Muchas gracias. Gracias por este aplauso respetuoso y ,sobre todo, merecido. Eh... bueno, me gustaría venir de mejor estado de ánimo. Perdonad que venga con esta poca de mala leche. Pero es que he discutido con mi pareja. Sí, ya sé que todos los humoristas usan esto pero lo mío es verdad. Hemos discutido. Discutimos mucho. Me ha dejado. Y... la verdad es que... Además, es que ella es muy de gritar Le gusta mucho gritar. Piensa que porque grite más, va a tener más razón. No se da cuenta de que si grita ella, yo también grito. Y así no nos entendemos. Porque, que no piense que porque grite me va a controlar. No, perdonad que os hable de esto pero es que es muy fuerte. Me dice: ¡Tira a hacer la cena! Digo: ¡Cuando acabe de planchar! No, perdonad, pero qué cojones. Que a mí no me controla nadie, hombre. Total que... Que al final, pues he dicho mira... Lo... Lo hemos dejado y tal, no y... Si yo me he dado cuenta de que, en el fondo, lo que pasa es que yo no le gustaba. Que te das cuenta y dices: joder, es duro... Pero dices, no le gustas Y tenía que haberlo visto venir... Porque estaban las clásicas señales estas que te hacen las tías y dices: ya no le molo. ¿Sabéis lo que os digo, no? Las miradas huidizas, las contestaciones oscuras... La orden de alejamiento, ¿sabes? Te vas ahí mosqueando y dices yo esta tía no... Así que ya digo, me gustaría venir de mejor estado de ánimo porque quería que esta actuación fuese espectacular. Es la primera vez que estoy en este canal. Eh... yo quería impresionarles. Digo: Coño, voy a currarme la actuación. De verdad, que me la he preparado con esmero y al detalle. Estaba deseando llegar aquí y decir: Buenas noches, Paramount Comedy. Yo he hecho revisión de todo esto y dices: ¿Dónde está el problema? El problema del humor. El problema por el que vosotros venís aquí deseando que os cuenten cosas. Os lo voy a decir de una forma muy sencilla. El otro día, me morí. Muere tanta gente... Y al punto que estaba ya de morirme, o sea, de lo que es irte, de repente, pasó toda mi vida delante de mis ojos, como en una película. En dos segundos, expresión que, probablemente, habréis oído utilizar mucho. Pero, en este caso fue cierto. Físicamente pasó toda mi vida delante de mis ojos como una película, en dos segundos. Imaginaos la mala hostia. Claro, digo: Joder, no tengo bastante con morirme, que me tengo que tragar cine español. Y claro, al verme en pantalla comprendí muchas cosas. Porque, claro, es que nunca nos vemos en pantalla. Comprendí, para empezar, que el cine español No es aburrido "per se", para los de la LOGSE: "porque sí" El cine español es aburrido porque está basado en vidas españolas, En vidas como la mía, en vidas como las vuestras. Está claro: Si mi vida es una mierda y vosotros me estáis viendo es porque vuestra vida es otra mierda. En cambio, el cine americano es acojonante porque está basado en vidas americanas, vidas trepidantes, llenas de emoción, de acción, de sentimiento. Pensadlo bien, ¿os habéis visto alguna vez en pantalla? ¿Pensáis que vuestras vidas dan para una película? No voy a veros ni en Día del Espectador, lo siento, ni gratis. En el fondo, si os veis en pantalla en un vídeo de un bautizo, una comunión, donde siempre hay un padrino borracho con una corbata aquí diciendo: ¡Viva el niño! Dos viejas bailando juntas porque nadie más quiere bailar con ellas Excepto el niño de la comunión, que mira así, diciendo: ¡Qué alguien me dispare, por Dios! Bueno, hay un momento en el que más de uno nos hemos visto en pantalla, cuidado. Es cuando pasamos por delante de la tienda de electrodomésticos y al de la tienda se le ha ocurrido poner una cámara aquí y un monitor allí. ¿Qué hacemos todos? Atención, 10 millones de años de evolución del ser humano para hacer la observación más inteligente de la historia de la humanidad. Decimos: Soy yo. Nos choca vernos ahí, ¿verdad? Gracias. Además, hay una gilipollez que intentamos más de uno que es vernos mirando. Es imposible, porque la cámara está ahí y el monitor ahí. Pero atención, que muy cabezones lo intentamos con prisa. Pues así es nuestra vida en pantalla. ¿Por qué no cambiamos los españoles? ¿Por qué no nos americanizamos más? Qué coño, si llevamos vaqueros, comemos hamburguesas, nos divorciamos... Hacemos prácticamente ya todo lo que ellos ¿Por qué no somos el estado 51 de la Unión? ¿Qué nos cuesta? Si total, estamos desuniéndonos aquí, así nos unimos a otros. Es muy sencillo. Os lo explico, veréis como tengo razón. Los americanos... Yo nunca he estado allí Claro, porque no tengo dinero y trabajando en Paramount, menos. Yo nunca he estado allí pero, troncos, yo veo esas películas, esas series, y digo: Esta gente tiene un carácter superior a nosotros en muchos aspectos. Por ejemplo, en el épico. Para los de la LOGSE, en la cosa grande. Esta gente tiene un carácter, que a la hora de que pasen cosas grandes... LLega a América Colón, que era español, o italiano, o catalán, no lo sé. Me da igual. Y, ¿qué dijo? Ni puta idea. No se sabe ¿Esto que es? ¿Las Indias? Iba confundido, no sabía ni dónde iba. No se enteró de que estaba allí. ¿Por qué? Porque iba de España. Pero, en cambio, fíjate. Llega un americano a la Luna, troncos. Que es como llegar a América pero con un salto secular. Para los de la LOGSE, de siglos. Llega a la Luna, este tío, este americano y pisa, y tiene preparada una gran frase porque es un momento épico, un momento fundamental de la historia de la humanidad. Él lo sabe, y pisa la Luna y dice: "Este es un pequeño paso para el hombre pero un gran salto para la humanidad" Ole tus cojones, Amstrong. Claro que sí, Amstrong, eso es ir preparado, con una frase ¡Muy bien! Claro, con razón tu hijo ganó el Tour. Coño, de verdad Amstrong, es que es... El caso es que tenía preparada esa frase. Pero, vamos a ver imaginaos que es un astronauta español el que llega a la Luna. El primer hombre que pisa la Luna. Fijo que se baja y dice: ¡Pues ya hemos llegado! Madre mía, madre mía esto está muerto, tío. Esto está más muerto que... Vamos a preguntar a ver dónde se sale a tomar algo por aquí, ¿no? Tiene que haber algún sitio. En la Luna un martes tiene que haber algo abierto. Porque somos así. Nosotros en cuanto llegamos a un sitio preguntamos: ¿y dónde se sale? ¿Dónde se sale? Somos así. No, pero de verdad que son mucho mejores que nosotros en todos los aspectos. Insisto con el ejemplo de los astronautas. Joder, que templanza tienen para los momentos difíciles. ¿Por qué los americanos superan tan bien la cosas? Porque tienen ese carácter frío, que hace que en las situaciones dificultosas reaccionen con esa capacidad, que solo los americanos tienen. Ejemplo de astronautas: Apolo 13. Van tres astronautas y, de repente, se les jode la nave. El tipo coge la radio y, sin alterarse lo más mínimo ni su pulso ni el tono de su voz, dice: "Houston, tenemos un problema" Eso le pasa a un astronauta español... Hijo de puta es lo más suave que sale de su boca. ¡Me voy a cagar en todo lo cagable! Te dije que era un problema de manguitos. Son otro carácter, son mucho mejores que nosotros desde primera hora de la mañana. ¿Habéis visto cómo se despierta esta gente? Atención, se despierta... Están durmiendo en una cama de estas americanas... Se despiertan con un radio-despertador al lado de la cama que dice algo, como, no sé. Algo por el estilo como: "¡Hola amigos! Esto es Cable-Z, la emisora de Los Ángeles. El asfalto de la ciudad es un maldito infierno y les recuerdo que esta noche hay fiesta de camisetas mojadas en Venice Beach!" ¡Coño! Arriba, joder. ¿Qué pasa? Con eso sí te levantas. Dices: ¡Venga, soy americano, faena, faena! ¿Qué tenemos aquí a cambio en el radio-despertador? "Hola, amigos. Soy Luis del Olmo. Son las 6 de la mañana, las 5 en Canarias." Vete a tomar por el saco, ¡soso! ¡Con la pasta que tienes y ya levantado! Así pasa, que no nos levantamos nunca. Nos quedamos ahí arañándole horas al despertador, rezongando en la cama. No hay forma de que nos levantemos. Por lo menos, no todo nuestro cuerpo. Buenos días, Black & Decker. Venga, para abajo que quiero seguir sobando un rato. ¡Para abajo! Sara Montiel desnuda. Y al final, cuando nos levantamos lo hacemos con un pie por delante, buscando esa zapatilla de felpa de escudo medieval que nos ponemos. Y vamos andando por ahí, que parece que vamos haciendo esquí de fondo. Paseando por ese pasillo lóbrego. Para los de la LOGSE, oscuro. Llegamos al cuarto de baño español, iluminado por un fluorescente que hace... ¡Vaya mierda de 36 años! ¡Mamá, la leche! Eso si desayunamos en casa, porque los españoles somos muy dados a desayunar fuera de casa. Para 4 cabrones que tenemos dinero en Europa, ¿verdad? Por eso hay tantas cafeterías, porque están llenas de españoles. Han tenido que traer inmigrantes para que trabajen en ellas. No había bastantes españoles para cubrirlas. Y llegamos nosotros todos desenvueltos con el peligro que eso tiene. Porque, no sé que dificultad tiene el camarero español para comprender la sencillísima expresión: "del tiempo" Todos sabemos lo que significa "del tiempo" ¿Todos? No, amigos. Los camareros españoles no. A cualquier rincón de esta enorme piel de toro al que tú te dirijas, en una cafetería, y le pidas a un camarero español: Perdona, ¿me pones un café con leche, con la leche del tiempo? Y da igual que se lo repitas: Por si no te lo he dicho, del tiempo. Da igual que insistas: Oye, a lo mejor es que estoy... Del tiempo, ¿sabes? La leche del tiempo. Da igual que especifiques: Del tiempo como concepto atmosférico. "The weather", que dicen los ingleses. Del tiempo que hace aquí ahora, no en el Sáhara en agosto... Da igual, porque el camarero, desoyendo tus consejos cogerá la jarra metálica, conteniendo la leche, la meterá en el pitorro del vapor, le dará al botón de rosca y oiremos todos como aquello hace: ¡Alerta de fusión! Y te volverá con ese café con leche, que no es café con leche, es magma volcánico. Y tú, distraído como estás: Vamos al coche, en cuanto me acabe el... Y te quedas como para volver a tu casa y que tu mujer te pida sexo oral No puedo, cariño ¡coño! No puedo cariño, coño. Bueno, lo estoy arreglando. ¿Por qué no podemos desayunar como desayunan los americanos? En esas casas americanas preciosas, con jardines, ¿habéis visto? Maravillosas, Que entras y tienen una cocina enorme, que cabe todo mi puto piso en la cocina de un americano. Y en el interior de una cocina hay una mesa enorme, que cabe todo mi puto piso encima de la mesa de la cocina del americano. Llena de cosas ricas: Huevos con bacon, tostadas con manteca de cacahuete, tortitas con mermelada de arándanos, cereales en un tazonaco que te mueres. Esa jarra de zumo de naranja de 2 litros y medio, que tú la ves y piensas: ¡Pero bebédosla ya, que se os irán las vitaminas! Y apenas prueban bocado ¿Por qué? Porque son la primera potencia económica del mundo hasta para desayunar. ¡Claro que sí! Nos ponen un desayuno así delante de cualquiera de nosotros, malditos tercermundistas españoles, y nos comemos hasta el tablero de la mesa. No nos hagamos los finos que todos hemos estado en hotel de bufé libre. ¡Échate más donuts, tío! - No son donuts, son "dupis". Da igual, ¡son gratis! Sí, es así amigos. ¿Por qué no desayunan ellos? Porque tienen cosas más importantes que hacer. Tienen ritmo, sensación de vivir. Ellos bajan y apenas prueban bocado, preocupados por la cotidianidad de sus vidas. Y para solucionarlo sueltan un comentario ingenioso. Porque son americanos. Los americanos tienen comentarios ingeniosos siempre, para todo. Para cualquier situación. Ya os lo he dicho. Baja el padre y dice: Solo un poco de café, cariño. Tengo un negocio importante. Bajan los hijos: Se nos hace tarde, mami. Tomaremos algo en la cafetería del "insti" Y esa madre americana, ¿qué dice? Después de haberse levantado, por lo menos, a las 4:30 de la madrugada. Porque esa ingente cantidad de desayuno... Ingente, para los de la LOGSE: muchísima. Alguien a ha tenido que prepararla. ¿La madre americana se enfada? Que va, es una madre americana, con saber estar, con clase. Como mucho, insisto, suelta otro comentario ingenioso. Chicos, acabaréis por volverme loca. Ellos tienen sensación de vivir. ¿Y por qué? Porque no corren porque tengan prisa. No, no nos llamemos a engaños. Corren porque quieren. No tienen prisa. ¿Qué van a hacer los chavales? ¿Perder el autobús que les lleva al instituto? No, el autobús les espera a ellos en la puerta de casa. Ese autobús escolar amarillo enorme, con las portezuelas abiertas y un chófer que derrocha simpatía mientras dice: Aprisa, chicos. Se hace tarde. Vamos Mike. Corre Joe. Arriba pequeño Timmy. "¡Viva nuestro conductor, conductor!" ¿Dónde se cogen esos autobuses aquí, en España? No sé en otras ciudades, pero en Madrid se cogen: ¡Que viene! ¡Que viene! ¡Ahí va! Y una vez que estás arriba lo que derrocha el chófer es hiel. ¿Que no llevas cambio, me cago en todo lo cagable? Encima, llegan al instituto americano en el que, para triunfar, no hay que estudiar. Lo único que hay que hacer es apoyarse en la taquilla metálica y esperar a que te pidan para ir al baile de graduación. Y si te dan calabazas ¿qué pasa? Nada, ya os lo he dicho. Siempre hay un comentario ingenioso. Eh, Peggy Sue, ¿quieres ir conmigo al baile de graduación? Haznos un favor a todas, Bryan. Muérete. ¿Has oído ese ruido, nena? Era mi autoestima destrozándose contra el suelo. Por Dios, que tiene 14 años. ¿Cómo se le ocurren esas figuras literarias? Porque es americano. Para triunfar en el instituto de América, insisto, no hay que estudiar. Lo único que hay que hacer es, si eres tío jugar al rugby ese raro, y si eres tía hacerte animadora. ¡Animadoras, por Dios! En mi instituto no había animadoras, había... "desanimadoras". Sí, ya sé lo que estáis pensando vosotras, pero son muy bobas, de acuerdo, pero para hablar ya tenemos a nuestros amigos. La idea es otra, la idea es... Sí, de acuerdo, tampoco me voy a hacer ahora el hombretón, porque no es cierto. En el fondo, todos tenemos un corazón y nos gusta que las tías sean inteligentes. Porque la verdad es que yo, cuando veo a esas animadoras, haciendo esas cosas que hacen para animar, con los pompones y las cancioncitas... ¿Sabéis lo que digo? Dame una "a", dame una "z"... Que tú lo ves y piensas... Dale una hostia. No soy yo de pegarle a los críos, pero una hostia a tiempo quita mucha tontería. Y acaban el instituto y tienen un baile fabuloso. Un baile de graduación. ¿Qué habéis tenido aquí a cambio vosotros? Nada, bebéis cosas con graduación y tenéis cierto baile. Eso es lo único que habéis hecho en el instituto. Y ellos se van a trabajos americanos. Son trabajos todos bonitos, interesantes, con encanto. Artistas, médicos, policías. ¿Habéis visto alguna vez una serie americana que se llame encofradores? Porque en América no hay de eso. En América no se encofra, se hace todo en madera, joder. De verdad. Bueno, no quiero centrarme solo en el trabajo de artista, porque hay otros trabajos que en la comparativa con el americano resultan verdaderamente dañados. Por ejemplo, médicos. ¿Hay algún médico en la sala? Siempre he querido decir esta frase. No, ¿verdad? Bien, aprovecho. Si hay algún médico en la sala o viéndome en casa que se le caiga la cara de verguenza. Coño, que se compare cómo trabajan aquí y cómo trabajan en América. Que tú te vas a cualquier urgencias americana, macho y te atienden con una sincronía, una labor grupal, un trabajo de equipo. Mira, no lo cuento, lo hago. Varón, 33 años, herido en accidente, quemado. Atomina 750 miligramos, Lavocaína 250. Deme la lectura. -Doctor está ciclando ¿Qué? Todo el mundo fuera. Descarga: 3, 2, 1 -Déjalo, Mike, ha muerto. ¡No! ¡Lucha, tienes que vivir! Se ha estabilizado. Buen trabajo, Mike. -Buen trabajo, Joe. 8 segundos. ¿Dónde son esas urgencias aquí?