El despertar es la siguiente etapa natural del desarrollo humano. Así que despertar es simplemente reconocer la naturaleza de nuestro ser esencial. No es una experiencia extraña, mística y totalmente religiosa que sólo está al alcance de unos pocos. Está al alcance de todos. Lo que esencialmente somos ya está plenamente despierto, plenamente consciente. Y es totalmente ilimitado. Tu verdadera naturaleza está más cerca que el tú que crees ser. La conciencia es la realidad fundamental del universo. El siguiente paso de la ciencia es entender que la conciencia es fundamental. ¿Qué es el despertar, en todo caso? Que alguien me lo explique. ¿Qué es el despertar? Ya sea que lo llames el yo verdadero, el yo inminente o ningún yo, o la naturaleza de Buda, el Tao o la conciencia de Cristo. Realmente no importa. En esta película, vamos a referirnos a ello como conciencia. La conciencia, comprensión o conocimiento puro, no es propiedad de ninguna religión. Despertar o darse cuenta de la conciencia es como despertar de un sueño. El sueño de tu personaje en la obra de la vida. A través de nuestros personajes, experimentamos el mundo en toda su belleza y su fealdad. Podemos llamar dualidad a esta experiencia de vida y muerte. Damos vueltas y vueltas, fijándonos en los pensamientos y sensaciones de los personajes. El bien y el mal. Guerra y paz. Luz y oscuridad. Nacimiento y muerte. Hasta que despertamos y descubrimos que no somos el personaje en esta película, Investigación I - En esta película, te invitamos a que experimentes directamente tu verdadera naturaleza, a que lo descubras directamente, no intelectualmente. ¿Quién eres? Repetiremos esta invitación de diferentes maneras. Al indagar sobre quién eres, deja que todo sea exactamente como es. No muevas la mente para hacer que algo suceda o para encontrar alguna respuesta. En el nivel de la mente. Y sin embargo, no intentes alejar la mente. Simplemente intenta experimentar directamente quién eres. Dejando que la mente sea una mente que 'no sabe.' El despertar es la respuesta a todos los problemas del mundo, en todos los niveles. Todos los problemas del mundo provienen del engaño fundamental del engaño fundamental de la mente, el cual es que ‘yo soy este personaje limitado’. Cuando vivimos desde un yo pequeño y separado, siempre hay algún tipo de insatisfacción perpetua. Así que esto puede ser una gran insatisfacción como un trauma, o puede ser sólo este sentimiento de fondo. Algo no está bien. algo esta mal. Me hace falta algo. Incluso cuando siento algún placer, incluso cuando logro algo en el mundo. Incluso cuando disfruto una buena relación. Si hago una pausa por un momento, hay un sentimiento de insatisfacción, como si estuviera aislado o aislada de algo. Así que este sentimiento, que la mayoría de la gente parece tiener, puede motivarnos a despertar de ese yo pequeño y aislado cuya naturaleza es una especie de ansiedad por separación. Este personaje limitado tiende a aferrarse a lo que quiere. Esta sólo compuesto por una colección de patrones condicionados, de desear lo que quiere o tratar de apartar lo que no quiere. Es este proceso interminable del principio del placer. Ya sabes, perseguir el placer y evitar el dolor. Y si creemos que somos esto, este personaje, este patrón condicionado, entonces sufrimos y creamos sufrimiento en el mundo. El mundo se convierte en un reflejo de esa conciencia egoica. El beneficio de despertar es que sufres menos y la gente que te rodea sufre menos. No tengo duda que mi conexión inicial con mi entendimiento de Dios, fue un despertar en mi vida. El mayor despertar que jamás haya experimentado. Es como si hubiera estado dormido durante 50 años. Caminando como un robot, solo haciendo las cosas que me enseñaron a hacer desde que era joven, tu sabes, tenia la formula completa, conseguir a la chica, conseguir el carro, conseguir un trabajo, conseguir la casa, conseguir una esposa. Una fórmula que yo creía ser como la vida debía funcionar. Hasta que llegué a los 53 años. Entonces, aunque había hecho la mayoría de esas cosas y había tenido cierto éxito profesional, me di cuenta de que no importaba. Me desperté alrededor de los 53 años, entendí que eso no importaba, --------ARREGLAR ESTO -------------- y me sorprendió lo poco que significaba... lo inútil que era todo. Cuando dejas de seguir el guión que se ha trazado para tu personaje, heredado de tus padres, la sociedad y el condicionamiento biológico, se abren entonces nuevas dimensiones dentro del juego. El camino se despoja, pero no es un camino para llegar a un destino. Es un camino sin sendero, un desprenderse de la ilusión, para llegar exactamente donde uno está en el ahora. Me llamo Rupert Spira. Hablo sobre la comprensión esencial no dual que subyace en todas las grandes tradiciones religiosas y espirituales. Y escribo y dirijo meditaciones guiadas y mantengo conversaciones cuyo propósito es conducir a un reconocimiento experiencial de esta comprensión. Comprender que la paz y la felicidad que todos anhelamos por encima de todo, por definición, nunca puede encontrarse en la experiencia objetiva. Nunca pueden proporcionarla los objetos, sustancias, actividades o relaciones. Y yo sugeriría entenderlo claramente y no pasar el resto de la vida buscando la plenitud donde no se puede encontrar. Cualquiera que esté viendo esta película lo está haciendo precisamente porque ha comprendido o al menos intuido que la paz y la felicidad que anhela no pueden encontrarse en la experiencia objetiva y ha iniciado esta investigación sobre su verdadera naturaleza. Esa es la investigación más importante que se puede hacer, y de ella depende nuestra felicidad. La mayor pregunta de mi vida, por supuesto, que creo que es la pregunta que la mayoría de la gente se plantea tarde o temprano, es ¿Para qué sirve, en realidad? ¿Cuál es el sentido de la vida? Para mi sorpresa, me dijeron que el sentido de la vida no tenía nada que ver con lo que yo hacía. No se trataba de mi trabajo, no se trataba de mi carrera, no se trataba de casi nada en mi vida física. Esos eran aspectos de mi vida, pero no eran el objetivo de mi vida. El objetivo de mi vida, tal como he llegado a entenderla, era que yo experimentara, expresara, demostrara y realizara mi verdadera identidad. Quién soy realmente. Creo que la mayor pregunta a la que se enfrenta la mayoría de la gente, es una pregunta que casi nadie se hace nunca o que nunca responde. La mayor pregunta de la vida, a mi entender, es ¿quién soy yo? ¿Quién soy? ¿Soy simplemente una entidad física como un pájaro en el cielo o un pez en el mar? Ya sabes, tal vez una identificación más sofisticada, pero sólo una entidad física, que nace, vive y muere. Eso es el principio y el final de ella. ¿O es posible, solo posible que yo sea más que eso? ¿Es posible que yo sea una entidad espiritual simplemente teniendo una experiencia física? Investigación II Todas las experiencias de tu vida te han llevado a esta pregunta universal. ¿Quién eres? No busques una respuesta con la mente. Deja que todo sea exactamente como es. ¿Quién es consciente de la mente? Siente todo lo que surge. ¿Quién es consciente de esos sentimientos? Ten una experiencia completa de todo lo que surja como resultado de tu indagación. Soy Donald Hoffman, profesor emérito de ciencias cognitivas en la Universidad de California en Irvine. Mi trabajo ha sido enseñar a estudiantes, aunque ahora soy emérito, así que no enseño. Y ahora investigo sobre la conciencia, los modelos matemáticos de la conciencia y cómo la física y el espacio-tiempo podrían surgir de una teoría de la conciencia que sea completamente precisa desde el punto de vista matemático. Mi propio viaje ha sido tanto espiritual como científico. Mi padre era pastor, un pastor cristiano fundamentalista. Así que recibí eso los domingos, la ciencia en la escuela y existia un conflicto. Las historias que recibía eran contradictorias. Y así, en mi adolescencia, advertí que tenía que averiguar las cosas por mí mismo. Así que decidí que la pregunta que quería responder era, ¿somos máquinas? ¿Las personas son máquinas o no? Desde el punto de vista físico, sólo éramos máquinas. Desde el punto de vista espiritual, no seríamos máquinas, pero no era lo bastante preciso para afirmar lo que seríamos. Así que decidí plantear la pregunta científicamente: ¿somos sólo máquinas? Y pensé que la mejor manera sería estudiar la inteligencia artificial. Así que ingresé al MIT, (Instituto Tecnológico de Massachusetts) al laboratorio de inteligencia artificial estudiando la inteligencia artificial y también en el departamento de neurociencia y de ciencias cognitivas estudiando el lado humano de las cosas, porque quería entender ambas áreas. Quería ver qué pueden hacer las máquinas y qué tienen de especial los humanos y la neurociencia humana, si es que tienen algo, Para responder a esa misma pregunta: ¿tienen razón las tradiciones espirituales? ¿Somos algo más que máquinas o el punto de vista físico y científico es correcto ? ¿ Sólo somos máquinas y la conciencia es sólo un artefacto de la actividad cerebral? El paradigma científico materialista que ha predominado en el último siglo niega la existencia de algo más allá de lo físico, cualquier cosa que no pueda ser verificada por el método científico. La ciencia se encuentra en un callejón sin salida. No puede ir más allá de la paradoja fundamental de la física cuántica, que la enfrentó con el observador, con la conciencia misma. Del mismo modo, las religiones, en su mayor parte, sólo funcionan en el nivel de la creencia y han perdido su propósito original, que era conducir a la experiencia directa de la verdad de quiénes y qué somos. La división entre ciencia y espiritualidad ha empobrecido a ambas. Las religiones y los sistemas espirituales necesitan desesperadamente métodos rigurosos, que puedan demostrar crear las condiciones para que se produzca el despertar. Y la ciencia necesita desesperadamente una apertura a la posibilidad de algo más allá de lo físico. No se trata de renunciar a la religión o a la ciencia, sino de profundizar, de estar dispuestos a cambiar nosotros mismos para convertirnos en una mejor herramienta de investigación. Somos nosotros los que hacemos el experimento, y el experimento en sí. La religión ha sido el lenguaje y el contenedor de estas tradiciones de meditación, la espiritualidad que se ha escrito y transmitido a través de las generaciones. Ahora bien, ciertamente hay un lenguaje que es muy literal, que divide a las religiones y divide a las culturas cuando las cosas se toman literalmente. Pero si sientes el espíritu de la religión, puedes seguir el hilo hasta el auténtico despertar. Cualquiera tiene el potencial de despertar, crea o no crea, porque el despertar es inherente a nuestra conciencia humana, por el mero hecho de nacer humanos. Así que, lo llames como lo llames y utilices el lenguaje que utilices, hay ciertos principios que parecen ser los mismos en todas estas religiones, espiritualidades y tradiciones de meditación. Cuando era más joven, esta comprensión estaba disponible principalmente en las tradiciones espirituales orientales. Estaba disponible en las tradiciones occidentales, pero estaba tan disfrazada y codificada en esas tradiciones que era casi inaccesible. Así que mucha gente de mi generación fue físicamente, o al menos intelectualmente, a Oriente para encontrar esta comprensión, y la cultura oriental, en comparación con la occidental, es exótica. Y así, esta comprensión adquirió un sabor exótico de las culturas en las que se expresaba. Y mucha gente, yo incluido, pensaba como resultado de esto que habia algo exotico acerca de la comprension no-dual que requeria alguna forma extraordinaria de vida. Había que renunciar a la vida familiar o dejarse crecer el pelo o ponerse un nombre especial o suscribirse a algún tipo de maestro o tradición o participar en prácticas extrañas... Todo este tipo de cosas no tenían nada que ver con la comprensión fundamental, sino con la cultura en la que se expresaba la comprensión en un momento determinado. Así que ahora la comprensión ha sido completamente despojada del envoltorio cultural tradicional en el que muchos de nosotros oímos hablar de ella por primera vez, y ahora sólo esa comprensión esencial está disponible de una manera que nos permite seguir llevando nuestras vidas exactamente como son. Vida familiar, vida laboral. No es necesario hacer ningún cambio externo en nuestra vida. El reto que tenemos en este planeta es que pensamos que hay más de una esencia. Así que vivimos en un mundo de lo que yo llamaría dualidad. Este masculino y femenino, blanco y negro. Grande y pequeño, rápido y lento, arriba y abajo, aquí y allá, antes y después. Pero de hecho, sólo hay una cosa. Todas las cosas son una cosa. Y sólo hay una cosa. Así que resulta que cuando miramos profundamente todo, vemos que, aquí y allá, grande y pequeño, rápido y lento, arriba y abajo, izquierda y derecha, masculino y femenino son todos la misma cosa, simplemente expresando características diferentes pero de ninguna manera separadas unas de otras. Creo que todos nosotros somos individuaciones de Dios. Creo que Dios existe en y a través de cada ser humano y, para el caso, de cada ser sensible del cosmos. Veo entonces que estoy en relación con Dios como una ola lo está con el océano. Una ola no es diferente del océano. Es simplemente un surgimiento del océano en forma individual. Y cuando esa individuación se completa, la ola retrocede al océano de donde vino para surgir de nuevo otro día. Así que creo que todos somos individuaciones de la divinidad, y cuando vemos todo como divino, cambiamos nuestra relación con todo y todo se vuelve diferente en nuestra experiencia. Así es como cambia el mundo. La conciencia es la última realidad del universo, así que podríamos preguntarnos si la conciencia es la realidad fundamental del universo y de todo, y todo el mundo es obviamente eso, entonces ¿cómo es que el mundo se nos aparece como una multiplicidad y diversidad de personas y animales y cosas discretas e independientemente existentes, todas hechas de una cosa llamada materia? ¿Cómo podemos conciliar esta afirmación de que la conciencia es la última realidad del universo, donde aparece como una multiplicidad y diversidad de objetos hechos de materia? Así que la evidencia que estoy usando para sugerir que la conciencia es fundamental tiene muchos aspectos. Uno es que la propia física dice que el espacio-tiempo no es fundamental y la teoría evolutiva también está de acuerdo en que el espacio, el tiempo y los objetos físicos no son una realidad fundamental. Ahora bien, ambas teorías sólo nos dicen que ese espacio-tiempo no es fundamental. No nos dicen qué hay más allá del espacio-tiempo. Así que mi argumento es que lo que los físicos están encontrando más allá del espacio-tiempo, están encontrando estructuras matemáticas. Pero no está claro de qué se tratan. ¿De qué trata este reino más allá del espacio-tiempo? Así que propongo que el reino más allá del espacio-tiempo es sobre la conciencia. Y yo sugeriría que la conciencia infinita tiene la capacidad de localizarse a sí misma como numerosos sujetos separados de experiencia, es decir, todos los seres sensibles o personas o animales. Cada uno de nosotros somos la localización de la conciencia infinita, en la conciencia infinita hechos sólo de conciencia infinita desde cuya perspectiva ve su propia actividad como el mundo exterior. Así que lo que nos aparece como un mundo hecho de materia desde nuestras perspectivas localizadas, es desde el punto de vista de la realidad, simplemente la actividad de la única conciencia infinita. En otras palabras, en el análisis final, no hay cosas o personas discretas o independientemente existentes. Hay un todo infinito, indivisible. La unidad del ser que sólo se refracta en una aparente multiplicidad y diversidad de objetos y cosas. Cuando El Uno mira su propia actividad a través de las facultades perceptivas de la mente finita. Si estamos despiertos, nos damos cuenta de que hay una conciencia que se disfraza de todos estos seres diferentes del planeta, una conciencia que brilla a través de los ojos de todos. Entonces, literalmente, nos vemos a nosotros mismos en los demás. Y esa tendencia a operar como un ego, esa tendencia a tomar para uno mismo cae porque nos damos cuenta directamente de la verdad. La verdad es que todos somos una conciencia. La experiencia de mi yo espiritual sólo era posible en el reino de lo físico por una muy buena razón, porque sólo en el reino de lo físico estaba disponible lo contrario. En otras palabras, basta un ejemplo sencillo. Si quisiera experimentarme a mí mismo, si pudiera hablar metafóricamente, como la luz, no podría experimentar la luz si estuviera en medio de la luz, sin nada más a mi alrededor que la luz, que es una definición perfecta del reino de lo espiritual. Así que llegaría a un reino que yo llamo el reino de lo físico, donde hay algo más que la luz. Porque si quiero experimentarme a mí mismo como luz, no sólo conocerme como tal, sino experimentarlo, sólo podría hacerlo donde existiera lo opuesto a la luz, en este caso, la oscuridad. Así que me dirigí al reino físico donde la luz y la oscuridad existen simultáneamente, y entonces en esa expresión externa de mí mismo como la luz, pude ser quien realmente soy. Y esta comprensión sugiere que detrás de nuestras diferencias todos somos lo mismo, no siendo un ser similar, sino que todos somos literalmente un mismo ser. Y el amor es la experiencia sentida de esta unidad o del ser compartido. Es un teorema de nuestra teoría que en última instancia hay una conciencia. Así que tenemos esta dinámica de muchos, muchos agentes conscientes, pero la teoría es, nos dice que en última instancia todos los agentes conscientes son realmente sólo proyecciones de una sola conciencia. El paradigma actual de la ciencia es, y lo ha sido durante siglos, que el espacio y el tiempo son la naturaleza fundamental de la realidad. Son irreductibles y son la base de todo. Y antes de Einstein, el espacio y el tiempo eran vistos como separados. Ahora, el espacio y el tiempo juntos, unificados en espacio-tiempo son vistos como la naturaleza fundamental de la realidad. Y la ciencia ha asumido entonces que el espacio, el tiempo y los objetos en el espacio tiempo son la realidad fundamental. Y así, por ejemplo, cuando hablamos de consciencia, la consciencia en sí misma debe ser de alguna manera un producto de los objetos en el espacio y el tiempo. En ese marco físico, espacio y tiempo y los objetos físicos sin ninguna consciencia son la realidad fundamental. Y la conciencia viene más tarde en la evolución del universo, ¿verdad? Así que en el Big Bang no había conciencia, sólo había espacio, tiempo y energía. La energía se fusionó en partículas masivas y finalmente surgió la vida después de quién sabe cuántos millones o cientos de millones o miles de millones de años. Después de eso, la conciencia llegó, o incluso más tarde. Desde ese punto de vista, cuando mueres, la complejidad física que dio lugar a la conciencia se disuelve y, por tanto, tu conciencia se disuelve. Y así el marco físico realmente elimina totalmente la conciencia como algo fundamental, y dice que cuando tu cuerpo muere, tu conciencia se va con él. Desde este otro punto de vista, lo que he hecho con mis colegas, hemos utilizado la teoría evolutiva para señalar lo que es una implicación de la teoría evolutiva, que el espacio y el tiempo no son fundamentales. Así que la interpretación física de la evolución es errónea. La idea de que el espacio y el tiempo y las partículas han evolucionado de alguna manera debido a los organismos humanos es un marco erróneo, porque el espacio y el tiempo en sí no son fundamentales. Estamos planteando una dinámica más allá del espacio-tiempo que es mucho más rica, la dinámica de la conciencia. Lo que no hacemos es desechar nuestras viejas teorías. Cuando los físicos dicen que el espacio-tiempo estaba condenado, eso no significa que ya no prestemos atención a Einstein. En absoluto. Prestamos atención a Einstein. Cualquier nueva teoría más allá del espacio-tiempo que se les ocurra a los físicos más vale que se proyecte en el espacio-tiempo y nos devuelva a Einstein y nos devuelva la teoría cuántica o estaríamos equivocados. Todas nuestras viejas teorías son maravillosas, maravillosas amigas y vamos a mantenerlas como casos especiales de una teoría más profunda. Así que en nuestra teoría de la conciencia, tenemos que hacer lo mismo. No podemos proponer cualquier cosa que queramos. Tenemos que tener una teoría de la conciencia que se proyecte hacia atrás y nos devuelva el espacio-tiempo. Nos devuelve la teoría cuántica, nos devuelve la relatividad especial y general, y nos devuelve la evolución por selección natural. Si no podemos hacer eso con detalles matemáticos precisos, entonces no hay razón para que los científicos tomen en serio nuestra teoría de la conciencia. Es como si la conciencia infinita se pusiera un casco de realidad virtual. La conciencia infinita se pone un casco de realidad virtual hecho de pensar y percibir. Y al hacerlo, en el momento en que se pone el casco de realidad virtual, se localiza a sí misma dentro de su propia actividad. Y a través de ese casco mira hacia fuera a través de las facultades de percepción de una mente finita, viendo, oyendo, tocando, saboreando y oliendo. Y fragmenta la unidad de su propio ser y la hace aparecer como 10.000 cosas. Lo que estoy sugiriendo es que hay mucho más en el universo que la mente finita. No estoy sugiriendo que el universo sólo aparezca en cada una de nuestras mentes finitas. El universo existe fuera de nuestra mente finita, pero dentro de la conciencia. Pero son las limitaciones de nuestra mente finita las que dan al universo su apariencia. Así que cuando miramos al universo, estamos viendo la realidad que existe antes de ser percibida. Pero la vemos a través de la lente de nuestras facultades de percepción, que le dan su apariencia. Así que la idea del despertar en muchas tradiciones espirituales ha sido la idea de que lo que hemos tomado como realidad, los objetos en el espacio-tiempo, nuestros cuerpos físicos y demás no es la realidad final, que hay una realidad mucho más profunda, una realidad de conciencia que trasciende el espacio-tiempo y los objetos físicos, y que no estamos divorciados de esa realidad. Esa realidad es, en cierto sentido, la esencia de lo que somos. Y así, despertar es despertar de la ilusión de que sólo soy un pequeño cuerpo en el espacio y el tiempo a la comprensión de que, de hecho, soy el autor de todo lo que veo dentro del espacio y el tiempo, lo creo sobre la marcha mientras observo y percibo. Uno se despierta al reconocer que lo que esencialmente somos ya está totalmente despierto, plenamente consciente, completo, íntegro, realizado en paz. Es como preguntar ¿cómo se ilumina el sol? Su naturaleza es la luz. Ya está totalmente iluminado. La naturaleza de nuestro ser esencial ya es paz y felicidad. No está claro para todos nosotros, porque nuestro ser esencial está tan completamente mezclado con el contenido de la experiencia que la paz y la felicidad innatas están oscurecidas por la experiencia. Y por eso pensamos que nuestro ser esencial necesita ser iluminado. No, nuestro ser esencial no necesita ser iluminado, como tampoco necesita ser iluminado el sol por la mañana temprano. El sol siempre brilla con el mismo resplandor. Nuestro ser central siempre está brillando con la misma paz y alegría. Pero esa paz y esa alegría están atenuadas por la agitación y la carencia que caracterizan nuestros pensamientos y sentimientos. No hay una persona que despierta. El yo que despertó, yo desperté de esta estructura Dan en un centro de meditación. Era un centro Zen. Estábamos inmersos en un Zen Sesshin, que es un largo período de práctica intensiva. El Zen es increíble para crear este contenedor donde existen estas condiciones de no escape. Así que el personaje Dan que había aprendido meditación, el personaje Dan que había estado haciendo toda esta meditación, este generador de meditación, se dio cuenta de que no podía despertar. Es como si todos los trucos de meditación, todas las prácticas que se habían aprendido no sirvieran de nada. Llegó el punto en que ese personaje que intentaba despertar, no logró despertar y tuvo que fracasar. Que el personaje que había estado experimentando, el que había estado interpretando toda mi vida, tuvo que soltarse o morir, y que es lo que quedó? Lo que quedó cuando ya no hubo más hacedor o cuando ya no hubo meditador meditando o haciendo algo llamado meditación, lo que quedó fue mi verdadera naturaleza. O yo, sólo yo. Cuando despertamos de este pequeño y separado sentido del yo, no es que estemos matando al ego o luchando contra él. En realidad, le permitimos que se retire parcialmente de su trabajo de identidad egoica y se relaje para formar parte de nuestro equipo, de nuestra conciencia. Y esto nos da una sensación de libertad inmediata de que no estamos mirando el mundo a través de una lente pequeña, de que tenemos el corazón abierto y la mente abierta de una manera que es expansiva y, al mismo tiempo, más íntimamente conectada. La iluminación no consiste en llegar a estar despierto. Nadie se despierta ni se ilumina. Es un reconocimiento de la luz, la luz del conocimiento puro cuya naturaleza es la paz y la felicidad. Pero ya y siempre lo somos. Me llamo Lisa Natoli, y soy conocida como maestra espiritual que enseña sobre el despertar y la transformación. El despertar es el reconocimiento de tu verdadera naturaleza, y es la realización de lo que realmente eres, que es conciencia. Y conciencia es sólo una palabra para muchas palabras que la gente usa para conocimiento, comprensión, vida, amor, Dios, luz. Así que despertar al reconocimiento de que no soy este cuerpo que soy, eso que nunca muere y que nunca nace. Fue una idea muy difícil para mí. He estado en un camino espiritual desde 1992. Empecé con Un curso de milagros. Lo estudié religiosamente. Quiero decir, yo era alguien que estaba tan comprometida con conocer el Ser, conocer a Dios, despertar. No lo conseguía. Porque tenía la creencia de que el despertar era algo místico, que algo sucedería, que algo ocurriría, y que sería como Jesús o Buda o todos esos maestros iluminados y a mí no me sucedía. No podía entender por qué. ¿Por qué estoy tan comprometida, teniendo momentos profundos de paz y felicidad y alegría y sigo luchando? Empecé a darme cuenta de la simplicidad de nuestra verdadera naturaleza, que es la conciencia . Así que para alguien que me está escuchando en este momento, la conciencia que escucha esta voz, eso es lo que somos. Y no tiene una ubicación, no tiene un género, no tiene un color, no tiene un cuerpo, y es totalmente ilimitada. Así que el despertar es cuando despertamos a nuestra verdadera naturaleza. Despertamos a la realización de que soy la conciencia de esta experiencia ahora mismo, tal como soy, tal como estoy aquí. Y es tan ordinario. Nos lo perdemos. Pensamos que no puede ser tan simple.