Gánsters Legítimos
por Seb
Vivimos en un mundo donde
los mismos cimientos
de nuestro sistema económico
se basan en los rangos sociales.
Cuanto más alto subas, más cerca podrías
llegar al cartel de los bancos.
Si te gusta hablar del crimen organizado,
quizás la institución más poderosa
de todos los tiempos,
entonces analiza un poco más de
cerca quién controla cada centavo.
La mayoría de los gánsters van a la guerra,
tienen armas y venden cocaína en la calle.
Pero los mejores crean guerras, venden
armas y son personas que nunca conocerás.
He aquí unas preguntas:
¿Qué crimen es mayor,
estar en prisión
o ser dueño de una?
¿Dispararnos unos a otros con AK47
o ser quien vende las armas
a ambos lados?
Lo cierto es que ninguno.
Ambos casos están limitados por las circunstancias,
el condicionamiento y la causalidad.
El acto o posición es simplemente
el resultado determinista.
Sin embargo, además de esto, el sentido de
moralidad de la gente parece distorsionado.
Pero qué más se puede esperar de un mundo donde
los traficantes de armas, los CEO y los banqueros
son los últimos en ser condenados.
También es interesante cómo los uniformes y las
insignias parecen hacer que matar gente esté bien.
Como todos esos soldados y policías que asesinan a
civiles inocentes en este juego desigual que practicamos.
Las diversas instituciones de este sistema
legitiman a quienes sirven a lo establecido.
Mientras que los jugadores de bajo nivel están contínuamente
en desventaja económica y siendo demonizados.
¿Cómo puedes justificar un sistema de este tipo en el que las
élites gobernantes se visten con trajes de millones de dólares,
mientras que miles de millones hacen trabajos de forma innecesaria
y sin sentido como prostitutas programadas?
No puedes, ya que toda la estructura piramidal
refuerza una mentalidad mafiosa agresiva
Con cierto nivel de odio, violencia y clasismo,
como parte de la realidad cotidiana.
Toda la estructura corporativa
parece ser como la mafia.
La consolidación de poder, la lealtad
y las prácticas despiadadas
son los protocolos que
engendran esta egomanía.
Sin embargo, no estoy diciendo que uno deba odiar
a cualquier tipo de gángster, legitimado o no.
Como todos los seres humanos, somos productos de
la cultura y de nuestra estructura socioeconómica,
y eso es algo importante a saber.
Sin embargo, lo que estoy diciendo es que ser despiadado,
brutal, depredador, competitivo y adquisitivo,
como un gánster,
no sale de la nada.
Es lo que enseña esta cultura capitalista,
con todos los guetos, desigualdad,
películas, medios de comunicación,
escuelas de negocios y universidades
moldeando a los humanos en todas partes.
Y mientras exista este Juego del Comercio,
Nuestro mundo de gánsters, de bajo
nivel como legítimos, persistirá.
Para saber más sobre un mundo libre de comercio
más allá de los gánsters, visita Tromsite,
el Proyecto Venus y el Movimiento Zeitgeist.
Gracias por escuchar chicos
y como siempre, mucho amor.
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