Hoy todo es colaboración,
y les hablaré sobre lo que creo
es la colaboración más importante
que van a poder hacer:
La colaboración con su mente.
Cuando colaboran con su mente
y le dicen lo que quieren,
logran lo que desean.
Por suerte, fui elegida varias veces
como mejor terapeuta de Gran Bretaña.
Aparezco en Tatler Guide
como la mejor de las mejores.
La gente me dice: "el cerebro,
es tan complejo y complicado;
lleva años comprenderlo".
Eso no es cierto.
Para mí, hay cuatro cosas
que deben conocer sobre su mente.
Si logran ponerlas en práctica,
serán exitosos en todos los niveles
y en cualquier lugar.
Les explicaré en qué consisten
estos cuatro aspectos de la mente.
La mente hace exactamente
lo que cree que uno desea que haga.
Siempre hace lo que cree
que es lo mejor para uno.
Pero si uno no logra lo que quería,
pero actúa como si lo hubiera hecho,
no está ayudando a su mente.
Les ayudaré a cambiar eso.
En segundo lugar,
la mente está programada
para buscar placer y evadir el dolor.
Es por eso que formamos tribus,
logramos sobrevivir en este planeta
porque evadimos el dolor.
En tercer lugar, la forma
en que nos sentimos en cada momento
se debe a dos cosas:
las imágenes y pensamientos
que creamos en la mente.
En cuarto lugar, nuestra mente
adora lo que es habitual.
Está programada para recurrir
una y otra vez a lo que es habitual.
Para triunfar en cualquier ámbito
deben convertir lo usual en inusual
y lo inusual en usual.
Veamos el primer caso.
La mente hace lo que cree
que uno desea que haga.
Siempre hace lo mejor para nosotros
y escucha todo el tiempo
las palabras que usamos.
Analiza lo que hacemos y sentimos
según las palabras que usamos.
Cuando decimos:
"Estos exámenes son una tortura,
estoy cansado de todo este papeleo,
mi jefe es insoportable,
estoy agobiado, no soporto el estrés";
cuando decimos:
"No soporto esta presión;
este trabajo me está matando",
le estamos diciendo
que no queremos hacerlo.
¿Y entonces qué hace nuestra mente?
Hará que posterguemos, faltemos
y no nos pongamos a trabajar.
La mente analiza las palabras
tan minuciosamente que si decimos:
"Me quedaría una semana en cama,
estoy agobiado por el estrés.
Quisiera tomarme la semana
y holgazanear en casa".
La mente te dice:
"Ahí tienes, te di una gripe".
¿No me pediste eso?
Querías una semana en cama,
entonces te di una gripe.
Semana libre.
Si decimos: "Estoy atemorizado
por la presentación del miércoles.
Haría lo que sea para evitarla".
La mente dice:
"Despertarás con migraña
y dolor de estómago".
Así podrás evitar la presentación.
Les podrá parecer tonto
pero así funciona la mente.
Hace lo que cree que queremos.
Si no logramos lo que queríamos
es por usar frases como:
"Es muy difícil, me lleva mucho tiempo".
Cuando escribí mi primer libro
tenía solo 20 años.
Cuando firmé un contrato
sabía que tenía que aislarme
para poder escribir,
y no quería hacerlo.
Lo postergué por mucho tiempo
hasta que entendí que tenía que decir:
"Quiero escribir; es lo que elegí hacer;
escribir me hace sentir bien";
y esas palabras:
Es lo que elegí hacer;
me hace sentir bien;
cambiarán su vida.
Es mucho más que pensamiento positivo.
Es colaborar con nuestra mente.
Así que fíjense cómo actúan,
si no lograron lo que desean
es porque no lo comunicaron bien.
Lo aprendí cuando trabajé
con futbolistas y marineros importantes.
Era un programa de TV,
yo trabajaba con marineros.
Los veía correr vestidos de negro oscuro,
llevaban linternas de minero.
Estaba lloviendo de costado,
había barro y estaban cantando.
y cuando cantamos la mente piensa:
Bien, está lloviendo a cántaros,
es de noche, hace mucho frío,
estás subiendo una montaña
con una gran mochila,
pero vas cantando...
¡Oh, entiendo, te gusta hacer esto!
Si van a correr una maratón
y comienzan a decir:
Son 38 km. Odio hacer esto,
es muy aburrido y difícil,
no van a terminar.
Tienen que decir:
"Me encanta hacer esto",
aunque no sea cierto.
Eso es colaborar con la mente.
Debemos explicarle en forma detallada
y con palabras bien específicas
lo que queremos,
y a su vez decir:
Quiero hacer esto,
elegí hacerlo, me gusta;
y deben asociarlo con el placer
porque este es el paso número 2:
La mente siempre busca el placer
e intenta evitar el dolor.
Si comes algo que te enferma,
y lo asocias con dolor,
no podrás volver a comerlo
por el resto de tu vida.
Estás programado para evitar el dolor.
Pero si asocias el dolor
con el estudio, la oratoria,
o alguna actividad similar,
se vuelve muy difícil.
Podemos definir lo doloroso
y placentero cada día.
Solo los seres humanos
podemos hacerlo.
Un gato no puede estar en un jacuzzi
con agua caliente y burbujas.
No les gusta el agua,
pero nosotros elegimos.
Algunos clientes asocian
el placer con el dolor
y otros asocian dolor con placer.
Lo aprendí al trabajar con adictos.
No todos eran de la calle,
había gente de buena posición:
Actores de Hollywood, estrellas de cine,
modelos que asociaban el placer total
con inyectarse su cuerpo
porque se drogaban,
y para ellos ese dolor era placer.
A otros les dieron un vuelo
de primera clase y dijeron:
"No iré porque creo
que el avión va a explotar".
Entonces asocian el dolor con el placer.
Hace unos años, me quebré un brazo
y al sacarme la venda tenía el brazo así.
Lo veo y les pregunto:
"¿Cómo lo enderezo?"
Y me dicen: "No podemos enderezarlo.
Si haces fisioterapia, quizás baje 2 cm".
Les digo: "No entienden. Hago yoga.
No puedo hacer la posición
de perrito así;
ni la posición del guerrero.
Necesito enderezar mi brazo".
Me dijeron: "Se podría quebrar
con cirugía, pero quizás no funcione,
y podría empeorar".
No acepto un "no".
Quería recuperarme,
busqué al mejor fisioterapeuta
y le pregunté: "¿Es posible?"
Me dijo: "Claro que sí,
pero te dolerá mucho, de verdad,
deberás dedicarle tiempo
y venir dos veces por semana.
Debo romper los capilares pequeños".
Así que sabía que dolería,
pero sabía cómo trabajar con mi mente.
Así que acepté,
y le repetía a mi cerebro:
"Quiero hacerlo".
Decidí enderezar mi brazo.
Puedo soportar el dolor, quiero el dolor.
Cantaba la canción
de los Black Eyed Peas,
que dice "hagámoslo,
comencemos a hacerlo".
Cuando comenzó a tirar de mi brazo,
supe que lo del dolor era en serio,
y claro, cuando nos hacen doler
tendemos a resistirnos.
Pero tenía que tirar hacia adelante.
Seguía cantándole esa canción
a mi mente para que lo supiera.
Enderecé el brazo por completo.
Después me dijo:
"No sé cómo lo lograste,
la mayoría abandona a la mitad".
Dije: "Le dije a mi cerebro
que quería hacerlo".
Eso es lo que hice, le decía
todo el tiempo que quería hacerlo.
Asocié el dolor con el no sentir dolor,
lo asocié con el placer, se puede decir.
Eso es muy importante.
Si tienes que leer en clase,
y te equivocas y todos se te ríen,
piensas: "Me cansé.
No volveré a hablar en público.
Nunca volveré a ser
el centro de la atención".
Después te olvidas.
Pasan 10 años,
estás por dar un discurso,
una presentación,
o presidir una reunión,
y entras en pánico,
porque tu mente piensa: "No...
hablar en público es doloroso,
¿no recuerdas?"
Tienen que cambiar eso.
Entonces, deben decirle a la mente
lo que desean con exactitud,
y deben asociarlo al placer, no al dolor,
para poder hacer tareas difíciles.
Otra cosa importante sobre el cerebro
es que responde a solo dos cosas.
Las imágenes que crean en su mente
y las palabras que se dicen a sí mismos.
Eso es todo.
Si estuvieran volando a Los Ángeles
y viajan con alguien en el mismo vuelo,
e imaginan: viajar a Los Ángeles,
playas hermosas, gente agradable,
un clima fantástico, lugares para ir,
se sentirán bien.
Pero si van diciendo:
"El avión hace un sonido extraño,
el hombre a mi lado se ve raro;
creo que es terrorista
y va a hacer estallar el avión",
la pasarán mal por dos motivos:
las imágenes que crean en su mente
y las palabras que se dicen a sí mismos.
Cuando trabajan junto con su mente
deben cambiar esas imágenes,
y deben cambiar esas palabras.
Trabajé con un futbolista
que apareció de la nada.
No jugaba en ningún equipo
de la división
y pasó directo a la primera división.
No era muy alto.
Me dijo: "Tengo temor,
porque no soy alto".
Le dije: "Bien, imagínate
que eres Maradona".
¿Crees que Maradona
piensa eso en el campo?
"No soy alto". Claro que no.
¿Crees que Michael Owen hace eso?
Debes cambiar tu forma de pensar
y cambiar las palabras que usas
porque lo que imaginan en su mente
y las palabras que piensan
cambiará todo; eso es todo
lo que tienen que hacer.
Les mostraré. Pongan una mano
en frente de Uds.
Quiero que imaginen
que tienen en su mano la mitad
de un limón grande, gordo y jugoso,
un gran limón gordo.
Cierren los ojos.
Manténganlos cerrados.
Quiero que imaginen,
lleven el limón a su boca.
Pueden exprimirlo,
y sentir esa sensación hermosa.
Pueden olerlo y sentir
ese limón fantástico.
Ahora abran la boca
y den un gran mordisco.
Muerdan la mitad del limón
y mastiquen,
y empiecen a morderlo.
Notarán de inmediato
que generaron mucha saliva
solo con un pensamiento.
Abren los ojos y no hay un limón.
Entonces, dos cosas:
Crearon la imagen de un limón;
y pensaron que lo estaban comiendo.
No era real.
Al cuerpo no le importa
si lo que le dicen está bien o mal,
es bueno o malo, o es útil o inútil.
Solo responde a las palabras
e imágenes que imaginamos.
Otro ejercicio. Pónganse de pie.
Quiero que todos, de hecho
pueden hacerlo sentados.
Quiero que pongan su brazo izquierdo
delante de Uds.; solo el izquierdo.
Todo lo que deben hacer
es girar el brazo hacia atrás
lo más que puedan.
Llévenlo hasta el límite.
Fíjense dónde está.
Fíjense hasta dónde llegó.
Vuélvanlo a su lugar y cierren los ojos.
Quiero que le digan a su brazo izquierdo
que en un minuto van a repetirlo.
Y va a ir un tercio más allá.
Imaginen que su brazo
va a llegar un tercio más allá.
No lo muevan aún.
Díganle al brazo
que llegará un tercio más allá.
Imaginen que los músculos
del brazo izquierdo son de elástico.
Díganle que vaya un tercio más allá.
Abran los ojos.
Señalen con el brazo izquierdo.
Al hacerlo, verán que llegará
un tercio más allá
porque lo imaginaron,
porque se lo ordenaron.
(Conversación)
Pueden practicarlo en casa,
pero deben entenderlo,
así es cómo trabajan con su mente.
Ven lo que quieren ver
y piensan las palabras correctas.
Una vez trabajé con un equipo
de trineo olímpico.
No se llevaban bien,
y eso era una gran desventaja.
Les dije que imaginaran
que eran perros de caza,
todos trabajando con la misma idea,
como lo hacen los peces y los pájaros.
Se mueven formando un animal grande,
pero cada uno es diferente.
Eso realmente les funcionó.
Y el cuarto aspecto sobre la mente
es que le encanta lo habitual
y elegirá lo que es usual.
Si están acostumbrados
a postergar, tontear, no trabajar,
a sentirse incómodos al hablar en público,
y a no creer en sí mismos,
deben hacer que eso
se vuelva totalmente inusual.
Deben convertir lo inusual en usual:
trabajar mucho, creer en Uds. mismos,
dedicarle muchas horas, disfrutarlo.
A los británicos en particular
no nos gusta decir:
Soy el mejor, soy fabuloso,
soy bueno en lo que hago,
soy un experto en esto.
No nos gusta porque estamos mintiendo.
Pero les demostré
que si creemos que comemos un limón,
se hace realidad.
Arnold Schwarzenegger dijo:
"La modestia nunca fue
lo mío en absoluto,
y espero que nunca lo sea".
Me encantó esa frase.
Muhammad Ali dijo:
"Es el miedo lo que impide
que las personas asuman desafíos.
Yo me convencí a mí mismo
que era el mejor antes de serlo.
Confié en mí, y ¿sabes qué?
Me convertí en el mejor".
Así que, ¡qué buen concepto!
Se convenció de que era el mejor
y se volvió el mejor.
No solo dijo: "Sí, soy el mejor".
Se entrenó, hizo ejercicio,
fue disciplinado.
Creía que era el mejor.
Trabajé con gente que le iba fantástico:
ejecutivos de primer nivel, actores
y estrellas de rock famosos, los mejores.
Todos deben pensar que son los mejores.
Sino ¿cuál es la otra opción?
"Soy mediocre,
no estoy a la altura,
no puedo hacerlo, es muy difícil,
se necesita mucha dedicación".
Como les demostré,
la mente cree lo que le dicen.
Entonces díganle cosas positivas.
Primero formamos convicciones
y luego las convicciones nos forman;
y si creemos en nosotros,
los demás también creerán en nosotros.
Una vez que abrimos nuestra mente
a una nueva dimensión,
nunca jamás volverá,
porque ampliamos nuestro potencial
a medida que avanzamos.
Ni siquiera podemos calcular
cuál es nuestro potencial.
Roger Bannister quería correr 1 km
y medio en menos de 4 minutos,
nadie lo había logrado,
pero él hizo estas cuatro cosas;
se dijo a sí mismo:
"Quiero hacerlo. Quiero lograrlo".
Lo asoció con un gran placer.
Se imaginaba todo el tiempo
cruzando la cinta en 239 segundos
y se acostumbró a esa idea
porque hizo 1 km y medio
en menos de 4 minutos.
Ese año, ocho personas más lo lograron.
Al año siguiente, 57 personas
hicieron exactamente lo mismo.
Entonces convirtió lo inusual en usual.
Mark Spitz ganó siete medallas
olímpicas de oro en natación,
era un héroe cuando Uds.
ni habían nacido.
Lo que hizo fue asombroso.
Hoy en día, sus récords
ya no sorprenden,
porque nuestro potencial se amplia
a medida que avanzamos.
Así que la mejor manera de ayudarnos
es hacer cuatro cosas:
Decirle a la mente lo que deseamos;
asociar esa tarea con mucho placer
y asociar el no hacerla con el dolor,
para motivar a la mente,
usen palabras bien específicas;
cambien lo que imaginan,
cambien las palabras;
y conviertan lo usual en inusual
y lo inusual en usual.
Cuando escribí mi primer libro,
fui a la editorial Penguin.
Dijeron: "Nos encanta
pero queremos cambiarlo.
Quisiéramos 10 capítulos
sobre la psicología del cerebro.
¿Es posible?"
Pero podía hacer cuatro,
o quizás cinco.
Una opción era decir:
"Lo siento, no puedo hacerlo,
te devuelvo el adelanto",
o decir: "Sí, por supuesto".
Entonces dije: "Sí, por supuesto".
¿Diez? Sí, no hay problema.
Y confié en mí, era lo único que tenía,
estaba segura de que mi mente
lograría escribir los otros capítulos.
Un día iba conduciendo
por Isle's Court Road,
se me ocurrieron dos capítulos;
detuve el auto y los escribí.
Pude haber escrito 35 capítulos
en ese plazo de entrega
porque mi mente
se ampliaba continuamente,
porque la programé correctamente.
Le ordené que lo hiciera
y que encontrara esa información.
Puedo hablar mucho sobre el tema,
pero lo importante
no es la cantidad de información.
Lo importante es que la asimilen.
Si van seguido a conferencias,
escuchan gente, vayan a casa,
y hagan otra cosa:
conviértanlo en algo inusual.
Podrán alcanzar cualquier meta
si hacen estas cuatro cosas.
Díganle a su mente
lo que desean con exactitud.
Usen palabras fuertes, positivas,
descriptivas y específicas.
No es pensar positivo.
Es reprogramar la mente
para tener éxito en cualquier ámbito,
no solo en los negocios
o en el atletismo,
sino en todo, incluso
en las relaciones personales.
Asocien esa tarea
con una gran sensación de placer
y no hacerla con el dolor.
Cambien las imágenes,
cambien las palabras.
Como todos nosotros
tenemos un cerebro brillante,
tenemos dos opciones:
pensar en por qué nos sentimos mal
o pensar que no podemos hacerlo.
"No puedo hacer esos exámenes,
estoy durmiendo pocas horas".
O decir:
"Es algo temporal, lo puedo hacer,
quiero hacerlo, dormiré luego",
y conviertan lo usual en inusual.
Y lo principal,
confíen siempre en Uds.
para que los demás confíen en Uds.
Gracias por su atención.
(Aplausos)