc, todavía somos
buenos amigos,¿no?
Por supuesto, ¿Por
qué lo preguntas?
-¿5 más 3?
-53
-¿Estás seguro?
-Claro.
¡Gracias!
Quizá solo sea una
ilusión, pero...
parece que incluso nuestro
director está cambiando.
Mirad, el tío Maxence.
Atención, no se muevan.
Sonrían.
Vamos, ¡Fuera, Mondain!
Se acabó, chico.
¡Venga, venga!
Chabert, he hablado
con el señor Rachin...
y le he dicho que el coro
de Mathieu es sensacional.
-Estoy cansado.
-Siempre estás
cansado. ¡Vamos 29!
¿Y qué ha dicho?
Que me fuera al infierno.
¿Dónde está Mondain?
¿No notó su ausencia
antes de ir a correr?
Estaba presente al pasar lista
esta mañana, señor director.
fue después cuando...
Bien, en ese caso, prohibiré
toda salida hasta final de año.
-¿Tenía mucho dinero?
-Todo, unos 200.000 francos.
¿Cómo voy a pagar las
provisiones ahora?, ¿cómo?
Nunca debería
haberle aceptado aquí.
¡Todo esto por un
maldito experimento!
Como usted,
con su música.
Debo pagar los impuestos
antes de la próxima semana.
Antes de eso
llamaré a la policía.
¿Qué sucede?
Observo que cantar les hace
más inteligentes, Mathieu.
Hacen grandes progresos.
Señor director, los chicos no han tenido
agua caliente desde hace tres semanas.
El agua fría es buena para la
circulación sanguínea. Salgan.
A propósito, Mathieu.
Termine con el coro.
-Pero, señor director.
-Gracias, señor Mathieu.
Estación de
policía, por favor.
Aún no sé que va a
pasar con el coro,
pero para los chicos,
podemos usar madera.
¡No tenemos leña!
El almacén personal
del señor director.
Chabert,
"Acción-reacción".
Chabert me sorprendió.
Pensaba que
era como Rachin,
y en realidad era un buen hombre, que
creía que el deporte y la música...
eran el motor de la
cohesión nacional.
Con su ayuda, organicé
la resistencia.
Nuestro coro pasó
a ser clandestino.
No..., siempre paran
al final de la frase.
Pido una vez más que
separen cada nota claramente.
Es tarde, trabajaremos
en ello mañana.
¿No vamos a hacer la
segunda parte, señor?
No le enseñé el solo.
Pero lo aprendí.
¿Cómo que lo aprendió?
Bien, comencemos.
Vamos, fuera.
El 13 de marzo, a las tres
de la tarde, Mondain volvió.
-¿Dónde está el dinero?
-No sé.
-¿Quién lo robó?
-No sé, yo no.
¿Qué pasa?
¿Le está pegando?
Desde hace media hora.
¿Está loco?
Pierde el tiempo, el
chico no dirá nada.
Bien, comencemos
desde el principio.
¿Dónde está el dinero?
¡Hable!
¿Dónde está el dinero?
¡Suéltale!
¡Suéltale!
¡Cálmate!
¡Cálmate!
El chico ha confesado,
llamaré a la policía.
Irá a conocer otra residencia, con
otros encargados y otros barrotes.
Para evitar la depresión, el asunto de
Mondain se disimuló ante a los chicos.
Había sido enviado de vuelta a
su colegio original. Punto final.
Una gallina...
produce una media de...
84 huevos por año.
Bien alimentada,
y alojada,
con la ventilación
y limpieza adecuadas,
producirá 150 huevos.
¿Cuántos huevos más
puede obtener así...
una granjera
con 9 gallinas?
¿Bonito día?
Es bueno tomar el sol.
Ya llega el verano.
Sabe, Pierre me sorprende
un poco más cada día.
En todo caso, yo...
debo darle las gracias
por lo que hace por él.
Lo hago por
usted también.
No me interprete mal, si Pierre
está bien, usted estará bien, si...
-Déjeme limpiarlo.
-No, estoy bien, estoy bien.
-Tinta, nunca.
-¡Te has pasado! ¡Idiota!
¿Qué sucede?
¿Por qué le pegan?
Dímelo tú, Bebert.
Porque tiró
tinta sobre usted.
¿No puedes
estarte callado?
Me avergüenzo
de ti, Pierre.
¡Espere! ¡No pasa nada!
Entiéndalo, es porque
usted es bonita.
¿Bonita?
Entiéndame, usted no es como
las madres de los otros chicos.
¿Es porque vivo
sola? ¿Es eso?
Yo también.
-Pero usted no tiene un hijo.
-No.
Tengo sesenta.
Cuando ellos la ven, ven
a la mujer de sus sueños...
quiero decir... la madre con
la que todos ellos sueñan.
Para Pierre no es un
sueño, usted es su madre.
Y como cualquier chico,
no quiere compartirla.
Deberíamos sacarle de este internado
y enviarle a un conservatorio.
Me gustaría que tuviera
un trabajo de verdad.
La música es una
carrera de verdad.
Siempre que uno tenga
una sólida formación.
Podría ir al
Conservatorio de Lyons.
Podría vigilarle para
que no se distraiga,
incluso allí, puede
tener un mal profesor.
-¿Y después?
-Después, será lo que tenga que ser.
Pierre es excepcional.
Tiene talento y haré lo
posible para que no desaparezca.
- Pero necesitaré su ayuda
-Lo comprendo, gracias.
¡No, no! ¿Qué pasa
hoy? ¿Están dormidos?
¿Y tú, Boniface,
qué postura es esa?
¿Crees que puedes cantar
así? ¡Ponte derecho!
Bien, comencemos por
"tan dulce concierto..."
¿Y mi sólo?
¿Qué sólo?
¡Mi sólo!
Ah, sí, tú sólo.
No, ya no hay sólo.
Tienes buena voz, pero
no eres indispensable.
Que cantes o
no, me da igual.
Podemos hacerlo
sin ti. Escuchad...
Bien, comencemos por...
comencemos por
"Oh, noche".
¡Mathieu!
-Le van a dar una reprimenda...
-Pensé que había ido a la ciudad.
Bien niños,
pueden ir a jugar.
Es un pesado, ¿sabe?
Señor director, le prometo
que han terminado los deberes.
Nuestro comité benéfico
ha oído hablar de su coro.
La condesa misma
me ha escrito.
Ella y sus amigos nos visitarán el
próximo domingo. Quieren escucharlo.
¡Eso es estupendo!
Quiero decir
que... es bueno.
Qué va a decir usted. ¿Qué
van a ver, mocosos, música...?
Me da trabajo extra
con sus imbecilidades.
Pero, señor director,
admitirá que...
la música no ha
relajado la disciplina.
Tenemos menos
problemas que antes.
Coincidencia.
No creo en las
coincidencias, señor director.
Eso parece. ¿Quién aparte de usted
le ha hablado del coro a la fundación?
He sido yo.
¿Sabe escribir usted?
-El tío Maxence pensaría que actuaba bien.
-Ahórreme sus explicaciones.
No me gustan sus
métodos, Mathieu.
Creo que hay muchas cosas que
no le gustan, señor director.
¡Señor Rachin, le esperan
en la sala de espera!
Hablaremos más tarde.
Es para usted.
A veces pienso que debería haber
dejado que Mondain le estrangulara.
Violette me daba las gracias por
lo que estaba haciendo por su hijo.
Quería hablar
conmigo en privado...
y decirme algo
importante.
Cita en el Café La Plaza, el
20, a las cuatro de la tarde.
Escribí una carta al
Conservatorio de Lyons.
Conozco al director.
Contestó
amablemente que...
le hará una audición, y
en caso de que le admitan,
le ayudará a
conseguir una beca.
-Las cosas serán más fáciles a partir de ahora.
-¿Ah sí?
Después de encontrarle,
yo...mi vida...
¿cómo le diría?
-¿Cambió?
-¡Exacto!
Gracias a usted.
No me puedo
imaginar que...
Oh, no crea,
yo tampoco....
Creo que quizás estoy
yendo demasiado rápido.
Oh, no, confíe en
mí, no hay problema.
La verdad es que
me ha traído suerte.
¿Suerte?
He conocido a alguien.
Es un ingeniero de Lyons.
Le conocí en el café.
Trabaja cerca de aquí en la
construcción de un puente.
¿Está usted bien?
Estoy bien.
Es una gran oportunidad,
para usted y para Pierre.
No se disguste,
pero tengo que irme.
Sería un placer que comiésemos
los tres juntos uno de estos días.
¿Se lo dirá a Pierre?,
¿le parece bien?
Por qué no.
Bien, adiós.
adiós.
Gracias por todo.
Lo olvidaba, ni una
palabra a Pierre de momento.
Perdone, ¿puedo
coger la silla?
-Por supuesto.
-Gracias.
Condesa, yo...
feliz... flores.
No se lo que has dicho,
pero agradezco la intención.
Gracias, pequeño.
Señora condesa, permítame
presentarle al señor Mathieu,
nuestro vigilante, que ha hecho
cantar a nuestros queridos niños.
Señora condesa.
Mis felicitaciones,
señor.
Seguimos con gran interés las humanas y
sensibles técnicas de enseñanza del señor Rachin.
Le agradecemos su
contribución a estos métodos.
Por cierto, el coro...
¿fue una idea de?..
-Bueno...
-Mía, señora condesa. Mía.
Es un gran placer, señora condesa,
ayudar a un director tan comprensivo.
Bien, hágales cantar.
-El señor Rachin es tan modesto, no le gustan los cumplidos.
-Cierto.
Entonces, ¿Qué es lo
que nos van a cantar?
"La Noche", de
Rameau, señora condesa.
Eso debe ser magnífico.
Perdone, ¿quién es el chico
que está de pie ahí al lado?
¿Está castigado?
¿Ese chico?
Es caso aparte.
¿Me permite?
En los ojos de Morange, que
seguía tan bien mi ritmo,
pude leer algunas cosas. Orgullo,
felicidad de ser perdonado,
pero también algo nuevo
en él, agradecimiento.
Primer día del verano.
Nuestra coro cuenta
con un nuevo miembro.
Lo siento, perdí la
línea. Ha sido culpa mía.
Adelante.
Sus miradas eran la muestra
de su deseo de escapar,
de construir cabañas
a cielo abierto.
Estos corderos
estaban tristes.
Venga, es importante.
Estaba fregando las paredes de los
servicios para borrar los dibujos.
Me subí a una escalera
y encontré esto.
-Es la armónica de Corbin.
-Y esto.
Al menos 200.000 francos.
Nadie sabe dónde
estaba tu banco.
No me digas que llegó
allí por casualidad.
¿Sabes que Mondain fue expulsado
porque le habían acusado de robarlo?
No lo sabía.
Es verdad, no lo sabías.
Pero te lo digo ahora.
¿Quién te lo dio? ¿Qué
ibas a hacer con el dinero?
¿Si se lo digo se
lo dirá a alguien?
A nadie.
Lo juro.
Quería comprar...
¿Comprar qué?
Un balón.
No sabemos quién robó el dinero,
pero prueba que Mondain es inocente.
Nunca se habría ido sin
el dinero. Es evidente.
Lo investigaremos dentro
de dos días, cuando vuelva.
Pero, no se preocupe
demasiado Mathieu.
Si Mondain no es culpable esta
vez, lo habrá sido en otra ocasión.
No se puede hacer nada
por estos individuos, nada.
-¿Y qué pasa con la justicia?
-En sus manos está ahora.
¡Señor director,
espéreme!
-¡Espéreme!
-¿Se marcha?
Tengo que coger el coche, voy a
pasar las vacaciones con mi hija.
Allí hay... un piano.
¿Sabe qué va a hacer
Rachin en Lyons?
Creo que va a discutir la financiación
con el comité del patronato.
-¿No?
-Sí.
Pero la verdad es que su propósito principal
es que le asciendan y le condecoren.
¿Cree que le saldrá bien?
¿Con lo astuto que es él? Presentará
una idílica imagen del colegio,
escondiendo las cosas malas que ya sabe,
y acreditándose el éxito de su coro.
-¿Éxito?
- Sí, he oído que es muy bueno.
Señor, ¿es verdad que Langlois
y el director se fueron juntos?
Sí, se tomaron dos semanas de vacaciones,
nosotros somos los maestros ahora.
¿Entonces habrá coro hoy?
No.
-¿Qué haremos?
-La siesta.
No, tengo una idea mejor.
Perdóneme, usted...
-¿Su medalla?
-Sí.
Prácticamente
asegurado señor Rachin.
No sé cómo darle
las gracias.
Señor director, una
llamada para usted...
Discúlpeme, yo...
El fuego comenzó
en el tejado.
Las llamas devoraron los dormitorios, donde
los chicos fueron vistos por última vez.
Sesenta chicos desaparecidos,
atrapados como ratas.
Para Rachin...
su promoción y su medalla se
habían prendido fuego delante de él.
Pero de repente...
Después de comer salimos por la
puerta de atrás, cercana al huerto,
así que Mary y los aldeanos
no nos vieron, después...
fuimos al
bosque de Lignon.
¿Por qué fue allí?
Hacíamos un juego de orientación.
A los chicos les gusta.
Basta decir, tío Maxence, que estoy
enormemente decepcionado por su comportamiento.
Señor director, asumo toda la
responsabilidad de ésta escapada.
Tío Maxence no dejó
de intentar disuadirme.
A eso llamo yo una
falta de convicción.
Por otro lado, se podría decir
que salvamos la vida de los chicos.
Si no hubieran dejado el colegio
desatendido, no habría habido fuego.
No sé por qué
aún le escucho.
Bien, tío Maxence,
considerando su antigüedad,
esto le costará
un mes sin sueldo.
En cuanto a usted, señor
Mathieu, está despedido...
por romper las
normas del colegio.
Si es por eso,
despídame a mí también.
Usted no decide.
Gracias, señor Maxence, pero
los chicos le necesitan aquí.
Piense en los chicos, cosa
que este señor nunca hace.
Aquí tiene su
paga. Tenga.
Váyase inmediatamente en
el autobús de las seis.
-Le prohíbo que vea a ninguno de los alumnos.
-¿Qué quiere decir?
Tío Maxence, asegúrese
de ello. Váyanse.
Señor director, antes de separarnos,
permítame decirle lo que pienso de usted.
Lo sé, Mathieu.
-Usted es incompetente y cruel.
-¿Y ellos?
-No eligieron estar aquí
-Nadie lo hizo.
Nunca quise ser educador.
Y no me diga que usted soñaba con
enterrarse en este lugar abandonado de Dios.
Tenía otras ambiciones,
y yo también.
No debería descargar su
fracaso sobre los chicos.
¿Cree que disfruto jugando
a dirigir una prisión?
Alguien debe hacerlo.
Pero vaya, vaya a Paris.
Vaya a llamar a la
puerta del ministro.
¡Hola! Soy Mathieu, debemos usar
verdaderos educadores, no farsantes.
Llame, pelee, diga que tiene
fe. ¡Mathieu! ¡San Mathieu!
Es un músico
fracasado, un vigilante,
un pequeño vigilante,
¿A qué se dedica señor Mathieu? Soy
vigilante, ¡vigilante, vigilante, vigilante...!
Está loco.
Estoy cansado,
¡váyase al infierno!
Al contrario,
váyase usted.
Había esperado que algún chico desafiara la
prohibición y saliera a despedirme, pero nada.
Esa prudencia de los chicos
me pareció indiferencia.
Y Morange..., en fin...
En el primer papel, reconocí la
exquisita escritura de Boniface.
El de las faltas de ortografía
era, sin duda, de Pepinot.
Y aquel con notas musicales,
era la firma de Morange.
Y ése..., y aquel.
¡Deténgalos!
-Han cerrado la puerta.
En ese momento, me sentía lleno
de felicidad y de optimismo.
Quería gritarle
al mundo entero.
¿Pero quién me
habría escuchado?
Nadie sabe que existo.
Un gran artista ve en el
espejo su condición de hombre.
Soy Clement Mathieu, un músico
fracasado, un vigilante no mucho mejor.
Soy Clement Mathieu, un músico
fracasado, un vigilante no mucho mejor.
¿Y lo que sigue?
Nunca volvió a escribir.
Pero yo..., yo
te lo contaré.
Y Pepinot me lo contó. Al día
siguiente, en el camino de vuelta...
mi infancia me
volvió a la memoria.
Después de que despidieran a
Mathieu, mi madre vino a por mí.
Fuimos a Lyons, donde fui
admitido en el conservatorio.
El ingeniero quería que fuese
interno de nuevo, ella se negó...
y él nos dejó.
Chabert, Langlois y el
tío Maxence se unieron...
para denunciar los
abusivos métodos de Rachin.
Se interrogó a los chicos
y Rachin fue expulsado.
Clement Mathieu continuó enseñando
música hasta el final de su vida.
Nunca intentó ser famoso.
Todo lo que hizo,
lo guardó para él.
¿Para él? No,
no totalmente.
¡Señor Mathieu!
Espere, por favor.
¡Señor Mathieu!
¿Qué haces aquí?
¿Podría llevarme
con usted?
Oh, no puedo hacer eso.
Debes volver al colegio,
sino te castigarán.
-Por favor.
-¿Viene ya?
Un momento.
No tengo autorización,
no puedo llevarte.
Vuelve.
Vete.
Vete.
Pepinot no podía creerlo.
El día que despidieron
a Mathieu era sábado.