[Sally Mann: "Las dos Virginias"] Mis padres no pudieron ponerse de acuerdo sobre dónde vivir. Mi madre encontró lo insoportable del Sur. [11 de mayo 2000] Bueno, fueron a Nueva Orleans [11 de mayo 2000] en cuanto se casaron, [11 de mayo 2000] y ella era miserable. Ella pesaba 98 libras. Ella estaba durmiendo en el suelo en un sudor. Ella estaba viviendo fuera de Coca-Colas. Así que se limitó a un mapa, y se dividieron la diferencia entre Nueva Orleans donde mi padre estaba en el cielo y Boston, y encontró Charlottesville, y luego se encontraron con Lexington. Y entonces se encontraron con esta granja. [Lexington, Virginia] Hay una serie de cosas que fijar los artistas del sur aparte de cualquier otra persona. Su amor por el pasado y su susceptibilidad al mito. Y su voluntad de experimentar con el romanticismo. Su obsesión con el lugar y su obsesión con la familia. Mis padres eran importantes, pero Virginia podría haber sido la única persona importante en mi vida. Ella es una mujer extraordinaria. Ella era mi familia. Yo fui criado por Virginia, [Virginia & Sally] que trabajaba para mis padres durante 30 años. Virginia Carter nació justo bajando la calle y vivió en una comunidad negra de esclavos liberados llamada Buck Hill, y se casó muy joven y tenía cinco hijos. Y, sorprendentemente, con lo que ganaba, enviado a los cinco hijos a un internado. Porque, por supuesto, usted no tenía escuela publica para niños negros aquí en Virginia. Y entonces ella envió a cada uno de ellos a través de la universidad. Eso es una mujer extraordinaria ella es simplemente impresionante. Y compasiva y cálida, y grande, y generoso, y nos abrazó de una manera [Suspira] [VIRGINIA MANN] [VIRGINIA MANN] Gracias, mamá. [Sally Mann] Tome una foto de usted? [VIRGINA] No, gracias. [SALLY] Esto es bueno. ¿Que es esta cosa? Haz eso de nuevo. ¡Buena niña! [Risas] ["las dos virginias" (1988–1991)] Ir a la iglesia con Virginia fue un momento de extasis En primer lugar, usted tendría que vestirse, que no hicimos. Domingo de Pascua de 1956] No nos vestimos en nuestra familia. No fuimos a la iglesia... Ella nos ponia vestimos y nos gustaría ir. Y el canto, y las palmas ... es como una gran marea. Te sientes como si estuvieras irritado alrededor y en las olas de la emoción y de la canción y sintiendo. Cuando pienso en las penurias de su vida y las desigualdades, es asombroso que ella podía amar a tres niños blancos que no tenía ni idea. [Virginia Franklin Carter, 1894-1994]