Dejen que les haga una pregunta.
¿Qué cantidad de armamento nuclear
creen que sería necesaria
para acabar con una ciudad
del tamaño de San Francisco?
¿Cuántos creen que sería la cantidad
aproximada del tamaño de esta maleta?
Bien. Y ¿cuántos
del tamaño de este minibús?
Bien.
Bueno, en realidad,
en las circunstancias adecuadas,
la cantidad de uranio muy enriquecido
del tamaño de su café con leche matutino
sería suficiente para matar
a 100 000 personas
instantáneamente.
Cientos de miles de personas
enfermarían terriblemente,
y partes de la ciudad serían
inhabitables durante años,
por no decir, durante décadas.
Pero ya pueden olvidar
el café con leche nuclear,
porque las armas nucleares actuales
son cientos de veces más potentes
incluso que las que cayeron
sobre Hiroshima y Nagasaki.
E incluso una guerra nuclear limitada
con decenas de armas nucleares,
podría suponer
el final de toda la vida en el planeta.
Así que es muy importante que sepan
que en este momento
tenemos más de 15 000 armas nucleares
en manos de nueve naciones.
Y si Uds. viven en una ciudad
o cerca de un centro militar,
es probable que una de ellas
apunte directamente a Uds.
De hecho, si viven
en alguna de las zonas rurales
donde las armas nucleares
se almacenan a nivel mundial,
también es probable que
éstas apunten hacia Uds.
Unas 1800 de estas armas
están en estado de alerta,
lo que significa que pueden lanzarse
en cuestión de 15 minutos
tras una orden presidencial.
Sé que esto es un problema de un tema
y tal vez Uds. tengan
ya la fatiga psíquica
de la que oímos hablar poco antes.
Así que cambiaré el rumbo por un segundo,
y hablaré de mi amiga imaginaria,
a quien llamaré Jazmine,
solo por un momento.
Jazmine tiene 25 años
y es parte de una generación
más comprometida política y socialmente
que todo lo que hemos visto en 50 años.
Ella y sus amigos se definen
como agentes de cambio,
como líderes y como activistas.
Pienso en ellos como
la generación posible.
Protestan regularmente
sobre las cuestiones que les preocupan,
pero las armas nucleares no son
una de ellas, lo cual tiene sentido,
porque Jasmine nació en 1991,
al final de la Guerra Fría.
Así que ella no creció escuchando
demasiado sobre las armas nucleares.
Nunca tuvo que agacharse y refugiarse
bajo su escritorio en la escuela.
Para Jasmine, un refugio nuclear es
una aplicación en la tienda de Android.
Las armas nucleares
ayudan a ganar partidos.
Y eso es realmente una lástima,
porque en este momento
necesitamos a la generación posible
para que nos ayude a tomar decisiones
muy importantes sobre las armas nucleares.
Por ejemplo, ¿vamos a reducir aún más
los arsenales nucleares a nivel mundial,
o vamos a gastar miles de millones,
tal vez un millón de millones de dólares,
para modernizarlos y para que
duren a lo largo del siglo XXI,
para que Jasmine de mi edad,
hable con sus hijos
y tal vez incluso con sus nietos
de la amenaza de un holocausto nuclear?
Y si Uds. no están prestando
atención a las ciberamenazas,
o, por ejemplo, si han leído
sobre el virus Stuxnet
o si alguna vez han tenido una cuenta
de correo electrónico, una cuenta de Yahoo
o un teléfono hackeado,
pueden imaginar todo el nuevo mundo
de dolor que se podría activar
por la modernización
en un período de guerra cibernética.
Si Uds. piensan en el dinero,
un billón de dólares
que podría gastarse
para alimentar, educar
y ofrecer empleo a la gente,
lo cual podría reducir la amenaza
de una guerra nuclear, para empezar.
Así que...
(Aplausos)
Esto es muy importante en este momento,
porque las armas nucleares
son vulnerables.
Tenemos evidencia sólida
de que los terroristas están tratando
de ponerme en contacto con ellos.
Solo esta última primavera,
cuando se detuvieron a
cuatro jubilados y a dos taxistas
en la República de Georgia
por intentar vender los materiales
nucleares por USD 200 millones,
demostró que el mercado negro
de este material está bien vivo.
Y es muy importante,
porque ha habido decenas de accidentes
con armas nucleares,
y apuesto que la mayoría de nosotros
nunca ha oído nada acerca de ellos.
Solo aquí en EE.UU.
lanzamos armas nucleares
en las Carolinas dos veces.
En un caso, una de las bombas,
que cayó de un avión de la Fuerza Aérea,
no llegó a detonar
porque la cabeza nuclear se había
almacenado en otro lugar del avión.
En otro caso, el arma detonó
cuando llegó a tierra,
y cinco de los interruptores diseñados
para evitar que detonara fallaron.
Afortunadamente, el sexto no.
Pero si eso no es suficiente
para llamar su atención,
hubo un incidente en Black Brant en 1995.
Es entonces cuando
los técnicos de radar rusos vieron
lo que pensaban que era
un misil nuclear estadounidense
avanzando hacia el espacio aéreo ruso.
Más tarde resultó ser
un cohete noruego
recolectando datos
sobre las auroras boreales.
Pero en ese momento,
el presidente de Rusia, Boris Yeltsin
estaba a cinco minutos
de lanzar un ataque nuclear
como represalia
en contra de EE.UU.
Así, la mayoría de las naciones
nucleares del mundo
se comprometieron a deshacerse
de estas armas de destrucción masiva.
Pero consideren lo siguiente:
El tratado sobre la no proliferación
de armas nucleares que es
el tratado para el control de armas
más ampliamente adoptado en la historia
con 190 signatarios,
no fija fecha específica para que
las naciones con armas nucleares del mundo
se deshagan de sus armas nucleares.
Ahora, cuando John F. Kennedy
envió un hombre a la luna
y decidió traerlo de vuelta,
o decidió hacer ambas cosas,
no dijo, "Tómense el tiempo
para lograrlo".
Dio un plazo.
Lanzó un desafío
que habría sido increíble
solo unos años antes.
Y con ese desafío,
inspiró a científicos, a empresarios,
a astronautas y a maestros.
Nos dio una visión.
Pero con esa visión,
también intentó darnos, aunque
la mayoría de la gente no lo sepa,
intentó servirnos un socio
con nuestro rival más feroz
en la Guerra Fría, la Unión Soviética.
Porque parte de la visión de Kennedy
para el programa Apollo
era que fuera una cooperación,
no una rivalidad con los soviéticos.
Y aparentemente, Nikita Khrushchev,
el primer ministro soviético, lo aceptó.
Pero antes de esa cooperación
se pudiera llevar a cabo,
Kennedy fue asesinado
y esa parte de la visión se aplazó.
Pero la promesa de la innovación conjunta
entre estas dos superpotencias nucleares
no se extinguió del todo.
Porque en 1991, el año
que nació Jasmine
y que la Unión Soviética se hundió,
estas dos naciones
participaron en un proyecto
que hoy realmente parece increíble
en el verdadero sentido de esa palabra,
cuando EE.UU. envió dinero en efectivo
a los rusos cuando más lo necesitaban,
para asegurar los materiales
nucleares dispersos
y para contratar a
científicos nucleares desempleados.
Trabajaron con científicos estadounidenses
para convertir el uranio armamentístico
en el tipo de combustible utilizable
en energía nuclear.
Lo llamaron "De megatones a megavatios".
Así que el resultado es que
durante más de 20 años,
nuestras dos naciones tenían un programa
que significaba que una de cada
10 bombillas en EE.UU.
era esencialmente alimentada
por antiguas ojivas rusas.
Así, estas dos naciones juntas
hicieron algo verdaderamente audaz.
Pero la buena noticia es que
la comunidad mundial tiene la oportunidad
de hacer algo tan audaz hoy.
Deshacerse de las armas nucleares
y acabar con el suministro de materiales
necesarios para producirlas,
algunos expertos me dicen
que tomaría 30 años.
Eso supondría una revolución
con tipos de innovación que,
para bien o para mal,
respaldaría tanto el Proyecto Manhattan,
que dio lugar a armas nucleares
como el programa
De megatones a megavatios.
Esto supondría obligaciones de diseño.
Estos son fundamentales
para la creatividad,
cosas como una plataforma
para la colaboración internacional;
Una fecha concreta, que es
un mecanismo vigente,
y una visión positiva
que inspire a la acción.
Nos llevaría al 2045.
Resulta que el 2045 será
el 100 aniversario
del nacimiento de las armas nucleares
en el desierto de Nuevo México.
Pero también es una fecha importante
por otra razón.
Se prevé que sea el advenimiento
de la singularidad,
un momento nuevo
en el desarrollo humano,
donde las líneas entre la inteligencia
artificial y la humana se confunden,
donde la informática y la conciencia
se hacen casi indistinguibles
y las tecnologías avanzadas
nos ayudan a resolver
los mayores problemas del siglo XXI:
Hambre, energía, pobreza,
marcando el comienzo
de una era de abundancia.
Y todos tendremos
la oportunidad de ir al espacio
en nuestro camino de convertirnos
en una especie multiplanetaria.
Pero, las personas que realmente creen
en esta visión, son los primeros en decir
que aún no saben con precisión,
cómo vamos a llegar allí.
Pero los valores detrás de su visión
y la voluntad de preguntar
"¿Cómo podemos lograrlo?"
han inspirado a una generación
de innovadores.
Están trabajando a partir
de los resultados que desean,
usando métodos de resolución de problemas
creativos de diseño colaborativo.
Están sorteando obstáculos.
Están redefiniendo
lo que todos consideramos posible.
Pero aquí está el tema:
esa visión de la abundancia
no es compatible
con un mundo que todavía se basa
en una doctrina nuclear del siglo XX,
llamada "destrucción mutua asegurada".
Esta debe existir sobre la construcción
de las bases para el siglo XXII.
Tiene que abordar las estrategias
para la prosperidad mutua asegurada
o, al menos, para asegurar
la supervivencia mutua.
Ahora, todos los días, conozco personas
que son verdaderas pioneras
en el ámbito de las amenazas nucleares.
Como se puede ver,
muchas de ellas son mujeres jóvenes,
que hacen cosas interesantes
con ferocidad,
como Mareena Robinson Snowden aquí,
que desarrolla nuevas formas,
mejores formas,
para detectar ojivas nucleares,
lo que ayudará a superar
un obstáculo crítico
en el desarme internacional.
O Melissa Hanham que utiliza
imágenes por satélite
para dar sentido a lo que sucede
en torno a los sitios nucleares remotos.
O Beatrice Fihn en Europa,
que ha estado haciendo campaña
para hacer ilegales las armas nucleares
en los tribunales
internacionales de justicia,
y acaba de ganar una gran victoria
en la ONU la semana pasada.
(Aplausos)
Y todavía
y todavía,
con toda nuestra charla en esta cultura
de desafíos lunares,
muy pocos de la generación posible
y aquellos que somos sus mentores
toman el tema de las armas nucleares.
Es como si hubiera un tabú.
Pero recuerdo algo que dijo Kennedy,
que realmente lo tengo grabado
y es que
los humanos podemos ser
tan grandes como las soluciones
a todos los problemas que hemos creado.
No hay problema
en el destino humano, dijo,
que esté más allá de los humanos.
Yo creo eso.
Y apuesto a que muchos de Uds.
aquí también.
Y sé que la generación posible lo cree.
Así que es hora de comprometerse
con una fecha.
Vamos a terminar
el capítulo de las armas nucleares
en el 100 aniversario de su creación.
Después de todo, en el 2045,
habremos mantenido rehén
a miles de millones de personas
por la amenaza de la aniquilación nuclear.
Seguramente, 100 años
habrán sido suficientes.
Sin duda, un siglo
de desarrollo económico
y desarrollo de la estrategia militar
nos han dado mejores formas
de gestionar los conflictos globales.
Seguramente, si alguna vez hubo
un desafío lunar mundial
digno de apoyo, es este.
Ahora bien, en vista de
las amenazas reales, por ejemplo,
las recientes pruebas de armas
nucleares de Corea del Norte,
que son sancionables,
la gente razonable no se pone de acuerdo
acerca de si debemos mantener
un cierto número de armas nucleares
para disuadir la agresión.
Pero la cuestión es:
¿Cuál es el número mágico?
¿Mil?
¿Cien? ¿Diez?
Y tenemos que preguntarnos:
¿Quién debe ser responsable de ellas?
Sin embargo, creo que podemos
ponernos de acuerdo,
que tener 15 000 armas representa
una mayor amenaza mundial
para la generación de Jasmine
que una promesa.
Así que es hora de que hagamos una promesa
de un mundo en el cual
rompamos el dominio
que tienen las armas nucleares
en nuestra imaginación;
en la que invirtamos
en soluciones creativas
que trabajen hacia atrás desde el futuro
que deseamos desesperadamente,
en lugar de avanzar a paso pesado
desde un presente
cargado de modelos mentales
y prejuicios del pasado.
Es hora de comprometernos con nuestros
recursos como líderes de todo el espectro
para trabajar en este viejo problema
de nuevas maneras,
para preguntarnos:
"¿Cómo podemos lograrlo?"
¿Cómo podemos hacer valer una promesa
de una mayor seguridad
para la generación de Jasmine
en un mundo más allá
de las armas nucleares?
Realmente espero que se unan a nosotros.
Gracias.
(Aplausos)
Gracias.
(Aplausos)