Primero intenté tener citas en línea
en mi primer año de universidad,
que fue en 2001, en caso de que
no puedan ver mis arrugas.
Como habrán visto, mido 1,80 m
y cuando llegué a la universidad y vi que
el equipo masculino de baloncesto de la
División III tenía un promedio de 1,72 m,
abandoné la escena en el
campus y entré en línea.
Por entonces, las citas en línea
eran muy parecidas a la trama
de "Tienes un E-mail".
Escribías largos correos electrónicos
durante semanas,
antes de que finalmente
te reunieras en la vida real.
Salvo que, en mi caso, me di cuenta
de que no tenía química
y ahora, vuelta al punto de partida.
Aunque las citas en línea han cambiado
mucho en los últimos 17 años,
muchas de las frustraciones
siguen siendo las mismas.
Porque aquí está lo que hace bien.
Amplía tu conjunto de citas potenciales
más allá de tus círculos sociales
y profesionales existentes.
Y esto es lo que no funciona bien.
Literalmente todo lo demás.
(Risas)
Algunas cosas que deben saber sobre mí:
Soy una sobresaliente matemática
y dramaturga orientada a la acción,
que terminó con un MBA.
Cuando las cosas no funcionan,
tiendo a dar un paso atrás,
aplicar mis herramientas de negocios
para descubrir por qué y solucionarlo.
Mi vida amorosa no fue una excepción.
El verano antes de cumplir los 30,
me fui a un retiro de relaciones.
Que significa que acampé
sola en Maine una semana,
para hacer un retrospectiva de
mi historial de relaciones mediocres.
Porque la cosa era que sabía
lo que quería en una pareja.
Amabilidad, curiosidad, empatía,
un sentido de propósito.
Y, sin embargo, esto fue
lo que elegí en línea:
Grado de la Ivy League, 1,80 o más alto,
vive a menos de 12 paradas de metro de mí.
No es que intencionalmente
haya priorizado esas cosas,
es simplemente lo más fácil
de investigar en línea.
Es como una reseña de un currículum,
por eso estos chicos
se veían bien en el papel
y nunca casaban bien conmigo.
Cuando volví a estar en línea
en la primavera de 2016,
decidí rediseñar el proceso a través de
algunas herramientas comerciales clásicas.
Primero, fui a OkCupid,
porque quería evitar la ludificación de
las aplicaciones basadas en pillar.
Y también, porque quería
una muestra de escritura.
A continuación,
configuré un filtro de ventas,
retirando cualquier
apreciación de mi tipo,
y en su lugar definí los criterios
que calificarían a un candidato.
El mensaje inicial
tenía que tener tres cosas:
tenía que estar escrito en oraciones
completas y con buena gramática;
tenía que hacer referencia
a algo en mi perfil,
y así sabía no era algo de copiar y pegar;
y tenía que evitar
todo el contenido sexual.
Pensé que era una vara bastante baja,
pero resulta que de mis
210 mensajes entrantes,
solo el 14 % pasó ese obstáculo.
(Risas)
Luego, quería encontrarme en la
vida real lo más rápido posible,
porque las cosas que me importaban
no las veía en línea.
Pero la investigación, y mi experiencia,
muestran que con solo unos 30 segundos
con alguien se sabe si hace clic.
Entonces inventé la cita cero.
La cita cero es una bebida, una hora.
Con el objetivo de responder una pregunta:
¿Me gustaría cenar con esta persona?
¿No "este es el que es"?
Literalmente, "¿Me gustaría pasar
3 horas al otro lado de la mesa
de esta persona?".
Les dices que tienes poco tiempo
...bebidas con amigas, una
conferencia con China...
no importa, ellos no te conocen.
El punto es una hora.
Si es increíble,
programe una primera cita.
Y si no es impresionante, cambie de forma
gradual a modo diversión
y trabaje en historias para su
próximo evento de hacer contactos.
Además, como es solo una hora,
puedes despachar hasta tres en una noche
y así solo tienes que peinarte y elegir
un gran atuendo por semana.
La cita cero también me dio la
oportunidad de ver cómo respondían
a que yo los invitara a salir.
Pensé que no a todos les gustarían
mis agallas, y tenía razón.
De mis 29 potenciales calificados,
solo 15 respondieron mi mensaje,
y de esos, 6 programaron una cita cero.
Mi primera fue con
un diseñador de escenas.
A ambos nos iba el yoga
y preferimos la mantequilla de maní,
así que parecía bastante prometedor.
Pero 2 minutos después, ya podía decir
que no iba a ser nada
y me sentí aliviada de no cenar con él.
Después de eso, estaba algo nerviosa
de ir a mi siguiente cita cero.
Pero habíamos acordado reunirnos en
Brooklyn Heights Promenade
con un whisky para ver el atardecer,
y, sinceramente, estaba a
2 cuadras de mi apartamento.
Además, este tipo tenía un podcast,
tengo un podcast,
en el peor de los casos, podíamos
hablar de nuestros podcasts.
Entonces, Chaz se sentó a mi lado.
Y este hombre amable y empático
hacía grandes bromas e incluso
mejores preguntas.
Era abogado y escritor, y sus ojos
brillaron cuando se rió
y se apretaron fuertemente cuando lo besé
y en algún momento de la noche, nuestra
cita cero se convirtió en la primera cita.
Y 2 años más tarde, tenemos una lavadora,
una secadora y dos plantas en casa.
No puedo prometerles que acaben
con plantas de interior.
Pero el objetivo de esta historia
es que las citas en línea
no tienen que apestar.
No lo trate como un juego, y no lo trate
como una revisión del currículum.
En cambio, úselas para obtener
y calificar clientes potenciales
y luego desconectarse lo más
rápido posible con la cita cero.
Porque el objetivo de esto no es ligar.
Es encontrar a la persona.
Buena suerte.
(Aplausos)