Whitney Pennington Rodgers: Marcelo Mena es ecologista, académico, y ex ministro de Medio Ambiente de Chile. Bienvenido, Marcelo. Marcelo Mena: ¿Qué tal, Whitney? Gracias por invitarme. WPR: Perfecto. Genial. Gracias por estar con nosotros hoy. Antes de hablar del futuro de las medidas contra el cambio climático en Chile y otros países, creo que lo mejor sería empezar hablando del presente y de por qué Chile es un país digno de mención cuando hablamos del cambio climático. Últimamente han logrado avances admirables en lo que se refiere al cambio climático. Chile se ha comprometido a ser libre de emisones en el 2050, es el primer país de América en hacer esto, algo muy importante si tenemos en cuenta lo mucho que la economía chilena depende de las emisiones de carbono, por ejemplo en la minería y la agricultura, entre otros. Así que, ¿podría explicar cómo es posible llegar a ser libre de emisiones en 30 años y qué significaría eso para Chile? MM: Fue surrealista ver a la ministra Schmidt, presidenta de la COP25, y a Patricia Espinosa, Secretaria de cambio climático de la ONU, con mascarillas, promulgando esas nuevas NDC. Lo importante es que se necesita consenso para conseguir avances en asuntos difíciles, pero luego, para deshacerte de este compromiso, también necesitas otro concenso. Esto no ha sucedido. Chile tiene una perspectiva tan ambiciosa sobre la reducción de emisiones porque tiene un gran beneficio económico. Hemos visto de primera mano lo mucho que las renovables han ayudado en términos de inversión, de reducción de costos energéticos. Y por tanto, para lograr este objetivo, fomentaremos este crecimiento hasta alcanzar un 100% en renovables, y transformaremos la industria, basada sobre todo en combustibles fósiles, para reducir las emisiones, con la economía del hidrógeno en auge, tenemos un comité que he formado recientemente, que ha establecido Jobet, el Ministro de Energía y mediante la eficiencia energética y la captura de carbono, disponemos de mucha riqueza natural. Potenciar esa riqueza y expandir las plantaciones nos permitirá ser libre de emisiones en el 2050. WPR: Es fantástico. Y parece que ahora Chile tiene un gran enfoque en las renovables y el cambio climático, pero no siempre fue así. ¿Podría hablarnos un poco de cómo Chile ha llegado a este punto? MM: Sí, en 2011 o 2010, hubo un debate sobre la energía en el que algunos defendían que la solución a los problemas energéticos eran las reservas de carbón e hidrógeno de la Patagonia. Eso polarizó mucho el debate. Hubo protestas multitudinarias que nos unieron como comunidad y despertaron movimientos sociales. Se empezó a debatir cómo se iba a producir energía de ahora en adelante. El malestar público, la población, frenó la construcción de centrales de carbón de 6000 megavatios. Luego con el gobierno de Michelle Bachelet, paramos en seco el proyecto HidroAysén, un gran proyecto de centrales de hidrógeno en la Patagonia. Esos dos eventos facilitaron la introducción de energías renovables. Establecimos impuestos sobre el carbón, regulaciones medioambientales y, basándonos en los datos y el diálogo, elaboramos una estrategia energética en la que establecimos que en 2050 el 70 % de la energía sería renovable. Era un objetivo en el que todos coincidíamos. Ahora hemos superado este objetivo y queremos llevarlo a cabo en 2030. WPR: Lo que comentaba sobre las protestas sociales es algo que mucha gente que habrá seguido las noticias de lo que pasa en Chile y están familiarizados con esas protestas, y me interesa saber qué papel cree que tendrá eso en las próximas medidas medioambientales. ¿Qué papel tendrían esos movimientos sociales en esas medidas que contemplan? Y ¿cómo puede Chile ser un líder en la lucha contra el cambio climático mientras sufre esos problemas sociales? MM: La problemática social, que es muy profunda e imposible de ignorar, fue la causa porque la COP25 no pudo ser celebrada en Santiago y fue trasladada a Madrid. Esto hizo que muchos de los debates y anuncios planeados no se produjeron y fueron traslados. Pero a pesar de todo esto, el hecho de que el gobierno actual tenga este compromiso demuestra que hay una intención de seguir avanzando. El modelo económico de Chile se ha puesto en entredicho. Los problemas medioambientales están bastante extendidos. Tenemos muchos casos de grandes centrales de carbón situadas cerca de centros de población donde hay una mayor tasa de mortalidad. Alguien que vive cerca de una central de carbón tiene el doble de tasa de mortalidad que en otros lugares de Chile. Este modelo en el que la vida de muchos se ve afectada por el beneficio de unos pocos es lo que ha provocado este malestar social. Y forma parte de nuestro propio modelo económico: las extracciones, la contaminación, el impacto negativo en las comunidades que no perciben los beneficios de esas actividades económicas. Aunque hemos avanzado mucho, por ejemplo, hemos asegurado un acuerdo representativo para eliminar gradualmente las centrales de carbón, muchos piensan que habría que haber actuado antes, y quieren que las medidas sean más rápidas. WPR: Parece que el hecho de que la gente sea la voz y el motor que impulsa estos avances ya forma parte de la historia de la lucha en Chile contra el cambio climático. Y que es lo que hará que esa lucha siga avanzando. MM: No, sin duda, y seguiremos... Perdón, siga. WPR: Adelante, siga, por favor. Tenemos un poco de retardo. MM: Sólo estamos empezando y vamos por un buen camino, pero creo que tenemos que redoblar nuestro compromiso. Aunque hay varios ministerios involucrados y la sociedad civil también está implicada, necesitamos el apoyo de las grandes industrias. Por ejemplo, creo que el sector de la minería podría ser la solución para la problemática medioambiental, porque puede aportar el cobre, el cobalto y el litio necesarios para los paneles FV, para el almacenamiento de baterías. Pero hay que hacerlo de forma limpia, ese es el mayor desafío al que nos enfrentaremos en los próximos 20 años. WPR: Vamos a hablar de la pandemia, de lo que está pasando ahora mismo. El mundo entero ha quedado devastado por esta crisis. ¿Cuáles han sido los desafíos a los que ha tenido que enfrentarse Chile durante esta pandemia? MM: Obviamente, como todo el mundo, hacemos todo lo posible para tomar medidas en el presente que eviten problemas mayores en el futuro. Y los comienzos fueron muy satisfactorios. Cerramos las escuelas, confinamos ciudades, impusimos cuarentena. Pero dimos a la gente señales equivocadas y nuestros esfuerzos no fueron uniformes. Eso nos ha llevado a tener el índice de infección per cápita más alto del mundo actualmente. Esto refleja un claro paralelismo con el cambio climático. Tenemos que tomar medidas hoy para evitar una catástrofe futura. Creo que debemos aprender de esto para seguir esforzándonos. Porque es una cosa anunciar una NDC ambiciosa y otra cosa es invertir en ella y aplicar las normativas necesarias para que se haga realidad. Tenemos datos muy interesantes. La contaminación en Santiago, que es una de las capitales más contaminadas de Latinoamérica, ha bajado considerablemente. Las emisiones de vehículos han bajado de un 80 % a 90 %, lo que es bastante significativo. Nos fijamos en lo que está pasando. Un estudio de Harvard relaciona una mayor mortalidad con la contaminación de las ciudades. Ese es el caso de Chile. Por cada microgramo de polución, o PM2.5, la tasa de mortalidad aumenta de un 9 %. Pero también tenemos que recordar todo lo que hemos logrado. Sin esas medidas para mejorar el aire que llevamos implementando durante los últimos 20 años, cinco veces más de personas estarían muertas del Covid-19. El COVID-19 ha provocado unas 800 muertes directas, pero la cifra sería mucho más alta si no hubiéramos tomado esas medidas. Gracias a este nivel más bajo de contaminación, si hacemos una estimación para predecir las cifras del año entero, el número de vidas salvadas bajando la contaminación es igual al número de víctimas del Covid. Hay otra pandemia que no podemos ignorar, que es la crisis de la contaminación que ahoga a muchas ciudades del mundo. WPR: Es algo que seguramente estamos viendo en otras partes del mundo. Como sugiere, la contaminación es un problema global. Me gustaría saber si esos desafíos que ha mencionado, y quizá otros, podrían dificultar o impulsar los avances que espera conseguir en la lucha contra el cambio climático. ¿Cómo cree que va afectar las decisiones que se tomarán a partir de ahora en Chile y en el mundo? MM: Tenemos una mayor tasa de mortalidad y más contaminación, pero también hemos establecido objetivos ecológicos. Será una década decisiva, en la que sentaremos las bases de la estrategia para reducir emisiones. Lo que hagamos hoy no puede conducirnos a un futuro irreconciliable con el clima. Hay que sentar las bases para conseguir una reducción de emisiones. Por eso tenemos que seguir con la recuperación ecológica, como dijo Kristalina [Georgieva] la semana pasada, hay que apostar por una recuperación ecológica que cree empleos inmediatamente, que luche contra la pobreza energética que sufre hoy en día el sur de Chile, expandir las energías renovables y continuar con el proyecto de la electromovilidad. Tenemos la mayor flota de autobuses eléctricos, sólo por detrás de China. pero aún hay espacio para crecer. Los gastos han bajado de casi un 70 % en comparación con el diésel. Debemos aprovechar esta oportunidad para crecer. Múltiples actores interesados están implicados. Pedimos al gobierno de luchar por la recuperación ecológica, de utilizar los bonos verdes que ya hemos emitido, sobre los cuales hemos obtenido una tasa de interés muy baja, de mejorar la calidad del aire, de reducir la emisión del transporte y de sentar las bases para que el futuro de la minería sea más ecológico. Ese es el mayor desafío a partir de ahora. WPR: En cuanto a su opinión sobre la lucha contra el cambio climático, ¿ha cambiado su forma de pensar después de lo que se ha vivido durante la pandemia? MM: Sí, todos lo hemos pasado muy duro y empezamos a darnos cuenta que podemos hacer más con menos y que mantener una economía que nos obliga a comprar otra camiseta que no necesitamos - el hecho de que utilicemos tres veces más ropa que hace 20 años - demuestra que alimentamos un modelo económico que nos lleva a la destrucción del medioambiente para poder avanzar. El sistema alimentario será probablemente el mayor desafío. Y aunque me centré en la electromovilidad y la flota de autobuses eléctricos, en las medidas de reducción de emisiones más convencionales, el desafío cultural más importante será entender que nuestra alimentación perjudica cómo se desarrollará el futuro. La revista Nature ha publicado un informe que trata de algo que hemos debatido cuando estuvimos en el gobierno. Cuando éramos buenos en fútbol, llegábamos más lejos en las competiciones de invierno y empezamos a ganar partidos. Pero con muchos partidos también habían muchas barbacoas. El informe presenta unos datos que cuando los explicamos al público, que estaban contaminando el aire con las barbacoas, pensaron que estábamos locos. Pues ahora el informe de Nature demuestra que efectivamente contaminamos el aire, que destruimos y arruinamos el aire porque queríamos celebrar el fútbol. Y cuando lo divulgamos, se pensaron que estábamos locos. Ahora la gente asume que hasta las actividades más básicas, como la forma de cocinar, afectan la calidad del aire. Por eso en el futuro tendremos que enfrentarnos a esos desafíos culturales, abordarlos de frente. Hay que demostrar las pruebas. De lo contrario, sólo estamos ignorando el problema y dejando que se perpetúe en el futuro. WRP: En cuanto a los países que no han priorizado el cambio climático del modo en que Chile lo ha hecho, ¿cree que pueden aprender algo de las medidas que Chile ha adoptado durante los últimos años para aplicar en sus países? ¿Cómo podría la gente de esos países adoptar algunas de las estrategias que se han implementado en Chile? MM: Mucha gente en EEUU y en todo el mundo saben lo que es el mero chileno. La sobrepesca del mero chileno lo llevó cerca de la extinción. Gracias al apoyo de National Geographic y bajo el mandato del presidente Bachelet, fer aumentar la protección de nuestros mares de un 4 % a un 43 % dentro del mismo mandato. Es un salto muy grande. La única acción similar fue la de EE. UU. durante la administración de Obama. Porque queremos que la población del mero se recupere. Cuando se restringe la pesca, el excedente de esa pesca multiplicará su biomasa por seis. Por eso creo, uno de los esfuerzos que tenemos que hacer cuando hablamos del Convenio de Diversidad Biológica que se celebrará el año que viene es que nuestra relación con el medioambiente tiene que cambiar. Debemos proteger y conservar los ecosistemas para que sigan proporcionando los bienes que nos dan hoy. Actualmente, el 96 % de los mamíferos terrestres son humanos o están destinados al consumo. Sólo el 4 % de esos mamíferos son salvajes. La primera vez que oí aquel dato de National Geographic, no me lo creía. Nuestra relación con el planeta ha cambiado y ahora estamos sufriendo las consecuencias. Las enfermedades zoonóticas, no sólo el coronavirus, se extienden una tras otra. WPR: Bruno va a plantear una pregunta de la comunidad. Bruno Giussani: Hola. Exacto, hola Marcelo. Es una pregunta de Melissa Mahoney. Quiere saber si podría abundar sobre los beneficios económicos de ser libre de emisiones. Y sobre todo, si esos beneficios serían los mismos en otros países que Chile. MM: Bien. Cuando trabajaba para el Banco Mundial, ayudamos a Chile a investigar el impacto macroeconómico del objetivo de cero emisiones. Y descubrimos que Chile crecerá un 4,4 % más. Transformamos la amenaza del cambio climático en una oportunidad para fomentar el crecimiento. Esto se tradujo en una reducción del gasto en transporte y del gasto energético, y hace que la economía sea más competitiva. El coste de alcanzar la meta de cero emisiones es mucho menor que los beneficios que obtendremos. Sin contar beneficios medioambientales, me refiero sólo al beneficio económico que supone una mayor inversión, algo que todo país necesitará los próximos años para superar la crisis del Covid, y la reducción del gasto energético. Esas son las consecuencias, el consenso al que hemos llegado, que necesitamos ampliar las renovables porque es la forma de reducir la contaminación y el gasto energético. BG: Tenemos otra pregunta del público: "Los países latinoamericanos tienen diversas posturas frente al cambio climático. ¿Qué opina?" MM: El Centro de Investigaciones Pew ha publicado distintos informes sobre la principal amenaza externa. En Europa y en EEUU, es o China o el ISIS, u otra amenaza bélica externa. En Latinoamérica y África, el mayor peligro es el cambio climático. Y Chile es de los primeros países, el 86 % de los chilenos opinan que el cambio climático es la principal amenaza externa. Y esto se repite por toda la región. Podría llegar un gobierno populista que tenga otras prioridades, pero la gente está preocupada, porque ven la amenaza del cambio climático cada día, da igual que el gobierno lo crea o no, el cambio climático existe, nos afecta negativamente y aumenta la pobreza de la región. BG: Muchas gracias. Volvemos contigo, Whitney WPR: Gracias. Gracias, Bruno. Marcelo, una última pregunta antes de despedirnos. Formó parte de las negociaciones del Acuerdo de París. ¿Hay cosas que aprendió entonces que son aplicables a la situación actual para salir de esta crisis y superar la pandemia del Covid-19? MM: Sí, siempre va a haber un populista que niegue el cambio climático, y hay que llevar el debate al terreno económico para que, pase lo que pase, habrá una justificación económica para invertir en renovables. EE.UU. aumentó su inversión en renovables de un 40 % el año pasado. En Brasil, creció de casi un 10 %. Por eso, si unimos los objetivos económicos y ecológicos, conseguiremos avanzar. Contamos con la red de la NGFS que aúna a todos los bancos centrales. El BM ha lanzado una coalición climática de ministros de economía. Son medidas muy importantes, porque así la economía respaldará las acciones climáticas, dado que hay un beneficio económico y es importante para un país, para sus responsabilidades fiduciarias, revelar los riesgos tanto transicionales como físicos que enfrenta. Si somos capaces de hacerlo, ocurra lo que ocurra en las negociaciones, porque siempre surgirá algún problema en llegar al consenso, nuestra postura se mantendrá firme, porque las acciones climáticas continuarán si la economía respalda el proyecto. WPR: Perfecto. Gracias, Marcelo, por estar aquí y compartir su perspectiva con nosotros. Ha sido un placer dar protagonismo a las cosas que están pasando Chile y ver cómo pueden aplicarse al resto del mundo. Gracias. MM: Gracias.