(Música peruana) (Aplausos) No tengo conciencia de cuando hice de la danza y el movimiento un estilo de vida. Creo que fue cuando aprendi a caminar. Yo nací y crecí en un pueblito, muy chiquito en los Andes del Perú su nombre es Llamellin y está a 3300 metros sobre el nivel del mar aproximadamente a 16 horas de carretera de Lima. Crecí con los colores y con los sonidos de este pueblo, muy lejos de aquello que llamamos civilización. Cuando fui niña no teníamos electricidad entre tantas [otras] cosas, no teníamos televisión, y tampoco plásticos ni basura flotando en los ríos y en los terrenos de cultivo y me tocó, lo que le toca a muchos jóvenes de pueblos que son como el mío: emigramos y nos vamos a las grandes ciudades. A las ciudades que tienen distintos colores y distintos sonidos con los cuales estamos acostumbrados. Primero llegué a Lima y luego a Nueva York. Pero esa pasión por la danza y la música me mantuvieron conectada con mi pueblo con mi gente, mis tradiciones, mis raíces, mis rituales tanto así que yo me fui del pueblo pero mi pueblo no se fue de mí. Después de 15 años de vivir en Nueva York regresé a mi pueblo para cumplir uno de mis sueños y esto fue ser la anfitriona de un festival que dura una semana. Es un festival lleno de muchas tradiciones y rituales, que aún conservamos ¡a pesar de que ahora hay televisión! Este viaje mío fue seguido y grabado en un documental por un documentarista de New York, el documental se llama "Soy Andina". Después de 20 años de haber vivido en Nueva York, ahora nuevamente me encuentro en mi pueblo, en Llamellin. Esta vez con otro sueño, de dar lo que yo recebí, contribuir a que las mujeres de mi zona puedan incrementar su nivel de vida, su economía, y quiero enseñarles a tener sus propios negocios, obtener un microcrédito. Por último, que sean ellas las que empujen a sus hijos a una vida mejor. Para terminar quiero dejarlos con este mensaje: ¡No dejes que los que no sueñan, te quiten [tus] sueños! (Portugués): Gracias. (Aplausos)