Buenas tardes. (Aplausos) Quiero hablarles esta noche sobre una nueva rama de la nanotecnología: la nanomedicina. Se trata de un campo en el que la nanotecnología posibilita una nueva y fascinante biotecnología. En las últimas décadas han disminuido las muertes por cardiopatías, como puede apreciarse en esta proyección, una muy buena noticia. Pero por desgracia no podemos decir lo mismo del cáncer. El cáncer es hoy en día la principal causa de muerte en menores de 85 años en este país, y como cabe esperar, no es solo un problema en EE. UU., sino a nivel mundial, En estos datos se observa que la tasa de mortalidad por cáncer supera a la de la tuberculosis, la malaria y el VIH combinados, y lamentablemente, se prevé que siga aumentando en el futuro. Como ven, hoy por hoy el cáncer acarrea un gasto inmenso a la sociedad por la pérdida de productividad debida a muertes prematuras, pero también por el coste de los tratamientos, que aumentan de precio a niveles que son insostenibles cuando tenemos que tratar a tanta gente en el mundo. Posiblemente todos Uds. han sido testigos de que muchos pacientes sufren de una mala calidad de vida cuando están bajo tratamiento, e incluso después de que este concluye. Así que existen razones fundadas para desarrollar nuevas terapias anticáncer que sean eficaces, que tengan costes razonables, y, cómo no, brinden una buena calidad de vida a los pacientes. Son cuestiones que nos motivan cada día de nuestras vidas: nos levantamos y vamos al laboratorio y al hospital para intentar influir de forma significativa en esos problemas. Si de verdad queremos tener un efecto sobre la tasa de mortalidad debemos tratar la enfermedad metastásica, donde se producen múltiples tumores en el cuerpo de forma simultánea, y eso implica que el tratamiento debe tratar todo el cuerpo al mismo tiempo, lo que se llama tratamiento sistémico. ¿Qué son las nanomedicinas? Son pequeñas partículas terapéuticas con el potencial para cambiar el modo en que tratamos a los pacientes de cáncer. El Instituto Nacional del Cáncer define estas partículas como partículas de entre 1 y 100 nanómetros, y como compuestos se posicionan entre los agentes terapéuticos y otras moléculas portadoras, como los polímeros. ¿Por qué es importante el tamaño? Es nanotecnología de verdad. Esas partículas son diminutas. Si se transforma una partícula de 100 nanómetros en un balón, será el mismo incremento en tamaño del balón al planeta Tierra. Son partículas minúsculas que pueden inyectarse en la sangre de un paciente y circularán por todo su cuerpo. Es curioso que se trate de nanotecnología, pero es realmente enorme en relación con los fármacos quimioterapéuticos de menos de un nanómetro. La analogía es que el fármaco es el balón y la nanopartícula es más bien el dirigible de Goodyear, es un organismo muy grande, y por eso está restringido de ciertas áreas del cuerpo. También puede transportar una gran cantidad de fármaco. Piensen en cuántos balones entrarían en el dirigible de Goodyear y en cómo esos organismos más grandes podrían incorporar funciones diversas. Mi equipo y otros en el mundo, hemos pasado los últimos diez años intentando descubrir cómo diseñar y fabricar esos sistemas multifuncionales para tratar a pacientes con tumores sólidos. El campo en su conjunto converge en un área de unos 50 nanómetros, más o menos 20; e imaginen que 50 nanómetros equivalen a la mitad del dirigible de Goodyear, en vez del dirigible entero. En esta proyección les muestro dos modelos de esas partículas. Intentamos diseñar el tamaño, las propiedades superficiales y el tipo de funciones que pueden realizar, y el motivo es el siguiente: vaya, no puede verse esa pantalla... cuando se infunden en un paciente, pueden circular en el sistema sanguíneo pero no acceder a ciertas áreas a las que los fármacos quimioterapéuticos sí llegan, como el tejido sano. Esos fármacos pueden penetrar en la médula ósea, que produce todas las células de su sistema inmune, y matarlas, y en las moléculas del cabello que hacen que pierda el pelo. Con una nanopartícula, no pueden hacerlo, por lo que son terapias mucho más seguras que los fármacos quimioterapéuticos. Pero los tumores desarrollan nuevos vasos que no están completos todavía, y permitirán que las nanopartículas tengan acceso a esa zona. De modo que adornamos la superficie de esas partículas con moléculas que les permiten actuar e interactuar de modo preferente con las moléculas superficiales de las células cancerosas que transportarán esas partículas al interior de la célula. Intentamos que las desarrolladas en el Caltech sean más bien intuitivas; llevan sensores químicos que dicen: "Ahora estoy dentro de la célula y suelto mi carga terapéutica". Y hacemos que los restos de esa partícula sean lo bastante pequeños para que al descomponerse pasen a la orina y no queden trazas de ellos tras su administración. Así pues, las células normales crecen, se dividen y mueren de forma metódica por medio de muchos sistemas reguladores que se activan y desactivan para controlar ese proceso. En el cáncer algunos de esos procesos se modifican, y lo que puede ocurrir, por ejemplo, es que las rutas que permiten que las células crezcan y se dividan se activen de forma permanente. Si de verdad queremos lograr una terapia efectiva con efectos secundarios mínimos, habrá que atacar solo esas posiciones alteradas, y hay una nueva biotecnología que puede ayudarnos con esa tarea, y es la interferencia por ARN, un método para silenciar los genes donde el fármaco es una pequeña parte de lo que se denomina ARN bicatenario- dos hebras de ARN entrelazadas. Craig Mello y Andy Fire lograron el Premio Nobel de Fisiología o Medicina 2006 por descubrir cómo funciona en los gusanos. Pero al pronunciar su discurso, Andy dijo: "¿Qué ocurriría si tuviéramos un paciente que tiene un tumor y hubiera un gen que hiciera que ese tumor crezca? ¿Podríamos, de hecho, crear uno de esos pequeños ARN, administrarlo al paciente y detener el crecimiento del tumor? Si se pudiera enviar ese ARN al objetivo lograríamos una terapia realmente excepcional". Me gusta como suena, "terapia excepcional". El suministro es el mayor reto: ¿Cómo enviarlo al punto correcto para que cumpla con su cometido? Entonces, hace un año más o menos, mis colegas y yo fuimos pioneros en mostrar que podía trasladarse de un gusano a una persona, y como supondrán, es un gran reajuste, pero en el último año hemos podido probar que es viable en pacientes, e intentaré explicarles algunas aspectos ahora. Lo más interesante de esta tecnología es que, a diferencia de la mayoría de fármacos, que atacan a nivel proteico - y las proteínas realizan numerosas funciones, por lo que se requieren fármacos que hagan muchas cosas, y hay muchas funciones proteicas que no pueden ser atacadas llamadas dianas no farmacológicas - pero la interferencia por ARN ataca a lo que llamamos el ARN mensajero, y lo que hacemos es cambiar la secuencia de las letras que podemos atacar y eliminar cualquiera de esos ARN mensajeros, y ahora, cualquier gen es medicable mediante esta tecnología, con solo cambiar las letras de nuestro ARN bicatenario. Lo que mis colegas y yo hicimos fue desarrollar una nanopartícula que transportara esos pequeños ARN y los infundimos en pacientes con cáncer para que esas partículas circularan por sus cuerpos. Y, de hecho, pudimos demostrar que llegaban a los tumores de pacientes con melanoma metastásico, y lo hacían en forma dosis-dependiente; eso implica que cuantas más nanopartículas se introducían, más acababan en los tumores. Podríamos hacerlo con pacientes que tuvieran una calidad de vida muy alta. Fuimos capaces de observarlo más de cerca en los pocos pacientes a los que pudimos hacer biopsias, y muestro dos imágenes en esta proyección: la primera son las zonas claras en la superficie del tumor, esas son las nanopartículas. Pudimos demostrar que llegan al tumor y a las células tumorales pero no se posicionan en el tejido sano alrededor del tumor, que es lo que pretendíamos. Fuimos capaces de eliminar el ARN mensajero individual y demostrar que era gracias al mecanismo de interferencia por ARN, que de ese modo detenía la producción de una proteína, como muestro también en esta proyección, lo que hizo posible eliminar esa proteína y que los tumores no se reprodujeran en los pacientes. Lo que les he mostrado es al menos un ejemplo donde la nanopartícula hace posible que esta nueva biotecnología intente crear nuevas terapias anticáncer con las características apropiadas. Confiamos en las enormes posibilidades de esta terapia y, sobre todo, en poder ofrecer a los pacientes con cáncer opciones de tratamiento con una buena calidad de vida. ¿Y qué hay del futuro? Lo que hemos conseguido hasta ahora, es poder infundir esas nanopartículas en pacientes con cáncer e inhibir un gen individual en sus tumores a la vez que disfrutan de una buena calidad de vida. No hay razón para que no podamos poner varios tipos de ARN en esas partículas y así poder atacar varios genes a la vez. Lo que queremos es empezar a tratar a los pacientes, y mediante un pinchazo en el dedo poder analizar una serie de biomoléculas en sangre a través de una variedad de otras técnicas ya consideradas por otros, varios grupos, y así sucesivamente. Con esa información, es posible que en el futuro hagamos esto en casa: la introduciremos en el móvil y se conectará con su médico, quien les dirá: "Estos son los resultados", y la próxima vez que vayan al consultorio, les dirán: "Esta es la nueva terapia con la que vamos a tratarle". Así que no solo será un cambio hacia una terapia personalizada, sino que esperamos que sea un cambio hacia un enfoque dinámico con el que una persona concreta pueda seguir el curso de su enfermedad y erradicarla de la mejor forma posible. Esa es la visión con el cáncer y es posible que ocurra de esa manera, y esperemos que sea así con otras enfermedades también. Gracias. (Aplausos)