¿Me podría alguien decir qué es esto? Alguien por allí lo ha dicho: un detector de humo Redneck. (Risas) Es un detector de humo Redneck. Y quiero que sepan que, como exbombero que soy, puedo decirles que no es un detector de humo de gran calidad. (Risas) Ahora en serio, cuando lleguen a casa esta noche, les convendría revisar sus detectores de humo y asegurarse de que funcionan. Los detectores que funcionan salvan vidas. (Público) ¡Gracias! ¡De nada! Me llamo Rip Esselstyn, soy exatleta profesional de triatlón y bombero retirado del cuerpo de bomberos de Austin. Y durante los últimos 23 años, he seguido una dieta vegetal como fuente de energía para ser atleta, bombero y persona. No se pueden imaginar cuánta gente me ha dicho todos estos años: "Eso no es nada sano". "Es demasiado radical, yo nunca lo haría". De lo que les quiero hablar hoy, es de por qué, la que es radical, es la dieta estándar de EE. UU. y de la razón por la que tomar una dieta vegetal es potencialmente revolucionario y puede transformar su salud y la de todo el país. Si siguen la dieta estándar de EE. UU., probablemente mueran de la causas habituales en EE. UU. y sufran las enfermedades estándar de EE. UU. Hablemos brevemente de por qué esa dieta estándar es tan horrorosa: el 63 % de sus calorías proceden de alimentos procesados o refinados, que no son más que calorías vacías que no favorecen en nada la salud y encima la dañan. ¡El 63 %! El 25 % provienen de productos de origen animal, tales como la carne, los lácteos y los huevos, que tienen todos los elementos que generan enfermedades y donde encontramos grasa, colesterol y proteína animal. Y un 12 % procede de alimentos vegetales, alimentos maravillosos y, lo crean o no, la mitad de ese 12 % viene de las patatas fritas. (Risas) De modo que, tan sólo un 6 % de las calorías de la dieta estadounidense viene de la fruta, verduras, legumbres, cereales integrales y frutos secos. Así que no somos un país nada herbívoro y es mi misión, mi objetivo y mi cruzada conseguir que EE. UU. se pase a una dieta más vegetal. ¿De acuerdo? El año pasado, cinco enfermedades causaron el 75 % de los $ 2,3 billones en gasto sanitario. Y cada una de esas enfermedades se puede prevenir o revertir gracias a una dieta vegetal. La investigación es irrefutable. La cardiopatía es la causa principal de muerte en EE. UU. Eso es radical. Es radical que uno de cada dos de Uds. morirá de cardiopatía. Esos son los hechos. Es radical que la mitad de las veces ¿saben cuál es el primer síntoma de una cardiopatía? ¡La muerte súbita! Así es. Es radical que 50 millones de estadounidenses tomen estatina para bajar su colesterol. Y el único subgrupo que se beneficia mínimamente es el de los que alguna vez han sufrido un infarto. Del resto, sólo se beneficia un 1 % . Las grandes farmacéuticas han manipulado tanto los números, que todos creen que hay un 30 %, 40 % ó 50 % de beneficiados. Pero es tan sólo un 1 %. El mismo efecto que tomando un placebo de azúcar. Es radical una cirugía de bypass, una cirugía a corazón abierto, donde básicamente cortan el esternón, extraen una vena de la pierna y la injertan rodeando la osbstrucción, o cuando colocan un balón, lo que se llama angioplastia, y lo inflan, o cuando ponen una malla metálica, llamada stent, y fuerzan la apertura. Por cierto, al presidente Clinton le acaban de poner otra. Lo crean o no, lo que ocurre con todas esas cirugías, es que apenas sirven para prolongar la vida, y tampoco nos protegen de otro infarto. Eso es porque este tipo de obstrucciones es permanente. Lo crean o no, el 90 % de los infartos suceden cuando una partícula, un pequeño punto del interior de la arteria, se raja y se forma un coágulo que impide que la sangre llegue al corazón. Todas estas cirugías y pastillas del día a día de los estadounidenses, apenas contribuyen a protegernos de la causa principal de muerte. Sin embargo, el estudio es completamente claro, en cuanto a que si decidimos apostar fuerte y optamos por la dieta vegetal, podemos erradicar estos males. Podemos acabar con la principal causa de muerte en EE. UU. Yo estoy muy familiarizado con la investigación, que durante 25 años han realizado en la Clínica Cleveland, en la que han demostrado que podemos prevenir, detener y revertir las enfermedades cardíacas. Y lo sé porque el investigador era mi padre. En realidad, uno puede morirse con arterias tan limpias como esta, no hace falta que estén obstruidas. Es radical que el cáncer se prevea como primera causa de muerte en EE. UU, por encima de las cardiopatías. Lo que me parece radical es que el cáncer sea una lucha a la que nos enfrentamos desde 1972, cuando Richard Nixon declaró la guerra contra el cáncer. Para mí es casi como si se hubiera estado dilapidando todo el dinero y la investigación en busca de una solución al cáncer. Hemos hecho marchas, carreras y compras contra el cáncer, incluso vuelos. Y el tema es que sabemos dónde está la cura: en la dieta. Con una dieta preventiva nos libraremos de los dos principales tipos de cáncer que están acabando con los estadounidenses: el cáncer de mama y el de próstata. La investigación lo deja totalmente claro. El Dr. Dean Ornish, de la universidad de California, en San Francisco, ha demostrado que podemos ralentizar, detener e incluso revertir el cáncer de próstata y el de mama, y que nosotros mismos podemos modificar la expresión de los genes, desconectar los genes que provocan cáncer, y conectar los que previenen el cáncer. Es radical que la diabetes tipo 2, o diabetes del adulto, sea ahora una pandemia. Uno de cada tres niños nacidos después del año 2000 sufrirá diabetes tipo 2, que puede provocar cardiopatías, amputaciones, fallos renales y un sinfín de otros males. E insisto en que son enfermedades que no deberían ocurrir. El Dr. Neal Barnard, de la universidad de George Washington, ha demostrado que la diabetes tipo 2 es reversible con una dieta vegetal. Coman bien, pásense a los vegetales. Es bien conocida la epidemia de obesidad que hay en EE. UU. actualmente: casi el 70 % tienen sobrepeso, y cerca del 34 % son obesos. Y eso es una tragedia, pues también puede disparar las cardiopatías, el Alzheimer o el cáncer Cuando, en 1997, me incorporé al cuerpo de bomberos de Austin, estaba seguro de que siempre me tocarían grandes fuegos, como ese. Resulta, que más del 80 % de las llamadas que recibimos, no sólo en Austin, sino también en San Francisco, Chicago o Nueva York, más del 80 % de las llamadas, son para atender enfermedades del mundo occidental. Así que somos testigos de la destrucción causada por el cuchillo y el tenedor. Es totalmente descorazonador. Les voy a mostrar un vídeo de lo que se suele desayunar en una estación de bomberos. (Audio vídeo) Jajaja ¡y huevos!. ¡Huevos al plato! R.E: ¿Cómo hacemos los huevos hoy? ¿Con la yema hacia arriba? W: Mejor les doy la vuelta. No sé, creo que los haré fritos. R.E: Eso parecen ¿salchichas? W: Sí, salchichas de cerdo. R.E: Y ¿qué más tenemos por aquí? W: ¡Cruasanes, nena! R.E: Cruasanes. ¿Y esto? W: Alguien lo hizo aprovechando nuestra ausencia. R.E: Ya veo. Y ahora vean cómo nos divertimos. Tenemos patatas fritas, pasteles de avena con crema. barritas de cereales, barras de oblea con chocolate, rollitos de canela, golosinas, Skittles, Starburst, M&M's, galletas Oreo y palomitas de mantequilla. Tenemos bebidas energéticas. Y ¿qué más hay por aquí? ¡Oh, sí! (Fin audio vídeo) ¡Pueden hacerse una idea! Y es peor a la hora de la comida, y mucho más a la cena. Y seguramente pase algo similar en cada hogar de EE. UU. Esa era la Estación 2, a un paso de aquí. Ahí es donde pasé los últimos ocho años de mi carrera de bombero, en un islote de salud, en medio de un mar de restaurantes de comida rápida, como Mc Donald's, Wendy's, Papa John's, Domino's y Pizza Hut. Justo al lado, solíamos tener un Burt's Barbecue. Se quemó hará unos tres años y siguen acusando a los bomberos vegetarianos de no apagar el fuego. (Risas) Pero no siempre fuimos un islote de salud. Lo que ocurrió es, y las cifras son curiosas, que en 2003 hicimos una apuesta a ver quién tenía el colesterol más bajo. Tras los resultados, J.R. lo tenía en 344 a sus 33 años, así que, en un acto de solidaridad para salvar su vida, todo el grupo se pasó a una dieta vegetal desde el siguiente turno. Al cabo de un mes, le revisaron el colesterol, y había pasado de 344 a 196. Eso tuvo una gran repercusión en los medios. Se corrió la voz de lo que hacíamos en la Estación 2, la encantadora disonancia de un grupo de fornidos bomberos de Texas tomando esta dieta vegetariana: el New York Times, la cadena NPR, el periódico local de Austin, etc. Varios agentes literarios me pidieron que escribiera un libro. Y de repente me di cuenta de que, siendo bombero, y no médico o nutricionista, sino siendo bombero, podía llegar a un segmento de EE. UU. que por ningún otro medio oiría el mensaje de comer más vegetales. Así que era mi obligación escribir el libro, y enseñar a la gente acerca del nexo absoluto e innegable entre lo que comemos y nuestra facilidad para mantener un peso perfecto, una salud ideal y estar totalmente protegidos ante enfermedades crónicas. Y de verdad que eso es todo. Todo se basa en la alimentación. Es la alimentación y nada más. Por ejemplo, aquí tenemos carne roja. Es bien sabido que la carne roja no es la más saludable. Pero, ¿cuánta gente sabe que el pollo tiene tanto colesterol como la carne roja, y que contiene una proteína animal productora de un ácido que descalcifica los huesos, favorece el cáncer, los tumores e inflama las arterias? ¿Y qué hay del pescado? Hoy en día todos piensan que el pescado es sano, ¿verdad? ¡Los ácidos grasos omega-3! Si logran conseguir un trozo de pescado que esté libre de mercurio, PCP o dioxinas, aun así, será un trozo de carne, con proteína, colesterol y grasa animal. Y ¿qué pasa con los huevos? Sólo tienen dos problemas: la yema y la clara. (Risas) La yema tiene más de 200 mg de colesterol dietético, y la clara es una concentración de proteína animal. Y los lácteos son carne en estado líquido, cremoso o sólido, con idéntica cantidad de proteína, colesterol y grasa animal. Estas comidas que ven aquí, son las que nos van a devolver la vida: la fruta, verdura, cereales integrales y legumbres, que contienen fitoquímicos, antioxidantes y más de 100 000 micronutrientes que están deseando ponerse a nuestro servicio y protegernos de cardiopatías, diabetes, obesidad, Alzheimer, y enfermedades así. Y antes de que se me olvide, ¿y el aceite de oliva?. Es bueno para el corazón, ¿verdad? Pues no lo es. Los aceites por extracción son la fuente de calorías más concentrada del planeta, a razón de 120 calorías por cucharada. Y poseen más calorías vacías que el azúcar blanco o la harina. Y como ven ahí, tienen un 15 % de grasa saturada, dañina para las arterias, por no hablar de que no tienen ningún nutriente. Eso es el aceite de oliva. Pero los resultados pueden ser espectaculares con una dieta vegetal. Aquí verán algunos de los logros que pueden revolucionar su salud. La persona que ven aquí perdió 7 kg en 28 días, con una bajada de colesterol del 45 % y del 55 % en LDL, que es el colesterol malo. Este caballero parece que se ha quitado 15 años de encima, aparenta 15 años menos. Esta diapositiva está cortada por arriba, pero es increíble lo que consiguió. También redujo los triglicéridos, que es la cantidad de grasa en sangre, a la tercera parte. Y este es Tim, que perdió 15 kg en 28 días. Su colesterol bajó a 93, el equivalente al de un campesino de China. (Risas) Tim escribió en uno de sus diarios dietéticos: "De postre, melón", y añadió entre paréntesis: "Todo el melón". (Risas) Lo bueno es que al tomar alimentos bajos en calorías y ricos en nutrientes, podemos comer sin medida, lo que no sucede con los que tienen muchas calorías y pocos nutrientes. Este es uno de mis héroes: Sir Winston Churchill. Y tiene un cita que me encanta y que dice así: "EE. UU. siempre acierta, pero sólo tras haber intentado el resto". (Risas) Creo que es justo decir, que como país hemos intentado el resto, y ahora es el momento de hacerlo bien. Es el momento de apostar a lo grande. Nos jugamos la piel en ello. Y la respuesta a esta crisis de salud no es una pastilla o una operación, ni leyes adicionales, o un reajuste de cifras. Es más bien que nos levantemos, nos miremos en el espejo y reforcemos nuestro compromiso con la salud. Y podremos revertir el rumbo, ¡claro que podemos! ¡Y ese es mi deseo TED! (Aplausos)