Vivimos en una sociedad
obsesionada con la música.
Usamos la música para alabar,
contar historias,
celebrar,
trabajar,
ejercitarnos,
declarar amor,
y en ocasiones odio,
y quizá lo más importante,
para bailar.
Y, por supuesto, nosotros
mismos tocamos música
porque, bueno,
hacerlo es placentero.
Miles de años atrás,
en la Antigua Grecia,
en cuanto a música,
las cosas no eran muy distintas.
Ellos podrían tener liras y túnicas
en vez de reproductores de MP3 y jeans,
pero los antiguos griegos
estaban tan obsesionados
con la música como
nosotros hoy en día.
De hecho, la música
era una parte tan importante
de la sociedad de la Antigua Grecia
que nos hace parecer
tranquilos en comparación.
Para entender verdaderamente
cuán crucial era la música
para los antiguos griegos,
empecemos por familiarizarnos
con un poco de su mitología.
En la mitología
de la Antigua Grecia,
se creía que la creatividad humana
era resultado de
una inspiración divina
proveniente de un grupo de diosas
conocidas como las musas.
Mientras que los académicos
han debatido durante años
si hay entre 3 o 13 musas,
el número comúnmente aceptado es 9.
Cada musa gobierna un área
o habilidad artística específica
que va desde el canto y la danza
a la historia y la astronomía.
Podría parecer extraño categorizar
la historia y la astronomía
como prácticas creativas,
pero los antiguos griegos
veían a estas disciplinas
como mucho más que
solo materias escolares.
Estos eran signos de civilización
en lo que, a sus ojos,
era un mundo bastante salvaje.
Se esperaba que una persona
educada y civilizada fuera competente
en todos los aspectos
del pensamiento creativo
inspirado por las musas,
y el medio usual
por el cual se enseñaban
estas disciplinas,
se estudiaban
y esparcían
era la música.
Como ves, no es coincidencia
que la palabra musa sea similar
a la palabra música.
Es el origen de la palabra.
La poesía, ya sea un poema de amor
o un poema épico sobre
un héroe cazador de dragones,
se cantaba con acompañamiento musical.
La danza y el canto, obviamente,
se acompañaban de música.
El teatro fue siempre la combinación
de la palabra hablada y la música.
La historia se narraba
a través de canciones.
Aún el estudio de la astronomía
se asociaba a los mismos
principios físicos
que las armonías musicales,
así como muchos pensadores
griegos creían
que cada uno de los
planetas y estrellas
creaban su propio sonido único
conforme viajaban
por el cosmos,
vibrando como una cuerda
de guitarra enorme,
de años luz de largo.
Sin embargo, la música invadió
más aspectos de sus vidas
que solo la educación.
Los antiguos griegos
consideraban a la música
como la base del entendimiento
de la interconectividad fundamental
entre todas las cosas en el universo.
Este concepto de conectividad
se conoce como harmonia,
y es de donde obtenemos
la palabra armonía.
La música se usó
como una forma de medicina
para tratar enfermedades
y padecimientos físicos,
como un acompañamiento vital
de las competencias deportivas,
y como un medio para mantener
a los trabajadores a tiempo
mientras trabajaban en labores
monótonas o triviales.
Una de las aplicaciones
más importantes
de la música en la sociedad
de la Antigua Grecia
se encuentra en la creencia
de que la música puede afectar
el ethos de una persona.
La palabra que usamos hoy en día,
ethos es el eje de creencias
de una persona
o su ética personal,
la manera en que uno se comporta
con uno mismo y con otros.
El filósofo griego Platón,
uno de los más famosos
e influyentes pensadores
griegos del momento,
afirmó que la música
tenía un efecto directo
en el ethos de una persona.
Ciertos tipos de música
podían incitar a una persona
a la violencia,
mientras que otras podían
apaciguar a una persona
llevándola a un estupor
benigno e irreflexivo.
Según Platón,
solo ciertos tipos
muy específicos de música
eran beneficiosos para
el ethos de una persona.
Uno debería solo escuchar música
que promueva la inteligencia,
la disciplina personal,
y el valor;
y todos los demás tipos
de música deberían evitarse.
Aún más, Platón denunciaba con fervor
cualquier música que se desviaba
de las convenciones
musicales establecidas,
ya que temía que ésta
podría llevar a la degradación
de los cánones de la civilización,
la corrupción de la juventud,
y eventualmente a
la anarquía absoluta.
A pesar de que los temores de Platón
pudieran parecer extremos
este argumento se ha usado
en tiempos modernos
para reprobar tendencias musicales
como el jazz, el punk o el rap.
¿Qué crees que diría Platón
de la música que escuchas?
¿Es benéfica para tu ethos
o te degenerará
en un bárbaro incoherente y amoral?