Creo que la escalera puede ser
uno de los elementos físicos
más emocionalmente maleables
con que un arquitecto trabaja.
[Cosa pequeña. Idea grande.]
[David Rockwell habla de las escaleras]
En el sentido más básico, una escalera
es una manera de ir de un lugar a otro
a diferentes alturas.
Las escaleras tienen un lenguaje en común.
La huella, la parte en que se pisa.
La contrahuella, el elemento vertical
que separa las dos huellas.
Muchas escaleras tienen voladizos,
que forman una clase de borde.
Y la parte conectada es una zanca.
Esas piezas, en diferentes formas,
constituyen toda escalera.
Supongo que la escalera se originó
la primera vez que alguien dijo:
"Quiero subir a esa roca alta
desde la roca más baja".
La gente escalaba usando
cualquier cosa disponible:
troncos escalonados, escaleras de mano
y senderos naturales que
se formaron con el tiempo.
Algunas de las escaleras más antiguas,
como las pirámides en Chichén Itzá
o los caminos al Monte Tai en China
eran una manera de subir
a una elevación más alta
que la gente buscaba para venerar
o en busca de protección.
Con la evolución de la ingeniería
evoluciona lo práctico.
Las escaleras se hacen
de todo tipo de material.
Hay escaleras lineales,
escaleras de caracol.
Las escaleras pueden estar adentro,
pueden estar afuera.
Claro, nos ayudan en una emergencia.
Pero también son una forma de arte en sí.
Conforme nos movemos por una escalera,
la forma dicta nuestro paso,
nuestra sensación, nuestra seguridad
y nuestra relación e interacción
con el espacio circundante.
Piensa por un momento en bajar
por una escalera gradual y monumental,
como la escalera de la
Biblioteca Pública de Nueva York.
Desde esas escaleras,
tienes una vista de la calle
y de toda la gente a tu alrededor,
y el paso es lento y estable
porque la huella es muy ancha.
Esa es una experiencia totalmente distinta
que bajar por, digamos,
la escalera estrecha de un viejo bar,
donde entras cayendo al lugar.
Allí encuentras contrahuellas altas,
así que te mueves más rápido.
Las escaleras añaden
un dramatismo considerable.
Piensa cómo la escalera
señalaba una gran entrada
y era la estrella del momento.
Las escaleras pueden ser hasta heroicas.
La escalera que quedó en pie
después del 11 de septiembre
y el atentado del World Trade Center
se apodó la "Escalera
de los Sobrevivientes",
porque tuvo un papel principal
en llevar a cientos de personas
a un lugar seguro.
Pero una escalera pequeña también
puede tener un impacto enorme.
La escalera de entrada
invita a los vecinos a reunirse,
a poner música a todo volumen
y a ver la ciudad en movimiento.
Me fascina ver personas que quieren
pasar tiempo en la escalera.
Creo que están satisfaciendo
un deseo profundamente humano que tenemos
de habitar un espacio
en un plano más allá del suelo.
Así que si puedes sentarte
por allí a media escalera,
entras a un lugar mágico.