Probablemente recuerdan esta imagen de la cancillera Angela Merkel haciéndose un selfie con un refugiado. Esta imagen y otras semejantes levantaron ampollas en el parlamento alemán y en muchos parlamentos europeos, poniendo en jaque a la Unión Europea. Desde el principio no hubo consenso entre la población alemana ante tal avalancha de refugiados procedentes de Oriente Medio, camino de Europa. La cultura de bienvenida fomentada Angela Merkel desde un principio no fue siempre valorada por todos. Desde un principio había gente que la apoyó y otras personas que no. Las personas que no la apoyan actualmente, cada vez son más, cada vez hay más detractores, y esto le va a pasar factura a Angela Merkel, obviamente. No quiero entrar en detalles acerca del futuro político de Angela Merkel, pero sí que me gustaría mencionar que ella, para mí, es una de las personas políticas en la actualidad que tiene una autoridad moral a pesar de sus errores, de la que carece la mayoría de los políticos actuales. Esta es una gráfica que muestra el número de refugiados que entraron en Alemania durante el año pasado. El primer grupo es de Siria, seguido por el grupo que vino de Irak, y el grupo que vino de Afganistán. Según un informe de UNICEF publicado hace escasas dos semanas, la mitad de las personas que huyen de la guerra son menores de edad. El discurso en contra de los refugiados es bastante conocido: "Nos van a islamizar". "Estamos dejando entrar a terroristas". "Estamos perdiendo la identidad". Y es verdad que también hay personas que están muy a favor o empatizan con las personas que huyen de la guerra, pero también puedo constatar que entre esas personas hay una especie de escudarse ante los errores de los políticos para no actuar, para no participar en iniciativas que puedan, si no resolver, por lo menos paliar estos dramas personales tan graves. En el discurso oficioso y en el discurso oficial se destaca como algo clave para la integración de los refugiados el aprendizaje del alemán. Yo soy de Barcelona, yo soy lingüista. Desde hace cuatro años vivo en Colonia, en Alemania, y para mí también es un factor clave el aprendizaje de la lengua para poderse integrar, pero no solo para los refugiados es un factor clave, sino para todos los inmigrantes en general. Investigo diferentes aspectos de la lengua en entornos multilingües desde hace varios años, y para mí la lengua no es un producto final que se pueda llegar a dominar. Para mí la lengua es un proceso que va cambiando a lo largo de la vida, a lo largo de las experiencias personales que vamos teniendo. Obviamente, la lengua es un poderoso instrumento de integración, de inclusión, pero también un poderoso instrumento de exclusión social. Si, por ejemplo, tienes una pobre competencia lingüística o tienes un acento extranjero, un dialecto determinado de una región, o, a lo mejor, tienes algún tipo de discapacidad que te afecta a la producción de la lengua oral, como, por ejemplo, la tartamudez, todos estos son ejemplos que influyen en cómo las personas te van a aceptar o te van a marginar en una sociedad. La utilización de la lengua y la identidad no es algo estático, es algo que va cambiando. No es como las huellas dactilares, que es lo que te acompaña toda la vida. La identidad es algo que se crea o se forja en función de los valores y las creencias que te da tu familia, te dan tus amigos y también va en función de lo que tú realmente quieres ser, y lo que tú quieres realmente ser va en función de tu motivación, del sentimiento de pertenencia que tienes con otros grupos con los que te sientes afín o identificado y también en función de las interacciones con grupos que son totalmente diferentes a ti. En los centros de refugiados en Alemania se ofrecen clases de alemán gratuitas, y uno podría pensar, es natural pensar, que estas personas deberían estar contentas de poder recibir estos cursos de alemán y también que deberían estar agradecidas. Pero es realmente significativa la ausencia de las chicas adolescentes en estos grupos de alemán, en estas actividades. Pónganse en situación: estas chicas llevan mucha carga, muchos trastornos postraumáticos, debido a un éxodo, a una tierra que nadie les había prometido, han visto cómo asesinaban a sus seres queridos, han visto cómo incendiaban o bombardeaban sus casas, otras desgraciadamente también han sido testigos o víctimas de violaciones en su particular trasiego desde Afganistán, Irak y Siria camino a Europa, o camino en este caso de Alemania. Si Uds. se ponen en su piel, ¿tendrían ganas de hacer clases de alemán o de cualquier otra cosa? Para más inri, las familias de estas chicas, los padres, los hermanos u otros familiares, les impiden que participen en estas actividades porque piensan que, a lo mejor, les van a dañar aún más. Y la pregunta es: ¿Qué hacer para que estas chicas empiecen a participar en esta nueva sociedad y que se puedan integrar? Esta es la pregunta que nos hicimos cuatro amigos: con el jersey rojo, Sandra, luego estoy yo, Lina y Peter. Los cuatro, por razones diferentes, tenemos mucho que ver con la adolescencia. Peter y yo, por tener hijas quinceañeras. Y Sandra y Lina, por trabajar también con este grupo, la adolescencia. Nosotros pensamos: ¿y si hacemos un proyecto donde no solamente sea atractivo para las chicas refugiadas, sino también atractivo para las chicas alemanas? ¿Podríamos conseguir unirlas? ¿Podríamos crear un espacio para que ellas interactuaran y quizá con ello que se pudiera contribuir a transformar su identidad? Así nació la inicativa de Hallofoto!. Es un proyecto intercultural para chicas adolescentes entre 13 y 17 años. Los objetivos de este proyecto eran: desarrollar... bueno, primero crear estos espacios de interacción para poder con ello desarrollar las competencias comunicativas. Y las competencias creativas de las chicas. Nosotros pensábamos: si desarrollamos ambas cosas seguro que vamos a crear la posibilidad de que desarrollen también competencias interculturales. Evidentemente, para desarrollar las competencias comunicativas había que pasar por el aprendizaje del alemán, no quedaba otra, y utilizamos un método novedoso: los tableros de comunicación aumentativa. Los tableros de comunicación aumentativa son ayudas para las personas que no son verbales, es decir, personas que no tienen lenguaje oral. Esta condición se puede dar desde el nacimiento, por ejemplo en el caso de niños con trastornos del espectro autista severos, o por ejemplo en niños con parálisis cerebral. También esta condición se pueda dar cuando ya eres adulto, porque tienes un ictus o porque tienes un accidente, o porque sufres una enfermedad neurodegenerativa, como es el párkinson. Estos tableros que utilizamos para el proyecto se componen de pictogramas y del vocabulario núcleo. El vocabulario núcleo son las palabras que se repiten más en la lengua espontánea y esto sucede, no solamente en alemán, sino también en español, en catalán, en vasco, en inglés, etc. La verdad es que las niñas aceptaron muy bien estos instrumentos, y los datos recogidos en el proyecto demuestran que sí, que lo valoran positivamente. De todas maneras, para ellas esto no es lo determinante para aprender alemán, para tener sueños, para estar motivadas, para querer realmente participar en esta nueva sociedad. Para ellas, lo realmente significativo, son los encuentros que formamos, que organizamos en Hallofoto!, en nuestro proyecto. Son encuentros interculturales porque estábamos fomentando la interacción cara a cara de grupos con marcos de referencia totalmente diferentes. Esto, por ejemplo, es la imagen de uno de los encuentros. Nosotros organizamos estos encuentros interculturales por temas y los temas los decidieron ellas. Este es el tema "Maquillaje y peluquería". En otro de los encuentros nos fuimos a un centro de aventuras donde había tirolinas, había juegos de equilibrios, túneles. El tema no era crear miedo, sino superar el miedo. De forma conjunta se iban ayudando, y no era cuestión de quién tenía más miedo o menos miedo, qué grupo era el que tenía más miedo o menos, era simplemente cada una en su expresión. Ya lo ven en las caras, no lo pueden definir quién es quién, la que tiene miedo. El caso es que en este, junto con otros encuentros... —Este es el encuentro que hicimos sobre cocina.— ellas ven significado. Y es en esa construcción de significado lo que genera una sensación de mestizaje, una sensación de crear vínculos, unos desarrollos interculturales que van más allá de las etiquetas. Las etiquetas lo único que hacen es generar estereotipos y generar prejuicios que no dan cuenta de la riqueza tan grande que somos cada uno de nosotros, o que tenemos cada uno de nosotros. Además de las competencias comunicativas también quisimos desarrollar las competencias creativas. La creatividad es la expresión afectiva y cognitiva de cada individuo. Y si nosotros activamos esa expresión de forma conjunta, primero, se desarrolla un espacio para generar cosas, primeramente impensables, que son mestizajes de expresiones donde ya se puede empezar a ver cómo se está forjando una competencia intercultural. Para eso se hicieron estos talleres de fotografía, para generar esta creatividad. Los talleres de fotografía los hicieron Peter y Sandra, que son los fotógrafos del grupo. Y estas son las fotos que las chicas se hicieron a lo largo del proyecto. A veces posaron y a veces fueron fotógrafas, ellas lo decidieron. Y cuando una ve estas fotos piensa: ¿dónde está el "ellas"? ¿dónde está el "nosotras"? Las fronteras están como muy diluidas. ¿Cómo nos definimos? Las fotos nos parecieron tan preciosas que pensamos que deberíamos hacer una exposición. Pero no queríamos hacer una exposición al uso, no queríamos hacer una exposición en un museo o en una galería de arte. Queríamos trasladar nuestras fotos, nuestra exposición, a un espacio urbano y teníamos una visión. Esta es la recreación por ordenador de nuestra visión: queríamos que nuestras chicas estuvieran en un tranvía, el tranvía del deseo. Nuestro deseo era tener una plataforma, una plataforma que fuera una declaración política en contra del sexismo y en contra de la xenofobia. Se lo presentamos a los transportes públicos de Colonia y se entusiasmaron bastante con el proyecto. Y a principios de julio, del pasado julio, se presentó el tranvía con las fotos de las chicas. (Aplausos) El proyecto tuvo muchísimo más éxito de lo que nos imaginábamos. De hecho, la prensa nos destacó como proyecto ejemplar, para contrarrestar las tendencias xenófobas que tristemente cada vez son más, no solamente en Alemania, sino en toda Europa. Así mismo, fueron muchas las personas que nos preguntaron si podían replicar el proyecto, si ellos podían hacer su especial Hallofoto!. Y por esta razón pensamos: lo vamos a licenciar, para que todo el mundo lo pueda utilizar. Por eso el proyecto está en Creative Commons, y desde este escenario, desde TEDxValladolid, les invito a todos los que quieran participar y poner en marcha su propio proyecto, que lo hagan. (Aplausos) Y no es lo que nosotros hemos enseñado, las cuatro personas del equipo, sino lo que nos han enseñado las chicas. Todas las participantes del grupo nos han mostrado formas de comunicarse y formas de interactuar. Primero, que rompen estereotipos. Segundo, que crean puentes. Que han generado también unas identidades transformadas, poderosas e interculturales, y estas identidades interculturales no se basan en el consenso, pero sí en el respeto mutuo, en ese respeto mutuo de empatizar con la otra, de ponerse en la piel de la otra, para así tener ese sentimiento de pertenencia. Y ese sentimiento de pertenencia es el que he estado sintiendo ante uds. mientras les estaba contando todo esto, y por esto les estoy muy agradecida. (Aplausos)