La nuestra fue la primera de la revoluciones en la historia de la humanidad que dio un verdadero vuelco al curso de los Estados, y con tres sencillas palabras : NOSOTROS, EL PUEBLO NOSOTROS, EL PUEBLO le decimos al Estado que hacer, no él a nosotros. NOSOTROS, EL PUEBLO somos los conductores, el Estado es el coche y nosotros decidimos a donde ir, por cual camino y la velocidad. El resto de las Constituciones del mundo son documentos donde se especifican cuáles son los privilegios de los ciudadanos. Nuestra Constitución es un documento donde NOSOTROS, EL PUEBLO le decimos al Estado que es lo que está permitido hacer. NOSOTROS, EL PUEBLO somos LIBRES. Esto ha sido la base de lo que he tratado de hacer estos últimos 8 años. Cuando empecé en los años 60 me pareció que había que darle la vuelta a algunas cosas. A través de cada vez más normas y regulaciones y más impuestos confiscatorios el Estado se estaba llevando más de nuestro dinero, más de nuestras oportunidades y más de nuestra Libertad. Yo entré en política en parte para poner mi mano y decir: STOP! Yo era un ciudadano y político que creía saber que es lo correcto y lo que querían los ciudadanos que un político hiciera. Y he parado mucho de lo tenía que ser parado. Y quiero recordarles una vez más que el hombre no es libre a no ser que el Estado esté limitado. Y hay un hecho que es tan claro y predecible como las leyes de la Física Conforme el Estado se expande, las libertades se contraen.