Chris Anderson: El primer orador en dar una charla TED en TEDGlobal hace siete años fue el profesor Uri Alon, del Instituto Weizmann de Ciencias. Junto a sus colegas, Alon propuso una idea muy interesante para solucionar un tema clave: ¿cómo haremos para regresar a nuestro lugar de trabajo sin que ello ocasione un rebrote? Uri Alon, bienvenido a TED. Uri Alon: Gracias. Es un gusto estar aquí nuevamente. CA: Es un placer volver a verlo. Con respecto a su propuesta, creo que la clave está en la obsesión por el llamado "número R": la reproducción cero. Si ese número es inferior a 1, entonces una persona infectada contagiará a menos de una persona sana y la epidemia se irá disipando. Existe la preocupación de que, si volvemos al lugar de trabajo, ese factor R volverá a ser mayor que 1. Ud. ha propuesto una estrategia para evitarlo. ¿Podría explicarla? UA: Así es. Nuestra estrategia aprovecha una debilidad biológica del virus, que es su período de latencia. Esa vulnerabilidad del virus radica en que la persona, aunque esté infectada, no contagia a otras por un período de tres días. No transmite el virus en esos tres días y, a los dos días de promedio, empieza a mostrar síntomas. La estrategia consiste en pasar cuatro días en el lugar de trabajo y luego 10 días en confinamiento. Las dos semanas siguientes, otra vez: 4 días de trabajo, 10 de confinamiento. De este modo, si una persona se contagia en el trabajo, llegará a su pico de contagio cuando esté en su casa, y evitará infectar a muchas personas. Esta medida restringe la transmisión del virus. Además, si la persona trabaja solo 4 días en 2 semanas, acorta el tiempo de exposición de otras personas al virus. Es una medida muy efectiva. Es decir, la gente trabaja cuatro días, los niños van a la escuela esos cuatro días, con todas las medidas de distanciamiento social, uso de mascarillas, etc., y luego entran en confinamiento. CA: Imaginemos ahora la peor situación: un lunes de mañana, voy a mi primer día de trabajo, de los 4 previstos, y me contagio en el metro, por ejemplo, en el camino de ida. ¿Se supone que al cabo de esos cuatro días no hay riesgo de que contagie a mis compañeros? UA: Así es. Si uno se infecta en el metro, entrará en un período de latencia los primeros tres días, y no contagiará a sus compañeros porque el pico de contagio tendrá lugar en casa, que es donde se producirá el contagio. Quienes tengan síntomas pueden autoconfinarse y, en el largo plazo, el número de reproducción será menor que 1. Significa que, si hay continuidad en estos ciclos, la epidemia desaparecerá. CA: ¿No resulta, en cierto modo, un tanto frustrante saber que la gente podría decir: "No quiero contagiar a mi familia. Prefiero contagiar a compañeros de trabajo". ¿Cuál es la respuesta? UA: Hay que evaluar las alternativas. Si abrimos la economía y hay un rebrote, el contagio igualmente se producirá durante el confinamiento, a la par de los devastadores efectos en la economía y demás actividades. En el largo plazo, esta estrategia de los ciclos, pero con un número de reproducción inferior a 1, evitará, al menos con estos modelos y estimaciones matemáticas, el incremento de contagios en caso de un rebrote. CA: De este modo, se atienden las necesidades de la familia... UA: Pero no todos los infectados contagian a otros en su casa. Según los estudios, la tasa de contagio oscila entre el 10 y el 30 %. CA: Bien. Como decía, la idea es atender las necesidades de la familia siguiendo una estrategia en la cual muy pocos compañeros de trabajo se contagiarán de todas formas. Ese es el plan, ¿verdad? UA: Correcto. CA: Pero tengo una duda. Si trabajamos 4 días de 14, muchos dirán: "Muy buena idea. Pero implicaría una pérdida del 70 % en la productividad económica. No va a funcionar". Sé que, para Ud., esa pérdida no debería llegar a tanto. UA: Exactamente. Y la mayoría no trabaja los fines de semana. Es decir, son 4 días laborables de esos 10, en las dos semanas, y una vez establecida esa rutina de cuatro días de trabajo, se puede extender la jornada, organizar los turnos y, estableciendo prioridades esos 4 días, lograr una productividad mayor al 40 % en los días laborables. CA: Justamente, ¿cómo se implementaría? Por ejemplo, tomemos el caso de las fábricas, que actualmente están paralizadas. La idea sería entonces que una fábrica establezca dos turnos, o quizá tres, de cuatro días, que cubra unas 35 horas de trabajo en ese período de cuatro días y siga manteniendo su nivel de producción, en definitiva, sin interrumpir su capacidad operativa. UA: Exactamente. Es una estrategia escalonada que prevé la división del personal en dos o tres grupos. Un grupo trabaja 4 días, y luego se queda 10 días en la casa. Después ingresa el otro grupo. Esta fue una propuesta de colegas de la Universidad Bar Ilán. Y la ventaja extra es que, en esos días de trabajo, la densidad se reduce a la mitad, pues se divide al personal en grupos y se minimiza la transmisión. Así se logra una continuidad en las líneas de producción mediante este procedimiento escalonado. CA: En cuanto a la reanudación del trabajo en oficinas, tengo la impresión de que, como hemos visto, puede haber alta productividad en el trabajo desde la casa. De manera que se podría pensar en que la gente haga ciertas tareas durante esos cuatro días dentro de la oficina, aprovechando el contacto personal, la interacción creativa, los debates, el intercambio de ideas y ese tipo de comunicación, mientras en la casa hace las tareas que viene haciendo este último tiempo, es decir, trabajar en solitario. ¿Se ha planteado la posibilidad de ese panorama, esto es, la división del trabajo en distintos tipos de tareas y el uso de esta estrategia para que la productividad tenga un nivel sostenido, e incluso mayor? UA: Claro que sí. En numerosos sectores, el trabajo en la casa es muy eficiente. Incluso sabemos que en varios casos la productividad aumentó durante el confinamiento con el trabajo desde la casa. De modo que si nos organizamos con una estrategia escalonada, si restringimos o prevemos las tareas que requieran contacto personal de manera efectiva y si evitamos pérdidas de tiempo, la persona puede rendir más en su casa. Y, al rendir más, logra mayor productividad. En realidad, algunos sectores tienen que adaptarse, como hotelería, turismo y gastronomía. Esos sectores deberán replantearse algunas cosas y adaptarse, pero otros están bien posicionados en situaciones como estas. Quizá esto deba ser reconsiderado luego de la epidemia, porque la productividad puede ser, como mínimo, igual de elevada. CA: A propósito de algo que leí, y me hizo pensar en TED, nuestra organización, y es que, en cierta manera, se podría decir que esto tiene sus ventajas. Por un lado, me refiero al tema de la gente introvertida y la extrovertida. Algunos introvertidos podrían admitir que esta pandemia les ha venido como anillo al dedo. El trabajo les ha resultado menos estresante y les ha permitido focalizar su atención, entre otras cosas. A partir de esta estrategia en ciclos de cuatro días de trabajo, ¿quizá podamos imaginar un mundo optimizado tanto para los introvertidos como los extrovertidos? UA: Sin duda. Es lo que me pasa a mí. Mi socio y yo tenemos personalidades muy distintas. Ambos enseñamos en la universidad, y trabajar con esta modalidad me ha permitido mejorar la productividad. Así que estoy totalmente de acuerdo. Aprovechar la creatividad de la gente en el trabajo es apenas el comienzo de lo que nos puede deparar esta dinámica. CA: Con respecto a quienes están más expuestos, por ejemplo, las personas que prestan servicios que no pueden brindar de manera virtual, ¿se ha pensado en alguna solución para que, dentro de la estrategia de los 4 días y luego el aislamiento, ese tiempo en la casa pueda mejorar el rendimiento laboral mediante algún tipo de capacitación? ¿O la idea es más bien que tan solo trabajen intensamente esos cuatro días y, aunque quizá no ganen el salario completo en este caso, sigue siendo mejor que el encierro total y que el regreso al trabajo con el riesgo de causar un rebrote? UA: Efectivamente. A nivel social, es mejor que abrir la economía y tener un rebrote, lo cual llevaría al aislamiento total. En el caso de los hospitales, algunos adoptaron este programa para proteger los turnos y evitar el contacto. Es una estrategia simple que organiza los tiempos de trabajo de manera muy clara y a la vez genera confianza, porque se basa en modelos científicos que prueban la eficacia de este plan. Además es equitativo, pues todos los sectores van a trabajar, no solo algunos. Es bien transparente. CA: Le hago una pregunta: ¿Es preferible que las empresas pongan en marcha este programa de manera individual, o es mejor que toda una ciudad, o todo un país, lo implemente en su conjunto? UA: Considero que se puede implementar por niveles. Para algunas empresas es totalmente natural, como hospitales o escuelas. También puede funcionar a nivel de ciudad o región. Y aconsejaríamos ponerlo a prueba durante un mes, por ejemplo, para ver si los casos aumentan. Si eso ocurre, se puede reducir la cantidad de días de trabajo. Y si los casos bajan rápidamente, se pueden agregar días y adaptarse al clima y al sitio donde se encuentra la persona. De modo que es adaptable. CA: Si el horario de trabajo coincide con el escolar, por ejemplo, los padres pueden volver al trabajo los días en que los niños asisten a la escuela. UA: Así es. CA: En realidad, es un excelente ejemplo de que los países pueden organizar a las familias en categorías A y B, por así decir, para que esa sincronización sea posible. UA: Claro. Se puede organizar a las familias en Grupo A y Grupo B, y entonces los niños van a la escuela y los padres al trabajo de manera sincronizada. Y luego lo hace el otro grupo, alternándose entre semanas. Hay gente que necesita trabajar a tiempo completo, como los docentes y la gente que brinda servicios esenciales. Es lo que ocurre en todo confinamiento: una franja de la población debe trabajar de continuo. Pero la región que adhiera a esto debe estar protegida, pues su número de reproducción es inferior a 1, para que los casos importados tampoco se propaguen demasiado. CA: Le damos la bienvenida a quien mencionamos antes, David Biello. David Biello: Hola a todos. Uri, como podrá imaginar, hay muchas preguntas que el público quiere hacer. La primera es sobre los trabajadores que brindan servicios esenciales. ¿Cómo harán los profesionales de la salud y otros trabajadores que no tienen el tiempo o la flexibilidad para hacer el aislamiento que Ud. sugiere? UA: Quiero aclarar que algunos trabajadores esenciales o personas de bajos ingresos no pueden estar confinadas porque necesitan ganarse la vida. Los estudios demuestran que la movilidad entre los sectores de bajos ingresos es mayor durante el confinamiento. Y en los países en desarrollo, tienen que salir de su casa. No se los puede obligar al confinamiento. Por eso, esta estrategia de 4 y 10 días puede ser más llevadera para quienes deben ganarse el sustento en esos días, o al menos pueden decidir quiénes irán a trabajar y quiénes permanecerán confinados. Algunos países no logran un R menor a 1 ni siquiera en confinamiento, porque algunos no se adhieren, como los trabajadores informales. Nosotros creemos que un ciclo de 4 y 10 días puede hacer más llevadero al confinamiento y posiblemente ubicar el nivel de contagio por debajo de 1. Esto afecta a miles de millones de personas en todo el mundo. Espero haber respondido la pregunta. DB: Sí, claro. Tenemos otra pregunta del público, y es la siguiente: ¿Tienen alguna estimación numérica que cuantifique los riesgos de este ciclo de 4 y 10 días? UA: Pues bien, en nuestro estudio científico hicimos todos los análisis de sensibilidad correspondientes, pero el interrogante es: ¿con qué comparamos esos riesgos? ¿Con la economía? Es posible que haya un rebrote. Ojalá que no, pero existe la posibilidad concreta. Y si eso ocurre, está claro que un rebrote y otro confinamiento tendrán peores consecuencias en la salud que el ciclo de 4 y 10 días. En definitiva, todo depende de con qué comparemos los riesgos. DB: Está claro. Uri, gracias por compartir estas ideas. CA: Así es. David, quédate. Antes de que se vaya, le pregunto: ¿Hay gobiernos que hayan manifestado interés por esta propuesta? ¿Tiene referencia de que se haya implementado como política de Estado? UA: Sí, estamos en contacto con varios países de Europa, de Sudamérica y, claro está, con Israel. Austria, por ejemplo, aplicó un programa similar en las escuelas, que consiste en cinco días de clase cada dos semanas. También lo han hecho empresas y hospitales. Estamos muy a la expectativa de los resultados. CA: Personalmente, me gusta el punto de partida del plan, que es aprovechar la debilidad del enemigo, y el hecho de que en ese período de cuatro días no es necesariamente tan peligroso después del contagio. Si se pudiera encontrar la manera de actuar en ese momento... Supongo que los testeos pueden ayudar en este sentido, testeando a la gente antes de que retome su actividad. UA: No es necesario el testeo. Se puede aplicar en regiones enteras sin testear. Si se decide hacer el testeo, sería más efectivo si se realiza una vez cumplidos los 10 días de aislamiento. De este modo, cada testeo tendría un mayor impacto para reducir el número de reproducción. CA: Es decir que en lugar de testear a toda la población cada tres o cuatro días, se haría cada dos semanas, lo cual es un objetivo más factible. UA: Exactamente. CA: Muy bien, Uri Alon, muchas gracias por el tiempo que nos ha dedicado.