Estás en la cola del supermercado cuando, oh, oh, alguien estornuda sobre ti. El virus de la gripe entra a los pulmones y llega a una célula de la pared respiratoria. Todo ser del planeta está hecho de células, desde las bacterias unicelulares hasta la gigante ballena azul, o tú. Cada célula está rodeada de una membrana celular, una capa flexible compuesta por grasas y proteínas, que rodean y protegen los componentes internos. Es semipermeable, o sea, deja entrar y salir ciertas cosas pero bloquea otras. La membrana está cubierta por pequeños salientes, que tienen funciones como que las células se adhieran o unirse a los nutrientes necesarios. Las animales y vegetales tienen membranas. Las vegetales tienen pared celular, formada por celulosa rígida que le da estructura a la planta. La célula del virus que entra a los pulmones es astuta. Fingiendo ser amiga, se une a un saliente de la membrana celular, atravesándola y llegando a la célula. Al entrar el virus, la célula reconoce su error. ¡Entró un enemigo! También hay unas enzimas que reducen el virus a pedazos. Luego envían uno de los pedazos por la membrana, y advierten a las células vecinas sobre el invasor. Una célula vecina lo ve y de inmediato entra en acción. Tiene que hacer anticuerpos, proteínas que acabarán con el virus invasor. Este proceso empieza en el núcleo. El núcleo contiene nuestro ADN, que le dice a las células cómo hacer todo lo necesario para que el cuerpo funcione. Una parte de nuestro ADN contiene instrucciones que indican a las células cómo crear anticuerpos. Las enzimas encuentran la sección correcta de ADN y copian estas instrucciones, es el ARN mensajero. El ARN mensajero sale del núcleo para ejecutar sus órdenes. El ARN mensajero va hasta un ribosoma. Puede haber 10 millones de ribosomas en una célula humana, todos ellos en forma de lazo, formando el retículo endoplasmático. Este ribosoma lee las instrucciones del núcleo. Toma aminoácidos y los une uno a uno creando un anticuerpo que combatirá al virus. Pero antes de eso, el anticuerpo tiene que salir de la célula. El anticuerpo se dirige al aparato de Golgi. Aquí lo preparan para que salga de la célula. Cubierto por una burbuja igual a la membrana celular. El aparato de Golgi también le da instrucciones al anticuerpo para que llegue al borde de la célula. Una vez allí, la burbuja se fusiona con la membrana celular. La célula expulsa al anticuerpo, y se dirige a localizar al virus. Se eliminan los restos de burbuja por los lisosomas y sus piezas se reciclan una y otra vez. ¿De dónde se obtiene la energía para hacer esto? Ese es el papel de la mitocondria. Para producir energía, toma oxígeno, por esta sola razón respiramos, y le añade electrones de la comida para formar moléculas de agua. Este proceso crea una molécula de energía llamada ATP que la célula distribuye por sus componentes. Las células vegetales crean la energía de otra forma Tienen cloroplastos que combinan CO2 y agua con la energía lumínica del sol para crear oxígeno y azúcar, una forma de energía química. Todas las partes trabajan juntas para que las cosas funcionen bien y todas las células hacen lo mismo para que no haya problemas. Son un montón de células. Los científicos estiman que hay unos 37 billones de células.