¿Te vas de viaje?
¿Tan pronto, Jane?
¿Sin aviso?
Oh, lo siento, queridos,
me han llamado de pronto.
Estaré fuera por unos 4 días, tal vez más.
Pero regresarás a nosotros.
Porque, hablas sin decir mucho.
¿Vas sola?
Si. Es para ver o escuchar noticias
de un amigo el cual me
ha tenido intranquila por un tiempo.
Oh, Jane, te ves muy pálida.
¿Estás segura que te sientes
lo suficientemente bien como para viajar?
Nada me acontece, salvo la ansiedad en la mente,
la cual espero, mi viaje disipe.
Oh, Diana, no puedo decirte más sobre el asunto
no ahora.
Lo siento. Perdóname.
Ésta es tu casa, Jane.
Eres libre de ir y venir
como te plazca.
De ir y regresar, quieres decir.
Oh, Jane, regresa ponto a nosotros.
¿Por favor?
Mi jefe podría estar a bordo por todo lo que se.
Y si estuviese en Thornfield Hall
con su pobre esposa lunática,
No me atrevería a buscar su
presencia o a hablarle.
Decidí preguntar en el inn.
Ellos podrían decirme
todo lo que necesito saber.
Buen día a usted, señora.
La vi bajar del autobús.
¿Desea un cuarto?
Si. No.
¿Qué tan lejos está Thornfield Hall de aquí?
Oh, solo 3 kilómetros
a través de aquéllos campos.
Iré pronto en el carruaje,
si desea que la lleve.
Se lo agradezco. Debo ir de inmediato.
¿Podría usted cuidar de mi caja, por favor?
Si, señora.
Gracias.
¿Hay alguien aquí?
¿Señora?
¿Es ella la mujer del autobús?
Aquí estoy. ¿Qué ha sucedido? ¿Qué está haciendo aquí?
Estaba en un estado extraño, señora.
Yo... Estaba preocupada por ti.
Venía hacia aquí,
y pensé en echar un vistazo a la
vieja y pobre mansión.
Pensé que tal vez le gustaría que lo
llevara de vuelta al inn.
Si, es triste, señora, ¿no?
Viví aquí alguna vez, como mayordomo.
No en mi tiempo. Usted es un extraño para mi.
Y usted para mi, señorita.
No, fue en el tiempo del difunto Mr. Rochester.
¿El difunto? ¿Está muerto?
Quiero decir, el padre del presente
Mr. Rochester.
Debió de haber estado lejos de estas
tierras, señora,
o habría escuchado que
sucedió el otoño pasado.
Oh, fue una terrible calamidad, señora.
Todo se fue. Todo se quemó.
Antes de que los bomberos pudieran
llegar de Millcote,
todo el edificio
era una masa de fuego.
Lo presencié yo mismo.
¿Se sabe cómo empezó?
Oh, adivinaron, señora, adivinaron.
Y los sirvientes tenían que una historia que contar.
Usted, probablemente no esté al tanto
señora, que había una mujer,
una lunática, que mantenían en la casa.
Escuché algo sobre ello.
Bueno, una cosa muy extraña sucedió
desde hace un año.
Una cosa muy extraña
Esta mujer, señora, resultó ser la
esposa del Sr. Roachester,
y había una joven,
una institutriz en la mansión,
de la que el Sr. Edward se enamoró.
Eso no importa. Por favor,
cuénteme del incendio.
Muy bien, señora.
Bueno, pues parece que arriba,
en la habitación de la lunática,
mientras su guardia dormia...
¡Señor! ¡Señor!
¡Te odio!
¡Te odio!
Y el minuto siguiente
se extendía, destrozada sobre el pavimento
Tan muerta como las piedras sobre
las cuales yacía su cerebro y sangre.
Fue aterrorizante.
Oh, santo Dios.
¿Se perdieron otras vidas?
No, señora, pero tal vez habría sido mejor
si se hubieran perdido.
¿A qué se refiere?
Bueno, pobre señor Edward.
Algunos dicen que fue un juicio por
intentar casarse con esa pobre muchacha.
Usted dijo que estaba vivo.
Si, si puede llamarlo vivo.
Está ciego como topo.
¿Ciego?
Pues, después de que la Sra. Rochester murió,
él se vino abajo,
pero hubo un choque, y cuando lo sacaron
de las ruinas.
Él solo estaba vivo.
Mr. Carter tuvo que amputar
una mano y perdió un ojo,
y el otro estaba tan inflamado,
que el Sr. Rochester no puede ver.
Es un ciego lisiado.
¿En dónde está ahora?
Con el viejo John y su esposa, en Ferndean,
una casa que tiene, a unos 48 kilómetros.
Está muy venido a bajo, dicen.
¿Vino en su carruaje?
Si, señora.
Por favor lleveme a Ferndean.
Le pagaré bien.
- De una vez, por favor, de una vez.
- Si, señora.
Pero no deja que la gente lo ayude. Nunca.
María, ¿cómo estás?
Y John, ¿cómo estás?
¿Ni una palabra de bienvenida de ninguno
de ustedes?
No soy un fantasma,
Señorita Eyre.
¿Es usted en verdad, señorita
vino a este lugar tan solitario
a esta hora?
Está apartado, ¿verdad?
Él desea vivir lejos del
mundo, señorita.
Me tomó horas en carruaje.
He venido desde Thornfield.
Se lo que sucedió ahí.
Si, terrible fue.
Envié el carruaje de regreso.
Estoy segura de que pueden encontrarme
una habitación para pasar la noche.
No hay nada más que
el cuarto viejo y polvoso de arriba.
Puede subir con una escoba,
John, y prender el fuego.
Y yo me puedo asegurar que la señorita
Eye
tenga sábanas secas y una cama
cálida para la noche.
Ahí está el amo
Cuando vaya a su amo,
dígale que hay alguien aquí que desea
verlo,
pero no le diga mi nombre.
No creo que quiera verla, señorita.
Se niega a ver a cualquiera.
John, dejé mi caja bajo el
árbol junto a la puerta.
¿Podría buscarlo por mi, por favor?
Está empezando a obscurecer,
llevela a mi habitación.
Si, No se ha olvidado quien hace
la búsqueda y la cargada, señorita.
Gracias, John.
Debe enviar su nombre y asunto.
¿Es esto para lo que llamó?
SI. Siempre hace que le llevemos velas
en la obscuridad, aunque esté ciego.
Yo la llevaré para él.
Oh, Dios, ¿qué me dirá?
Es la habitación al final del corredor
señorita.
Déme el agua, María.
¿Qué sucede?
Abajo, Pilot.
Eres tú, María, ¿cierto?
María está en la cocina.
¿Quién es?
¿Quién es? ¿Quién habla?
¿Desea más agua, señor?
Derramé la mitad de lo que estaba en el vaso.
¿Quién es?
¿Qué es?
Pilot me conoce.
John y María saben que estoy aquí.
Llegué esta tarde.
Santo Dios.
¿Qué desilusión ha caído sobre mí?
¿Que dulce locura me ha tomado cautivo?
No hay engaño, ni locura.
Déjame tocarte.
Sus dedos.
Sus pequeños, ligeros dedos.
¿Eres tú, Jane? ¿Qué es esto?
Ésta es su figura.
Y ésta es su voz.
Toda ella está aquí. Su corazón también.
Jane Eyre.
Jane Eyre.
Regresé a ti.
Tales sueños que he tenido en las noches
donde la sujetaba
a mi corazón como hago ahora,
y la besaba.
Y se sentía como si me amara.
Y confiaba en que ella jamás me dejaría.
Lo que nunca voy a hacer desde éste día.
¿Nunca?
Pero siempre desperté y
me dí cuenta que era una mofa vacía.
Mi gentil, dulce sueño...
volarás también tu.
¿Esto se siente cómo una mofa?
¿Llamas a ésto un sueño?
¿Eres tu, es, Jane?
¿Tu has regresado a mi?
He regresado.
¿No yaces muerta en alguna zanja?
¿No eres una despreciada forajida entre extraños?
Soy una mujer independiente ahora.
Un tío en Madeira murió,
y me dejó 5,000 libras.
¿Qué, Janet?
¿Eres una mujer independiente?
¿Una mujer rica?
¿Una mujer... libre?
Bastante rica.
Para construir una casa cerca
a la que puedas llegar y
sentarte en mi salita
cuando necesites compañía en una tarde.
Ah, eres rica, Jane.
Tendrás ahora sin duda amigos,
que no sufrirán para que tu
te dediques a un pobre
desastre de ciego.
Soy mi propia ama, señor.
¿Y te quedarás?
Ciertamente.
Seré tu vecina,
tu enfermera, tu ama de llaves.
Te encuentro solo. Seré tu compañía.
Te leeré, caminaré contigo,
me sentaré contigo, esperaré por ti,
seré ojos y mano para ti.
No te dejaré desolado.
Esto es lástima, no amor.
No.
- Déjame.
- No
¡Déjame!
Te lo suplico.
Él fue alguna vez así.
Recuerdo la vez que la Sra. Fairfax...
Maria.
¡María!
¿Si, señor?
Nuestra visitante no se pudo haber ido.
¿Dónde está?
Oh, ella....
está en alguna parte de la casa ,señor.
Bueno, encuéntrala. Tráela.
Si, señor.
Estoy aquí, señor.
Sigo aquí.
Jane...
no debes irte.
Te he tocado, sentido, escuchado.
No puedo dejar estas alegrías.
Pensarán que soy egoísta,
pero eso no importa.
Muy bien, señor, está arreglado.
Si,
pero tu entiendes una cosa por quedarte,
y yo entiendo otra.
¿Que ve cómo mi entendimiento señor?
Quieres decir que esperarás por mi, como una
especie de pequeña enfermera.
Si fueras tan gentil.
Supongo que tengo que entretener sentimientos
paternales para usted.
¿No lo cree?
Ven, dime.
Pensaré, señor, en lo que le guste.
Pero no puedes ser siempre mi enfermera, Janet.
Eres jóven.
Debes casarte algún día.
No me importa casarme.
¡Debería importarte!
Si fuera lo que una vez fui,
intentaría hacer que te importara.
Era hora de que alguien empezara a
rehumanizarlo, señor.
¿Tienes un peine de bolsillo contigo?
¿Para qué?
Ven, dámelo.
Listo, mejor.
Su negra melena desalineada es alarmante.
¿Y esto?
Es una lástima verlo.
Y una lástima ver tus ojos
y la cicatriz en tu frente.
¿Quiere cenar, señor?
No quiero cenar.
Nunca ceno.
Bueno, cenará esta noche.
Está hambriento, estoy segura.
Listo. Mucho mejor.
¿Puede decir cuándo hay un buen fuego?
Con el ojo derecho. Puedo ver un brillo.
¿Puede ver las velas?
Muy difusas.
Cada una es un borrón brilloso.
¿Puedes verme?
No, mi hada.
Pero puedo escucharte y tocarte.
Jane, creí que te repugnaba.
¿En serio?
¿Soy espantoso, Jane?
Si, señor. Siempre lo fue, lo sabe.
Bueno... la crueldad no se ha ido
de ti, a donde sea que hayas viajado.
He estado lejos,
con mejores personas que usted, señor
mucho más refinadas y exaltadas.
Bueno, ¿con quién demonios has estado?
No lo sacaras de mi esta noche.
Estas muy cansado,
te diré mañana.
Tu cruel, desafiante.
Nacida hada
pero criada por humanos.
Ahora voy a dejarte.
He viajado los últimos 3 días,
y también yo, estoy cansada.
Buenas noches, señor.
Jane...
¿habían solo mujeres viejas en dónde estuviste?
Buenas noches, señor.
Este Sgr. John Rivers, entonces
¿es tu primo?
Si, señor.
¿Te agrada, Jane?
Sgt. John es un muy buen hombre.
No podría no agradarme.
¿Es un hombre capaz?
Verdaderamente capaz, señor.
¿Un hombre bien educado?
Sgt. John es un académico profundo, señor.
Sus modales, creo dijiste...
no eran de tu agrado.
Mojigato y cleriquezco.
Nunca mencioné sus modales,
pero son, finos, de caballero.
Su, uh...
apariencia. Olvidé cómo describiste su apariencia.
Uh, una criatura cruda,
medo estrangulada en tela, ¿hmm?
El Sgt. John se viste bien.
Es un hombre bastante atractivo.
Alto, rubio, de ojos azules
y con un perfil griego.
Maldito sea.
¿Te gusta, Jane?
Oh, si, me gustaba, señor.
Pero me ha preguntado eso antes.
Tal vez, preferirías no sentarte
junto a mí más tiempo, señorita Eyre.
¿Por qué no, Sr. Rochester?
El contraste entre un
Apolo alto, agraciado, con cabello
y un Vulcano, negro de hombros anchos y...
ciego al negocio.
Nunca pensé en eso antes,
pero eres tienes un estilo Vulcano.
Este hombre, Rivers...
¿quería casarse contigo?
No necesita estar celoso.
Solamente quería provocarlo.
Pensé que el enojo sería mejor
que la pena.
No soy tonto, Jane.
Formaste un nuevo lazo.
¿Con quién?
Este hombre Rivers...
Sgt. John Rivers.
Es joven y guapo.
Quiere casarse contigo.
Lo hará.
Él no me ama.
Yo no lo amo.
Tu sobre toda la gente
debería entender lo que significa.
Jane...
hace 4 días, el pasado lunes,
un humor singular me vino.
Uno en que la pena fue remplazada con histeria.
Estaba sentado en mi habitación
junto a la ventana abierta,
rompió involuntariamente de mis labios
ahí, las palabras, "Jane..."
"Jane, Jane, Jane."
¿Lo dijiste en voz alta?
Lo hice.
Creerás que estoy loco.
Pues una voz, que no puedo
decir de donde vino,
pero se de quien fue la que respondió.
Dijo...
"Voy, esperame."
Unos momentos después
vinieron en el viento
las palabras "¿Dónde estás?"
Jane, no quiero una enfermera o una amiga.
Quiero una esposa.
¿En serio, señor?
Si.
¿Es novedad para ti?
No.
¿Es una noticia no recibida?
Eso depende de las circunstancias, señor.
En tu decisión.
La que debes hacer por mi.
Soportaré tu decisión.
Dejo la decisión en ti.
Escoja entonces, señor...
ella quien lo ama.
Escogeré al menos a la que amo más.
Jane...
¿Te casarías conmigo?
Si, señor.
¿Un hombre ciego a quién tendrás que tomar de la mano y guiarlo?
Si, señor.
¿Un lisiado, casi 20 años más grande que tu
a quien tendrás que esperar?
Si, señor.
¿De verdad, Jane?
Verdaderamente, señor.
He estado casada por 10 años.
En dos años, Edward recuperó la vista de un ojo,
justo antes de que nuestro primer hijo naciera.
Se lo que es vivir
por y con lo que amo más en esta Tierra.
Soy tanto la vida de mi esposo
como él es mio.
Somos hueso del hueso del otro
y carne de la carne del otro.