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presenta:
Cannes, mayo de 1982
En la autopista que lleva
al aeropuerto de París,
un árbol majestuoso
señala mis llegadas y salidas
de Europa.
Es un cedro del Líbano
de unos 150 años.
En mi último viaje a Cannes,
el árbol tenía
un mensaje distinto.
Había visto nacer la fotografía
y toda la historia del cine,
al que quizá sobreviviría.
Llegué a Cannes con una pregunta
para mis colegas.
¿Cuánto dura la cinta?
- Diez minutos.
- Vale.
Wim Wenders me ha dado un papel,
ha colocado una cámara,
una grabadora,
y me ha dejado solo.
Me ha puesto en un sitio
desde el que no puedo ver el tenis.
Es la pelota
la que habla.
Voy a hacer de pelota.
"Cuestionario
sobre el futuro del cine."
"Contexto."
"La películas se parecen
cada vez más a series de TV,
por la iluminación,
el encuadre y el montaje.
Parece que para muchos
espectadores
la estética de la TV
ha reemplazado a la del cine."
Pues sí.
Pero hay que saber
quién inventó la TV,
cuándo nació.
Recordemos el contexto.
Nació con el cine sonoro,
cuando estaba
en el subconsciente de todos,
de los gobiernos,
la posibilidad de dominar
el increíble poder del cine mudo
que enseguida se volvió muy popular,
mientras que la pintura
nunca ha sido popular.
Eran los reyes los que encargaban
cuadros a Rembrandt,
música a Mozart,
pero es
el público el que empezó a pedir
películas.
La imagen tenía algo...
primero se ve, luego se habla.
Podía haberse inventado
el cine sonoro antes,
se esperó 30 años, a la madurez,
a la ley del más fuerte,
como dije en una película.
Llegó el nacimiento técnico
de la TV,
la gente del cine se desentendió,
así que se encargaron de él
los empleados de comunicaciones.
Y después,
nació la TV.
Y hoy es esto,
un aparato pequeño.
No asusta porque está cerca,
necesitamos tener cerca la imagen.
Es pequeño, así que no asusta.
En el cine
la imagen asusta,
es grande, pero se ve de lejos.
Hoy, se prefiere
ver una imagen pequeña de cerca
antes que una imagen grande
de lejos.
La TV nació rápidamente,
principalmente en EE. UU.,
nació con la publicidad,
que la financió.
El mundo de la publicidad
tiene mucha fuerza,
dice mucho con una palabra
o con una imagen.
Tiene tanta fuerza como Eisenstein,
él es quien...
Es "Potemkin".
Los anuncios están hechos
como "Potemkin".
Pero "Potemkin" dura 90 minutos
y un anuncio no dura
más de un minuto,
porque si durase más,
habría que decir la verdad
sobre lo que muestra, el coche,
sobre la marca de la raqueta.
Está ligado a la verdad
el aceptar su ausencia
a cambio de palabras vacías.
"Las películas hablan cada vez menos
de una realidad externa al cine."
Es cierto.
Es difícil rodar fuera,
es arriesgado.
Como si la vida
ya no nos diese historias.
En cuanto pasa algo,
nos dejamos de historias, en plural.
Queremos una historia ya conocida.
Lo que reconforta
no es una historia con Alain Delon
y su pistola,
o de Charles Bronson,
o algo así,
sino que sólo hay una historia
ya conocida, y eso tranquiliza.
La imagen debe...
es como una radiografía,
asusta o tranquiliza,
pero después de ver
esa parte de la historia propia.
Y la TV,
efectivamente,
está hecha en nombre del poder,
del poder político, del dinero.
Lo que quieren no son historias.
En "Dallas" no hay historia.
Es lo que me gusta,
que no haya historia.
"Cada vez se hacen menos películas."
No es cierto, es al revés.
Cada vez hay más.
EE. UU. Tiene mucha fuerza. Hacen...
Hacen cada vez menos películas.
Se han dado cuenta
de que es mejor así.
Hollywood quiere una sola película,
eso lo hace la TV,
que se vea en todas partes.
Las películas cambian de título,
las series de TV también,
pero siempre es el mismo.
El texto es cada vez más importante,
para poner el título.
Así la gente cree que es distinto,
como los niños.
¿Por qué se comportarán como
niños?
Se tiende
hacia las superproducciones,
hay menos,
pero con más difusión.
Las películas pequeñas
desaparecerán.
El cine nació de ellas.
Los países pequeños,
ricos o pobres, también desaparecen.
Lo pequeño, precisamente...
"Muchas películas
se editan en vídeo."
Sí.
El mercado está creciendo.
La gente prefiere ver
las películas en casa, en vídeo.
Pero es un excusa.
Una peli porno en vídeo
es una excusa
para invitar a una chica y ahorrarse
un trabajo mínimo,
hablarle de amor.
No sé, no estoy seguro.
"¿Es el cine un lenguaje,
un arte a punto de morir?"
Bueno...
No pasa nada, es un momento.
Yo moriré,
no sé si mi arte también.
Recuerdo que le dije a Henry
que tenía que vaciar
su filmoteca y marcharse.
Si no, iba a morir.
Hay que marcharse, es mejor así.
Las imágenes se crean en el
momento.
Se crean cuando no se ven.
Lo invisible es aquello
que no se ve.
Lo increíble es eso.
Es aquello que no se ve.
Y el cine
es mostrar lo increíble.
Lo que no se ve,
lo que se ha dicho, lo increíble.
Ahora estoy delante de la cámara,
pero en mi cuerpo,
en mi cabeza, estoy detrás.
Mi país es lo imaginario,
y en lo imaginario
viajo entre delante
y detrás. Como Wim,
soy un gran viajero.
Hasta pronto.
Adiós.
"¿Es el cine un lenguaje,
un arte a punto de morir?"
Respuesta: Sí, eso creo.
Es obvio que se está
pasando de moda.
No hay razón
para pensar lo contrario.
La novela murió hace tiempo.
La poesía se agotó
hace un siglo.
Casi no hay obras de teatro,
sólo a veces.
De vez en cuando sale una película,
pero eso es todo.
La TV lo está remplazando.
Yo mismo
prefiero ver la TV
antes que muchas películas.
Creo que la razón
por la que el cine
está desapareciendo
es la misma que la novela.
La novela tenía vida
cuando se basaba en personajes,
cuando era un vehículo
para crear personajes.
Salía una novela y la gente la leía.
Cuando salían obras
como las de Shakespeare,
las de Shaw,
sólo eran buenas, o las de Molière,
si creaban buenos personajes.
El argumento, la filosofía,
el significado, no tienen valor.
Eran absurdos,
están pasados de moda.
Pero los personajes sobreviven.
El cine
ya no usa personajes.
Usa algo horrible
llamado directores
y fotografía.
Prefiero la TV porque utiliza gente.
En TV no hay directores.
Hay más vida en la TV
que en el cine.
Hay personajes en la TV,
en los talk shows,
en las comedias,
hay personajes en las series.
En la TV no hay
esa intrusión del director.
El material es mediocre
y en el cine también.
Pero en la TV la gente es real.
Y es mejor.
Quizá un día
la TV también muera, pero...
no sé.
Creo
que la crítica
más que nada ha destruido el cine.
Preguntar a un director como yo,
de Filipinas,
cuál es el futuro del cine,
me parece
una pregunta absurda,
preguntar por el futuro del cine
en Filipinas
es preguntar
por el futuro de Filipinas.
Adiós.
- Adiós.
- Encantado.
Ya no
voy mucho al cine.
Tengo un vídeo
y grabo las películas de la TV.
Pero no las veo mientras las grabo
y casi nunca las veo
cuando las he grabado.
Tengo una estantería
con unas 200 películas
que nunca veo.
No creo
que sea tan importante
si el cine se parece a la TV
o la TV al cine,
o si el lenguaje del cine
está cambiando.
No creo
que el cine
esté muriendo.
El cine pasa
por momentos buenos y malos.
Creo
que en los últimos años
ha pasado por un momento malo,
no ha habido muchas pelis
que haya querido ver,
y las que he visto
me han decepcionado.
Si voy a ver una peli
que me molesta porque no es buena,
busco una peli antigua
que haya visto y que me guste
y la veo,
me alimento de ella.
"¿Es el cine un lenguaje,
un arte a punto de morir?"
No me parece que la TV
o lo que acabe siendo,
algo increíble
gracias a los satélites,
a cómo se va a emitir,
emitiendo películas constantemente
en todo el mundo,
películas que todos podrán ver,
el vídeo será algo increíble,
me parece que el cine
como lo conocemos, morirá.
Y en "Morir a los 30 años",
visto cómo hemos trabajado,
a veces tenía
una sensación de prehistoria,
de trabajar
con elementos prehistóricos,
el sonido, la doble banda,
los laboratorios...
Todo lo que rodeaba
al soporte, al rollo,
me daba la impresión
de algo muy pesado, muy complejo
frente a la voluntad
de contar una historia.
Para mí esa voluntad
en "Morir a los 30 años"...
Teléfono.
¿Diga?
No, no hay nadie, estoy solo.
No lo sé,
estoy solo, no puedo contestarle.
Es muy raro hablar sola.
No sé.
Me gustaría pensar que el cine...
No sé.
Hablo por mí,
hago películas sobre la pasión.
Y...
la gente
hace películas
como si pintasen un cuadro,
porque les apasiona algo,
les gusta la vida
y quieren
reflejar eso, le dan forma.
Cuando la pasión
desaparece de las películas,
empieza a morir,
como en cualquier tipo de arte
que se queda
sin vida.
No muere el cine
sino la gente que lo hace,
No muere el cine
sino la gente que lo hace,
por tonterías.
Otros mueren
porque no hacen su peli.
Eso es otra historia.
Se hacen menos películas, es cierto.
Se polariza.
Cierto cine tiende
hacia el sensacionalismo,
hacia lo grandilocuente
y lo excesivo.
Se ve en todas partes.
Por otra parte, como he dicho,
sí que hay
un cine individual
o muy nacional
que es hoy
más importante
que el cine,
que no es tan distinto a la TV.
Creo que me voy a descalzar.
A esta pregunta
hay que contestar descalzo.
No creo que la situación
sea tan dramática
como insinúa la pregunta.
No creo
que dependamos tanto de la TV,
porque la estética del cine es única
y la TV es como una gramola.
No se siente uno como en el cine,
absorto por la película.
El espectador puede moverse,
apagar la tele.
El cine no se puede apagar.
No me preocupa tanto todo esto.
Una noche hablé
con un amigo en Nueva York.
Íbamos andando
y me dijo que le daba miedo
que la TV y el vídeo
acabaran con todo.
Que dentro de poco
se pudiera ver por vídeo
la verdura en el supermercado
y se pudiera pedir la comida
desde el ordenador
o por teléfono.
Dentro de poco, ya mismo,
se podrán hacer transferencias
por vídeo,
o con esto de aquí.
Le dije que no le daba miedo
por el cine,
porque lo que se ve en el vídeo
no es la vida.
La vida se ve en un contexto vital
y donde la vida
se manifiesta más directamente
es en el cine.
Y el cine sobrevivirá.
Todo eso sobrevivirá.
Y...
por eso soy el último
al que le asustaría
o que se dejaría asustar
por una pregunta como esta.
Voy a apagarla.
Empecé a escribir novelas
y me sentí atrapado
en una enorme tradición.
Para mí el cine era libre,
sin reglas.
Podía hacer lo que quisiera,
como los demás.
Eso es el cine.
El cine es como los libros
en la estantería.
Cada día pensaba en dejar el cine.
Si pudiese hacer
pequeñas producciones
para hacer películas
con la pasión y la fuerza
que sé que tengo,
ese sería mi objetivo.
Ahora,
de repente, pienso
que el autor cinematográfico
desaparece
y que el lenguaje y la búsqueda
no son tan interesantes.
No sé qué más puedo decir.
Me gustaría dejar
bien claro
que el cine electrónico
no me interesa
como no interesa
al verdadero artista.
Muchas gracias por esta entrevista.
Me gustaría verla algún día.
Gracias.
Es cierto
que el problema que veo
en el cine, en las películas,
en los autores que me gustan,
que han marcado
mi cultura cinematográfica,
siento que hay unos cuestionamientos
sobre sí mismos, sobre el cine,
sobre cómo hacer una película.
Es la angustia de la creación.
Tiene que ver con que la gente
que hace cine no se detiene a vivir.
Y también con que el cine
está tan implicado en la vida
que uno se pregunta hasta qué punto
uno fantasea con su vida
y vive el cine.
La relación entre los dos
es demasiado fuerte.
No sé hasta qué punto
los cineastas o cinéfilos de hoy
se toman el tiempo de vivir.
Soy uno de los pocos optimistas
sobre el futuro de la industria
del cine en Hollywood.
Creo que los compañeros
que sólo aman el cine
y no saben nada más,
si se acabase el mundo
no sabríamos cavar un hoyo
y meternos dentro.
Sabemos hacer cine.
Así que tengo que ser optimista
y pensar que el cine sólo puede
expandirse.
Ojalá no a costa de otras pelis
que se contraigan
por razones de dinero.
Hay poco dinero,
estamos en 1982,
y el dólar no se estira como antes.
En 1974, cuando hice "Tiburón",
me pasé 100 días del plazo,
en vez de 55,
fueron 155 días de rodaje,
el presupuesto se duplicó,
8 millones.
Hoy, por el dólar,
el franco, el marco, el yen,
y por la inflación desbocada
en la industria del cine,
a nivel global,
"Tiburón" costaría unos 27 millones
rodando 155 días con todo el equipo
lejos de casa,
con alojamiento y comida.
Así que...
Io que me asusta
es que una peli como "E.T.",
que cuesta 10,3 millones,
la más barata
que he hecho en dos años,
hasta "E.T.", dentro de cinco años,
costará unos 18 millones.
Y se rodó en una casa,
con unos niños, un jardín, un patio
y una escena en un bosque.
Localizaciones muy limitadas.
No creo que se pueda culpar a nadie,
a los sindicatos
por inflar presupuestos
por la subida anual del 15%
en Hollywood para todos.
No se puede culpar
al gobierno o al dólar.
Nadie tiene la culpa
de la situación económica.
Lo mejor es vivir con lo que hay,
hacer el mejor cine.
Si hay que hacer una película
que parezca de 15 millones
con 3 ó 4, hay que hacerla.
Vivimos en nuestro tiempo,
esta generación
será la única capaz de superar
esa especie de...
No sé cómo llamarlo.
Es como si Hollywood...
No me siento culpable,
mis películas han tenido éxito.
Pero parece
que los que están en los estudios
y tienen el poder de decidir
quieren ganar sin despeinarse
en el último minuto del partido.
Todos quieren ser héroes,
llegar a Hollywood
en el último momento
y convertir un trozo de mierda
en la gallina de los huevos de oro,
un éxito repentino que dé millones.
Hay una actitud en la gente
que lleva los estudios, no todos,
pero para muchos de ellos
si una peli no llega a semifinales,
no hablemos de la final,
no quieren hacerla.
Ese es el peligro.
No viene de los directores
ni de los guionistas,
sino de la gente
que tiene el dinero,
que quiere recuperar su dinero
multiplicado por mil.
No les interesa ver una peli
sobre la vida de alguien,
de un abuelo,
sobre la vida en una escuela,
sobre cómo es
masturbarse por primera vez
con 13 años.
Quieren pelis
que gusten a todo el mundo.
Hollywood quiere la película ideal,
con algo para cada uno,
y eso es imposible.
Lo que pienso de este problema...
Prefiero hablar en italiano,
es más fácil.
Creo que es un problema muy serio
y has hecho muy bien, Wim,
en hablar de él en una película.
Que el cine corre el peligro
de morir,
como dices, es cierto.
Pero hay que considerar
otras cosas, hay varios aspectos
en este problema
que no se pueden pasar por alto.
Por ejemplo,
que la influencia de la TV
se haga sentir en todos,
en la mentalidad
y en la mirada del espectador
es innegable,
sobre todo de los más jóvenes,
de los niños.
También es innegable
que este hecho nos parece
algo especialmente grave
porque tenemos una edad distinta.
Intentamos adaptarnos
a las exigencias
del entretenimiento de mañana.
Todos sabemos que hay nuevas
formas
de representación de la realidad.
Hay nuevos medios técnicos,
la cinta magnética
que probablemente
sustituirá al celuloide
porque este
se ha demostrado insuficiente
ante las necesidades
del cine actual.
El problema
que planteó Scorsese hace un tiempo
de las películas
que pierden color con los años,
es un problema interesante
que afecta al celuloide
y quizá afecte menos
a la cinta magnética.
Creo que con las nuevas formas
tecnológicas,
como el sistema electrónico
y quizá otras, quién sabe,
alguna que se inventará,
este...
este problema del entretenimiento
que se ofrece a un público
cada vez mayor, se resolverá.
No sé cómo.
Yo también estoy preocupado
por el futuro del cine.
Estamos atados al celuloide
porque nos ha dado
muchas posibilidades
de manifestar lo que sentíamos,
lo que creíamos que debíamos decir.
Pero es probable que con la llegada
de nuevas posibilidades,
como la cinta magnética,
esta sensación
que tenemos desaparecerá.
Siempre hay una diferencia
entre la mentalidad de hoy
y la de mañana,
que no podemos prever.
Ni siquiera sabemos
cómo serán las casas.
Probablemente estas casas que vemos
mañana no existirán.
No hay que pensar tanto
en un mañana breve,
sino en un futuro
que probablemente nunca acabe.
Hay que pensar en las necesidades
de entretenimiento
de la gente de mañana.
No soy tan pesimista.
Tengo que decir que siempre
he intentado adaptarme a las formas
de expresión del momento.
Hice una película en cinta de vídeo,
hace años, cuando se experimentaba
con el color,
conseguí retratar la realidad.
Era un sistema muy rudimentario
pero que anticipó
mi trabajo con el vídeo.
Tengo la intención
de hacer algún experimento
en esta dirección,
porque teniendo a mano
esta gama
de posibilidades expresivas
que ofrece el vídeo
probablemente nosotros mismos
nos sentiremos distintos.
Es muy difícil hablar de cuál será
el futuro del cine.
Probablemente con la llegada
del cine al hogar
y la cinta magnética
de alta definición,
tendremos el cine en casa,
no harán falta las salas de cine,
toda la estructura existente
desaparecerá
y no será fácil, ni algo breve.
Pero toda esta transformación,
estos cambios sucederán
y no podremos hacer nada,
sólo podremos hacer una cosa,
adaptarnos.
Ya hablé del problema
de la adaptación
en "El desierto rojo".
La adaptación
a las nuevas tecnologías.
Entonces se hablaba también
de la nueva atmósfera impura
que mañana deberemos respirar.
Puede que nuestro organismo
cambie.
Quién sabe
cómo acabaremos, no lo sé.
Es posible que el futuro llegue
con una ferocidad que a día de hoy
no existe todavía,
pero se puede presentir lo que será.
Creo que...
Debería repetir lo que he dicho,
no soy un buen orador
ni un buen teórico.
Me gusta trabajar con lo práctico
y hacer experimentos,
más que hablar de ellos.
Tengo la sensación
de que no será tan difícil
transformarnos en personas nuevas,
más adaptables
a las nuevas tecnologías.
Eso es todo lo que quería decir.
Ayer fui a ver a un director de cine
que no ha podido venir aquí,
a esta habitación.
Es turco.
El gobierno turco
ha pedido su extradición.
Por eso no ha podido salir
de su escondite.
Ha respondido a la pregunta
sobre el futuro del cine
y lo ha grabado.
Voy a ponerlo en marcha.
Este es Yilmaz Güney.
Creo que...
La industria del cine
tiene dos partes.
Una es el cine como industria
y la otra es el cine como arte.
Hay una relación indisociable
entre las dos.
Por eso la industria del cine
intentará llegar a las masas
para satisfacer sus deseos
y reflejar las exigencias y
el estado de ánimo del público.
Pero los deseos de las masas
no son fijos, inamovibles,
no son uniformes.
Por eso el cine como arte
tiene que estar en contacto
con las masas,
incluir los cambios en estas,
ya sean cambios sociales,
económicos,
o cambios en las mentalidades.
El cine como arte
se ocupa de las masas
mientras que el cine
como industria
se ocupa del dinero.
Si el cine,
el cine como arte, no responde
a las necesidades
de la industria,
si no genera beneficios,
se producirá un conflicto
y se abrirá una brecha.
Mucha gente joven
del mundo del cine
pierde su independencia
cuando se relaciona
con los países
desarrollados capitalistas
y se ve obligada a moverse
en los límites del capital.
En ese momento
se vuelven elementos
del viejo cine decadente.
Ese es el drama.
La vida debería tratarse
como un drama de lo industrial
y a la vez como el drama
del cine en desarrollo.
En mi país, el cine predominante
es reaccionario.
Pero aparte
del cine reaccionario,
hay un cine joven en ciernes,
constantemente reprimido
por los poderes gubernamentales,
amordazado por leyes
y regulaciones,
y en última instancia,
castigado simplemente
por existir.
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