Buenas tardes.
Es un honor trabajar para
Harlem Children's Zone,
una organización afroamericana
pionera en el campo
de servicios integrales
de la cuna a la carrera.
Y la palabra "integral",
es clave en lo que hacemos.
La mayoría de las intervenciones
se enfocan en una pieza
de un rompecabezas complicado y gigante.
Pero eso no basta
para resolver el rompecabezas.
No solucionan la educación
sin entender el contexto familiar
o el ambiente familiar
de los jóvenes estudiantes.
O el contexto más amplio de
salud, nutrición o justicia penal.
La unidad de cambio para nosotros
no es el niño individual,
sino todo el vecindario.
Se tienen que hacer múltiples
cosas al mismo tiempo.
Y tenemos 20 años de datos
que demuestran que ésto funciona.
Tenemos 7 mil graduados
de nuestra escuela infantil,
hemos eliminado la brecha
blancos-negros en nuestras escuelas.
Hemos reducido tasas de obesidad
en nuestros programas de salud
y tenemos casi 1000 estudiantes
matriculados en la universidad.
Entrelazamos firmemente
una red de servicios
tal que nadie se cae por las rendijas.
Hemos inspirado a especialistas globales.
Tenemos más de 500 comunidades
en todo Estados Unidos
y más de 70 países
vienen a visitarnos
para aprender nuestro modelo.
Verán, los problemas del planeta
y los problemas del mundo
no están meticulosamente
contenidos en cubetas.
Por tanto, las soluciones
deben ser integrales,
deben ser holísticas.
Y justo ahora estamos en medio
de una pandemia global.
El COVID-19 nos ha revelado
lo que siempre supimos que era verdad.
Los más pobres pagan el precio más alto
con sus vidas y su subsistencia.
Eso ocurre a diario en
la comunidad afroamericana
en la que la probabilidad de morir
de COVID es 3,6 veces más alta
que en la contraparte blanca.
Vemos estas disparidades sanitarias
en la práctica en la ciudad de Nueva York,
el epicentro de nuestra nación.
Se suma al impacto
de las disparidades sanitarias
la importante devastación económica,
en la que una de cuatro familias en Harlem
reporta inseguridad alimentaria
y un 57 % de pérdida de ingreso
o pérdida de empleo.
Para entender mejor el trabajo
de Harlem Children's Zone,
quiero compartir la historia
de Sean, un estudiante
de segundo grado.
Sean es un bello chico negro
cuya sonrisa ilumina
el espacio donde esté.
Cuando comenzó la cuarentena en marzo,
notamos que Sean
no asistía a la escuela virtual.
Después de algunas indagaciones,
supimos que la mamá de Sean
estaba hospitalizada por el COVID.
Así que él estaba en casa
con su abuela y su hermano pequeño,
que era su único sistema viable de apoyo,
porque el papá de Sean
estaba en la cárcel.
La abuela estaba luchando.
No había mucha comida en casa,
pocos pañales
y Sean ni siqueira tenía una computadora.
Cuando su mamá salió del hospital,
los retos se agudizaron,
porque ya no podían
quedarse con la abuela,
dadas las condiciones
preexistentes de salud.
Así que Sean, su hermano pequeño
y la mamá tuvieron que ir a un refugio.
La historia de Sean no es atípica
en Harlem Children's Zone.
Sabemos que Sean y millones
como él en todo el país
merecen tener todo lo
que este mundo tiene para ofrecer,
sin desigualdad,
sin robarles de esta oportunidad.
Todo el resultado del racismo
y de la falta de inversión
histórica y sistémica
ahora están agravadas por el COVID-19.
Nuestro modelo integral
posiciona singularmente
a Harlem Children's Zone
en la lucha contra el COVID.
El éxito que tenemos
en la práctica en Harlem,
lo hace imperativo
y es nuestra responsabilidad compartir
lo que sabemos que funciona
con el país.
Hemos desarrollado un respuesta integral
de asistencia y recuperación de COVID-19
para nuestra comunidad,
que surgió de la comunidad
enfocada en cinco áreas
de necesidad primarias
y todas ya ayudan a
familias como la de Sean.
Y son las siguientes.
Uno, fondos de asistencia de emergencia.
Sabemos que las familias necesitan
efectivo a la mano en este instante.
Dos, proteger a los más vulnerables.
Sabemos que las familias requieren
acceso a productos básicos e información.
Eso es alimento, máscaras
hay una lista de recursos preparada
y campañas públicas de salud.
Tres, disminuir la inequidad digital.
Creemos que el Internet
es un derecho fundamental.
Así que requerimos asegurar
que las familias tengan conectividad
y también que todos los niños
en edad escolar en casa
tengan los dispositivos
de aprendizaje apropiados.
Cuatro, cero pérdida de aprendizaje.
Sabemos que hay una generación
de estudiantes en riesgo
de perder un año entero de su educación.
Debemos asegurarnos de proveer
programación virtual de alta calidad.
además de contar con un plan
de reingreso seguro a la escuela.
Y cinco, mitigar
la crisis de salud mental.
Hay una generación
en riesgo de tener TEPT,
debido a las cantidades
masivas de estrés tóxico.
Debemos asegurarnos que las familias
tengan acceso a la telesalud
y otros apoyos virtuales.
Tenemos seis maravillosos socios
en seis ciudades de los EE UU
que adoptaron nuestro modelo en
su propio contexto en su comunidad.
Están Oakland, Minnéapolis,
Chicago, Detroit, Newark y Atlanta.
Además de estos socios,
tenemos tres socios nacionales,
que compartirán nuestro modelo
y nuestras estrategias
a través de su red,
además de amplificar nuestro impacto
mediante la defensa de políticas.
Tendremos impacto en tres niveles.
Impacto individual
en la práctica en Harlem,
con una serie de
resultados en educación,
salud, economía,
que alcanza a 30.000 personas.
Impacto a nivel comunitario
en seis ciudades,
otra vez con nuestros maravilloss socios,
que alcanza un impacto
adicional de 70 000 personas.
Y un impacto nacional,
no solo mediante la defensa de políticas,
sino a través de
capacitaciones en escala.
Nuestra respuesta al COVID-19,
la desesperación y desigualdades
que plagan nuestras comunidades,
también alcanza a vecindarios
con servicios integrales.
Ciertamente no hemos perdido la esperanza.
Y los invitamos a unirse a nosotros
en el frente de esta batalla.
Gracias.