Hoy somos un país dividido
o al menos eso es lo que nos dicen.
Estamos divididos por la inmigración,
la educación, las armas
y la atención en salud.
La atención en salud
es algo feo y ruidoso,
tan fuerte que amenaza
con ahogar todo lo demás.
(Voz) Manifestantes: ¡La salud es un
derecho humano! ¡Pelea, pelea, pelea!
Manifestantes: ¡Eh, eh! ¡Ho ho!
El Obamacare tiene que acabar!
Rebecca Onie: ¿Pero si
tras todo el ruido,
no estamos divididos?
¿Y si las cosas que no preguntamos
son las cosas en las que
más estamos de acuerdo?
Resulta que cuando hacemos
las preguntas correctas,
las respuestas son alarmantes,
porque estamos de acuerdo,
no en el tema de la atención en salud,
sino en algo más importante:
estamos de acuerdo en la salud.
Durante 20 años, he estado
obsesionada con una pregunta:
¿Qué es lo que todos necesitamos
para estar sanos?
Como estudiante universitaria en 1995,
pasé meses hablando con médicos
en un hospital caótico en Boston,
preguntando: "¿Qué es lo que más necesitan
sus pacientes para estar saludables?".
Me compartieron la misma
historia una y otra vez,
Una de la que he escuchado cientos de
variaciones desde entonces.
Dicen: "Todos los días veo
a una paciente con asma exacerbado,
y prescribo un medicamento de control.
Pero sé que está viviendo
en un apartamento infestado de moho.
O veo a un niño con una infección de oído,
y prescribo antibióticos,
pero sé que no hay comida en su casa.
Y no pregunto por esos problemas,
porque no hay nada que pueda hacer".
Parece que no debería ser tan complicado
diseñar una consulta médica
sobre lo que las personas realmente
necesitan para estar saludables.
Así que creé Health Leads,
una organización que permite
a miles de médicos y otros cuidadores
preguntar a sus pacientes,
"¿Qué necesitas para estar sano?"
y luego prescribir esas cosas...
frutas y verduras, calor en el invierno,
electricidad para refrigerar
sus medicamentos...
y luego guiamos a los
pacientes a esos recursos.
en sus comunidades.
El modelo funciona.
Un estudio del
Mass General Hospital encontró
que guiar a los pacientes
a recursos esenciales
se asocia con mejoras en la presión
arterial y los niveles de colesterol.
similar a la introducción
de un nuevo fármaco,
pero sin todos los efectos secundarios.
Así que dos décadas después,
¿qué ha cambiado?
Ahora se reconoce ampliamente que solo
el 20 % de los resultados en salud
están atados a la atención médica,
mientras que hasta el 70 % están
vinculados a comportamientos saludables
y a lo que se llama los
determinantes sociales de la salud...
básicamente, todo lo que nos sucede
en esa gran mayoría de las veces
en que no estamos en el
consultorio del médico
o el hospital.
La atención médica
nos recuerda rutinariamente
que nuestro código postal importa más
que nuestro código genético.
Y una publicación de salud incluso
recientemente tuvo la audacia
de describir los determinantes
sociales de la salud.
como "la palabra de moda del año
para desentenderse".
También ha habido algo de acción.
En la última década, 6 grandes proveedores
de servicios de salud y aseguradoras
han comprometido más
de USD 600 millones
en viviendas asequibles,
reconociendo que reduce
la mortalidad infantil
y aumenta la esperanza de vida.
Pero seamos honestos.
¿Está nuestro sistema de salud
de USD 3,5 billones
fundamentalmente diseñado
para crear salud?
Absolutamente no.
Tomemos el acceso a alimentos saludables.
No hace mucho tiempo, un adolescente
acudió a un hospital en Baltimore
por pérdida de peso.
Justo cuando sus médicos se amontonaban
para determinar qué exámenes metabólicos
y análisis de sangre pedir,
uno de mis colegas pregunta en voz alta,
"¿Creen que él podría tener hambre?".
Resultó que este niño había sido
expulsado de su vivienda
y literalmente no había comido en semanas.
Dijo estar "... tan aliviado de que
alguien finalmente me pregunte".
De alguna manera,
hemos creado un sistema de salud.
donde preguntar a
un paciente "¿Tiene hambre?"
está tan lejos de los límites de lo
que cuenta como atención médica
que en su mayoría fallamos o nos
olvidamos de preguntarlo por completo;
donde los médicos se lamentan de una
"política de no tres sándwiches",
que significa que si eres un paciente
hambriento en emergencias,
solo puedes recibir dos sándwiches gratis,
pero tantas resonancias magnéticas
como el médico ordene;
donde, en 2016 en el estado de Texas,
gastaron USD 1,2 miles millones
en gastos médicos por desnutrición.
en lugar de dar acceso
a alimentos saludables;
donde un programa de Centros
de Servicios de Medicare y Medicaid
estratifica los pacientes hambrientos,
para que unos tengan acceso a alimentos
y otros información sobre alimentos,
con la justificación de que no hacer
nada por pacientes hambrientos
es la atención estándar
y habitual en este país.
Y eso es solo comida.
Lo mismo ocurre con
la vivienda, la electricidad...
La conclusión es que la atención
médica puede estar cambiando,
pero no lo suficiente y, ciertamente,
no lo suficientemente rápido.
Hacemos las preguntas equivocadas
a nuestros médicos, a nuestros pacientes
y también a nuestros ciudadanos.
Preguntamos y discutimos
sobre la atención en salud,
¿pero qué piensan
los votantes sobre la salud?
Nadie podría decirnos
la respuesta a esa pregunta,
así que lanzamos una nueva iniciativa
y contratamos una encuestadora para
preguntar a los votantes de todo el país:
¿Qué se necesita para estar sano?
Lo sorprendente de esto
fue que nadie tiene ni idea
de lo que hablamos
sobre atención en salud.
Los votantes no piensan que
los determinantes sociales de salud
sea una frase para desentenderse.
En realidad, la odian.
"¿A qué persona sin educación
se le ocurrió ese lenguaje?"
dijo uno de los votantes.
O mi favorito fue el tipo que dijo:
"Me estás matando".
Pero cuando te quitas todo lo ridículo
de nuestro lenguaje en la salud,
sabemos exactamente lo que crea salud.
Tomen a Charlotte, Carolina del Norte.
Teníamos dos grupos focales,
uno de mujeres afroamericanas demócratas
y uno de mujeres republicanas blancas.
Y les preguntamos:
"Si tuvieras USD 100,
¿cómo los gastarías para comprar
salud para tu comunidad?
Resulta que están de acuerdo
casi hasta el último punto porcentual.
Primero, están de acuerdo en que la
atención en salud solo afecta la salud.
Entonces eligen gastar
la mayor parte de sus dólares
fuera de hospitales y clínicas.
Y segundo, están de acuerdo
en lo que crea salud,
y gastan el 19 % en viviendas asequibles
y alrededor del 25 % en
acceso a alimentos saludables.
Estoy segura de que están pensando:
"Esto tiene que ser una casualidad".
Pero no lo es.
Los votantes blancos y
latinos masculinos indecisos en Seattle,
votantes demócratas blancos
y afroamericanos en Cleveland,
republicanos varones blancos en Dallas,
demócratas blancos de bajos ingresos
en Hendersonville, Carolina del Norte:
sus respuestas son
sorprendentemente similares,
todos ellos eligen gastar más dinero
en alimentos saludables y vivienda segura
que en hospitales y centros de salud.
Cuando haces las preguntas correctas,
se vuelve bastante claro:
podemos estar fracturados en
la atención médica en este país,
pero estamos unificados en salud.
Por lo que he estado luchando es por qué.
¿Por qué estamos de acuerdo con la salud?
Estamos de acuerdo en salud
porque es de sentido común.
Todos sabemos que las cosas que
necesitamos para recuperar la salud
--medicina y atención médica--
no son las cosas que necesitamos
para estar saludables,
para no enfermar en primer lugar.
Pero también estamos de acuerdo
debido a la experiencia común.
En un estudio de 5000 pacientes,
el 24 % de los pacientes
con seguro de salud privado,
es decir, que tenía un trabajo,
se quedó sin comida o luchó
por encontrar alojamiento o transporte
u otros recursos esenciales.
El 24 %.
Y vimos lo mismo en
nuestros grupos focales.
Casi todos los votantes sabían
lo que significaba luchar,
ya sea ellos mismos o sus familias
o sus vecinos.
Una de esas mujeres republicanas blancas
en Charlotte era camarera
y luchaba por permanecer despierta
con un enorme refresco Big Gulp.
Parecía agotada.
Y lo estaba.
Nos dijo que tenía dos trabajos
pero aún no podía pagar
una membresía en la YMCA,
pero estaba bien que
no pudiera ir al gimnasio, dijo,
porque tampoco
podía permitirse la gasolina
y caminaba 16 km ida y vuelta al trabajo
todos los días.
Al escucharla, sentí que este
pánico familiar aumentaba en mí,
el residuo de mi propia infancia.
Cuando tenía 10 años,
mi padre yacía en el piso de la sala
en las garras de una de
sus muchas depresiones.
Mientras me agachaba junto a él,
me dijo que quería suicidarse.
Mi padre vivió,
pero luchó para trabajar.
Y mi familia sobrevivió,
pero nos tambaleamos,
bajo un cheque de pago,
confiando en el salario de
maestra de escuela de mi madre.
Incluso de niña,
sabía que vivíamos a la sombra
del colapso financiero y emocional.
Esto es muy difícil de decir,
porque me ha llevado 25 años
ser honesta conmigo misma
en que es por eso que hago este trabajo:
saber que mi padre necesitaba
atención médica para recuperarse,
pero para estar saludable,
mi familia necesitaba algo más,
necesitábamos un ingreso decente;
y conociendo, como tantos más que yo,
ese pánico cuando lo básico
amenaza con escabullirse.
Para los votantes en nuestros grupos foco,
las soluciones fueron sencillas.
Como dijo una de esas mujeres blancas
republicanas en Charlotte:
"En lugar de poner todo este dinero
en atención médica,
hay que ponerlo en viviendas asequibles.
En fin, tomarlo y distribuirlo
de manera diferente".
Resulta que cuando tienes
el lenguaje correcto
y haces las preguntas correctas,
las respuestas se vuelven
notablemente claras.
y unánimes.
Lo que sabemos es que,
a pesar de todo el ruido,
el plan de atención médica en este país
es que no hay plan.
Pero tenemos algo más poderoso que
el proyecto de ley de cualquier político,
la plataforma de cualquier candidato,
o la declaración de política
de cualquier centro de pensamiento.
Tenemos nuestro sentido común
y nuestra experiencia común.
Así que te pregunto,
si eres un ejecutivo de salud:
¿Sabes cuántos de tus pacientes
se quedan sin comida
o luchan por pagar
la renta al final del mes?
¿Es que los datos en
su tarjeta de puntuación,
dan forma a tu negocio y tus bonos?
Si eres un político:
¿Seguirás luchando en la
tierra quemada de la atención médica,
o vas a actuar sobre lo que tus votantes,
lo que los votantes demócratas
y republicanos por igual,
ya saben,
que ese buen salario, una comida sana
y una vivienda segura
son la salud?
Y para el resto de nosotros,
para los ciudadanos de este país:
¿Exigiremos responsabilidad ante
lo que sabemos que es verdad,
que es nuestro sentido común,
nuestra experiencia común,
que nos hace los expertos
sobre lo que se necesita para estar sano?
Este momento, resulta ser,
no de tratar de cambiar las mentes.
Se trata de algo más poderoso.
Se trata de cambiar
las preguntas que hacemos
y acallar el ruido para escuchar
las respuestas de los demás.
Se trata de la posibilidad radical
que tenemos los pacientes,
nosotros los médicos,
nosotros los cuidadores,
nosotros los ejecutivos de la salud
y sí, incluso nosotros, la gente,
de que estemos de acuerdo.
Y ahora es el momento,
de hecho, desde hace mucho tiempo,
para que reunamos el coraje
de escuchar esas respuestas
y actuar sobre ellas.
Gracias.
(Aplausos)